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Ensayo Final Corregido Rudy Mabery

Este documento analiza el potencial del canto vallenato como herramienta pedagógica para la enseñanza de los derechos humanos. Examina las letras de 14 canciones vallenatas populares que contienen referencias explícitas o implícitas a violaciones o afirmaciones de derechos humanos. El autor argumenta que estas canciones, al reflejar experiencias cotidianas de la región caribe colombiana, pueden ilustrar conceptos de derechos humanos de manera entretenida y accesible para los estudiantes.
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Ensayo Final Corregido Rudy Mabery

Este documento analiza el potencial del canto vallenato como herramienta pedagógica para la enseñanza de los derechos humanos. Examina las letras de 14 canciones vallenatas populares que contienen referencias explícitas o implícitas a violaciones o afirmaciones de derechos humanos. El autor argumenta que estas canciones, al reflejar experiencias cotidianas de la región caribe colombiana, pueden ilustrar conceptos de derechos humanos de manera entretenida y accesible para los estudiantes.
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EL CANTO VALLENATO COMO HERRAMIENTA PEDAGÓGICA PARA LA

ENSEÑANZA DE LOS DERECHOS HUMANOS

RUDY MABERY JAIME MIRANDA

ESCUELA SUPERIOR DE ADMINISTRACION PÚBLICA – ESAP


FACULTAD DE POSTGRADOS
ESPECIALIZACION EN DERECHOS HUMANOS
VALLEDUPAR
2018
2

EL CANTO VALLENATO COMO HERRAMIENTA PEDAGÓGICA PARA LA


ENSEÑANZA DE LOS DERECHOS HUMANOS

RUDY MABERY JAIME MIRANDA

Ensayo presentado como requisito parcial para optar al título de


Especialista en Derechos Humanos

Asesor Académico:
SIMON MARTINEZ UBARNEZ M. Sc.

ESCUELA SUPERIOR DE ADMINISTRACION PÚBLICA – ESAP


FACULTAD DE POSTGRADOS
ESPECIALIZACION EN DERECHOS HUMANOS
VALLEDUPAR
2018
3

El canto vallenato como herramienta pedagógica para la enseñanza de los derechos

humanos

La música vallenata, que es representativa del Valle de Upar y el Caribe Colombiano,

como referente cultural de un pueblo y una región, tiene interesantes narraciones que cuentan

hechos reales tomados de la cotidianeidad, los cuales reflejan el sentir y el pensar de la cultura de

referencia en cuyo ámbito se produce. Escuchar música vallenata es disfrutar del deleite de un

libro, acostado en una hamaca debajo de un palo de mango y cerrar los ojos para escuchar su

narrativa.

En general, el texto de los cantos vallenatos es una historia narrada sobre algún hecho o

acontecimiento de la vida cotidiana, de la cultura, de la sociedad o vivencias personales que los

juglares y compositores saben plasmar poéticamente, llevando siempre un mensaje, una

enseñanza o plasmando algún valor importante.

Estas narraciones dan cuenta de la negación o afirmación de los Derechos Humanos en la

región y la claridad de su narrativa permite ser tenidas en cuenta a la hora de mostrar cómo estos

derechos pueden estar siendo puestos en riesgo o materializados. Pero su exposición no siempre

es explicita o expresa y muchas veces aparece mimetizada en medio del texto, aunque no es

difícil descifrarlo, lo que permite proponer estos textos, que tienen tanto arraigo popular como un

mecanismo pedagógico o una herramienta apropiada para enseñar a los jóvenes el conocimiento

de los derechos humanos con un sentido alegre y al alcance de todos, como nos proponemos

mostrar en el presente ensayo, con el cual se pretende señalar algunos tópicos en los cuales el

texto del canto vallenato puede ser de gran utilidad pedagógica.


4

La música vallenata como herramienta pedagógica para la enseñanza de los derechos

humanos es el tema que aquí se presenta, analizando las letras de algunas canciones para mostrar

la importancia de esta música en el campo de la educación.

No es que la música vallenata sea un tipo de música creada para la denuncia social; al

contrario, la naturaleza de las canciones creadas por los compositores de cantos vallenatos son la

de contar las vivencias y aconteceres de la región y generalmente están orientadas a las

manifestaciones del amor y la alegría. Sin embargo, esas mismas vivencias y aconteceres no

escapan a situaciones cotidianas que tienen que ver con el desconocimiento de los derechos

humanos, sea por parte de agentes del estado o de particulares.

