EL CULTO A LOS DIFUNTOS.
Capitulo I.
¿Qué es la muerte?
La muerte es una realidad ineludible, es decir, inevitable. Aquella que no escoge para
visitar y que tarde o temprano nos llega, en ocasiones cuando menos lo esperamos.
De que estamos vivos es una de las experiencias que no podemos negar; pero la
angustia sobreviene al saber que algún día moriremos; sin embargo, esta realidad
proporciona sentido a nuestra vida, puesto que, es por medio de ella que traspasamos y
trascendemos nuestros límites, para encontrarnos según nuestra esperanza, con él
trascendental e infinito ser que es nuestra Dios.
Sin embargo, se ha visto, y aún más, se ve que en muchas culturas cuando alguien
muere desata un sin número de emociones entre tristezas y lamentos y que el
sentimiento por aquel que ha muerto es interés de toda la comunidad porque es una
ocasión para vivir la cultura; más aún es propio en el pacífico colombiano. “Donde la
muerte de alguien se convierte en expresión y significado de vida y congregación”, y
que al mismo tiempo son muchos los sentimientos, acontecimientos y hechos, que se
desatan alrededor de esta experiencia tan triste.
La muerte es un acontecimiento que el hombre del Pacífico vive con mucha aceptación
y esperanza; lo que celebra no es la muerte, sino la vida misma. El luto une a todos los
vecinos, todos colaboran en este momento, todo es estimación y solidaridad.
Creencias entorno a los ritos mortuorios
La persona muerta vive y participa de todo lo que está sucediendo a su alrededor, no es
una persona que se ha ido, sino un hermano o un amigo que está participando de la
vida del grupo, por eso el profundo respeto que se profesa al cadáver y el carácter
sagrado de la tumba.
Los signos que utiliza en el Pacífico no significan fatalismo, magia u oscurantismo,
significan que la muerte está relacionada con este mundo y con la vida del más allá, en
una vida feliz con Dios.
Situándonos en el contexto y según lo planteado anteriormente, surgen las siguientes
preguntas: ¿Qué es la muerte para el hombre del pacífico? ¿Qué manifestaciones se
dan alrededor de este acontecimiento? ¿Qué significado tiene cada una de estas
manifestaciones? ¿Son estas manifestaciones, demostración del ser religioso en el
hombre del pacífico? Preguntas que trataremos de responder a lo largo de la
investigación y la reflexión filosófica.
Es por eso por lo que aquí, con los datos recopilados trataremos de descubrir el sentido
filosófico y trascendental de cada expresión y manifestación, según análisis
fenomenológico; con el cual trataremos una gama cultural “ritos fúnebres del chocó” en
especial, este tema lo trataremos desde la ritualidad mortuoria de Dipurdú del Guásimo,
enfocándonos en tres temas muy importantes:
1. Ritos fúnebres a un adulto.
2. Ritos fúnebres a un niño.
3. Alabaos y arrullos.
4. Reflexión filosófica.
Aquí emprenderemos un viaje que quizá no logremos terminar, pero que sí dejará un
eco, una huella, una motivación al enriquecimiento cultural en cuanto a la dimensión
religiosa del hombre del chocó.[ CITATION Pot10 \l 3082 ]
1 Ritos fúnebres a un adulto.
Desde el mismo instante cuando muere alguien, los familiares de éste y algunos otros
comienzan a preparar todo un conjunto de cosas; tanto al difunto como el lugar que
será escenario de diversas manifestaciones trascendentales, en palabras y hechos que
se llevaran durante el velorio, y “lugar sagrado” o veladora en el caso de Dipurdú del
Guásimo.
Es así que lo primero que se hace con el difunto es bañarlo, luego se viste, y mientras
se hace esto se está preparando la tumba o lugar sacro, que hace las veces de un altar,
donde estará acostado o tendido el difunto.
En el arreglo de la tumba se utiliza una mesa, sábanas blancas colgadas tanto al frente
como el en cielorraso, almohada, al frente va un crucifijo, y en los pies la imagen de
San Antonio. El cristo significa que esa alma se presentara ante Jesucristo. La imagen
de san Antonio en los pies significa que san Antonio guiara esa alma hacia Dios.
También se encuentra en la sala del velorio una cinta con el nombre del difunto no en
todos los casos, cinco velas: cuatro del ataúd, y una para la imagen de san Antonio.
