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Revista Letras Juridicas Numero029

Letras Jurídicas es una revista semestral del CEDEGS de la Universidad Veracruzana, que celebra 15 años de publicación. Este número incluye artículos sobre derechos humanos, justicia restaurativa, y temas penales, así como reseñas y comentarios legislativos relevantes. La revista busca ser un espacio de divulgación científica y multidisciplinar para académicos y profesionales en el ámbito del derecho.
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Revista Letras Juridicas Numero029

Letras Jurídicas es una revista semestral del CEDEGS de la Universidad Veracruzana, que celebra 15 años de publicación. Este número incluye artículos sobre derechos humanos, justicia restaurativa, y temas penales, así como reseñas y comentarios legislativos relevantes. La revista busca ser un espacio de divulgación científica y multidisciplinar para académicos y profesionales en el ámbito del derecho.
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Letras Jurídicas

Letras Jurídicas
Revista Multidisciplinar del CEDEGS

Año 15 Nº 29
ENERO-JUNIO 2014
XALAPA, VERACRUZ, MÉXICO

CENTRO DE ESTUDIOS SOBRE DERECHO,


GLOBALIZACIÓN Y SEGURIDAD
CENTRO DE ESTUDIOS SOBRE DERECHO, GLOBALIZACIÓN
Y SEGURIDAD DE LA UNIVERSIDAD VERACRUZANA

De las opiniones sustentadas en los trabajos firmados responden exclusiva-


mente sus autores. El hecho de su publicación no implica en manera alguna
que esta Revista Letras Jurídicas. Revista Multidisciplinar del CEDEGS, se soli-
darice con su contenido

Diseño de portada: Rosario Huerta, Patricia Pérez y Armando Guzmán


Responsable de edición: Rebeca Elizabeth Contreras López
Formación: Rita María León López
Noticias: Manuel Cruz Florencia

Letras Jurídicas. Revista Multidisciplinar del CEDEGS Año 15, Núm. 29, enero-junio
2014 es una publicación semestral del Centro de Estudios Sobre Derecho, Globalización
y Seguridad de la Universidad Veracruzana. Editora responsable: Universidad Vera-
cruzana. Número de Certificado de Reserva otorgado por el Instituto Nacional de Dere-
cho de Autor: 04 2009 112513373500 102. Número de Certificado de Licitud de Título:
11726. Número de Certificado de Licitud de Contenido: 8287. ISSN 1665 1529. Domici-
lio de la publicación: Galeana y 7 de noviembre. C. P. 91000 Xalapa, Veracruz. Distribui-
dor: Centro de Estudios sobre Derecho Globalización y Seguridad, Galeana y 7 de
noviembre, Xalapa, Veracruz. Impresa por “Códice”, Domicilio de la imprenta: Violeta
No. 7 Colonia Salud, C.P. 91070, Xalapa, Veracruz. Este número se terminó de imprimir
en el mes de junio de 2014 con un tiraje de 300 ejemplares.
Queda estrictamente prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos e imá-
genes de la publicación sin previa autorización del Instituto Nacional del Derecho de
Autor.

[Link]
UNIVERSIDAD VERACRUZANA

Dra. Sara D. Ladrón de Guevara González


Rectora

Mtra. Leticia Rodríguez Audirac


Secretaria Académica

Mtra. Clementina Guerrero García


Secretaria de Administración y Finanzas

Dra. Carmen G. Blázquez Domínguez


Directora General de Investigaciones

Dra. Josefa Montalvo Romero


Coordinadora del Centro de Estudios sobre
Derecho, Globalización y Seguridad
LETRAS JURÍDICAS
REVISTA MULTIDISCIPLINAR DEL CEDEGS

REBECA ELIZABETH CONTRERAS LÓPEZ


DIRECTORA

Luz Del Carmen Martí capitanachi


Directora Fundadora

CONSEJO EDITORIAL

Ana Gamboa de Trejo (México)


Jaqueline Jongitud Zamora (México)
Jorge Witker Velázquez (México)
Sergio García Ramírez (México)
Marta S. Moreno Luce (México)
Eugenio Raúl Zaffaroni (Argentina)
José Luis Cascajo Castro (España)
Rafael Bustos Gisbert (España)
Regina María Pérez Marcos (España)

COMITÉ EDITORIAL

Josefa Montalvo Romero (México)


Socorro Moncayo Rodríguez (México)
José Antonio Márquez González (México)
Ángela Figueruelo Burrienza (España)
Julia Ropero Carrasco (España)
Rossana Panne (Italia)
CONTENIDO

PRESENTACIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11

ARTÍCULOS

Gobernanza y derechos humanos


Judith Aguirre Moreno
Xóchitl Patricia Campos López . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
El derecho fundamental de los menores de edad a participar en
procedimientos judiciales. El caso del juicio de amparo
Hiram Casanova Blanco . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29
Justicia Restaurativa y Mediación Comunitaria. Emergencia de un
nuevo paradigma de impartición de Justicia
Teresa Maria Geraldes Da Cunha Lopes
Diana Leticia Serrano Andrés . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51
Formación y profesionalización de los aplicadores de los medios
alternativos para la solución de conflictos
José Alfredo Gómez Reyes
Ignacio Casazza Jiménez
René Martín Castellanos Landa
Metztli Yeyectzi Hernández García
Roberto López Pérez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69
Dignidad humana y trabajo decente
José Manuel Lastra Lastra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87
La corrupción y su efecto retroalimentativo: Una de las mayores
amenazas a la democracia
David Martínez García . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 107
Anticonstitucionalidad del seguro de riesgos de trabajo
Verónica Lidia Martínez Martínez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 119
Jueces prudentes y sabios
Salvador Martínez y Martínez. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 135
La continuidad de la reforma constitucional penal del 18 de junio
del 2008
José Luis Pérez Becerra
Blanca Nydia Pérez Camacho . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 149
La humanitas equilibrio entre justicia y equidad
Bertha Alicia Ramírez Arce . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 169
Acoso Laboral Indígena. Otra visión del Mobbing
Esperanza Sandoval Pérez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 183

RESEÑAS

Antropología criminológica
Salatiel Olguín Tobías
Guillermo Santiago Arriaga. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 203
Globalización, Estado y ciudadanía en el nuevo orden político y
jurídico internacional
Ileana Nieves Velázquez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 206
Mandela y su largo camino a la libertad
Rebeca Elizabeth Contreras López . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 209
Sobre la violencia contra la mujer, Naciones Unidas
Rita María León López . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 216

COMENTARIOS RELEVANTES

Política y amor en Agustín Basave


Guillermo Santiago Arriaga. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 223
Comentarios al Código Nacional de Procedimientos Penales
Óscar Hernández Carmona . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 230
La reestructura energética del Estado Mexicano
Ma. Teresa Montalvo Romero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 236
Sobre la Ley General para la Prevención Social de la Violencia y la
Delincuencia
Rey Martínez Franco
Iván Jair Valdés Guzmán . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 241

NOTICIAS

Recibe acreditación programa de estudios de Facultad de Derecho UV . . . 249

Toma de posesión de nueva coordinadora del CEDEGS . . . . . . . . . . . . . . . . 251

Presentan libro “Jóvenes en riesgo” de la Dra. Ana Gamboa de Trejo . . . . . . 253

CEDEGS presentó libro “Estudios Multidisciplinarios de Derecho y


Globalización” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 255

Presentación del libro “Derecho Romano” de la Dra. Socorro Moncayo


Rodríguez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 257

Presentan el libro “Lecciones de Derecho Penal” de la Dra. Rebeca


Elizabeth Contreras López . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 259

Presentación del libro “Instituciones de derecho privado romano. Una


aproximación al derecho civil mexicano” de la Dra. Socorro Moncayo
Rodríguez. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 261

Lineamientos para los autores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 263


PRESENTACIÓN

En este año se cumplen 15 años de publicación ininterrumpida de Letras Jurídi-


cas, revista multidisciplinar del CEDEGS (Centro de Estudios sobre Derecho,
Globalización y Seguridad), ello nos llena de orgullo y fortalece el compromiso
del Centro de estudios y de los responsables de la publicación para con nuestros
lectores y colaboradores. Asimismo, es un momento de agradecimiento a quie-
nes iniciaron y dieron cauce a este proyecto editorial; el próximo semestre reali-
zaremos el Coloquio “Reflexión jurídica y realidad social en México” para
conmemorar este aniversario y formalizar dicho agradecimiento.
Este número, contiene textos relativos a temas jurídicos, ello no impide que
se aborden las problemáticas desde distintas perspectivas que, en mi opinión,
es lo trascendental de la revista Letras Jurídicas. El lector guiará su lectura entre
los artículos, en materia de derechos humanos, partiendo desde los derechos en
los infantes, adolescentes, y adultos que conviven en diversos ambientes y ex-
perimentan abusos por su condición étnica, económica, física, de género, entre
otros.
Algunos artículos que se presentan en esta publicación son relativos a los de-
rechos laborales: Dignidad humana y trabajo decente, anticonstitucionalidad
del seguro de riesgos del trabajo, y el acoso laboral indígena (la perspectiva del
mobbing).
En otra línea, se encuentran los artículos sobre la capacidad de los jueces de
discernir entre justicia, ética y la verdad del hombre. Los títulos son: Jueces pru-
dentes y sabios, así como la humanitas, equilibrio entre justicia y equidad.
Hay diferentes artículos enfocados a temas penales, tanto sustantivos como
procesales, que se engloban en los artículos: Justicia restaurativa y mediación
Comunitaria. Emergencia de un nuevo paradigma de impartición de Justicia;
formación y profesionalización de los aplicadores de los medios alternativos
para la solución de conflictos; la corrupción y su efecto retroalimentativo: Una
de las mayores amenazas a la democracia y la continuidad de la reforma consti-
tucional penal del 18 de junio del 2008.

