LA CALLE
La calle es algo más de lo que entendemos y comprendemos, transciende nuestra
imaginación es más que un lugar asfaltado o de concreto.
Puede significar senda o camino, siendo así que lo que para nosotros representa algo
para otros puede ser diferente, la calle forma parte de nuestra vida cotidiana, es
parte de lo que somos, antes o después acabamos pisándola y convirtiéndola en
nuestro espacio de enlace con los lugares a los que nos dirigimos o de los que
regresamos. Es así como la calle contribuye a construir la historia del ser humano
dependiendo del modo de verla, de sentirla, de vivirla, de tenerla presente o de
ignorarla, de acercarse a ella vía callejero (Rodríguez, V, 2016).
Podemos comprender entonces que la calle hace parte de nosotros es la que nos
direcciona de un lugar a otro es la que en parte nos identifica, la que nos ayuda a
desarrollarnos como individuos.
La calle constituye un elemento a través del cual poder pensar, examinar e
interpretar cómo se crea sociedad a partir de ella, y de acuerdo a lo que dijera
Wright Mills sobre lo que la imaginación sociológica permite: «captar la historia y
la biografía, y la relación entre ambas dentro de la sociedad. Wright Mills (como se
citó en Rodríguez, V, 2016)
Dice el filósofo Cassirer Harvey (como se citó en Rodríguez, V, 2016) hay tres
enfoques básicos a la hora de estudiar el espacio: orgánico, perceptual y simbólico.
El punto de vista orgánico habla de aspectos biológicos transmitidos genéticamente
y relacionados, (…). El perceptual abarca aquellas experiencias sensitivas a nivel
neurológico a través de las cuales crear memoria con lo que captamos viendo (…).
Y, por último, el simbólico se refiere al modo como creamos la calle. (p.60)
Algo particular al estar en la calle es que juega un papel importante la forma como
se nos allá educado, a la hora de entender la calle como propiedad colectiva, lo cual puede
implicar otra manera de vestir y calzar, otra conducta por el hecho de estar expuestos a las
miradas ajenas y tener que incluir a los otros en nuestra conciencia social.
Otra perspectiva en cuanto a la calle puede ser el lugar donde desarrollamos una
actuación, (una actividad, un rol ante la presencia de otros). “Es por esto necesario
tener en cuenta dicha región y nuestra conducta en la misma para que no pierda su
esencia, Aprender a identificar aquello que es esperable, propio o pertinente
encontrar en la calle frente a lo que no lo es, nos ayuda a ordenar la realidad, a darle
un sentido y, como consecuencia, a entenderla mejor y cuando algún aspecto de la
misma rompe dichas expectativas, nuestra seguridad se ve amenazada” (Rodríguez,
V. 2016, p.63). La calle viene a representar más de lo que podemos percibir,
considerando que:
la mezcla del espacio público y del espacio privado, del dentro y del fuera, de la
región anterior y la región posterior, genera confusión, pero hay ocasiones en las
que la calle se convierte efectivamente en una extensión de tu intimidad, aunque sea
al aire libre y sin paredes. la calle ha sido tomada como un ámbito opuesto al
espacio privado. Sin embargo, la calle se convierte en hogar para aquellas personas
que pasan a ser etiquetadas como «sin hogar» o «en situación de calle. (Rodríguez,
V. 2016, p.65)
La calle es gran parte de nosotros, hace parte de nosotros es la que ha formado cierta
identidad en nosotros debido a que ella nos lleva a interactuar con otros sujetos,
reconocimiento que el sujeto se forma desde la interacción con otros sujetos y también con
su miso entorno que lo rodea, y en este caso es la calle.
Pero también la calle puede volverse el contexto adecuado para transmitir ideas y
visibilizar protestas.
Siguiendo el análisis hecho por Manuel Castells (como se citó en Rodríguez, V.
2016), (…). La ocupación de espacios abiertos juega un papel fundamental por tres razones.
En primer lugar, porque crean comunidad y esta se basa en el compañerismo, un
mecanismo psicológico fundamental para superar el miedo y poder comprometerse. En
segundo lugar, porque suelen ocuparse calles y espacios cargados de poder simbólico,
reafirmando la capacidad ciudadana de control y poder. Por último, porque la calle se
convierte en un espacio político al alcance de cualquiera a la hora de visibilizar la protesta y
facilitar la participación.
No podemos vivir sin la calle y esta, existe por y gracias a quienes al transitar por
ella la dotamos de significado, incluso rebelándonos contra los caminos que se supone
tenemos que seguir cuando el sentido común nos dicta que otros serían más adecuados y
eficaces.