Cuando el difunto ya está en la veladora, va llegando la gente o acompañantes, que no
solo son los familiares sino vecinos, amigos, por no decir que la comunidad en general.
Para atender el personal, los cercanos del difunto compran y consiguen café, azúcar,
vela, viche y aguardiente, leche, cigarrillos, confites, galletas, panes entre otras cosas.
Si el difunto o los familiares no tiene como asumir los gastos del velorio y del entierro, la
comunidad lo asume y recogen limosna para eso.[ CITATION Pot10 \l 3082 ]
Vestido del difunto.
Las personas en vida, en algunos casos, piden cómo quieren ser vestidas en el
momento de su muerte, algunos dejan sus vestidos con los que serán vestidos, se les
coloca una capa de color blanco, se les colocan medias, en la mano le ponen guantes y
llevan una vela y una camándula y llevan un cordón de color blanco (cíngulo), en la
cintura, lleva cinco nudos que significan los pasos para la salvación. [ CITATION Pot10 \l
3082 ]
1.1. Creencias.
1.1.1. Vaso con agua.
Se coloca un vaso con agua en la casa del difunto apenas lo llevan para la veladora,
que permanece nueve noches sin cambiarla, para indicar que si al momento de fallecer
la persona murió con sed viene a tomar agua de allí. El agua va disminuyendo a medida
que pasan los días. La que queda en el vaso, después de las nueve noches tiene una
connotación medicinal y se ofrece a las personas que sufren de asma, del corazón y de
los nervios. Se cree que la disminución del agua corresponde a que el difunto, se hizo
presente allí para beberla.[ CITATION Pot10 \l 3082 ]
1.1.2. El cordón.
Al difunto se le coloca un cordón en la cintura, que lleva cinco nudos, significando los
cinco escalones para subir al cielo, a la presencia de Dios. El difunto con el cordón va
escalando el camino salvífico al encuentro con Dios. Se hace con un cíngulo y según se
cree todo difunto debe llevar su vela, su cordón, su rosario con el cual se presentará a
Dios, que según las creencias “hasta muerto se está rezando”. [ CITATION Pot10 \l 3082 ]
1.1.3. Velorio.
Como su nombre lo indica es hacer guardia, acompañar y rendirle homenaje a un
difunto y sus dolientes. El velorio es una “reunión” religiosa en la que se ora por el alma
del muerto, se cantan alabaos y se rezan tres rosarios.
La noticia de la muerte y su respectivo velorio; hace cambiar el programa de la tarde y
de la noche; entonces, empiezan a llegar los familiares con presentes que puede ser en
dinero para ayudar a los gastos del novenario y del funeral.
En ese momento los rezanderos y rezanderas preparan oraciones a los difuntos y a
todos los santos. En la veladora hay un lugar destinado para juagar naipe, dominó, se
echan chistes de toda clase. En las salas donde está el difunto las y los cantadores
toman asiento junto a la tumba para cantar y rezar. Así en el velorio se ve, y se hace de
todo, se canta y se reza, se estrechan los vínculos de amistad entre los habitantes de la
comunidad.
El velorio comienza poco después que fallece la persona hasta el día siguiente. En el
transcurso de este se recitan oraciones pidiendo el perdón de los pecados con el objeto
de que el alma llegue al Padre; se cantan alabaos, se juega dominó, se reparten
confites, se brinda alguna comida y algunas bebidas, para mantener en pie a las
personas que acompañan el velorio durante la noche. [ CITATION Pot10 \l 3082 ]
1.1.4. Novenario.
Es el conjunto de ceremonias y ritos fúnebres que se hacen en honor al difunto. Es la
despedida, el adiós antes de la despedida definitiva, que según creencia será en el
último día del novenario. Como su nombre lo indica, los actos tienen una duración de
nueve días con sus respectivas noches, contadas a partir del día en que muere la
persona. Estos días son celebrados ininterrumpidamente.
Durante todo este tiempo los dolientes se someten o se proponen mantener una vigilia
para recibir abrazos y besos como manifestación de dolor y pesar por parte de los
amigos del difunto y de la familia. Al cabo de esta dura jornada, estos sobrevivientes del
dolor y el trasnocho, lucen un áspero semblante.
