TEXTO: JUAN 15:2, 5, 8,16
TITULO: CONDICIONES PARA LLEVAR FRUTO
TEMA: UNA VIDA FRUCTIFERA
PROPÓSITO GENERAL: Consagración
PROPÓSITO ESPECÍFICO: Enseñar las condiciones bíblicas para tener una vida fructífera.
INTRODUCCIÓN. A veces nos preguntamos ¿Por qué algunas personas son capaces de lograr tantas cosas
con su vida? ¿Qué los hace ser tan productivos?
Las compañías, las grandes empresas, aún los gobiernos mismos deben rendir reportes cada mes de la
productividad de las compañías, las empresas o el país. Ese informe mide la salud económica de una nación.
Imagínese que cada mes se nos pidiera rendir un informe de nuestra productividad como cristianos. ¿Qué
mostraría ese informe? Resultados positivos o negativos, crecimiento o declive. Pensemos que nos gustaría
decir en el futuro: Viví una vida fructífera, aproveche cada oportunidad, o no hice nada…
En esta porción, Jesús nos ofrece las herramientas para ser fructíferos, de acuerdo a Jesús el futuro está sujeto a
nuestra vida fructífera.
PROPOSICIÓN: Como cristianos tenemos la responsabilidad de ser fructíferos, de llevar mucho fruto. Ya que
al final se nos pedirá un informe de lo que hayamos hecho.
ORACIÓN INTERROGATIVA: ¿Cómo ser cristianos productivos?
ORACIÓN DE TRANSICIÓN. La Biblia nos da cuatro condiciones para ser fructíferos:
PALABRA CLAVE: FRUCTIFERO.
I. CULTIVE LAS RAICES: Jeremías 17:7-8. “Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza
es Jehová. Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echara sus
raíces, y no vera cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde, y en el año de sequía no se
fatigara, ni dejara de dar fruto”
A. ¿Cuáles son esas raíces que debemos cultivar?
1. La raíz de la fe
2. La raíz de la convicción
3. La raíz doctrinal
B. ¿Por qué debemos tener raíces fuertes? Según Jeremías para el tiempo de calor y sequía.
1. Las raíces están ocultas, su profundidad solo se puede medir en momentos de sequedad
2. Sin raíces no hay fruto, los grandes árboles parecen imponentes ante los ímpetus de del tiempo
porque sus raíces han alcanzado profundad.
C. ¿Con que raíces comparamos al creyente? Con las raíces de las palmeras y del cedro del
Líbano. Salmos 92:12-15. El justo florecerá como la palmera; Crecerá como cedro en el Líbano.
Plantados en la casa de Jehová, En los atrios de nuestro Dios florecerán. Aún en la vejez
fructificarán; estarán vigorosos y verdes, para anunciar que Jehová mi fortaleza es recto, y que en él
no hay injusticia.
1. La palmera posee una cualidad sus raíces se profundizan hasta alcanzar el agua
2. El Líbano, tanto es su altura, así son sus raíces.
D. ¿Cómo se cultivan las raíces?
1. Comencemos aprendiéndonos el Salmos 1, el salmista dice que el que tiene raíces es el que lee y
medita en la Palabra de Dios.
2. Existe un proceso natural en el crecimiento de las raíces: Leer, meditar, memorizar, creer, obedecer,
practicar y enseñar a otros.
APLICACIÓN: La profundidad de nuestras raíces sale a la luz con nuestras actitudes a la hora de la
prueba, tentación o aflicción.
Transición de la transición: Después de cultivar las raíces, el cristiano necesita eliminar lo que no
sirve:
II. ELIMINE LA HIERBA MALA
A. Jesús ilustro los estragos que hace las malas hierbas en la vida del creyente en la parábola del
sembrador Lucas 8:11-14
1. La mala hierba ahoga la poca fe del creyente
2. Impide el fruto
B. En el mundo existen unas 8,000 especies de hierba mala.
1. Hay una pregunta que nos haría pensar ¿Cuántas hierbas malas están creciendo en nuestra vida?
2. La hierba mala en nuestras vidas impide el crecimiento y la vitalidad de nuestra vida espiritual.
C. ¿Cómo diagnosticar la mala hierba en nuestra vida?
1. Ha oído de personas que digan: No tengo tiempo para servir al Señor, tengo mucho trabajo, no
puedo involucrarme.
