Loza

vajilla doméstica esmaltada o barnizada
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El uso popular del término loza se aplica o se refiere a la mayoría de los objetos que conforman la vajilla doméstica, cuyo material original es el barro cocido. Pueden distinguirse dos tipos genéricos: la loza monocroma (por lo general blanca), y la loza decorada.

Feria de loza y cacharrería de Zamora (España). Año 2008.

Partiendo de su origen alfarero y a lo largo de la historia de los procedimientos cerámicos, la loza ha ido dando nombre a diferentes técnicas artísticas y procedimientos decorativos: loza verde y morado, loza dorada, loza de cuerda seca, loza pintada con paleta de gran fuego, loza pintada con paleta de pequeño fuego y loza fina.[Nota 1]

Cuenco de loza del Extremo Oriente
Escudilla de loza de la península ibérica

Definiciones

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En un diccionario especializado, se denomina loza a las piezas de alfarería de diferentes tipos de barro y arcilla sometidos a un proceso de esmaltado o barniz y una cocción entre mil y mil trescientos grados centígrados. La pasta blanca resultante debe ser fina, porosa, absorbente y opaca.[1]

Otra definición técnica, ya en el siglo XXI, describe la loza como material poroso cocido a baja temperatura y vidriado, indicando que es término aplicado a la cerámica del ajuar doméstico.[2]

Joan Corominas anotó que, con anterioridad a 1495, el término “loza” hacía referencia a las vasijas de cualquier material, aunque Nebrija la relacionaba tan solo con vasos de barro cocido.[3]

Etimología

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Conflictiva, como casi siempre. Corominas la ve del latín lautia (ajuar) y en otros manuales se considera del latín lutea (barro).[4]

Composición

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La loza, como todo material de origen cerámico, se fabrica a partir de:

  • barro arcilloso (silicato de alúmina) que sirve de aglutinante plástico.
  • sílice cristalina (arena cuarzosa), el desgrasante que dará a la pasta el grado de plasticidad conveniente.
  • los elementos fundentes, que durante la cochura favorecen la formación de un 'cemento vítreo' que consigue la cohesión de los minerales de dicha pasta cerámica. El fundente primordial es el feldespato.

Resumiendo lo antedicho, la pasta para loza está compuesta de varias arcillas blancas mezcladas con tierras silíceas calcinadas. Según sea la clase de arcilla así resultará el color después de cocida, que puede ser amarillo, rojo, pardo o negro.

El impermeabilizado de la loza se consigue con un barniz fluido que contiene sílice, minio, blanco de plomo y galena, todo ello molido en agua antes de su cocción. Alcanza una gran dureza y resistencia, lo que la hace muy indicada para la vajilla doméstica.

La loza decorada en España

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La loza decorada llegó a la península ibérica con los artesanos del califato de Córdoba. En los reinos cristianos posteriores, sus técnicas y su uso doméstico no se documentan hasta la segunda mitad del siglo XIII, tras la conquista del territorio musulmán y la deportación de sus alfareros a las zonas repobladas.

A grandes trazos se puede hablar de diferentes influencias estilísticas. En el Medioevo, la musulmana con reminiscencias de la porcelana china; en los siglos XVI y XVII la mayólica italiana, traída a la corte española por ceramistas ligures, la auténtica porcelana china que llegaba con el galeón de Manila o vía Portugal, y ya en el XVIII las refinadas lozas francesas como equipaje cultural de los viajeros ilustrados y de la propia Ilustración española que tiene su máximo esplendor con la fundación, por parte del Conde de Aranda, de la Real Fábrica de Loza de Alcora en 1727; finalmente las lozas mecanizadas burguesas impresas de estilo Brístol en el siglo XIX.[5]