Son, precisamente, esas canciones, las que hacen alusión a los derechos humanos, sean

violaciones o afirmaciones de éstos, las que son objeto de análisis en este trabajo y que se

proponen deben servir para la enseñanza de esta materia, pues constituyen una herramienta

didáctica diferente a las que tradicionalmente se utilizan para cumplir con el mandato principal

de la Convención sobre los Derechos Humanos como es la promoción y defensa de estos

derechos.

La riqueza que se encuentran en el universo de la música vallenata es amplio en cuanto al

número de canciones que podrían servir para la enseñanza de los derechos humanos, sin

embargo, se hará alusión a catorce (14) canciones, escogidas ellas por ser muy conocidas en el

ámbito musical de la costa caribe colombiana, ya que al haber sido difundidas en los medios de

comunicación se convirtieron en éxitos musicales.

Es preciso recordar que el 10 de diciembre del año 1948, la Organización de las Naciones

Unidas, proclamó y adoptó la Declaración Universal de los Derechos Humanos, documento éste
5

mediante el cual los países miembros de acordaron erradicar de sus territorios todas aquellas

acciones que pusieran en riesgo la dignidad humana, tomando esta declaración

“Como ideal común por el que todos los pueblos y naciones deben esforzarse, a fin de

que tanto los individuos como las instituciones, inspirándose constantemente en ella,

promuevan, mediante la enseñanza y la educación, el respeto a estos derechos y

libertades, y aseguren, por medidas progresivas de carácter nacional e internacional, su

reconocimiento y aplicación universales y efectivos, tanto entre los pueblos de los

Estados Miembros como entre los de los territorios colocados bajo su jurisdicción”.

(Organización de las naciones unidas, 1948)

A continuación, se tomarán como referencia algunos de los derechos de las personas que

se encuentran explícitos en el Preámbulo y los treinta artículos que componen la Declaración

Universal delos Derechos Humanos, y se muestra cómo la violación de éstos se encuentran

tipificados a través de composiciones vallenatas, siendo sus letras y melodías una herramienta

valiosa para la enseñanza, si se tiene en cuenta que es de gran utilidad la música a la hora de

brindar educación, especialmente a los niños, sin descartar que los adultos también son

propensos a obtener conocimientos a través de la sonorización de las ideas, es decir que el canto

se convierte así en una herramienta pedagógica.

Esta referencia se inicia con una canción del compositor Adolfo Pacheco Anillo,

denominada

“El Viejo Miguel”, tema éste que puede considerarse emblemático para describir la

situación que viven las personas que han sido víctimas de desplazamiento forzado.

“Buscando consuelo, buscando paz y tranquilidad

el Viejo Miquel del pueblo se fue muy decepcionado


6

yo me desespero y me da dolor porque la ciudad

tiene su destino y tiene su mal para el provinciano”. (Pacheco A,1980)

Ese es el drama que han vivido y viven miles de colombianos, desde cuándo comenzó el

conflicto armado que dejó como resultado más de ocho millones de personas desplazadas,

quienes tuvieron que dejar sus pueblos, abandonar todo aquello que sentía pertenecerle y

enfrentarse a la nueva realidad que le deparaba la vida en la enmarañada selva de cemento

llamada ciudad. “El Viejo Miguel”, tema emblemático del compositor Adolfo Pacheco Anillo,

narra los principales rasgos de las huellas que marcan el desarraigo, cuando por circunstancias

ajenas a la voluntad de las personas, éstas deben marcharse de su lugar de origen.

Si bien es cierto que la canción no señala, exactamente, que el Viejo Miguel debe dejar su

pueblo e irse a la ciudad por culpa de la violencia o cualquier tipo de amenaza, sí señala las

características generales que identifican las penas y pesares que hacen parte de la cotidianeidad

colombiana como consecuencia del desplazamiento forzado.

“Luis Felipe Rojas, Yola y Pello a mí me emociona

El tener que darles ahora mi más triste despedida

Adiós San Andrés, tu animador te abandona

Adiós dieciséis de agosto, adiós alegríaSXXXS1Q

Ya no tocara la banda la banda „El Perro é Petrona‟

Adiós Paco Lara me voy de esta tierra mía” (Pacheco A,1980)

Dejar su tierra, sus posesiones, sus amigos, nada hay tan incierto y deprimente que dejar

lo que ha sido todo en la vida de la persona, sólo porque piense o sienta diferente a quien ostenta

el poder del dinero y de las armas.


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Así como esta canción, el folclor vallenato está lleno de piezas musicales cuyos

contenidos describen de manera clara y precisa el cómo se presentan violaciones a los derechos

humanos en nuestro territorio, especialmente en los departamentos de la costa caribe colombiana.