11
Reseñas de lectura amena, introducen a términos sobre derechos humanos,
orden político; crisis de estado en la era global, la creación de instrumentos jurí-
dicos para prevenir la violencia contra la integridad humana. Así como el texto
biográfico de Mandela que habla por sí mismo, por ser una historia de una vida
excepcional y que hoy, Letras Jurídicas, invita a conmemorar.
Los comentarios legislativos y de casos relevantes tratan asuntos de actuali-
dad, que interesan a la conformación de un estado democrático y tienen la fina-
lidad de informar a los lectores sobre asuntos trascedentes en el ámbito
legislativo o judicial. En este número abordamos el Código Nacional de Proce-
dimientos Penales, Ley General sobre la Prevención Social de la Violencia y la
Delincuencia, además de la re-estructura energética del estado. Finalmente,
presentamos una reflexión sobre política y amor, algo extraordinario, para el
quehacer jurídico y la reflexión filosófica.
Los eventos ocurridos en estos últimos meses, marcaron importantes noti-
cias para el CEDEGS, así como para la Facultad de Derecho de la Universidad
Veracruzana. Se realizó el cambio en la coordinación del Centro de Estudios so-
bre Derecho, Globalización y Seguridad, además se obtuvo la acreditación de la
Facultad de Derecho. Como testimonio de la producción editorial de este Cen-
tro se presentaron cuatro libros, producto de la actividad científica y académica
de los investigadores del CEDEGS. Sirva también este espacio para agradecer a
la Dra. Socorro Moncayo Rodríguez su disposición y apoyo decidido para lo-
grar que la revista Letras Jurídicas sea una publicación del CEDEGS.
Quienes nos encargamos de la edición de Letras Jurídicas realizamos esfuerzos
importantes para mejorar la calidad y pertinencia de la publicación, por lo que
agradezco al equipo editorial, al CEDEGS, pero sobre todo a los colaboradores
y árbitros por su contribución a este proyecto editorial que, en sus quince años,
sigue siendo un espacio de divulgación científica y multidisciplinar para acadé-
micos y profesionales locales, nacionales e internacionales.

Rebeca Elizabeth Contreras López


Directora

Letras Jurídicas 12 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


ARTÍCULOS
Gobernanza y derechos humanos *
Judith Aguirre Moreno **
Xóchitl Patricia Campos López ***

RESUMEN: El tema de la gobernanza revis- ABSTRACT: The topic of governance is par-


te una especial importancia en este momento ticularly important at this time under the
en virtud de que la democracia formal del Mexican State of formal democracy which
Estado mexicano se vislumbra difícil de con- difficult to consolidate, principally due to the
solidar debido principalmente a las grandes great difficulties that faced the Institutions in
carencias que sufren las Instituciones tanto design and operation. This raises the need for
en su diseño como en su funcionamiento. Lo a “smart citizenship” participatory citizen-
que plantea la necesidad de una “ciudadanía ship seeking mechanisms for participation in
inteligente”, una ciudadanía participativa decision making and the protection and en-
que busque mecanismos de participación en joyment of Human Rights about which feed
la toma de decisiones y en la protección y el through it.
disfrute de unos Derechos Humanos que se
retroalimentan a través de ella.
Palabras Clave: Gobernanza, Derechos Key words: Governance, Human Rights.
Humanos.
SUMARIO: Introducción; 1. ¿Por qué estamos hablando de Gobernanza?, a) Go-
bernabilidad, b) Gobernanza; 2. Consolidaciones democráticas y ciudadanía; 3. La
construcción de los Derechos Humanos Emergentes, a) Breve definición, b) Valores
que los sustentan y contenido de la Carta de Derechos Humanos Emergentes. 4.
Consideraciones finales. Bibliografía.

Introducción
El término gobernanza, que aparece durante los años noventa del siglo veinte,
debe observarse como un elemento propio de las sociedades complejas, multi-

* Artículo recibido el 28 de febrero de 2014 y aceptado para su publicación el 19 de mayo de 2014.


** Doctora en Derecho Constitucional por la Universidad de Salamanca, España. Investigadora del Centro
de Estudios sobre Derecho, globalización y seguridad de la Universidad Veracruzana.
*** Doctora en Historia y Estudios Regionales por el Instituto de Investigaciones Histórico Social de la Uni-
versidad Veracruzana. Profesora-Investigadora de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Benemé-
rita Universidad Autónoma de Puebla.

15
Judith Aguirre Moreno / Xóchitl Patricia Campos López

culturales y, en ese sentido, dotadas de una multiplicidad de moralidades que


conviven bajo procesos de globalización.
Bajo estas condiciones, que obligan a la convivencia de patrones culturales
peculiares con modelos universales, la construcción de los sujetos y de su en-
torno ha devenido incluyente, participativa; razón por la cual tanto la defini-
ción de las aspiraciones de grupo, como la toma de decisiones sobre aquellas y
aun el desarrollo de sus satisfactores implica la discusión de temas, el desplie-
gue de estrategias y el involucramiento de actores que en otros tiempos eran
impensables.
En los albores del siglo XXI, cuando la consolidación democrática en México
aparecía apenas como una posibilidad, el debate sobre temas como el desarro-
llo social, el reconocimiento de la personalidad de los pueblos indígenas, el de-
recho al sufragio libre, la equidad de género o la ciudadanización de algunas
instituciones estatales, debió incluir otros tales como el acceso a la información
y la transparencia de la gestión gubernamental, el derecho a la renta básica o al
medio ambiente sano, que en otras latitudes constituían realidades en pleno de-
sarrollo.
En México, pues, a la par que se subsanan rezagos en el plano institucional
que son propios del siglo pasado y que constituyen reivindicaciones vigentes,
se abordan cuestiones que preocupan a las democracias ya consolidadas. Una
de ellas, que aquí se aborda de manera muy limitada, es el reconocimiento de
los llamados Derechos Humanos Emergentes, propios de contextos posmoder-
nos, y que están íntimamente vinculados al ejercicio de una “ciudadanía inteli-
gente”, relacionada de forma horizontal con Estados que paulatinamente abren
el diálogo y fomentan la inclusión de grupos de la sociedad civil en temas cru-
ciales, generando procesos de asunción de responsabilidades por parte de la so-
ciedad y de delegación en la toma de decisiones y en la gestión, por parte del
Estado; es decir, procesos de gobernanza.

1. ¿Por qué estamos hablando de Gobernanza?