LA CIUDAD
Es un espacio más amplio lo cual nos lleva a tener mayor relación con los demás
individuos, lo cual nos obliga cambiar la forma de percibir el medio que nos rodea. “La
ciudad es una fuente inagotable de estímulos sensoriales. Los significados que se producen
en la relación entre las estructuras permanentes, como calles, edificios, monumentos,
árboles, y las formas móviles o fugaces, como cuerpos, automóviles, imágenes, sonidos,
olores, nos obliga a reformular continuamente la percepción de lo que nos rodea. Todo en
la ciudad nos habla de quiénes somos las personas que vivimos en ella. Como construcción
humana, la ciudad relata acerca de nuestras culturas y de los múltiples aspectos de la vida
social” (Olivi, A. 2016, p.71).
Para Michel Foucault (como se citó en Olivi, A. 2016) (…). La ciudad es el
dispositivo mediante el cual se organiza y administra el poder.
Detal forma la ciudad es concebida desde la sociología como el espacio que nos
permite y lleva interactuar con otros individuos como también transforma la forma de
percibir el entorno, al mismo tiempo nos permite ver lo que somos y al mismo tiempo de
ver quiénes son los otros.
EL GRAFITI
El grafiti considerado en su gran mayoría como inscripciones sin sentido, echo por
personas revolucionarios, sin ningún tipo de actividad social, solo personas vagas y con una
vida sin sentido.
Desde el punto de vista técnico, el grafiti engloba a una variedad de inscripciones en
muros y otras superficies que van desde formas simples, como tago firma, a formas
más desarrolladas como stencil, «piezas» y murales. Tagging consiste en escribir el
nombre o el apodo del autor, denominado street artist o grafitero. El tag puede ir de
la simple firma estilizada a inscripciones más elaboradas que engloban colores y
formas y que se van reproduciendo en distintos espacios de la ciudad, . El stencil es
una inscripción más elaborada que el tag y refleja una tendencia más reciente en el
mundo del grafiti. Consiste en la construcción de un discurso visual mediante el uso
de palabras y/o imágenes mediáticas o iconográficas pintadas sobre una superficie
por medio de una plantilla fabricada por el autor, lo que también permite su
replicabilidad en la trama urbana. Por último, se define ‘pieza’ una inscripción
original que incluye palabras e imágenes, realizada con técnicas más sofisticadas,
poniendo especial énfasis en el proceso artístico”. Young (como se citó en Olivi, A,
2016)
Por lo tanto, el grafiti tiene formas y su variedad, requiere ciertos ordenes, en cuanto a su
aplicación y no lo podemos considerar como un arte vago y sin sentido.
En ocasiones se realiza en propiedad pública o privada, sin autorización previa del dueño u
ocupante de la propiedad o que, a pesar de contar con autorización previa, constituya un
prejuicio para el gobierno municipal.
Las inscripciones en los murales han cambiado su concepción ya nos son considerados
como actos vandálicos, ni como algo que va en contra de la comunidad, en los
últimos años, la actitud hacia los grafitis está paulatinamente cambiando. No
solamente son mirados con más tolerancia, sino que están empezando a dejar de
jugar un papel marginal en el mundo del arte. “el grafiti permite llevar a la
superficies y descifrar significados latentes, cumpliendo fundamentalmente con tres
funciones: introducir en el discurso público mensajes considerados marginales por
los medios de comunicación oficiales; proporcionar a los individuos la oportunidad
de expresar públicamente sus opiniones; permitir que colectivos y grupos
silenciados o subalternos alcancen con sus demandas públicos amplios y diversos.
Hanauer (como se citó en Olivi, A, 2016)
Los grafitis han sido una gran herramienta de expresión acerca de acontecimientos e
ideas, de lo que se quiere expresar pues en muchas ocasiones no es fácil salir a la calle y
gritar por ahí, y este es un medio que facilita en cierta forma la expresión cultural.
Por lo tanto, el grafiti ha llegado ha ser muy mencionado en nuestros días y los
grafiteros podrían ser especies de líder que lucha por el cambio social, a través de este
medio.
LAS REDES DIGITALES
En las redes digitales encontramos la reconstrucción social, pues nosotros mismos
decidimos que imagen damos al mundo y el medio de interacción con el entorno y como
controlamos esas relaciones, todo esto nos convierte en actores con determinadas máscaras.
En ellas, puede identificarse claramente dos regiones: una posterior (back office), en
la que se prepara la actuación, y otra anterior (front office), en la que se ofrece la
actuación, cuyo acceso se encuentra controlado Cuando un individuo actúa, ya sea o
no de forma intencional, se expresa a sí mismo y define la situación en la que desea
construir su relación con los demás, de forma que las personas situadas frente a él
(co-presentes reales o virtuales) quedarán impresionadas, en algún sentido. (Resina,
J y Güemes, C, 2016, p.79)
Las personas crean en las redes digitales su propia identidad y se les facilita, debido
a la falta de interacción cara a cara, facilitándoles esto a personas con ciertos problemas
emocionales, como baja autoestima falta de aceptación, a crear su propio personaje virtual
y así relacionarse con mucha más facilidad.