El compositor Gustavo Gutiérrez Cabello cuenta la manera cómo los niños sufren las

consecuencias de un estado a veces injusto, una sociedad permisiva y unos padres nada

comprometidos con los derechos de los niños, dejándolos abandonados a su suerte, en

contravención del Numeral 2, Artículo 25, de la Declaración Universal de los Derechos

Humanos, ratificado por el estado colombiano a través del Artículo 44 de la Constitución

Nacional:

“Qué triste es ver llorar a un niño,

humilde y solo en su pobreza

durmiendo de noche en la calle

Sin una manta que lo que lo abrigue

sin su madre que lo consuele

llorando siempre de tristeza

Pero qué triste es que llore un niño

que llore un niño desconsolado

van por la calle sin rumbo fijo

pidiendo apenas cualquier centavo

no tienen padres, no tienen madres

hijos de nadie, desamparados”. (Gutiérrez G,971)

Pero no siempre es la irresponsabilidad de los padres lo que reflejan las letras vallenatas

frente difícil situación que enfrentan los niños, en donde el estado los desampara, esta vez
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quitando oportunidades a sus padres, quienes debido a la falta de medios para generar ingresos

ven cómo sus hijos sufren y ellos sin poder hacer nada frente a sus necesidades básicas

insatisfechas. Sin empleo sus padres, los niños no podrán acceder a sus derechos fundamentales

tales como: “la vida, la integridad física, la salud y la seguridad social, la alimentación

equilibrada, su nombre y nacionalidad, tener una familia y no ser separados de ella, el cuidado y

amor, la educación y la cultura, la recreación y la libre expresión de su opinión”. (República de

colombia, 1991)

Este sentir es recogido por el compositor vallenato Hernando Marín Lacouture, quien de

manera gráfica lo expresa narra cómo un padre, campesino, ve a sus hijos pasar hambre y pide

ayuda del cielo, puesto que el abandono total por parte del estado es evidente en su pieza

musical:

“Todas las mañanitas, sale pá la montaña

un hombre extenuado por su tarea tan cruel

y deja a sus hijitos todos en la cabaña

lloran los inocentes sin tener que comer

Y una voz lastimera que a veces los regaña

es el eco del alma de una pobre mujer

Miren la estampa de ese campesino

miren sus ojos brillantes de anhelo

que alza sus manos clamándole al cielo

sus labios trémulos pidiendo a gritos:

¡dame el sustento señor, para mis hijos!”. (Marín H, 1976)


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Por otro lado, están los prejuicios sociales, por lo que no son iguales los derechos para

aquellos niños nacidos dentro del matrimonio, frente a quienes no tuvieron ese privilegio. Así

queda registrado en la canción de Lenin Bueno Suárez:

“De un amor muy sano, nació un niño sin suerte

en un lugar cercano donde querían su muerte

Un bastardo en la casa, así se lamentaban

y el color de su raza, con furia comentaban

sus abuelos maternos de una alta sociedad

a ese niñito bueno, maldijeron sin piedad

La triste narración que les cuenta Lenin

es la declaración de aquel que fue un gamín

El niñito creció sin un calor de hogar

con esfuerzos que hacía se dedicó a estudiar

siendo un poco letrado, tuvo conocimiento

de aquello perpetrado allá en su nacimiento

Hipócritas malvados, gritó a sus familiares/

Dios mío, lo abandonaron por prejuicios sociales

Prefiero como suerte ser un pobre infeliz

antes que formar parte de esta familia ruin”. (Suárez L, 1972)

En otra de sus creaciones, el mismo Lenin Bueno Suárez, hace alusión al drama que

viven los niños cuando son condenados a vivir bajo la disfuncionalidad de la familia debido a la

irracionalidad de los adultos. Debido a factores como la intolerancia, la falta de madurez o la


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inestabilidad, terminan destruyendo el hogar y con ello negando a los niños uno de los derechos

fundamentales como es el de tener una familia.

Drama Provinciano es una muestra fehaciente de tal hecho:

“Oye mamá, en la puerta hay un señor

que dice ser mi papá y que quiere hablar contigo

Dímelo ya, dime pronto por favor,

porque si ese es mi papá, se lo diré a mis amigos

Allá en la escuela mis amiguitos

me preguntan si tengo papá

porque dicen que nunca lo han visto

que a la escuela me ha ido a buscar”. (Suárez L, 1972))

Leandro Díaz Duarte dedica unos versos muy ilustrativos sobre cómo se violan los

derechos fundamentales a la salud, educación y vivienda, en particular los referidos a él que, por

su condición de invidente (persona con discapacidad), debería tener especial protección por parte

del estado colombiano:

“Yo soy la angustia que vive mi pueblo

que se está muriendo de necesidad

soy el muchacho que no va al colegio

porque no hay dinero, no puede estudiar.