La importancia de abordar este tema desde México radica en que, siendo éste
un Estado formalmente democrático, presenta algunas carencias tanto en el di-
seño y funcionamiento de sus instituciones políticas como en la manera en la
que se coloca en la dinámica global, lo que repercute directamente en el plano
cultural. Así pues, el tema es digno de abordarse porque los procesos de gober-
nanza parecen arribar a un país que, desde su peculiar contexto, debe compagi-
narlos con otros compromisos que son prerrequisito de aquellos.
Letras Jurídicas 16 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
Gobernanza y derechos humanos

La sobrecarga de demandas que los Estados de bienestar no pudieron gestio-


nar de manera adecuada debido, entre otros aspectos a una crisis fiscal y políti-
ca y a la acción de una sociedad fragmentada, alimentó serias dudas acerca de la
legitimidad de los gobernantes, así como de su capacidad para gobernar de for-
ma eficaz. El fenómeno obligó a rediseñar tanto el concepto como los procesos
tradicionales de gobierno, dando paso a instituciones que fomentaron la parti-
cipación de grupos sociales en la toma de decisiones y, al mismo tiempo, permi-
tiendo la reflexión teórica sobre formas novedosas en la relación entre la
sociedad civil, el Estado y el mercado.
a) Gobernabilidad
La noción de gobernabilidad se expande a fines de la década de los años setenta
del siglo XX, gracias al informe que Michel Crozier, Joji Watanuki y Samuel
Huntington rindieron ante la Comisión Trilateral en 1975, titulado La crisis de la
democracia, reporte sobre la gobernabilidad de las democracias. En él consideraron
que los Estados gobernables descansan en la legitimidad de sus gobernantes, en
su alta eficacia gubernativa y en su estabilidad social como su fundamento, los
redactores del informe justificaron las crisis de gobernabilidad de las democra-
cia liberales o Estados de bienestar en las sobrecargas de demandas que tanto el
mercado como los grupos sociales ejercieron hacia Estados, en otro tiempo ca-
paces de tomar decisiones oportunas y gestionarlas satisfactoriamente.
Para restablecer la capacidad gubernativa en los Estados y mantener la esta-
bilidad, la solución, en un inicio, residió en una revisión al diseño institucional
capaz de “adelgazar” al Estado, permitiéndole al mismo tiempo conservar fun-
ciones que lo fortalecieran en su relación con el mercado y con la sociedad.
Sin embargo, gracias a la apertura institucional, pronto resultó evidente que
al lado de las instancias gubernamentales podían participar otros actores, y que
si bien la falta de legitimidad y la incapacidad técnica de los gobernantes impe-
dían la toma de decisiones que favorecieran a los gobernados. Los procesos
electorales transparentes y la profesionalización y eficacia gubernativa resulta-
ron insuficientes ante las reivindicaciones propias de sociedades democráticas
que, por su naturaleza son plurales.
Por otra parte, las relaciones que fueron surgiendo entre grupos sociales
cada vez más críticos y participativos, y aquellos que se desempeñan en el mer-
cado, plantearon la posibilidad de democratizar los procesos de forma tal que
se produjo un “equilibrio dinámico entre demandas sociales y capacidad de

17
Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
Judith Aguirre Moreno / Xóchitl Patricia Campos López

respuesta gubernamental;”1 este equilibrio constituye la gobernabilidad. Con-


siderando lo anterior, los procesos de gobernabilidad precisan de ciertos para-
digmas: campos de acción gubernamental (político, económico y social),
niveles de análisis que comprenden la cultura política y las instituciones políti-
cas y una serie de acuerdos básicos entre la élite dirigente y la población, enten-
dida como una mayoría significativa, bajo criterios de institucionalidad que
legitimen las acciones de gobierno.2 Así delineada, la gobernabilidad puede de-
finirse de manera mínima como
(…) la forma de coordinación e interacción entre el poder público y organizaciones
de la sociedad civil, en busca de un permanente equilibrio, sustentado en el respeto a
las libertades y derechos que permitan una administración y funcionamiento opera-
cional y óptimo del sistema político, bajo la guía del Estado Constitucional de dere-
cho de tipo democrático.”3
En este punto es vital pensar en grupos de la sociedad civil responsables y com-
prometidos con la autogestión de sus demandas, pero también es útil cuestio-
narse acerca de la voluntad y de la capacidad de los actores políticos para
generar las instancias gubernamentales pertinentes para canalizar la actividad
de la sociedad civil. Esto obliga a pensar en el diseño de agendas, de procesos,
de reglas del juego que sean aceptadas por todos los actores y al mismo tiempo,
que no resulten lesivas para grupos que pueden tener intereses paralelos a los
de los solicitantes, o incluso antagónicos, y que tampoco resulten a corto, a me-
diano o a largo plazo lesivos para la estabilidad del Estado.
b) Gobernanza
Tanto la gobernabilidad como la gobernanza se relacionan de forma muy cerca-
na con la idea de un gobierno capaz de responder de forma oportuna a las de-
mandas sociales, y en ese sentido su complementariedad se vincula con el
“buen gobierno”. Sin embargo, es menester diferenciar los fenómenos que re-
presenta cada una de estas prácticas, ya que se desarrollan en terrenos diferen-
tes. Así, mientras la gobernabilidad desarrolla modelos para atemperar
conflictos, lograr estabilidad y garantizar la eficacia decisional de los gobiernos,
la gobernanza busca la optimización de la toma de decisiones involucrando
grupos de la sociedad civil.

1 CAMOU, Antonio, Gobernabilidad y democracia, IFE, México, 1995, p. 22.


2 CAMOU, Antonio, p. 36.
3 GARCÍA GARCÍA, Raymundo, p. 269.

Letras Jurídicas 18 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


Gobernanza y derechos humanos

Ello explica que cada término desarrolle una posición ético-filosófica pecu-
liar:
(…) la empirista apostada en la gobernabilidad para la dirección y administración
del sistema político; la gobernanza encaminada a ser un ejercicio de recuperación
del espacio público, de reivindicar la política como tarea (…) de los ciudadanos, exi-
giendo a los gobernantes un comportamiento ético del ejercicio de sus funciones
como simples detentadores pasajeros del poder (…), no es otra cosa que le intento de
la reivindicación de la política, pero bajo los parámetros del funcionamiento de la ló-
gica del mercado.4
La aparición formal de esta noción se ubica en 1989, gracias al reporte del Banco
Mundial: “El África Subsahariana: de la crisis al desarrollo sustentable”. El do-
cumento parecía encontrar la causa del desarrollo imperfecto de la región en un
déficit gubernativo, que podría solucionarse con un modelo que incluyera “im-
perio de la ley, lucha contra la corrupción, transparencia en las operaciones y
rendición de cuentas, capacidad técnica del gobierno para diseñar e implemen-
tar políticas públicas de crecimiento.”5
En un inicio, el concepto se desarrolla en el plano descriptivo de una reali-
dad internacional avasalladora, que luego del desarrollo de instituciones capa-
ces de fortalecer al Estado da paso a relaciones en las que nuevos actores, ahora
provenientes del mercado y de la sociedad civil no solo debaten sobre temas
que les atañen directamente, sino que son capaces de diseñar agendas de go-
bierno e incluso de gestionar los satisfactores de sus demandas, frente a Estados
abiertos al diálogo, a la delegación y a la cooperación.
Si bien el concepto pasó por una etapa normativa o prescriptiva que lo consi-
deró peligroso para la estabilidad de Estados que pudieran tornarse débiles o
negados a la transición democrática debido al peso que ganaban grupos de la
esfera económica y social. La gobernanza logró ganar peso en el terreno teórico
describiendo una realidad ineludible y permitiendo trazar rutas amigables
para las democracias no consolidadas. Considerando las características del en-
torno que le dio vida, y de los actores que la hacen posible, la gobernanza puede
definirse como
(…) un nuevo proceso directivo, en tanto la definición y efectuación de los objetivos
sociales es resultado de un nuevo tipo de relación entre gobierno y sociedad, que no

4 GARCÍA GARCÍA, Raymundo, “Ética, gobernanza y gobernabilidad (Ethic, governance and governabi-
lity”, en Coutiño, Fabiola (coord.). Ética y gobernanza, BUAP, México, 2011, p. 258.
5 AGUILAR, Luis F., Gobernanza. El nuevo proceso de gobernar, Fundación Friedrich Naumann para la Liber-
tad, México, 2010. Consultado en [Link]
[Link], p. 10.

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Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
Judith Aguirre Moreno / Xóchitl Patricia Campos López

es dominado por el gobierno y que, por ello, tampoco puede ser en modo de mando
y control, dada la independencia política de los actores sociales y su fuerza relativa
en virtud de los recursos que poseen y de los que el gobierno carece.6
De lo anterior, debe asumirse que la gobernabilidad es un requisito para la go-
bernanza, y que ésta constituye más bien un concepto postgubernamental, más
que antigubernamental,7 toda vez que la participación social requiere tanto
convicción como pautas de conducta y responsabilidad tanto en la toma de de-
cisiones, que ha de ser informada, como en el manejo de recursos, que debe ser
óptimo y transparente. Es decir, que los procesos de gobernanza se vinculan de
forma directa con la idea de una ética cívica de contenidos mínimos que los
Estados deben respetar y fomentar.