Se da la impresión que los novenarios en algunos o por no decir en todo el pacifico
colombiano encierran una connotación especial y de carácter social. Una vez que la
persona ha muerto y la noticia ha sido difundida por las regiones vecinas, empiezan a
llegar los amigos y familiares que se encuentran en lugares remotos al escenario de los
hechos. Donde permanecerán algunos días solidarizándose con el dolor de la familia.
Durante estos días, lo que en vida fue la morada del difunto adquiere las características
de improvisada posada de camino, donde unos llegan y otros se van. Del mismo modo
la cocina se vuelve parte fundamental de toda actividad que tenga que ver con los
preparativos de la comida y la elaboración del café y otras bebidas que se la ha de
brindar a los visitantes.
En el patio se instalan sillas y mesas para los juegos de dominó, baraja, parqué, dados,
entre otros.
También se presenta que las novenas se vuelven el “medio fortuito” para enamorados y
al mismo tiempo para enamorar, referir chistes, escuchar cuentos de espantos y brujas,
hacer comentarios e intercambiar chismes ocurridos últimamente en el pueblo o la
región.
Al ir a un novenario se hace notorio que los jóvenes y particularmente el género
masculino, no entre al recinto o salón donde se está haciendo el velorio o la novena.
Que se haga, por decirlo así “aparte del acontecimiento”; dedicándose más bien a jugar
y echar chistes. En palabras de Estefana Asprilla “los hombres tienen menos
sentimientos que las mujeres, o por lo menos, lo demuestran poco, “tienen el corazón
más duro”.[ CITATION Pot10 \l 3082 ]
1.1.5. ¿Cómo o qué se hace en el novenario?
Durante esos nueve días se reza un rosario –según la enseñanza de la iglesia católica-
por cada noche, su responsorio y algunos alabaos. Al rosario le agregan fórmulas como
esta: Dadnos señor mío Jesucristo de limosna, buen fin, buena vida y buena muerte…
Dios te salve hija de Dios Padre, Madre de Dios Hijo, Dios te salve esposa querida del
espíritu santo… finalmente terminado el rosario se cantan alabaos.
Cumplida las nueve noches se prepara la tumba, que se puede hacer de distintas
formas (monte calvario, en el piso etc.) colocándole distintos elementos ej.: arroz,
frijoles. La tumba lleva cinco gradas; significando las gradas que hay que subir o
escalar a la otra vida.
Durante estas noches se hace comida para los acompañantes que vienen de lejos, en
atención a los asistentes, se reparte aguardiente o viche, cigarrillo, panes etc.
Sin embargo, el último día, o sea el noveno día, se reza el rosario por casillas durante
toda la noche, distribuido de la siguiente manera: a las 8 pm se reza una primera casilla
del rosario, a las 10 pm la segunda, a las 12 am la tercera, a las 2 am la cuarta, a las 4
am la quinta; y a eso de las 5 am se hace el levantamiento de la tumba, que es según la
creencia, el adiós. Ésta se hace con el fin de despedir el alma y que ésta se vaya en
paz al cielo.
Para el levantamiento de la tumba todos los rezanderos se ponen al pie de la tumba e
inician una serie de oraciones que hacen referencia al levantamiento, luego se entona
un alabao de este estilo:
Levanten la tumba, levántenla ya, que el alma se ausenta pa´ nunca jamás. Adorar el
cuerpo, adorar la cruz, adorar el cuerpo de mi buen Jesús, de mi buen Jesús.
Empiezan a quitar todos los componentes de la tumba, mientras cantan, danzan y se
abrazan; una vez quitado todo se hacen unas oraciones y se despiden con la bendición
que da justo al amanecer
Después de haber hecho el levantamiento de la tumba se hace un balance de los
gastos, tanto en el velorio como en el novenario; y así una vez hecho esto, los gastos
se reparten entre los inscritos en una lista que han hecho previamente.
Es necesario anotar que todas estas ceremonias no las dirige una autoridad eclesial,
ésta se lleva a cabo gracias a los llamados “rezanderos y cantadores”, y ¿Quiénes son
éstos?[ CITATION Pot10 \l 3082 ]
1.1.6. Los rezanderos.
Son hombres y mujeres que rezan en los velorios, novenarios, alumbramientos y
prestan su servicio a la comunidad y a las almas de los difuntos, para que puedan estar
en paz con Dios. Aprenden su profesión escuchando en las novenas o velorios, por
herencia o enseñanza. Cada uno tiene su estilo, pero sin salirse de lo básico. Son pieza
fundamental del velorio y la novena.