Yo soy el hombre que ahora vive enfermo

porque no tiene para ir donde el doctor

yo soy el hijo de aquel hombre bueno

que se ha perdido por falta de protección


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Yo soy amigo del labrador

que mal le pagan por su trabajo

en carne propia sufre el dolor

igual que a mí me han explotado.

Ya me cansé de venir soportando,

de venir ocultando mi necesidad

más de treinta años de venir cantando

siempre mal pagado, ¡que temeridad!

Yo soy el hombre que ha perdido el miedo

para decirle a los de arriba lo que son

de fiesta en fiesta mantienen al pueblo

para que nunca estalle la revolución,

Aquí en Colombia todo lo bueno

está planeado pá los de arriba

mientras el pueblo sigue viviendo

sin pan, sin techo, sin medicina ”. (Díaz L,1982)

El compositor Romualdo Brito, apodado el Cantor de los Indios, destaca cómo se le viola

el derecho a la educación y a la salud a los indígenas de la Alta Guajira:

“No hay colegio pa‟l estudio

ni hospital pa‟ los enfermos

todavía andamos en burro

y en cayuquitos de remos

Y entonces, ¿cuál es la vaina?


12

¿Qué es lo que pasa con nuestro pueblo?

El Gobierno no da nada

y nos censura por lo que hacemos.

Lo que nos da es mala fama

por sus periódicos embusteros”.( Brito R,1984)

Es sin dudas, una radiografía interesante la que hacen los creadores de canciones

vallenatas frente al poco cuidado que tienen los gobernantes para que se materialicen los

derechos fundamentales de la Educación, Salud y vivienda, especialmente en la región Caribe,

dejando de presente cómo un estado miembro de las Naciones Unidas deja de dar cumplimiento

a un acuerdo internacional, ratificado por el estado, lo cual quedó de manera explícita en la

Constitución Política, en el artículo 49 (salud), Artículo 51 (vivienda) y Artículo 67 (educación)

El Artículo 23 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en su numeral 3,

establece el derecho al trabajo y la seguridad social, mientras que el estado colombiano reconoce

este derecho por medio del Artículo 53 de la Constitución Política, desarrollado por el Numeral

4, Artículo 57 del Código Sustantivo del Trabajo.

No obstante, Hernando Marín Lacouture, denuncia en el tema “Los Maestros”, la

vulneración de este derecho universal de los trabajadores:

“El maestro va a la escuela diariamente

no le importa que critiquen su aguerrida voluntad

y hay que aplaudir a esa gente tan valiente

que tienen tan mala suerte, que ni les quieren pagar.

(…) También sé que este gobierno les paga de vez en cuando

y otras veces por milagro les paga de mes en mes


13

ese es otro que no sabe agradecer

tienen sus hijos también

que se los están enseñando

pero como ellos tienen el poder

y las gallinas de arriba

le echan flores a las de abajo”. (Marín H, 1976)

Esta denuncia es de mayor relevancia si se tiene en cuenta que el incumplimiento al pacto

tratado internacional y, por tanto, hace parte del bloque constitucional, es el mismo estado quien

lo hace y merece un particular hace parte del bloque constitucional, es el mismo estado quien lo

hace y merece un particular tratamiento al momento de ser tratado dentro de los procesos

pedagógicos de enseñanza de los Derechos Humanos.

Por otro lado, son permanentes las situaciones en donde la discriminación es evidente,

siendo de esa manera señalada por Romualdo Brito. El autor de múltiples canciones de música

vallenata narra cómo su futura suegra lo discrimina por ser negro y le niega el derecho a contraer

matrimonio con su hija, por ese hecho. Esto es recurrente a lo largo del folclor vallenato, en

donde otras veces el pecado es ser pobre o ser indígena:

“Vean qué cosas tiene mi suegra

que no gusta de este negrito

me trata de malas maneras

cuando por su casa visito.

Se burla de mi piel morena

como si eso fuera un delito

dice que su hija quiere verla


14

con un rubio de ojos bonitos”.