2. Consolidaciones democráticas y ciudadanía


La reflexión acerca de una Tercera ola de la democracia8 denunció un serio défi-
cit en cuanto a la expectativa de la occidentalización y democratización global.
El fin de la Guerra Fría arrojó un contexto en donde el Estado y la democracia
difícilmente encuentran elementos para sujetarse. Pareciera que la globaliza-
ción económica impuso una celeridad en la cual el plano material se reproduce
a contrasentido de lo social y lo político.
Las democracias fallidas, imperfectas o inacabadas9 lo son, no tanto en fun-
ción de su diseño institucional, específicamente de sus mecanismos electorales,
sino en correspondencia con un contexto internacional más competitivo y don-
de lo económico prescinde del Estado y sus gobiernos. Las transiciones a la de-
mocracia desde regímenes autoritarios en América Latina, Asia y Europa, que
conforman la llamada Tercera ola democratizadora, llegaron tarde.
El mercado ha complejizado la producción y la demanda de tal modo que la
eficacia y eficiencia, amén de las utilidades, se imponen a la administración pú-
blica y en muchas ocasiones a la ley. Sin embargo, la invasión del mercado cons-
tituye, acaso, la mejor ruta para iniciar procesos tanto políticos como culturales
que alimenten la evolución hacia la consolidación democrática. Pareciera que la
situación debía empeorar para que nos diéramos cuenta de la necesidad de co-

6 Ibid, p. 30.
7 AGUILAR, Luis F., ob. Cit. P. 31.
8 HUNTINGTON, Samuel. La tercera ola. La democratización a finales del siglo XX, Paidós, Madrid, 1994, p.
121.
9 O’DONELL, Guillermo; Schmitter, Philippe y Whitehead, Laurence. Transiciones desde un gobierno autori-
tario. América Latina, tomo 4, Paidós, Madrid, 1994, p. 233.

Letras Jurídicas 20 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


Gobernanza y derechos humanos

laboración. El mercado, de forma eficiente, nos ha indicado que los problemas


que enfrentan los gobiernos tienen elementos y magnitudes muy similares. En
este sentido la globalización, al desarrollar Estados débiles, puede generar tam-
bién espacios donde los movimientos sociales, la sociedad civil, la opinión pú-
blica y un faccionalismo de tipo colaborativo cambien el talante de estos
procesos imperfectos.
El índice de desarrollo de la democracia así como los indicadores de Freedom
House ofrecen detalladamente aquellos aspectos que en la última etapa de una
transición generan conflicto; de igual manera, establecen los tópicos de políti-
cas públicas para comenzar a enmendar las cosas. El mercado, bajo estas condi-
ciones, tenderá a buscar una gobernanza común, cotidiana, donde los
individuos reconocen la necesidad de cooperación y auxilio con y hacia el go-
bierno como una de las formas eficientes para atemperar los conflictos globali-
zadores.
Como un requisito indispensable, la teoría de las transiciones10 apuntaba ha-
cia una nueva constitucionalidad, debido a que la consolidación democrática
exigía el fin de la provisionalidad y la salida pronta del inter regnum. Lamenta-
blemente es este punto muerto del régimen sin reglas donde la mayor parte de
las democracias fallidas y sus gobiernos se encuentran. Es una constante obser-
var conflictos por las formas de gobierno, desabastecimientos, crisis económi-
cas, migraciones, aumento de cleavages y, sobre todo, la expansión de la pobreza
a nivel de miseria. Puede ser entonces que procesos correctos de gobernanza ar-
ticulen actores locales e internacionales para conjuntar esfuerzos, desarrollar
ciudadanía y homogeneizar la velocidad histórica de la mayor parte de los paí-
ses aun en transición.
Cuando en 1914 Woodrow Wilson propuso la Sociedad de Naciones como
un modelo de concierto mundial para que los países arreglaran pacíficamente
sus controversias, también ofreció un incipiente formato de gobernanza global.
Este primer intento se desarrolla con el conjunto de organismos internacionales
surgidos a lo largo de la segunda mitad del siglo XX. En este momento las de-
mocracias fallidas evidencian el agotamiento de este sistema global y plantean
otro donde el Estado, concebido como actor protagónico, ha disminuido su pa-
pel para dejar paso al ciudadano. El ciudadano no es ya definido en su totalidad
por el Estado como un súbdito funcional; ahora lo determina la virtud económi-

10 O’DONELL, Guillermo; Schmitter, Philippe y Whitehead, Laurence. Transiciones desde un gobierno autori-
tario. América Latina, tomo 2, Paidos, Madrid, 1994, 162.

21
Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
Judith Aguirre Moreno / Xóchitl Patricia Campos López

ca, la necesidad de supervivencia y la evolución de los procesos de seculariza-


ción en el mundo.
La gran falacia de nuestra era ha sido la creencia de que el orden liberal internacional
depende del triunfo de las ideas y del despliegue natural de progreso humano. Es un
concepto inmensamente atractivo, profundamente arraigado en la visión ilustrada
del mundo de la que somos producto todos los que vivimos en el mundo liberal.
Nuestros expertos en ciencia política postulan teorías de la modernización, con fases
secuenciales de desarrollo político y económico que conducen al ascenso hacia el li-
beralismo. Nuestros filósofos políticos vislumbran una grandiosa dialéctica históri-
ca, donde la batalla entre las distintas visiones del mundo a lo largo de los siglos da
lugar, al final, a la correcta respuesta democrática liberal. Naturalmente, muchos se
inclinan por pensar que la Guerra Fría concluyó como lo hizo sencillamente porque
triunfó la mejor visión del mundo, como tenía que ocurrir, y que el orden internacio-
nal que existe en la actualidad no es sino la etapa siguiente en la marcha de la huma-
nidad desde el conflicto y la agresión hasta una coexistencia pacífica y próspera.
Tales ilusiones son ciertas sólo en la medida suficiente para que resulten peligro-
sas.11
Las consolidaciones democráticas urgen de la ayuda de organismos internacio-
nales, sociedades multiculturales, Estados desarrollados y en desarrollo y de
ingenierías constitucionales internacionales para aligerar la carga que las exter-
nalidades que el dinamismo económico han creado. Ya no es la guerra de un
Estado contra otro, el rechazo a la modernización o a la democracia lo que im-
pone la necesidad de un nuevo sistema financiero, político y de seguridad en el
mundo. Es el agotamiento de las instituciones político institucionales lo que
ofrece una brecha de oportunidad para un civismo social internacional y un
nueva forma de gobernanza.
Los movimientos sociales, la sociedad civil, el mercado y la comunidad del
conocimiento replantearán la nueva forma de gerencia que la política exige.
…la complejidad de una integración global más a fondo del comercio, las inversio-
nes, la producción y el consumo, por no hablar de la circulación de la información,
exige mayores competencias políticas y técnicas a nivel mega urbano-regional, na-
cional y supranacional, a fin de administrar los vínculos sistémicos de interdepen-
dencia. Si todo ello se viniera abajo, todo el mundo se verá perjudicado. Al mismo
tiempo, la creciente diversidad producida por la difusión de la riqueza y amplifica-
da por el poder de participación de los medios globales requiere una mayor transfe-
rencia de poder a la base social, donde un público impaciente clama de abajo a arriba

11 KAGAN, Roger. El retorno de la historia y el fin de los sueños, Taurus, México, 2008, p.p. 156 y 157.

Letras Jurídicas 22 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


Gobernanza y derechos humanos

por poder tener algo que decir respecto de las reglas que gobiernan su vida. En to-
das, partes el despertar político exige la dignidad de la participación significativa.
Si no logramos encontrar una respuesta institucional a este doble desafío, eso redun-
dará en una crisis de legitimidad para todos los sistemas de gobierno, ya sea debido
a la incapacidad para desempeñar sus funciones ofreciendo crecimiento inclusivo y
empleo, o porque el consenso se vea minado por un “déficit democrático” que exclu-
ya la diversidad de voces en la esfera pública.12

3. La construcción de los Derechos Humanos Emergentes


Es una realidad que el reconocimiento, el fomento y la protección de los Dere-
chos Humanos son vitales para las democracias, al grado de que su construc-
ción es simbiótica. En el caso de algunos países de América Latina, el hecho de
enfrentar críticas acerca de su fracaso para consolidarse como democráticos in-
cluye, desde luego, el fracaso en este tema y una necesidad apremiante de su
desarrollo.
En el contexto del Derecho Internacional Contemporáneo, la Carta de San
Francisco (1945) y la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948) re-
presentan un hito en la construcción de un verdadero concierto internacional
de naciones. No obstante, los cambios sustanciales en los paradigmas de inter-
pretación del individuo, de sus relaciones con el Estado y con el entorno, han
obligado en diferentes momentos a cuestionar la tarea de los Estados acerca del
reconocimiento real y la defensa de los Derechos del hombre.
En este sentido, según Pareja y Guillén13 resulta imperioso observar cuatro
fases en el desarrollo de los Derechos Humanos desde la Declaración Universal
de los Derechos Humanos: a) De 1945 a finales de la década de 1960; b) De fina-
les de la década de 1960 a 1989; c) De 1989 a septiembre de 2001; d) De 2001 a la
fecha.
Durante estas etapas los Derechos Humanos (DDHH) evolucionaron por
una senda normativa a través de Tratados y Convenciones internacionales que
reconocieron tanto derechos civiles como políticos, prioritarios para los países
capitalistas; así como derechos económicos, culturales y sociales, preocupación
central de los países socialistas.