Tipos de loza

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  • Loza verde y morado, también conocida como verde y manganeso y loza de Elvira, originada en el siglo IX en Mesopotamia y desarrollada en la península ibérica durante el califato.
  • Loza dorada, más refinada y lujosa, aunque con el mismo origen y desarrollo que la verdimorada, a la que sucedió crono-históricamente.
  • Loza de cuerda seca, otra de las técnicas características de la cerámica andalusí,[6]​ aunque desarrollada en toda su plenitud en la época de los Reyes Católicos, mezclando el influjo musulmán con el gótico-renacentista.[Nota 2]
  • Loza pintada con paleta de gran fuego, definición técnica de la mayólica italiana renacentista que se difundió por Europa a partir del siglo XVI,[Nota 4]​ y que en España se desarrolló a lo largo de los siglos XVII y XVIII, en los alfares de Talavera de la Reina,[Nota 5]El Puente del Arzobispo (Toledo), Cataluña y Teruel.[Nota 6]​ Por su parte, la loza de Alcora, desarrollada a partir de 1727, a imitación de la francesa, usó también la técnica ornamental de la paleta de gran fuego, aunque en muchos casos las piezas parecen decoradas con la paleta de pequeño fuego, dada su mayor riqueza de colorido.
  • Loza pintada con paleta de pequeño fuego difundida por Europa durante el siglo XVIII, especialmente en centros franceses de Estrasburgo, Marsella y Sceaux, imitando la decoración de la porcelana.[Nota 7]​ En España tuvo escaso arraigo y difusión.[7]
  • Loza estannífera, un tipo de loza con un barniz de óxidos de plomo y estaño combinados con silicato de potasa, lo que le confiere un color blanco poroso. Surgió en el siglo XI en Bagdad como intento de imitación de la porcelana china. De aquí pasó a la cerámica andalusí, desde la que se difundió por toda Europa: en Italia recibió el nombre de mayólica; en España, Francia, Alemania y Escandinavia se la conoce como fayenza; en los Países Bajos es denominada loza de Delft; y en Reino Unido se llama english Delftware.[8]
  • Loza fina, loza color crema o tierra de pipa se denomina a uno de los procesos revolucionarios de los ceramistas ingleses del siglo XVIII.[9]​ En España, las producciones más importantes se hicieron en la Real Fábrica de Loza de Alcora (Castellón), la Real Fábrica de La Moncloa (Madrid), Cartagena (Murcia),[Nota 8]Manises (Valencia), Sargadelos (Lugo), la de Pickman en Sevilla (1841) y la de San Juan de Aznalfarache (1859).[Nota 9]​ y Valdemorillo (Madrid).[Nota 10]​ Otros focos productores de loza fina dignos de mención fueron la fábrica de La Constancia en Vallecas (Madrid) de 1889, y en la cornisa norte española las instaladas en Gijón, Oviedo, Busturia y Pasajes.[10][11]

En el siglo XIX, Francisco de Paula Mellado, diferenciaba los siguientes tipos de loza fina o inglesa, según su composición: loza fina caliza, loza fina feldespática, cream colour (loza de color crema o creamware).[12]