(…) Hombe suegra estese tranquila

que los negros también valemos

para que se da mala vida

si nuestro amor es verdadero”. ( Brito R,1979)

La no discriminación a las personas por razones de color o raza es un mandato

constitucional para el estado colombiano, ratificando lo estatuido por la Declaración Universal

de los Derechos Humanos emanada de la Organización de las Naciones Unidas, señalado en el

Artículo 7.

En el Artículo 43 de la Constitución Política de Colombia, ratificando lo establecido en el

preámbulo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, se encuentra consignado el

derecho a la igualdad entre hombres y mujeres, pero según el parecer del compositor vallenato

Daniel Celedón Orsini, eso no es del todo cierto, por cuanto es dura la situación que viven miles

de mujeres, quienes agobiadas por la mala situación, abandonan sus hogares, se van a recorrer el

mundo en busca de oportunidad y al final terminan siendo arrastradas, por la misma sociedad que

dice protegerlas, hacia el camino de la prostitución.

Con la canción “Mujer Marchita”, este cantautor vallenato describe de manera cruda,

descarnada, esa realidad que es evidente y palpable, tanto en grandes ciudades como pequeños

pueblos, pero que la sociedad poca importancia le brinda. Mujeres que se pasan toda la vida

vendiendo su cuerpo por pequeñas cantidades de dinero, las cuales al llegar a su vejez terminan

abandonadas, sin familias y sin recursos para sobrevivir, pues nada tienen para ofrecer, por tanto,

nadan pueden recibir, excepto desprecio y repudio, en muchas ocasiones por parte de aquellos

que recibieron sus favores.


15

Así, pues, “Mujer Marchita”, desgrana ese flagelo que se incrusta en nuestra sociedad y

vive en ella por años, quizás de manera perdurable, bajo la mirada indolente del estado:

“Cuando va a comenzar la noche comienza tu día

maquillada con mil colores para lucir más.

Contame dónde está lo alegre de tu triste vida

vendiendo puñados de amores pa‟ ganar el pan.

La sociedad que te corrompe, luego te margina

Muchacha autómata del vicio, ¿para dónde vas?

Cicatrizaron en tu cara todas tus heridas

pero la que lleva tu alma nunca sanará.

Desde niña, te marchaste de tu casa

Convencida, de que habría de regresar

Y hoy la vida, te ha mostrado sus espaldas

Tu partida, sigue su recta final

Mujer Marchita, de alma infecunda,

pobre criatura sin ninguna condición

sola entre la multitud,

que comercia con tu amor

al irse tu juventud

baja tu valoración.

Yo sé que cuando sola estés, llorarás con el alma

tu cuerpo débil de mujer ya no resiste más

y que tu orgullo y altivez tristemente se acaban


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a expensas del borracho aquél que te ha ofrecido más.

Decime cómo vas a hacer cuando asomen tus canas

cuando con tu arrugada piel no puedas negociar

y en tus ojos no brille aquel fulgor de tus miradas

mostrándote tu espejo fiel la dura realidad.

Pobrecita, desfiguraron tu cara

y hoy te tildan lacra de la sociedad

te mancilla, te han gritado que eres mala

tu partida, tiene una recta final. (Celedón D, 1983)

El Artículo 1º de la Constitución Política de Colombia expresa que “es un Estado Social

de Derecho, organizado en forma de República unitaria, descentralizada, con autonomía de sus

entidades territoriales, democrática, participativa y pluralista, fundada en el respeto de la

dignidad humana, en el trabajo y la solidaridad de las personas que la integran y en la

prevalencia del interés general”.

Del mismo modo, el artículo 42 de la Constitución, referido a la familia, dispone la

inviolabilidad de la dignidad de la familia. De igual manera, este tema se advierte en el artículo

53, en donde se expresa que los contratos de trabajo no pueden menoscabar la dignidad humana;

también se resalta el reconocimiento de la dignidad de conviven en el país, dentro de los

derechos culturales de los colombianos protegidos por el artículo 70 de la magna norma.

Por su parte, la Declaración Universal de los Derechos humanos, en sus artículos 1, 22 y

23, hace manifiesta la protección de la dignidad humana, indicando que los seres humanos nacen

iguales en dignidad, y que sus derechos sociales, culturales y económicos son indispensables
17

para la dignidad humana, lo mismo que la remuneración salarial asegurará la dignidad humana,

no solo del trabajador, sino de su familia.

Así las cosas, se puede inferir que la dignidad humana está relacionada con el bienestar

de las personas y su entorno más cercano, en donde éstos (persona y entorno) deben gozar de

unas condiciones mínimas que les permitan desarrollarse de manera armónica, equilibrada y sin

carencias de esas cosas esenciales para vivir. En otras palabras, la dignidad humana es el derecho

que tienen las personas de ser valoradas como individuo y como miembro de una sociedad, en la

cual todos los seres humanos contarán con los elementos mínimos para vivir, no para subsistir.