12 BERGGRUEN, Nicolas y Gardels, Nathan. Gobernanza inteligente para el siglo XXI. Una vía intermedia entre
Occidente y Oriente, Taurus, México, 2012, p.p. 45 y 46.
13 Pareja, Estela y Aida Guillén (s/f) “La Carta de Derechos Humanos: una respuesta de la sociedad civil a
los retos del siglo XXI”, en Naturaleza y alcance de los Derechos Humanos Emergentes: la Carta de los Derechos Hu-
manos emergentes y el derecho a la renta básica de ciudadanía, Institut de Drets Humans de Catalunya. Consultado en:
[Link] p.6.

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Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
Judith Aguirre Moreno / Xóchitl Patricia Campos López

Ya para la década de 1980, en coincidencia con los cambios institucionales


tendientes a paliar la crisis de gobernabilidad y a enfrentar los retos de la globa-
lización, la tendencia a hablar de la politización de temas tradicionalmente so-
ciales, aunada a la tendencia del fin de las ideologías, dieron paso a los DDHH
de Tercera generación, que incluyen desde una perspectiva solidaria, derechos
enfocados a la cooperación entre los pueblos y entre todos los seres humanos,
como el derecho al desarrollo, a la solución de problemas alimentarios, me-
dioambientales y de coexistencia pacífica entre otros.
En consonancia con esta situación, para 1989, en el marco de la Conferencia
Mundial de Derechos Humanos, se proclamaron los principios de universali-
dad, indivisibilidad e interdependencia de los DDHH, y con ello inicia una in-
terpretación que, sin bien tiene como su fundamento la universalidad del
principio de la dignidad humana, considera la particularidad de los múltiples y
complejos contextos donde ésta se desenvuelve. El reconocimiento de un prin-
cipio universal, entonces, no implica la aceptación de un modelo único de desa-
rrollo de los DDHH, sino la construcción colectiva de los mismos.
Así, desde la década de 1990, la suma de debates sobre la “buena ciudada-
nía” y el “buen gobierno” se acompañan con las discusiones del reconocimiento
de derechos que surgen gracias a los contextos de los procesos de globalización,
o bien de aquellos que ya han sido reconocidos y que bajo condiciones particu-
lares se encuentran en un Estado de latencia, y que bajo el título de Derechos
Humanos Emergentes (DHE) actualizan la Declaración Universal de los Dere-
chos Humanos y acompañan al Pacto Internacional de los Derechos Económi-
cos, Sociales y Culturales y al Pacto internacional de los Derechos Civiles y
Políticos. Este enfoque resulta novedoso y al mismo tiempo saludable, toda vez
que considera como actor principal a la sociedad civil, desde el enfoque de la
ciudadanía participativa.14
A partir de los atentados a las Torres gemelas en Nueva York, los Derechos
Humanos han sufrido un revés debido a la prioridad de la seguridad nacional.
Empero, la sociedad global no abandona la idea de los Derechos Humanos
como un horizonte nunca alcanzado por completo y ahora cuestiona la calidad
de la vida humana en contextos que, resultado de los vertiginosos cambios eco-
nómicos, tecnológicos y culturales han devenido desiguales tanto en ventajas
para algunos sectores de la población, como en la cancelación de oportunidades
para otros.

14 PUJOL, Carl, Los Derechos emergentes, Civitas, Madrid, 2013, p. 566.

Letras Jurídicas 24 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


Gobernanza y derechos humanos

El debate sobre la democracia igualitaria, plural, garantista, participativa,


solidaria y paritaria que, a su vez, llamaron la atención sobre lo que hoy conoce-
mos como los Derechos Humanos Emergentes (DHE).
a) Breve definición de los Derechos Humanos Emergentes (DHE)
La historia formal de los DHE data del año 2003, cuando el Instituto de Dere-
chos Humanos de Cataluña formó un Comité científico al que se le encomendó
la tarea de elaborar el anteproyecto de una Carta de Derechos Humanos Emer-
gentes (CDHE). El proyecto fue aprobado en 2004, en el marco del Fórum Uni-
versal de las Culturas Barcelona, desarrollado en esa ciudad española; su
objetivo se concentró en
(…) recoger aquellos derechos que ya han sido reconocidos en la Declaración así
como en los dos Pactos Internacionales de Derechos Humanos, además de los Dere-
chos Humanos que progresivamente se han ido reconociendo y protegiendo en los
diversos Instrumentos internacionales de protección y defensa, actualizándolos a
las nuevas necesidades. Igualmente, reconoce una serie de derechos que podemos
denominar nuevos ya que hasta el momento no han sido contemplados por el orde-
namiento jurídico internacional.15
Tres años después, en 2007, la CDHE adquirió el estatus de Declaración Univer-
sal de los Derechos Humanos Emergentes (DUDHE) durante los trabajos del
Fórum Internacional de las Culturas Monterrey, celebrado en Monterrey, Méxi-
co. Sus contenidos se fundan en una concepción novedosa de la humanidad,
entendida como “una comunidad política que tiene el derecho a asumir su des-
tino de manera compartida”, y clasifica esta nueva serie de derechos bajo el ru-
bro de derechos ciudadanos, generando así una manera revolucionaria de
asumir a sus portadores. Considerando tanto a los portadores como los valores
que alimentan la Declaración, los DHE han de contemplarse como reivindica-
ciones de la sociedad civil globalizada; esto obliga a relacionarlos con conteni-
dos éticos mínimos que aseguren la relación respetuosa de los Estados y la
comunidad internacional con las personas tanto en el plano individual como en
el de grupo. Sin embargo, constituyen al mismo tiempo reivindicaciones clási-
cas, inherentes a la dignidad humana y al uso de los recursos estatales para ejer-
cer plenamente la ciudadanía.
De esta forma, pueden observarse en dos planos simultáneos: como novedo-
sos, resultado de los contextos recientes, o bien como elevados desde la sombra

15 Pareja, Estela y Aida Guillén, p.34.

25
Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
Judith Aguirre Moreno / Xóchitl Patricia Campos López

donde los habían mantenido democracias no consolidadas o regímenes autori-


tarios.
Partiendo de las premisas anteriores, (…) los Derechos Humanos Emergentes son
un conjunto de derechos que por un lado emergen después de haber sido “sumergi-
dos” en el olvido, la indiferencia y el menosprecio por parte de los Estados y el con-
junto del sistema internacional; y por otro lado, son todos aquellos derechos que
surgen ante la rápida y constante evolución de las sociedades globalizadas.16
b) Valores que los sustentan y contenido formal
Los valores y principios que inspiran tanto la CDHE como la DDHE, al tener su
origen en las experiencias del mundo global, tienen profunda relación con la
idea de una ciudadanía cosmopolita, fundada en una ética mínima que permita
en primer término, que la humanidad se asuma como un colectivo cívico y, en
segunda, que tal identidad se manifieste en una participación constante y res-
ponsable ante las entidades estatales como un preámbulo de una participación
de estándares globales.
Dada esta concepción novedosa y necesaria del hombre como un habitante
del mundo, los valores que deben alimentan a los DHE son la dignidad huma-
na, la libertad, la vida, la igualdad, la solidaridad, la paz y la convivencia, que
deben regirse bajo los principios de seguridad humana, coherencia, interdepen-
dencia y multiculturalidad, no discriminación, inclusión social, horizontalidad,
participación política, género y exigibilidad y responsabilidad solidaria.
Si la DDHE obedece a la intención de fomentar la idea de la humanidad ca-
paz de constituir una “comunidad política con el deber de asumir su destino de
forma compartida (…) compatible con el esfuerzo de las comunidades políticas
estatales existentes”, entonces el reto tanto para las democracias consolidadas
como para aquellas en proceso de consolidación radica en la capacidad de to-
dos para desarrollar un diálogo permanente que redunde, gracias al ejercicio de
estos Derechos, en una vida digna al alcance de todos.

