Meretriz
Meretriz es una palabra latina utilizada en la actualidad como sinónimo de prostituta.[1] Acercándose más a la etimología de la palabra, meretriz es la mujer que, sin amor, contrae matrimonio con un hombre por interés económico o social.
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El cambio de significado de la palabra meretriz tiene su origen durante el propio Imperio romano. La verdadera prostituta de prostíbulo se denominaba inicialmente quastuosa. Y eran estas, y no las meretrices, las dedicadas a la prostitución.
Junto a estas existían sacerdotisas de diferentes templos y diversos nombres que ejercían el sexo por vocación religiosa (como las originales bacantes) o como medio de subsistencia de su culto, aportando sus servicios sexuales a cambio de dinero y enmascarando la transacción bajo algún rito religioso (uno de esos templos era precisamente de las adoradoras de la diosa egipcia Isis).
Y son precisamente las mujeres solteras y sin vocación de prostitutas, pero que ejercen temporalmente la prostitución, a las que originariamente se denominaba meretrices. Dicha distinción aparece claramente en los textos legales de Pompeya. Podría decirse, adaptándose a la actualidad, que la meretriz era una especie de prostituta «aficionada» en cuyas relaciones no tenía por qué existir necesariamente transacción económica.
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Precisamente el carácter «aficionado» de la meretriz permitió con el paso del tiempo la apertura de prostíbulos donde se ofertaban como falsas meretrices como sinónimo de no profesionales, contribuyendo a la confusión de la palabra.
Además, la meretriz tenía un carácter atractivo y, al menos en teoría, no se veían abocadas a la prostitución como una forma de esclavitud o alguna causa ajena a su voluntad. Precisamente, las primeras meretrices eran mujeres corrientes que querían aprender sobre el sexo o les atraía este e ingresaban en templos para iniciarse.
También hay textos que narran historias sobre hombres que ingresan a sus jóvenes mujeres en templos dedicados al sexo a modo de cursillo para que, como meretrices temporales, aprendieran a satisfacer correctamente a su futuro esposo. La historia cuenta de mujeres que preferían ingresar en la orden, donde les espera una vida sencilla y sin dificultades, a continuar con su marido.
Las emperatrices romanas tampoco se libraron de ser meretrices; como Teodora o Mesalina. En el caso de Mesalina, esta ingresaba periódicamente en el templo/prostíbulo bajo el pseudónimo de Lycisca.
La llegada del cristianismo y su nueva moral sexual terminó por meter en el mismo saco ambas modalidades de mujeres.
Lista de meretrices famosas
editar- Kallixeina, cortesana tesalónica de Alejandro Magno.
- Teodora, emperatriz romana de Oriente.
- Mesalina, emperatriz romana, bajo el pseudónimo de Lycisca.
- Clodia, amante de Catulo, bajo el pseudónimo de Lesbia.
Véase también
editarReferencias
editar- ↑ Real Academia Española. «meretriz». Diccionario de la lengua española (23.ª edición).
Enlaces externos
editar- Mujeres que pagan por sexo, una opción cada vez más común Archivado el 28 de abril de 2010 en Wayback Machine.
- Las de vida alegre
- Mujeres distintas
- [https://web.archive.org/web/20060718122116/http://www.hoy.com.ec/libro6/fasc19/grafia06.htm El mercado del placer