Frente a este derecho, Hernando Marín llama la atención sobre su violación en la canción

“La Ley del Embudo”:

“Yo soy el cantante del pueblo

Yo soy quien defiende a la población

allá donde no llega el gobierno

allá es donde nace mi triste canción.

(…) Los platos que rompe el Gobierno

los paga mi pueblo trabajando al sol

no tiene ni solar ni techo

porque su trabajo no tiene valor

se pasan la vida luchando

pero este cantante de la población

seguirá con su empeño hasta alcanzarlo

pa‟ que a mi pueblo olvidado

le llegue la redención
18

el Sistema nos tiene marginados

pero hay que seguir peleando

hasta ser el vencedor

(…) La Ley del embudo

lo ancho pa' ellos y o angosto pa' uno

La Ley de la ballena

Lo angosto pa' uno y lo ancho pa' ella

La ley del más fuerte

Como están armados se hacen los valientes”. (Marín H, 1977)

Como puede verse, se denuncia en esta canción la marginalidad del pueblo y con ello una

violación masiva de sus derechos fundamentales, al punto que llega la desesperanza en las

gentes. Tal es el desespero que se tiene que recurrir a lo divino para poder sobrevivir ante tanto

abandono, como se expresa en la misma canción:

“Yo soy quien les escucho su llanto

y con ellos comparto su necesidad

y mejor le pedimos a los santos

porque el que está gobernando creo que es por no dejar”. (Marín H, 1977)

Esta misma expresión de desasosiego se manifiesta en la canción Plegaria Vallenata del

compositor Gildardo Montoya Ortiz:

“Óyeme Diosito santo tú de aritmética nada sabias

dime por qué la platica tú la repartiste tan mal repartida.

Óyeme Diosito santo en cual colegio era que tu estudiabas

por qué a unos les diste tanto en cambio, a otros no nos diste nada.
19

Mira tanta gente pobre que vende su sangre pa' poder vivir

no te das cuenta que el rico es feliz mirando al pobre sufrir.

Como sé que es imposible que al santo cielo te llegue una carta

pero me estás escuchando cantando esta plegaria vallenata.

Óyeme Diosito santo yo que en mis noches te paso rezando

para que me des licencia pa ' criar mis hijos y darles un rancho.

Mira como son las cosas que en ti confío y te sigo rezando

ya que no me diste plata dame salud pa' seguir luchando.

Mi plegaria vallenata Diosito santo a ti te la canto”. (Montoya G,976)

A lo largo de este escrito se ha expuesto un número de canciones vallenatas en las cuales

se muestran las manifestaciones que hacen los autores acerca de la violación permanente de los

derechos humanos, canciones éstas que pueden servir a los maestros para establecer una cátedra

de derechos humanos teniendo a la música como referente, indicando, cómo estos derechos y

cuáles de ellos son el punto de partida para que las acciones comportamentales de las personas, y

especialmente los gobernantes, no desconozcan los derechos fundamentales consignados en la

Constitución Nacional y, por ende, en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Sin embargo, no todo es negativo, es decir, existen canciones donde se resalta cómo se

logra el cumplimiento adecuado de la defensa y materialización delos Derechos Humanos, entre

las cuales se cuenta la interpretada por Diomedes Díaz, denominada “Camina”, a propósito de un

programa de lucha contra el analfabetismo que desarrolló el gobierno colombiano durante el

período 1982-1986, siendo presidente Belisario Betancur:

“Hermanos de Colombia vamos todos

a hacer de nuestra patria la más bella


20

camina hermano mío para que aprendas

a leer y escribir por si no sabes

camina para que veas que más tarde

serán una persona diferente

porque eso es muy bonito si tú sabes

leer y escribir correctamente.

Si vives en el campo y no puedes

llegar todos los días hasta el colegio

le dices a un amigo que te lleve

una cartilla, un lápiz y un cuaderno

no importa que estés cerca o estés lejos

camina te los lleva hasta la puerta

y así dentro de poco no tendremos

ni un solo colombiano analfabeta.