Este puede desear que tengan un alto concepto de él, o que piensen que él
tiene un alto concepto de ellos, o que perciban cuáles son en realidad sus sentimientos hacia
ellos, o que no tengan una impresión definida; puede querer asegurar que exista suficiente
armonía para mantener la interacción, o defraudarlos, librarse de ellos, confundirlos,
llevarlos a conclusiones erróneas enfrentarlos en actitud antagónica o insultarlos. (Resina, J
y Güemes, C, 2016, p.80)
Todo esto conforma en cierta manera un conflicto interno por construir nuestra
propia identidad, lo que queremos ser y que quisieran los demás que seamos, hay una lucha
por estas dos partes, pero termina dominando, el deseo exterior, y terminamos usando
máscaras y siendo una copia de lo que los demás quieren que seamos, alejándonos de
nuestra propia identidad. “Lo que coloca a la identidad en el centro de la búsqueda del
sentido, y al individuo ante la tarea de «pensarse» y elegir de forma reflexiva los rasgos
distintivos de su identidad, consciente del alcance de su propia subjetividad: (…) Bauman,
(como se citó en Resina, J y Güemes, C, 2016).
El ser humano siempre va estar determinado por el ambiente que lo rodea el cual lo
va a construir como sujeto, y va a venir a ser lo que lo identifique, y le forme su identidad
en cierta medida, reconociendo que esto no es del todo voluntario. “Aunque parezca
paradójico, puede terminar esclavizado por su deseo de pertenecer a un grupo especio”
(Resina, J y Güemes, C, 2016, p.81).
Para el filósofo Slavoj Zizek (como se citó en (Resina, J y Güemes, C, 2016).
Esta relación que entablamos con nuestros «personajes virtuales» tiene dos grandes
particularidades. Por un lado, las redes proporcionan un magnífico parapeto desde el
que «tirar la piedra y esconder la mano», ya que permiten dar rienda suelta a
algunos de nuestros deseos más ocultos o libidinosos, impensables en una reunión o
encuentro presencial, por lo embarazoso de las situaciones que se generarían. Por el
otro, la vocación de aparecer siempre sexis y querer seducir continuamente a
nuestros seguidores puede conducirnos al ridículo, a resaltar en exceso solo aquella
parte aventurera, sorprendente o divertida de nuestro personaje, y terminar presos de
nuestra exageración, convertidos en una parodia de nosotros mismos.
Todo esto nos ha llevado a una sociedad de apariencia, donde realmente se alcanza a
percibir la verdadera identidad del individuo pues tiene toda la libertad de configurarla,
derivado todo esto al consumismo, virtual las nuevas tendencias que los gustos cambian
vertiginosamente, esto acompañado de cada persona, las nuevas demandas de belleza y
estética, generando muchas nuevas identidades y consigo nuevas mascaras las cuales las
podemos cambiar cuando queramos. Llevándonos a convertirnos en simples objeto de
consumo.
LA PELUQUERIA
Es una tradición y costumbre poco tenida en cuenta, los padres de nuestros padres y
aun nosotros visitamos con regularidad estos lugares, otros no con tanta frecuencia.
Es una costumbre tenida poco en cuenta pero que data de gran significado, Desde
un punto de vista histórico las peluquerías o salones de belleza datan de hace más de
3000 años, pero desde mucho antes, desde la prehistoria, el cuidado, la decoración
del cabello y el cuerpo son fuente inagotable de mitos y leyendas. Aún hoy, algunas
culturas consideran que en el pelo se encuentra parte del alma de cada persona y son
muchas las ceremonias que utilizan el cabello para evocar el espíritu de un ser
querido o sobre el que deseamos alguna cuestión. (Márquez-Lepe, E. 2016, p.105)
Podemos observar que no es nada nuevo ni ha estado a la vuelta de la esquina como
pensamos. Si no por el contrario:
Griegos y romanos son reconocidos, entre otros elementos, por el tipo de peinados
que utilizaron basados en la idea de movimiento. En el caso de los romanos
heredaron de los griegos el uso de rizos y volúmenes decorados con cuerdas o
redecillas. En la edad media identificamos peinados muy simples, carentes de
ornamentos, atendiendo al espíritu de recato y pureza impuesto por la Iglesia
Católica. Justificados en la misma idea se utilizaron también capuchas, velos y
gorros, que además resultaron muy útiles para la conservación del cabello en épocas
de escasez de productos de higiene como el jabón y el aceite. (Márquez-Lepe, E.