Véase también

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Referencias

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  1. Guillermo Fatás, Diccionario de términos de arte, p. 203
  2. Carmen Padilla, Diccionario de materiales cerámicos
  3. Antonio Caro, Diccionario de términos de cerámica y alfarería, p. 159
  4. Loza en el DRAE.
  5. La loza decorada en España.
  6. Puertas Tricas, R., La cerámica islámica de cuerda seca en la Alcazaba de Málaga, Ayuntamiento de Málaga, 1989, p. 93.
  7. Tecnologías de la loza en la Enciclopédia GER.
  8. Fleming y Honour, 1987, p. 488.
  9. Historia de la cerámica en Gran Bretaña.
  10. Natacha Seseña, Cacharrería popular, p. 83
  11. VV.AA. (2007). Mauricio D'Ors, ed. Museo de Historia de Madrid. Adquisiciones 2003-2006. Isabel Tuda (comisaria). Salamanca. pp. 172-173. ISBN 9788478126514. 
  12. Enciclopedia moderna: v. de diccionario alfabético. Francisco de Paula Mellado. 1855. p. 908.
  1. “Por lo general, las piezas de loza no se dejan simplemente recubiertas de vidriado plumbífero, sino que se decoran. En estos procesos de decoración se alternan siempre dos o más óxidos metálicos vitrificables, para dibujar el tema elegido. Para evitar que estos colores se mezclen entre sí durante la cochura, se emplean varios procedimientos ornamentales: la decoración bajo cubierta, la de reflejos metálicos o loza dorada, la de cuerda seca, la pintada con paleta de gran fuego, la de paleta de pequeño fuego y la loza fina o tierra de pipa. Las cuatro primeras son técnicas islámicas y las dos últimas son europeas”. Tecnologías de la loza en la Enciclopédia GER.
  2. La colección más importante de loza de cuerda seca se encuentra en el Museo del Instituto Valencia de Don Juan de Madrid, creado en 1916 por Guillermo de Osma y Scull a partir de las colecciones reunidas por él.
  3. Wedgwood, marca inglesa creada en 1759, fabricó toda una serie de vajilla decorada con el motivo tradicional de la porcelana china "Kutani Krane", protagonizado por la simbólica grulla siberiana.
  4. Mayólica es término italiano que designó una técnica de origen árabe especialmente desarrollada en la isla de Mallorca y llevada por los comerciante catalanes a Italia.
  5. El Museo Arqueológico Nacional (España) guarda una nutrida colección de piezas de vajilla talaveranas de las series policroma y azul, sobre esmalte blanco.
  6. Las lozas de Paterna, Manresa y Teruel no se consideran de gran fuego en toda su dimensión cromática, al reducirse su gama al verde de cobre y el negro-morado de manganeso. Esta austeridad cromática y el carácter de sus temas ornamentales son representativos de la tradición mudéjar, conservada en los alfares de Teruel. El Museo de Cerámica de Barcelona conserva colecciones de todos estos focos loceros.
  7. Su gama cromática es mayor que en la loza de gran fuego, puesto que los óxidos que no toleran las altas temperaturas del horno, necesarias para la obtención del esmalte estannífero, se aplican sobre éste cuando ya está vitrificado. Ello exige una tercera cochura a fuego más suave.
  8. A lo largo del siglo XIX existieron en Cartagena dos fábricas, La Amistad (1842) y La Cartagenera (1883). Tras su cierre a finales de dicho siglo, sus herederos, los hermanos Benzal montaron un taller cerámico que funcionó hasta 1945.
  9. La marca de porcelana china y loza fina de la Cartuja de Sevilla, montada por Carlos Pickman Jones
  10. La fábrica de Valdemorillo montada por la Sociedad de Aulencia, y fundada en la segunda mitad del siglo XIX, produjo cal, cristal, loza, porcelana, gres y vidrio hueco. A partir del siglo XXI alberga la Casa de Cultura del municipio, un museo de cerámica y vidrio y la biblioteca municipal.

Bibliografía

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  • Fatás Cabeza, Guillermo; Borrás, Gonzalo (1993). Diccionario de Términos de Arte. Madrid: Anaya. ISBN 84-7838-388-3. 
  • Carmen Padilla Montoya, Equipo Staff, Paloma Cabrera Bonet, Ruth Maicas Ramos (2002). Diccionario de materiales cerámicos. Madrid: Subdirección General de Museos. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Secretaría General Técnica. Centro de Publicaciones. ISBN 8436936388. 
  • Caro Bellido, Antonio (2008). Diccionario de términos cerámicos y de alfarería. Cádiz: Agrija Ediciones. ISBN 84-96191-07-9. 
  • Fleming, John; Honour, Hugh (1987). Diccionario de las artes decorativas. Madrid: Alianza. ISBN 84-206-5222-9. 
  • Seseña, Natacha (1976). Barros y lozas de España. Madrid, Prensa Española. ISBN 84-2870-402-3. 
  • Seseña, Natacha (1997). Cacharrería popular. La alfarería de basto en España. Madrid, Alianza Editorial. ISBN 84-206-4255-X. 

Enlaces externos

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