El señor presidente de Colombia

ha puesto mucho empeño por la paz

nosotros lo tenemos que ayudar

luchemos hermanos míos por conseguirla

recuerda que la unión hace la fuerza

y unidos viviremos en familia

y una familia unida sí progresa

entonces Colombia enseña a Colombia

para que en nuestra patria a mucha honra


21

no haya un colombiano analfabeta”. (Díaz D,1985)

Otra canción que, si bien no materializa en sí misma el derecho a la paz, consagrado en el

artículo 22 de la Constitución Nacional, expone de manera positiva la importancia de ésta y el

compositor Hernando Marín deja vagar su imaginación e indica en forma explícita cómo serían

las cosas en el país si la paz se consolidara. Aquí el compositor expresa de manera traslúcida

cómo los derechos humanos se verían materializados en un país en paz, con ese regocijo que

genera la reconciliación; las ganas de vivir con un mundo feliz; la eliminación de las barreras

raciales. Y lo más, importante, resalta a La Guajira, que por años ha sido olvidada y vive en la

miseria, como un territorio de amor, sin guerrillas y sin dolor:

“Yo quiero, que el mundo sea más pequeño

y estar cerquita del cielo, para jugar con el sol

quisiera juntar el cielo y la tierra, llanuras y cordilleras

y unir las aguas de Dios.

Ay, ver junto a una mujer blanca con una negra

y que no existan rencillas por el color

y oír en la voz del pueblo un canto en mi tierra

yo quiero cambiar la guerra por paz y amor.

Quiero encender con una luz el sentimiento

y el corazón del pueblo de Valledupar

quiero enlazar la melodía de cuatro versos

para que ustedes me acompañen a cantar.

Canta conmigo mi pueblo y el viejo Valledupar

canta que tu canta como la luz del cielo


22

canta porque tu naciste para cantar.

Yo quiero, que venga Francisco „El Hombre‟

y que cante sus canciones para poderlo escuchar

que traigan de las sabanas los sones

de la nevada aquel indio llamado el Cacique Upar.

Traer los acordeoneros de gran renombre

los mejores verseadores a improvisar

y que vengan los cantantes de otras naciones

a canta el „Amor, Amor‟ en Valledupar.

Quiero traer de La Guajira el sentimiento

de las montañas, guerrilleros en son de paz

quiero traer para el amor el pecho abierto

mi garganta dispuesta para cantar.

Canta conmigo mi pueblo/ y el viejo Valledupar”. (Marín H, 1990)

Como puede verse a lo largo de este texto, las letras de las canciones vallenatas son ricas

en la narrativa de hechos cotidianos y se prestan para conocer la realidad que circunda la vida del

compositor, siendo a su vez un vehículo que transporta una serie de sentimientos, tales que hace

de la cotidianeidad una melodía.

Ese sentir del compositor permite que el oyente pueda conocer desde lo musical el

devenir de un pueblo que vive, siente y sufre los rigores de una guerra sin sentido y la desolación

que genera la desidia de los gobernantes frente a las necesidades sentidas de una población que

no espera de ellos otra cosa que materializadas las condiciones mínimas que les permita lleva

una vida digna.


23

No se necesitan grandes esfuerzos para comprender la realidad, luego de escuchar una de

estas canciones del folclor vallenato. Nada es más sencillo que explicar el acontecer diario de

una región a través de los mensajes que dejan sus canciones. Nada impide que infantes y adultos

puedan deducir cuándo un derecho es violentado o materializado con sólo escuchas las letras de

las canciones, que no son canciones sino narraciones en versos y luego musicalizadas.

Es casi un hecho pedagógico que resulta más aprenderse de memoria una canción que

una narración en prosa. Por ello, es de gran utilidad para un maestro llevar el mensaje que se

quiere transmitir utilizando una canción como herramienta, permitiendo luego que quien la

escucha, se la aprende y la canta hable de ella y la explique.

El tema de los Derechos Humanos, en muchos casos, se vuelve complejo explicarlos y

hablar de ello sin generar controversias, suspicacias y desconfianzas, cuando este país se

encuentra polarizado entre quienes defienden la dignidad humana mediante el respeto y la

garantía de los Derechos Humanos, y aquellos que de alguna manera los han violado o han sido

permisivos frente a ese hecho. Sin embargo, escuchar una canción y tratar de interpretar su

mensaje genera menos resquemores, y menos si se trata de una canción que se escucha de

manera cotidiana y narra hechos que se ven a diario sin levantar ningún tipo de sospechas sobre

la posición ideológica o política.