Manejan el ritmo de la noche, pues cuando se va a rezar se suspende lo que se esté
haciendo. A veces se reúnen hasta cinco rezanderos en una misma novena o velorio,
pero es uno solo quien dirige. Por tradición no cobran, pero los dolientes, el último día
de la novena o al día siguiente le dan algo de plata como reconocimiento de su trabajo.
Además de las oraciones, utilizan el rosario y las velas para alumbrar la tumba o cuerpo
del difunto.
Se cree que, si una persona va a un velorio o una novena, no se puede ir sin rezar por
lo menos un rosario, porque si no el muerto lo asusta cuando vaya de camino a la casa.
[ CITATION Pot10 \l 3082 ]
1.1.7. Cabo de año.
Práctica muy difundida en todo el Pacífico Colombiano, en la ceremonia se
representaba al difunto con un ataúd el cual se le cubría con una sábana negra en
señal de duelo o luto; y se le coloca los cuatros cirios encendidos. El Celebrante repite
la ceremonia en cuerpo presente y al final se prodigan los responsos acostumbrados en
la iglesia católica.[ CITATION Pot10 \l 3082 ]
Capítulo II.
2 Ritual fúnebre para niños.
2.1. “Chigualo o Gualí”.
Es la ceremonia o actos que se hacen con motivo de la muerte de un niño que muere
entre los 0 y los 12 años de edad, el cual se cree se vuelve angelito y que va derecho al
cielo. Por esta razón no se le hace velorio ni novena, como sí, se le, hace a los difuntos
adultos.
Esta ceremonia tiene lugar la noche anterior al día en que se va a enterrar el niño
muerto, es una ceremonia muy alegre, ya que, según la creencia, el niño no ha
ofendido a Dios, está limpio de pecado; como también se cree que su llegada al cielo es
con mucho gozo. Del mismo modo, al niño se le coloca una flor que irá en la boca
llamada “la flor del pico” y significa la inocencia del niño.
Para la ceremonia se baña y se viste al niño de blanco o rosado, colocándole un ramo
de flores en la mano derecha, una corona de papel en la cabeza y algún instrumento de
trabajo según el sexo, si es niño puede llevar un machetico para trabajar, si es niña
puede colocársele un rayo (estregador).
La caja o ataúd debe ser blanca o forrada con tela blanca. Se prepara un altar con una
mesa y sobre ésta un arco adornado con flores de diversos colores y las 3 velas.
Debajo del arco, sobre la mesa se coloca la caja con el niño.
En la noche en lugar de rezar por el niño muerto, se baila alrededor del cadáver
cantando los arrullos que en ocasiones van acompañado de instrumentos musicales
(tambor, platillos, requinta; entre otros).
Los padrinos son muy importantes en este ritual, puesto que son los encargados de
dirigir la celebración, ayudan a vestir o amortajar al niño, y de buscar a los niños que
van a llevar el ataúd al cementerio; del mismo modo son los responsables de cubrir los
gastos del entierro. La madrina es la encargada de bailar al niño. Se le coloca en una
silla especial durante toda la noche y una mesa con velas y flores preparada en forma
de altar.
El angelito o niño debe llevar los ojos abiertos, para que así pueda ver –según la
creencia- la luz, y porque pronto va a ver el rostro de Dios; en caso de que al morir se le
cierren los ojos, se le colocan unos palitos para abrírselos.
Para el baile del Chigualo las personas se colocan en semicírculo alrededor del altar, la
madrina o padrino coge el cadáver y mientras cantan van pasando la caja o ataúd con
el niño de mano en mano.
El angelito pasa la última noche antes de marcharse al cielo, entre parientes y amigos
que le desean un buen viaje con arrullos, al tiempo que mecen su cuerpo en una
sábana blanca mientras entonan:
Que se embarca y se va, buen viaje a la gloria, se vatu padrino y tu madrina, canalete
te han de da, ¡Buen viaje!
