REFLEXION
Génesis (2,15) "Yahvé Dios tomó al hombre y lo puso en el jardín del
Edén para que lo trabajara y lo cuidara." (CICLO VI)
Proverbios 12:11 El que labra su tierra se saciará de pan; Mas el que sigue a
los vagabundos es falto de entendimiento.
1 Tesalonicenses 4:11-12 Y que procuren vivir en paz, y ocuparse de
sus negocios y trabajar con sus propias manos, tal y como les
hemos ordenado, a fin de que se conduzcan honradamente con los
de afuera, y no tengan necesidad de nada (CICLO VII)
No es el trabajo un castigo por el pecado original, como algunos todavía creen,
sino que es el medio por el cual el hombre adquiere dignidad y se realiza como
ser humano.
El trabajo dignifica a la persona porque la hace sentir capaz, útil, necesaria,
autosuficiente y perteneciente a una sociedad activamente económica. Ganar
algo por tu propio esfuerzo, sin que nadie te regale nada, es parte del proceso
de realización personal.
¿cuál es el principal motivo por el que permanezco en esta empresa?
En un 70% la respuesta de una encuesta fue la oportunidad de crecer y
desarrollarse profesionalmente, solamente el 15% refirió la remuneración como
un motivo de permanencia. Esto nos demuestra que el dinero no es el principal
motivo por el que uno trabaja.
El Papa Juan Pablo II nos decía que el trabajo es "para la persona y no para el
producto", haciéndonos ver que no estamos tratando con "máquinas",
olvidándonos de la dimensión humana de la empresa. Hoy tenemos que
entender que no es la empresa la que crece y desarrolla a sus colaboradores,
son las personas las que crecen y desarrollan a la empresa. No hay otra
fórmula.
Para nosotros, ser empresarios debe de ser una "vocación". El trabajo es una
fuente de dignificación de la persona. Dios nos puso en este lugar para llevar
su reino a la empresa.
FUNDAMENTOS
El hombre, desde siempre, en cualquier cultura y ambiente, ha tenido que trabajar para
poder lograr su propia supervivencia en el transcurso de la vida.
Con el trabajo, el hombre ejerce la función transformadora de las cosas, al mismo tiempo
que las innova.
El trabajo es una realidad muy propia del hombre; aparte de todo eso, el hombre se
convierte, mediante el trabajo, en el dominador de la naturaleza por excelencia; he ahí la
eminente labor que ejerce el hombre en su actividad diaria.
Hay que trabajar dignamente para ganarse el sustento diario realizando con la naturaleza
lo que el creador nos encomendó. Esa debe ser una satisfacción para toda persona ya que
al trabajar servimos al prójimo y cumplimos un mandato divino y al cumplir ese mandato
divino nos santificamos.
EXPLICACIÓN Trabajador y trabajo nos remontan al Dios del paraíso y al taller de
Nazaret, y en esos dos lugares, tan santificados por la presencia de Dios, es donde se
descubre tanto la dignidad de la persona que trabaja como el poder santificador del
trabajo.
Nos dice la Biblia que el hombre ha nacido para el trabajo como el pájaro para volar.
¿Qué diríamos de un pájaro que estuviese tendido en tierra sin poder alzar el vuelo? Pues
diríamos esto: que es un pájaro que está enfermo y que nunca se va a desarrollar como
los demás compañeros suyos, que gozan surcando el cielo.
Así también, el hombre que no trabaja no desarrolla sus facultades, indica que algo
anormal hay en sus adentros, y que nunca llegará a la perfección exigida por su
naturaleza. El trabajo hace vivir con dignidad, porque lo que se come no es fruto del
trabajo ajeno ni del, sino de un esfuerzo noble y generoso.
Es deber de la Iglesia: recordar siempre la dignidad y los derechos de los hombres del
trabajo; denunciar las violaciones de esos derechos y orientar las nuevas situaciones. El
trabajo, en cuanto problema humano, es el punto central y la clave esencial de la cuestión
social. El trabajo está en función del hombre, no el hombre en función del trabajo”.
Mediante el trabajo el hombre “no sólo transforma la naturaleza humana, adaptándola a
sus necesidades, sino que se realiza a sí mismo como hombre”. La encíclica se refiere a
que el trabajo es la vía concreta para acceder a los bienes que están destinados a un uso
común. La Iglesia considera un deber suyo la formación de una espiritualidad del trabajo
para que, a través de él, los hombres se acerquen a Dios, Creador y Redentor.
“La Iglesia siempre procura mantenernos por el camino del bien donde principalmente está
presente el trabajo.”
Génesis 3:19
Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque
de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.