4. Consideraciones finales: la construcción de los DHE en las


democracias no consolidadas
Si bien la crisis de gobernabilidad en las democracias liberales fue satisfecha
con diseños institucionales novedosos capaces de afrontar los temas traídos a
discusión por grupos de la sociedad civil, que se constituyeron como reivindi-

16 Ibid, p. 22.

Letras Jurídicas 26 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


Gobernanza y derechos humanos

caciones de modos de vida y que incluyeron un efectivo fortalecimiento de gru-


pos de la sociedad civil, para el caso de América Latina la situación ha sido
distinta.
Los regímenes autoritarios, por definición, son incompatibles con los Dere-
chos Fundamentales. Países de América Latina, en su intento de alcanzar el es-
tatus de democracias, se ven obligados a insertarse, no sin dificultades, en
modelos para los que institucionalmente no están del todo preparados. Institu-
ciones débiles aunadas a una sociedad civil que reproduce una cultura política
de súbdito gracias a prácticas patrimoniales y clientelares arraigadas y a una
cultura de Derechos Humanos poco cultivadas por el Estado, impiden por tan-
to desarrollar relaciones horizontales entre actores que provienen de esferas di-
ferentes. Sin embargo, las formas social, política y civil de la ciudadanía no
pueden colocarse en compartimientos distintos. El problema estriba en como
relacionarlas de manera armónica.
La ciudadanía activa es necesaria para un sistema bien ordenado y saluda-
ble; la falta de incentivos para participar resulta poco sana para lograr el orden
social. Por otra parte, la participación exacerbada, poco informada e irresponsa-
ble puede desembocar en incapacidad de gestión y decisión de los gobiernos. El
dilema de elegir incentivos apropiados para la participación óptima es otro de
los dilemas que enfrentan las democracias en construcción.
Los Derechos Humamos Emergentes, que pueden considerarse como nue-
vas reivindicaciones o bien como la actualización de temas clásicos no supera-
dos, orientan hoy en día la ética de una ciudadanía cosmopolita que puede
alumbrar en muchos sentidos la actuación de aquellos Estados que formalmen-
te han accedido al ejercicio de la democracia, aun cuando presentan rezagos.
Los DHE, los valores que los inspiran y sus principios rectores pueden repre-
sentar una herramienta que resuelva los problemas de falta de institucionali-
dad y carencia de conciencia cívica, que permita acceder a los Estados en
transición al diálogo entre actores diversos y contribuir así, desde contextos es-
pecíficos a procesos de gobernanza que pueden extenderse desde el ámbito de
la ciudad al ámbito global.

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Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
Judith Aguirre Moreno / Xóchitl Patricia Campos López

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Letras Jurídicas 28 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


El derecho fundamental de los menores de
edad a participar en procedimientos
judiciales. El caso del juicio de amparo *
Hiram Casanova Blanco **

RESUMEN: El artículo versa sobre el dere- ABSTRACT: The present article deals with
cho reconocido a favor de los menores de edad the right recognized for minors to participate
de participar en procesos judiciales en que se in legal proceedings in which they are in-
vean involucrados o afectados sus derechos. volved or affected their rights. Taking into ac-
Tomando en cuenta el nuevo marco constitu- count the new constitutional framework of
cional de protección de los derechos humanos, human rights protection, analyzes the legal
se analiza la naturaleza jurídica y las caracte- nature and characteristics of the right that
rísticas de ese derecho que se han reconocido has been recognized both nationally and in-
tanto a nivel nacional como internacional, y ternationally, and the impact it would have to
el impacto que tendría al plantearse su posi- consider its possible exercise in trial amparo.
ble ejercicio en el juicio de amparo.
Palabras Clave: Menores, participación, Key words: Children, participation, judicial
procesos judiciales, amparo. processes, protection.
SUMARIO: Introducción. 1. Breve referencia a la regulación del actual marco cons-
titucional de los derechos humanos en México. 2. El criterio hermenéutico relativo a
la interpretación conforme o “cláusula” de interpretación conforme contenida en el
artículo 1° de la Carta Magna. 3. El interés superior del menor y su reconocimiento
jurisprudencial en nuestro país. 4. Parámetros internacionales respecto del derecho
de los menores a participar en procedimientos jurisdiccionales que afecten su esfe-
ra jurídica. 5. El derecho de los menores a participar en procedimientos jurisdiccio-
nales y los parámetros judiciales establecido en México. 6. El caso del juicio de
amparo. Conclusiones. Bibliografía.

Introducción
Los derechos fundamentales de la niñez han sido materia de una evolución
constante, incluso acelerada en los últimos años. Desde su inicial e incipiente
* Artículo recibido el 21 de noviembre de 2013 y aceptado para su publicación el 5 de febrero de 2014.
** Licenciado en Derecho con mención honorífica por la Universidad Veracruzana; Maestrando en Derecho
Civil y Familiar por la Universidad Autónoma de Barcelona y Secretario de Tribunal Colegiado de Circuito
en el Poder Judicial de la Federación.
29
Hiram Casanova Blanco

reconocimiento a nivel internacional durante la Primera Conferencia Interna-


cional del Trabajo, en 1919, hasta las actuales regulaciones previstas tanto a ni-
vel nacional como internacional, las cuales han sido reforzadas por la
integración de criterios obligatorios u orientadores emitidos por el Máximo Tri-
bunal del país o tribunales internacionales como la Corte Interamericana de De-
rechos Humanos, respectivamente, los derechos fundamentales de los menores
de edad han experimentado un desarrollo significativo, pretendiendo estable-
cer la idea sobre una protección integral y no sólo asistencial de tal sector de la
población, reconociendo a los menores como titulares de derechos y no única-
mente como sujetos de protección.
En este marco de protección de los derechos fundamentales de los menores
de edad, la solución de controversias donde se vean involucrados sus derechos
plantea un reto especial, pues en esos casos no basta con emitir una resolución
“formalmente” ajustada a los actuales parámetros legales, constitucionales e in-
cluso internacionales, sino que también importa la manera en que se arribó al
dictado de esa resolución; de ahí la trascendencia de observar otros aspectos, ta-
les como la tramitación del juicio, ello, con la finalidad de respetar los derechos
de participación de dichos menores y, en esa medida, preparar el terreno para
que el juzgador se encuentre en posibilidad de dictar una solución que, ante
todo, sea efectiva.
En ese contexto, el juicio de amparo no puede escapar a estos nuevos retos
que implica la protección de derechos fundamentales de la niñez, y antes al con-
trario, debe servir como guía y ejemplo en la aplicación de los parámetros reco-
nocidos, o incluso generador de otros nuevos que aseguren la protección
integral de los menores; de ahí la importancia de analizar la manera en que di-
cho proceso constitucional puede verse afectado con problemáticas generadas
al sustanciarse y, en su caso, resolverse controversias donde se encuentren in-
volucrados derechos de menores y, además, deba respetarse su derecho de par-
ticipación; estableciendo propuestas respecto de la forma en que pueden
dilucidarse, de manera efectiva y equitativa, dichos problemas.

1. Breve referencia a la regulación del actual marco constitucional


de los derechos humanos en México
El artículo 1° de nuestra Carta Magna fue modificado y adicionado mediante la
reforma constitucional del diez de junio de dos mil once, estableciendo ahora
expresa y claramente que nuestro país adopta una protección amplia de los dere-
chos humanos, mediante la expresión clara del principio pro homine como rector

Letras Jurídicas 30 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


El derecho fundamental de los menores de edad a participar en procedimientos judiciales

de la interpretación y aplicación de las normas jurídicas, en aquellas que favo-


rezcan y brinden mayor protección a las personas.
Esta ampliación en la protección de los derechos humanos se concretó en di-
versas disposiciones constitucionales como la citada, pero también se precisó
de manera clara la obligación expresa de observar los tratados internacionales firma-
dos por el Estado mexicano al momento de aplicar e interpretar las normas jurí-
dicas en las que se vean involucrados este tipo de derechos1; todo lo cual se
enfoca a lograr una justicia eficaz de los derechos humanos que, a la postre, con-
siga el mejoramiento de las condiciones de vida de la sociedad y al desarrollo de
cada persona en lo individual.
Asimismo, las citadas obligaciones constitucionales alcanzan a “todas las
autoridades, en el ámbito de sus competencias”, esto es, dicho texto no hace ex-
clusión de alguna de ellas, ni tampoco establece casos de excepción, sino que procura
abarcar de manera general todos los órganos de autoridad del Estado; siendo que en
ese sentido, dichas autoridades deberán observar también los principios de
universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad de los dere-
chos humanos o fundamentales, de ahí que también se encuentren sujetas a
prevenir, investigar, sancionar y reparar las violaciones a los derechos huma-
nos, en los términos que establezca la ley.
En congruencia con lo expuesto, debe destacarse que el artículo 1° constitu-
cional al determinar que las normas relativas a derechos humanos, se interpre-
tarán de conformidad con lo establecido en la propia carta fundamental y con
los tratados internacionales de la materia, favoreciendo en todo tiempo a las
personas la protección más amplia, da lugar a la aplicación de un criterio her-
menéutico que informa todo el derecho internacional de los derechos humanos
conocido como el principio pro homine.
Este principio jurídico esencial en la protección de los derechos humanos e
incorporado a la norma fundamental de este país, implica que debe acudirse a
la norma más amplia o a la interpretación extensiva cuando se trata de derechos
protegidos y, por el contrario, a la norma o a la interpretación más restringida,
cuando se trata de establecer límites a su ejercicio.
Dicho criterio hermenéutico se encuentra previsto en los artículos 29 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos y 5 del Pacto Internacional

1 Los alcances y limitaciones de los derechos humanos contenidos en tratados internacionales, han sido de-
finidos por el Tribunal Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, al resolver la contradicción de tesis
293/2011, y pronunciarse entre otras cosas, sobre la jerarquía u orden existente entre la Constitución y los tra-
tados internacionales.