Como habíamos mencionado antes, durante la noche no se reza por el niño muerto,
sino que se baila el «Chigualo» y se le canta arrullos o Salves. En el baile las mujeres
forman un semicírculo alrededor de la mesa y del altar, La Madrina o una persona que
ella delegue coge al niño y mientras cantan lo van ofreciendo a los presentes. En
algunos lugares interviene el padrino acompañando a la madrina en la danza. La
madrina entrega el cadáver a una de las mujeres que están en el semicírculo. Este rito
dura toda la noche. Se acompaña la ceremonia con bebidas típicas de la región.
La madre del niño acompaña el acto sin participar en el semicírculo. Al día siguiente
llevan al niño al cementerio. La procesión es acompañada por muchos cantos que
expresan la alegría del nuevo miembro del coro de los ángeles. Al niño no se le hace
novenario, su alma no está penando.
Cuando se trata de despedir a un niño que ha muerto, el ambiente es de entusiasmo y
alegría, no solo en la fuerza y vivacidad de los cantos sino en el colorido de los
atuendos y los elementos con que rodean el féretro. Adelante van los familiares con
flores, luego un joven lleva una asta con cintas que caen y son sostenidas por la punta
por otros niños, luego viene el féretro, los demás familiares y las cantoras. [ CITATION
Pot10 \l 3082 ]
Capítulo III.
3 Los alabaos.
Es sagrado. Se cree que son apoyo para acercar el alma más a Dios y contrarrestar el
pecado. Hay alabaos que no se pueden cantar sentados, sino de pie, esto debido a su
solemnidad.
Este canto fúnebre posee letras o textos literarios bíblicos y demás cantos religiosos
como Ave María, Santo, Agnus Dei y otros de iniciativa propia que tienen que ver con
los caminos del alma al más allá.
En esencia son aquellos cantos dialogados de alabanza o exaltación religiosa utilizado
en el contexto fúnebre, velorio y novenario para adultos y para la celebración del
Chigualo; al igual que en otras ceremonias celebradas en el pacifico colombiano. Los
alabaos son memorias. Se cree que es para que el difunto halle el camino al más allá y
se reencuentre con sus ancestros.
En este canto el solista emprende su cantata con fluctuaciones vocales impresionantes,
con terminaciones de frases prolongadas y solfeadas que a veces no se entiende con
claridad el mensaje expresado, el coro de cantores responde de manera enérgica y con
diversas voces abordo aprendidas con la práctica repetitiva e imitativa todo esto
produce una sensación de tristeza por la despedida de un ser, al más allá.
Según se cree, los alabaos son para ayudar que el alma del difunto descanse en paz al
lado de Dios, esto sí, de acuerdo a sus obras. Del modo son para implorarle a Dios por
el alma del difunto, al igual que pidiéndole a Dios por los que quedan vivos, para que
les ayude a resistir el dolor de haber perdido ese ser querido. Los alabaos que se
entonan tienen un contenido rico en espiritualidad y mística. Son por llamarlo así
“diálogos entre el mundo del hombre y el mundo divino”.
Por ejemplo:
Licencia le pido a Dios Y a la Virgen soberana
Para saber de qué modo Se aparta el cuerpo del alma
El cuerpo le habló primero Todo bañado de lágrimas
El cuerpo le dijo al alma que ya es hora y Dios te llama
El alma le dijo al cuerpo Quédate para la tierra Que yo me voy a pagar
Lo que vos has hecho en ella Con lágrimas y sollozos
Ya te empiezan a bañar.[ CITATION Pot10 \l 3082 ]
3.1. Los arrullos de Gualí o Chigualo.
Los efectos de estos son reales. En esencia son un estímulo que se le hace al niño.
Otro canto fúnebre que se utiliza en el acompañamiento del niño muerto o “Angelito”
este ritual es alegre y sus cantos se denominan “bundes” que están integrados por
canto y acompañamiento de instrumentos de percusión de la Región y juegos lúdicos
creados por la comunidad campesina o rural, en donde se ofrecen estos juegos al
angelito que no alcanzo a jugarlos en esta vida y se le enseñan para que los realice en
la otra vida.
Se nota un entusiasmo porque se despide a un ser que no ha cometido faltas o
pecados en este mundo y con ello se ha ganado la entrada al Cielo, los textos literarios
de estos cantos tienen que ver con situaciones cotidianas que se practican en la
comunidad, como juegos con juguetes, consejos de madre a un niño, consuelo para la
madre, bendiciones para un angelito, abundancias de juegos en la otra vida y permiso a
Dios para entrar a los cielos entre otros.