2. Estas personas están muy ocupadas. Necesitan sacar un poco de hierba mala. Regresemos a Lucas
8:14
APLICACIÓN: Si dejamos que las hierbas malas de este mundo crezcan en nuestra vida, no
llevaremos ningún fruto, nos veremos ahogados en los afanes de este mundo.
Transición de la transición: Eliminar la mala hierba es nuestro trabajo y el de Dios, dejemos que Dios
trabaje en nosotros.
III. COOPERE CON DIOS
A. En que puedo colaborar con Dios. Cuando Él poda mi vida.
1. Jesús lo declaró en Juan 15:1-2
2. Poder es un proceso de mantenimiento a nuestra vida espiritual. Lo mismo que se hace con su
carro… con su computadora.
B. A veces Dios corta cosas muertas, pero también vivas.
1. A veces esperamos que Dios corte el pecado, la tentación.
2. También corta la fuente de la tentación, aunque tenga éxito.
C. Los métodos de Dios son fuertes pero efectivos.
1. En el A. T. encontramos un simbolismo de la Iglesia en el candelero. Ex. 25:31” Harás además un
candelero de oro puro; labrado a martillo se hará el candelero; su pie, su caña, sus copas, sus
manzanas y sus flores, serán de lo mismo”
2. El hecho de ser podados no quiere decir que tenemos frutos, es para que llevemos más fruto.
APLICACIÓN. Dios es Todopoderoso, pero también es caballero, aunque Él quiera transformar nuestra
vida, pero si no permitimos no lo hará.
Transición de la transición: Después que Dios ha hecho una limpieza en nuestra vida, lo que se espera
más y mejor fruto, por eso:
IV. ESPERE LA COSECHA
A. Desarrollarse es un proceso, tarda mucho tiempo, no es algo instantáneo.
1. Dios hace crecer los hongos en dos días, sin embargo, para hacer crecer un roble tarda 70 años.
¿Qué deseamos ser un hongo o un roble?
2. Llevar fruto requiere tiempo. Las mejores frutas maduran más lento.
B. El mejor fruto que podemos esperar es la cosecha del fruto del Espíritu. Gálatas 5:22-23
C. Jesús dio las siguientes directrices o ideas para esperar el fruto en Juan 15:
1. v. 4 permaneced en mí
2. v. 7 si permanecéis… pedid.
3. V. 10 permaneced guardando mis mandamientos
4. V.16 no me elegisteis vosotros a mí… para que…
APLICACIÓN. No hay dicha mejor que saber nuestra existencia tiene un propósito realizado. Y que
estamos cosechando el fruto que Dios desea en nosotros.
Transición de la transición. Concluimos que:
CONCUSIÓN: Hemos sido diseñados para crecer y fructificar. Para que esto sea posible es necesario que:
Cultivemos nuestras raíces espirituales y poder soportar cuando venga la dificultad, pero, además, es
necesario eliminar las cosas malas en nuestra vida, las cuales les hemos llamado hierbas malas.
Consientes que Dios también hace lo suyo podándonos porque debemos permitir que él haga su obra en
nosotros. Por último, esperemos la cosecha de frutos agradables a Dios, útiles para la Iglesia y la comunidad.
Si no somos fructíferos, Jesús no va a estar esperando todo el tiempo…
ILUSTRACIÓN. Marcos 11:13-14, “Y viendo de lejos una higuera que tenía hojas, fue a ver si tal vez hallaba
en ella algo; pero cuando llegó a ella, nada halló sino hojas, pues no era tiempo de higos. Entonces Jesús dijo
a la higuera: Nunca jamás coma nadie fruto de ti. Y lo oyeron sus discípulos.