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Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
Hiram Casanova Blanco

de Derechos Civiles y Políticos, publicados en el Diario Oficial de la Federación


el siete y el veinte de mayo de mil novecientos ochenta y uno, respectivamente,
y se encuentra reconocido como se señaló, en el artículo 1°, párrafo segundo, de
la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.2

2. El criterio hermenéutico relativo a la interpretación conforme o


“cláusula” de interpretación conforme contenida en el artículo 1° de
la Carta Magna
El artículo 1°, párrafo segundo, de la Constitución establece, expresamente que
las normas relativas a los derechos humanos se interpretarán de conformidad con la
Constitución y con los tratados internacionales de la materia, favoreciendo en todo
tiempo a las personas la protección más amplia.
La doctrina ha considerado que el criterio interpretativo relativo a la “inter-
pretación conforme” es una de las fórmulas más efectivas para lograr armoni-
zar el derecho interno o nacional y el derecho internacional, especialmente el
referido a los tratados internacionales que suscribe un Estado.3
En nuestra región, diversos países han adoptado este criterio interpretativo
de manera expresa en sus Constituciones, como son: Bolivia, Colombia, Perú y,
recientemente, México, con independencia de que diversas cortes o tribunales
latinoamericanos lo adoptan o aplican al emitir su jurisprudencia.4
A su vez, la interpretación conforme contiene una serie de características y
consecuencias que se advierten de su propia configuración y aplicación prácti-
ca, las cuales pueden resumirse, sin que ello sea limitativo, de la siguiente ma-
nera:
I). Tiene como destinatarios a todos los intérpretes de las normas en materia
de derechos humanos, con especial referencia a las autoridades del Estado, es
decir, todas las autoridades, dentro del ámbito de sus competencias (ejecutivo, le-
gislativo o judicial), se encuentran obligadas a seguir este criterio interpretati-
vo, lo que implica que, en el caso de los jueces, dichos operadores deben acudir

2 En cuanto a ello, resulta ilustrativa la tesis número 1a. XXVI/2012 (10a.), sustentada por la Primera Sala
de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, publicada en el Libro V, febrero de 2012, Tomo 1 del Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, página 659, Décima Época, de rubro: “PRINCIPIO PRO PERSONAE. EL
CONTENIDO Y ALCANCE DE LOS DERECHOS HUMANOS DEBEN ANALIZARSE A PARTIR DE AQUÉL.”
3 CARBONELL, Miguel y SALAZAR, Pedro Coordres., La reforma constitucional de derechos humanos: un
nuevo paradigma, ensayo: Interpretación conforme y control difuso de convencionalidad. El nuevo paradigma para el
juez mexicano de Ferrer Mac-Gregor, Eduardo, Suprema Corte de Justicia de la Nación e Instituto de Investiga-
ciones Jurídicas de la UNAM, México 2012, pp.357 y 358.
4 CARBONELL, Miguel y SALAZAR, Pedro Coord., op. cit., p. 358.

Letras Jurídicas 32 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


El derecho fundamental de los menores de edad a participar en procedimientos judiciales

a este criterio de interpretación a fin de dilucidar todo lo relacionado con normas de


derechos humanos que se les planteen en los asuntos de su competencia.5
II. Es un criterio de aplicación obligatoria para las autoridades, en todo su-
puesto que involucre normas de derechos humanos, esto es, resulta un manda-
to constitucional que “no es facultativo u optativo” para el intérprete, lo que
resulta relevante para crear una práctica sistemática y constante de dicha pauta
interpretativa y así generar una cultura de los derechos humanos que resulte eficaz
en los casos de su protección, aunado a que se evita la aplicación esporádica o
arbitraria por parte del operador judicial.6
III. El objeto de la interpretación conforme no se limita exclusivamente a los
derechos humanos de rango constitucional, sino a todos aquellos que en en-
cuentren en normas inferiores; tampoco se limita a los derechos humanos com-
prendidos expresamente en él apartado I de la Carta Magna, sino a todos los
derechos humanos, independientemente del lugar en que se encuentren ubicados en el
texto constitucional; así como tampoco se limita a los derechos humanos conteni-
dos en los tratados internacionales específicos en dicha materia, sino que abarca
los derechos humanos contenidos en cualquier tratado internacional, sea cual fuera su
denominación o la materia que regule; y por último, tampoco se limita a normas
sustantivas, sino que también abarca las normas de carácter adjetivo relacionadas
con derechos humanos.7
IV. La expresión “tratados internacionales” contenida en la cláusula de in-
terpretación conforme del artículo 1° constitucional, comprende la connotación
amplia de dicho término, es decir, abarca la interpretación que establezcan los
órganos que el propio tratado autoriza para su interpretación (comités, comi-
siones, tribunales, etcétera).8
V. La interpretación conforme se integra fundamentalmente por un “princi-
pio de armonización” que consiste en que el intérprete debe procurar, ante todo,
una interpretación que permita armonizar la norma nacional y la internacional, sin
que se trate de dos interpretaciones sucesivas, sino de una sola (interpretación
conforme) que armonice ambas, debiéndose optar en dicho ejercicio, por la pro-
tección más amplia del derecho humano en cuestión.9

5 CARBONELL, Miguel y SALAZAR, Pedro Coord., op. cit., p. 363.


6 Ídem.
7 CARBONELL, Miguel y SALAZAR, Pedro Coord., op. cit., pp..363 y 364.
8 Ibidem p. 364.
9 Ibidem p. 365.

33
Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
Hiram Casanova Blanco

VI. La interpretación conforme incorpora el principio pro homine, favorecien-


do en todo tiempo la protección más amplia, e interpretando de manera estricta
cuando se trate de limitar o restringir derechos y libertades fundamentales; asi-
mismo, dicha pauta interpretativa debe complementarse con lo previsto en el
párrafo tercero de la propia disposición constitucional en comento, relativa a la
aplicación de los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y pro-
gresividad de los derechos humanos.10
VII. Por último, debe destacarse que la interpretación conforme contenida en
el artículo 1° de la Constitución tiene íntima vinculación con dos aspectos prin-
cipales más: 1) debe aplicarse conjuntamente con otros parámetros constitucio-
nales contenidos en diversos artículos de la Carta Magna referidos a cuestiones
similares sobre la protección de derechos humanos (artículos 99, 103, 105, 107 y
133 constitucionales) lo que al final se ha llegado a llamar por algunos doctrina-
rios como “bloque de constitucionalidad”, y 2) también la interpretación conforme
guarda relación con el “control difuso de convencionalidad” recientemente acepta-
do por nuestro Máximo Tribunal, pues para ejercer ese tipo de control por cual-
quier juez mexicano debe realizarse paralelamente una interpretación
conforme, es decir, “armonizada”, en términos del mandato constitucional alu-
dido, para establecer un control sobre una norma secundaria “aparentemente
incompatible” con los parámetros constitucionales y convencionales, y sólo en
el caso de absoluta incompatibilidad, esto es, donde resulte imposible armonizar
la norma, se ejercerá el citado control inaplicando o declarando la invalidez de la
norma, según la competencia del juez y el tipo de proceso.11
Por consiguiente, atendiendo a las características indicadas en torno a la in-
terpretación conforme contenida en el artículo 1° constitucional, permite esta-
blecer que es una labor hermenéutica jurídica referida a la aplicación de los
convenios internacionales, la Constitución Política del Estado Mexicano y las
normas sustantivas y adjetivas que ingresan por medio de la legislación, y al
cumplimiento de estos últimos, como obligación para el órgano jurisdiccional
que tenga que ver con el problema planteado, (en el caso, referente a niños y ni-
ñas e incapacitados).
Por ello, la cláusula de interpretación conforme, en forma sintética, es un me-
dio de interpretación por el cual los derechos y libertades constitucionales son armoniza-
dos con los valores, principios y normas contenidas en los tratados internaciones sobre
derechos humanos seguidos por los Estados, como así lo establece el segundo pá-

10 CARBONELL, Miguel y SALAZAR, Pedro Coord., op. cit., p. 366.


11 CARBONELL, Miguel y SALAZAR, Pedro Coord., op. cit., pp. 367 y 368.

Letras Jurídicas 34 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


El derecho fundamental de los menores de edad a participar en procedimientos judiciales

rrafo del artículo 1° de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexica-


nos.12
En conclusión, la “interpretación conforme” en comento, de acuerdo con las
características que la conforman, su propia configuración y ejercicio práctico, es
la clave para lograr de la manera más adecuada y eficaz, la integración del derecho in-
ternacional de los derechos humanos a la normativa nacional; y en ese contexto, en
tanto método interpretativo, su correcta aplicación por parte de los jueces na-
cionales en asuntos de su competencia, sobre todo en lo referente al adecuado
ejercicio del principio de armonización que contiene, resulta el mecanismo bási-
co o fundamental que permitirá entender los reales alcances y aplicación del
control de convencionalidad con el que se encuentra vinculado, y que fue re-
cientemente aceptado por nuestro Máximo Tribunal.