Estilo de arrullos:
Rorro, tu padrino y tu madrina que te echen la bendición
Que te la echen bien echada que te llegue al corazón
Niño lindo niño bello, niño pa donde te vas
Niño si te vas al cielo no te vas a demorar. [ CITATION Pot10 \l 3082 ]
Capitulo IV.
4 Reflexión filosófica
El ritual de los difuntos, es tan complejo que exige una visión de conjunto, antes de
entrar de lleno en su fenomenología. El efecto disolvente de la muerte ha de ser
detenido y, en su intento por lograrlo, los humanos establecen un nuevo parentesco,
que refuerce el existente entre los vivos: es el lazo sagrado que se crea y acepta entre
supervivientes y antepasados.
El dolor que ocasiona al partir un ser querido en los dolientes, genera gritos, aullidos,
rasgaduras de vestidos y mucho llanto, esto da a entender al difunto que su partido ha
sido muy sentido. Todos los elementos, que se utilizan durante las novenas se realizan
con el fin de que el alma de esa persona alcance la vida eterna.
Dentro de la idiosincrasia de un pueblo, miramos como con hechos y símbolos
concretos muestran la manera que tienen de concebir la muerte y sus consecuencias,
desde una cosmovisión acerca de la existencia y del fin último del ser humano; esto lo
expresan desde un punto de vista cultual, por eso hay ciertos lugares donde se le rinde
más culto a la muerte que a la vida y miramos algunos folclorismos dentro de los
velorios y toda una filosofía en la manera de expresar los sentimientos frente a la
persona que están velando.
Luego al entrar a valorar positiva o negativamente esta manifestación del fenómeno
religioso nos hemos guiado por la sola luz natural de la razón, y el supuesto está
enmarcado en ¿Qué podemos decir acerca de la manifestación en cuestión? Teniendo
en cuenta los criterios fundamentales que se presentan en dicho fenómeno; el hombre y
lo sagrado con lo cual se relaciona el hombre.
Es así que nuestra reflexión filosófica no se ha basado simple y llanamente en
descripciones, sino que también plantea cuestiones acerca de la verdad y al mismo
tiempo pregunta por la esencia del hecho o manifestación tratada.
Hemos demostrado y al mismo tiempo verificado desde los ritos fúnebres del pacifico
colombiano, que el hombre de toda raza, lengua, pueblo, nación, condición y tiempo, es
por naturaleza un ser religioso. En su efecto, la siguiente reflexión la queremos enfocar
desde las siguientes preguntas ¿Por qué creemos que los ritos fúnebres del pacifico
colombiano son manifestación del ser religioso? ¿Cuál es la esencia de este hecho?
Primero que todo hay que partir del postulado según el cual la religión es “la orientación
del hombre hacia lo sagrado”. Esto significa que para que haya religión se necesitan
dos realidades fundamentales: el hombre, que es el que se orienta o se dirige, y lo
sagrado que es a quien o a lo que el hombre se orienta o se dirige.
En cada dato recopilado se mostró como cada hecho tenía una orientación, un
significado al más allá; ese más allá es donde habita el ser supremo y a donde el
hombre parte o se dirige cuando muere. Cada símbolo, cada hecho representa una
realidad.
Los ritos fúnebres son unas de las expresiones culturales más ricas y admirables del
pacifico colombiano; por medio de ello el hombre del pacifico colombiano, manifiesta su
creencia y sentido a lo trascendente, a lo que está más allá de nuestros sentidos.
Es en medio del dolor –que causa la muerte- es que el negro del pacifico colombiano se
congrega, no importando las barreras y dificultades; a celebrar no la muerte sino más
bien el cambio de esta vida dura a la otra, la vida feliz.
Él utiliza los medios y auxilios terrenales para representar las realidades supra
mundanas, utiliza los medios humanos posibles, para ayudar al difunto a llegar al ser
supremo, se congrega porque cree que el difunto necesita compañía, necesita de los
alabaos o los arrullos, porque no hay cosa que deje más tranquilo al ser doliente, que
enterrar a su difunto o en otras palabras, acompañar al difunto hasta la llegada al ser
supremo, luego la esencia de estos ritos fúnebres radica en un acompañamiento del
hombre que se encuentra en la dimensión de lo terrestre, al hombre que ha partido al
encuentro del ser supremo; y es ahí donde queremos fundamentar y afirmar que éstos
hechos son manifestación del ser religioso ya que por medio de ellos el hombre se
relaciona con el ser supremo.