2016, p.105)
Los estilos del cabello los peinados y todas estas cosas, tenían significado en las
primeras civilizaciones, caso contrario hoy vemos reflejado en algunos jóvenes, que
quieren tener el peinado de moda, sin conocer ni siquiera su significado.
Muchas culturas tenían en algunos casos su forma de peinado representativa, hoy
hay un caso particular, pues portar el pelo corto y al borde de la cabeza, puede significar
pertenecer a las fuerzas ramadas, policía etc.
En los hebreos había una particularidad pues el cabello de algunas mujeres
representaba su clase de oficio, y en este caso haciendo referencia, a la prostitución. “El
cambio en el estilo de los cortes de pelo, los peinados o el tipo de color nos muestra el
carácter social tanto de los valores que los inspiraron el movimiento, la sensualidad, la
ostentación, el recato, la libertad” (Márquez-Lepe, E. 2016, p.107). Desde esta mirada.
Nos damos cuenta de cómo, por ejemplo, a pesar de que el cabello tiene una función
biológica, nosotros lo hemos ornamentado, dándole así una función social. Y es que,
junto a la importancia del peinado como símbolo de representación de la belleza, el
cabello ha desempeñado diferentes funciones sociales.
El cabello puede servir para identificarnos pertenecientes a un estrato social, a una
organización social, a un movimiento social, a una entidad religiosa etc. (Marquez-
Lepe, E. 2016, p.105)
Por ultimo Las peluquerías son negocios comerciales y forman parte de un sector de
actividad, el de los cuidados y la belleza, al que afecta especialmente la segmentación de
género y social. Hay muchos tipos de peluquerías en función de sus características. Por
ejemplo, hay peluquerías Unisex, peluquerías solo para hombres, barberías o peluquerías
solo para mujeres.
LAS CAMISETAS
Las camisetas de los equipos de fútbol es algo simbólico para algunos, pero para
otros es una pasión que llevan dentro, que los impulsa a apoyar a su equipo, tenesmos
muchos tipos de camisetas de diferentes equipos, por donde quiera que vamos encontramos
de todo tipo, colores, formas y estilos etc. Pero esto tan básico y lleva unir a todo un país y
transporta a ser entender que la pasión se lleva dentro y a que el mismo equipó sienta el
acompañamiento de sus seguidores; es esto lo que los impulsa a avanzar y en ocasiones dar
mejores resultados. Por lo tanto, “Las camisetas tienen y desarrollan unas funciones
simbólicas que atañen y explican muchos aspectos de la vida cotidiana del siglo XXI”
(Inglés, E y Junca, A. 2016, p.203).
Hay gran apropiación de determinado actores sociales de sus camisetas, dando
mucho por ellas, dedicando horas enteras a saltar gritas bailar, encloquecer en ocasiones
por apoyar a sus equipos, sin importar la inclemencia del clima, frio calor , lluvias, altas y
bajas temperaturas, hambre y sed, todo esto puede en ocasiones pasar a segundo plano por
el apoyo incondicional a su equipo y el amor a sus camisetas, hay quienes casi nunca se la
quietan la llevan a todas partes, expresan tanta familiaridad a ellas, que empieza a ser parte
de sus vidas. “Las personas que llevan una misma camiseta comparten unos hilos finísimos
que los unen en forma de grupo diferenciado. los aficionados de un equipo, aunque no se
conozcan entre ellos, se saben comunidad y se identifican entre ellos como grupo” (Inglés,
E y Junca, A. 2016,p.203).
La pasión que se vive por un equipo no encuentra en si división ni estratificación
social, de etnias etc. Esto lazos viene a ser fuertes, y se le podría considerar como ha un
hermano a alguien desconocido solo por que comparte nuestras mismas a ficciones.
REFERNTES BIBLIOGRAFICOS
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Olid González, E., & Rodríguez Díaz, Á. (eds.) Sociología por todas partes. Símbolos y
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Resina, J y Güemes, C. (2016) Las redes sociales: nadie es tan feo como en su DNI ni
tan guapo como en su foto de perfil. La construcción de la identidad social y
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Marquez-Lepe, E. (2016) Cita en la peluquería: aproximación sociológica al análisis de
la vida cotidiana. En Lozano Vega, M. J., Olid González, E., & Rodríguez Díaz, Á.
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Inglés, E y Junca, A. (2016) Las camisetas de los equipos de fútbol: más que una
prenda. En Lozano Vega, M. J., Olid González, E., & Rodríguez Díaz, Á.
(eds.) Sociología por todas partes. Símbolos y representaciones sociales de lo
cotidiano (pp. 203-214). Madrid, España: Dykinson. Recuperado
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