Cantar la canción “Los Maestros” en los departamentos de la Costa Caribe es muy

natural, siendo además la narrativa de hechos que se vivieron en el pasado y que aún, en algunos

lugares se viven. Quien la cante y trate de explicar su contenido es muy poco probable que se le

tilde de guerrillero o ser militante de la izquierda; y sin prevenciones ni prejuicios cualquiera

puede quejarse de las injusticias que comete el gobierno con los maestros cuando les niega el

pago oportuno de su salario. Es posible afirmarse que esa canción se convierte en un lugar
24

común para que personas de vertientes distintas en lo político o ideológico se refieran a la

violación de los derechos de esta masa de trabajadores, sin que entre ellos se presentes

señalamientos ideológicos.

No así sucede lo mismo si este mismo tema se tocara de manera directa sin la mediación

de la música. Igual sucede con otros de los temas arriba señalados, como el derecho de los niños

a una familia o el tema de la prostitución, que al ser abordados por fuera del contexto de la

música se presta para señalamientos preñados de prejuicios.

Cabe destacar, entonces, que sin dudas el cancionero vallenato se presta de manera

expresa para ser tomado como una herramienta importante dentro de la enseñanza de los

Derechos Humanos. Es preciso, claro está que se amplíe el repertorio de canciones, involucrando

todos los derechos fundamentales, colectivos y del ambiente, tanto en su afirmación como en su

negación.

Luego, entonces, ¡qué suenen los acordeones en los salones de clases y los auditorios

para conferencias!
25

Bibliografía

Adolfo Pacheco Anillo, (1980.)”El Viejo Miguel “interprete Hermanos Zuleta

Daniel Celedón Orsini, (1983.)”Mujer Marchita “interprete, Jorge Oñate “Juancho” Rois

Diomedes Díaz Maestre, (19859).”Camina” interprete Diomedes Díaz - “Cocha” Molina

Gildardo Montoya Ortiz, (1976).”Plegaria Vallenata” interprete Alejandro Durán

Gustavo Gutiérrez Cabello,(1971).”El Niño de la calle” interprete Alfredo Gutiérrez

Hernando Marín Lacouture,(1976). “Los Maestros” interprete Hermanos Zuleta

Hernando Marín Lacouture,(1977) “La Ley del Embudo”interprete “Beto” Zabaleta – Emilio

Oviedo

Hernando Marín Lacouture,(1977). “Plegaria del Campesino” interprete Alfredo Gutiérrez -

Hernando Marín

Hernando Marín Lacouture,(1990).”Canta Conmigo” interprete Diomedes Díaz - “Juancho” Rois

Leandro Díaz Duarte,(1982).”Soy”interprete Daniel Celedón – Ismael Rudas

Lenin Bueno Suárez,(1972).”El Niño Rebelde” interprete Alfredo Gutiérrez

Lenin Bueno Suárez,(1981).”Drama Provinciano” interprete Daniel Celedón – Ismael Rudas

Organización de las naciones unidas. (1948). declaración universal de los derechos humanos.

preámbulo. quinto considerando.

Organización de las naciones uniidas. (1948). declaración universal de los derechos humanos.

párrafo final del preámbulo.

República de Colombia. (1991). constitución política. artículo 13.

república de Colombia. (1991). Constitución Política. Artículo 44.


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Romualdo Brito López,(1979).”Yo soy el Indio” interprete Diomedes Díaz - “Colacho” Mendoza

Romualdo Brito López,(1984).”Por Algo Será” interprete Binomio de Oro


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Anexos
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Anexo A: Listado de canciones

TÌTULO DE LA
CANCIÒN COMPOSITOR DERECHO HUMANO
1 El viejo Miguel Adolfo Pacheco Anillo Derecho a no ser
desplazado
2 El niño de la calle Gustavo Gutiérrez Derecho de los niños

3 Plegaria del Hernán Marín Lacouture Derecho de los niños


campesino

4 El niño rebelde Lenin Bueno Suárez Derecho de los niños

5 Drama provinciano Lenin Bueno Suárez Derecho de los niños

6 Soy Leandro Díaz Duarte Derecho a la salud, la


educación y vivienda
7 Yo soy Romualdo Brito Derecho a la salud, la
educación y vivienda
8 Los Maestros Hernando Marín Derecho al trabajo
Lacouture
9 Por algo será Romualdo Brito Derecho a no ser
discriminado
10 Mujer marchita Daniel Celedón Orsini Derecho de la mujer

11 La ley del embudo Hernando Marín Derecho a la dignidad


Lacouture humana
12 Plegaria Vallenata Gildardo Montoya Ortiz Derecho a la educación

13 Canta conmigo Hernando Marín Derecho a la paz


Lacouture
14 Camina Diomedes Díaz Derecho a la paz
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