Sin embargo ¿Por qué ocurre que, en el hecho, a veces, se presenten sucesos
defectivos y asilados de lo que se celebra? Con esta pregunta nos referimos a que se
tome bebidas alcohólicas en exceso, que la celebración de los ritos se preste para
cuestiones de tipo inmoral que afean el contenido religioso del hecho, que en ocasiones
de un velorio salga otro velorio, que se cree discordias. Estos cuestionamientos nos
permiten pensar que los ritos fúnebres del pacifico colombiano aún están en proceso de
purificación y de perfeccionamiento, que todavía no se ha dicho la última palabra de
ellos, por tanto, quedan las puertas abiertas para nuevos análisis e investigaciones.
Según esto, y viendo todo lo anterior ¿Qué pasa con aquellas personas que no son
veladas o no se les hace participes de un acompañamiento? ¿Si estos ritos fúnebres
son ayuda para encontrar la luz, aquellas personas entonces quedarán sumergidas en
un mundo de oscuridad?; luego, ¿será esto, un hecho más que cultural, o de verdad
trasciende las esferas de lo cultural?, para responder a dichos cuestionamientos, es
necesario no limitarse a hacer uso exclusivo de nuestras facultades racionales, pues
ésta no nos dará a plenitud una respuesta clara; es necesario complementar aceptando
la presencia de algo no humano en todo esto, algo que perfecciona el conocimiento
natural, y que en consecuencia, no puede haber contradicción entre ellos. [ CITATION
Pot10 \l 3082 ]
Conclusión.
En el pacifico colombiano la muerte de una persona y su respectivo funeral es motivo
de congregación.
Para los familiares y allegados es ocasión de mucho dolor recogimiento y paralización
de sus actividades comunes; en las horas de la noche la gente se congrega, ya sea en
la casa del difunto o en una casa de velación para el velorio, donde se reza y se le
canta alabaos hasta el amanecer.
Además, se realizan actividades como juegos de mesa bien sea dominó o cartas, para
permanecer en vela como gesto de acompañamiento a la familia del difunto, también se
reparten dulces, bebidas y a media noche una merienda bien sea café con pan u otros
alimentos.
Al amanecer se reza el ultimo rosario por el alma del difunto y se queda la familia con
algunos allegados; ya en las horas de la tarde se lleva al difunto al templo o a un lugar
de oración , para celebrar la eucaristía si hay sacerdote o en su efecto el rosario u otras
oraciones especiales, donde se despide con toques de campanas luego se pasea al
difunto por las calles del pueblo en señal de despedida; generalmente los cementerios
quedan a las afueras del pueblo donde son llevados en canoas o por camino. Ya
estando en el cementerio se le da el último adiós con las últimas oraciones.
Durante los 9 días próximos se le reza la novena teniendo signos y símbolos como
agua en un vaso y la lámpara encendida; el agua indica que el difunto cada día va y
toma agua, dando a entender que está pagando su pena, y la lámpara es el camino
para llegar a Dios, el último día se levanta la tumba antes del amanecer indicando una
total despedida.
Todo esto demuestra que los ritos fúnebres tienen un sentido inagarrable por las manos
humanas y más bien son entendidos desde dimensiones trascendentales y metafísicas.
Sin embargo, nuestro estudio e investigación versó sobre datos, hechos y fenómenos
palpables que nos permitieron desde la razón humana explicarlos, aunque no en su
totalidad.
Estos datos lo que demostraron y manifestaron fue que en el fondo lo que predomina es
una relación íntima e inseparable entre el hombre y la realidad suprema.
Ahora bien, cabe anotar, que en esta investigación no se ha dicho todo, ni mucho
menos se cierra aquí la inquietud investigativa; puesto que, confrontando con un
pensador de la época contemporánea, Karl Marx, diremos: “Daremos bienvenida a
todas las críticas que se puedan dar a esta investigación”. [ CITATION Pot10 \l 3082 ]