3. El interés superior del menor y su reconocimiento


jurisprudencial en nuestro país
El derecho familiar debe ser visto como un conjunto de principios y valores pro-
cedentes de la Constitución, de los tratados internacionales, así como de las le-
yes e interpretaciones jurisprudenciales, dirigidos a proteger la estabilidad de
la familia y a regular la conducta de los integrantes del grupo familiar entre sí,
así como también a delimitar las relaciones conyugales y de parentesco, confor-
madas por un sistema especial de protección de derechos y obligaciones respec-
to de menores, incapacitados, mujeres y adultos mayores, de bienes materiales
e inmateriales, poderes, facultades y deberes entre padres e hijos, consortes y
parientes, cuya observancia alcanza el rango de orden público e interés social.13
En ese sentido, es pertinente precisar que el sistema jurídico de nuestro país
establece diversas prerrogativas de orden personal y social a favor de los menores,
tal como se aprecia del texto actual del artículo 4° constitucional que en su con-
ducente establece que los niños y las niñas tienen derecho a la satisfacción de
sus necesidades de alimentación, salud, educación y sano esparcimiento para

12 En relación con las obligaciones constitucionales establecidas a partir de la reforma al artículo 1° de la


Carta Magna, entre las que se encuentran las referidas a la “interpretación conforme” y sus aspectos vincula-
dos, la Primera Sala de nuestro Máximo Tribunal ha establecido el criterio 1a. XVIII/2012 (9a.), publicado en
el Tomo 1, Libro IX, junio de 2012 del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, página 257, Décima
Época, cuyo rubro es: “DERECHOS HUMANOS. OBLIGACIONES CONSTITUCIONALES DE LAS
AUTORIDADES EN LA MATERIA.”
13 Cfr. jurisprudencia I.5o.C. J/11, sustentada por el Quinto Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer
Circuito, publicada en el Tomo XXXIII, marzo de 2011 del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
página 2133, Novena Época, cuyo rubro es: “DERECHO DE FAMILIA. SU CONCEPTO.”

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Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
Hiram Casanova Blanco

su desarrollo integral, resaltando que tanto los ascendientes, tutores y custo-


dios tienen el deber de preservar estos derechos, como el Estado debe proveer
lo necesario para propiciar el respeto a la dignidad de la niñez y el ejercicio pleno de
sus derechos.
A su vez, la declaración de principios contenida en el preámbulo de la Con-
vención sobre los Derechos del Niño, instrumento internacional en el que nues-
tro país es parte, resaltan como puntos esenciales, los siguientes:
a) La igualdad de derechos para todos los miembros de la familia humana, la
dignidad y el valor de la persona humana; b) la promoción del progreso y eleva-
ción de los niveles de vida dentro de un marco de libertad; el derecho de la in-
fancia a tener cuidados y asistencia especiales por su falta de madurez tanto física
como mental; la protección de la familia, como grupo en el cual la niñez crece y
se desarrolla; c) el reconocimiento de la persona humana en su niñez, su necesidad
de crecer en un ambiente familiar de felicidad, amor y comprensión para lograr
un desarrollo pleno y armonioso; d) la preparación de la niñez para una vida in-
dependiente con “espíritu de paz, dignidad, tolerancia, libertad, igualdad y so-
lidaridad”; e) la toma de conciencia de las condiciones especialmente difíciles en
las que viven muchos niños y niñas en el mundo; y f) la importancia de las tradi-
ciones.
Con base en esa declaración de principios, los artículos del 1 al 41 de la citada
convención enuncian los derechos para la niñez resaltando, entre otros, el dere-
cho a una atención especial en consideración a sus propios intereses calificados
de superiores en todas las instancias judiciales, administrativas o de bienestar
social; así como el derecho a dar su opinión y que ésta sea tomada en cuenta en todos
los asuntos que les afecten, incluyendo los de carácter judicial y administrativo.14
De la indicada Convención sobre los Derechos del Niño, cabe destacar lo
prescrito en los dispositivos 3, 9, 12, 19, 20, 21 y 27, que en forma preponderante
constriñen a los tribunales judiciales a velar por el interés superior del niño. En
esos términos, como efecto jurídico inmediato derivado de esa convención in-
ternacional, se recoge en el sistema jurídico mexicano la fraseología: “interés su-
perior de la niñez”, la cual implica que en todo momento las políticas, acciones y
toma de decisiones en esa etapa de la vida humana, tendrán que realizarse de
modo tal que, en primer término, se busque el beneficio directo del niño o niña a
quien van dirigidas.

14 Cfr. jurisprudencia I.5o.C. J/13, sustentada por el Quinto Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer
Circuito, publicada en el Tomo XXXIII, marzo de 2011 del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
página 2179, Novena Época, cuyo rubro es: “DERECHOS PREFERENTES DEL MENOR.”

Letras Jurídicas 36 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


El derecho fundamental de los menores de edad a participar en procedimientos judiciales

En el indicado panorama, el concepto interés superior de la niñez, cuya sal-


vaguarda es prioritaria en el sistema jurídico mexicano, permite delimitar con
precisión y claridad los derechos que les corresponde a las personas adultas en
relación con los niños, para lo cual se privilegia el deber de atenderlos y cuidar-
los, con el objeto permanente de alcanzar el mayor beneficio posible para ellos,
como un imperativo de la sociedad hacia las personas que ejercen la patria po-
testad o custodia, de tal manera que la protección de los infantes en México, se
ubica incluso por encima de los derechos de los adultos, y cumple hoy en nuestro sis-
tema jurídico una trascendente función social de orden público e interés so-
cial.15
En ese orden de ideas, por interés superior del menor debe entenderse el ca-
tálogo de valores, principios, interpretaciones, acciones y procesos dirigidos a
forjar un desarrollo humano integral y una vida digna, así como generar las
condiciones materiales que permitan a los niños vivir plenamente y alcanzar el
máximo de bienestar personal, familiar y social posible, cuya protección debe
promover y garantizar el Estado en el ejercicio de sus funciones legislativa, eje-
cutiva y judicial, por tratarse de un asunto de orden público e interés social.16
Ahora bien, derivado de la adopción de la Convención sobre los Derechos
del Niño a la que se ha hecho referencia, surgió legislación secundaria que tuvo
como fin desarrollar los lineamientos que derivan del artículo 4° constitucional,
y así atender la necesidad de establecer principios básicos conforme a los cuales
el orden jurídico mexicano habría de proteger que niñas, niños y adolescentes
ejercieran sus garantías y sus derechos, estableciendo para tal efecto, como
principio central el del “interés superior de la infancia”, señalándose al respecto en
esa convención que las instituciones de bienestar social, tanto públicas como
privadas, los tribunales, las autoridades administrativas y los órganos legislati-
vos deberán responder, viendo como prioritario a ese interés superior del me-
nor, de modo y manera tales que quien pretenda fundamentar una decisión o
medida en el interés superior del niño, deberá regirse por la interpretación que
se desprende del conjunto de las disposiciones de esa convención.

15 Cfr. jurisprudencia I.5o.C. J/15, sustentada por el Quinto Tribunal Colegiado en Materia civil del Primer
Circuito, publicada en el Tomo XXXIII, marzo de 2011 del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
página 2188, Novena Época, cuyo rubro es: “INTERÉS SUPERIOR DEL MENOR. SU RELACIÓN CON LOS
ADULTOS.”
16 Cfr. jurisprudencia I.5o.C. J/16, sustentada por el Quinto Tribunal Colegiado en Materia civil del Primer
Circuito, publicada en el Tomo XXXIII, marzo de 2011 del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
página 2188, Novena Época, de rubro: “INTERÉS SUPERIOR DEL MENOR. SU CONCEPTO.”

37
Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
Hiram Casanova Blanco

En las condiciones apuntadas, debe concluirse que toda contienda judicial en


que se vean involucrados derechos inherentes a los menores, debe resolverse
sin desatender un principio básico: el interés superior del niño, conforme lo dis-
ponen la Convención sobre los Derechos del Niño, y las leyes secundarias que
existan en cada uno de los lugares donde se presente el caso, es decir, tanto a ni-
vel federal como local. Ahí radica la importancia de la delimitación interpretativa
que han de realizar los órganos jurisdiccionales para establecer en cada caso, de
qué manera se establece el interés superior del niño.17

4. Parámetros internacionales respecto del derecho de los menores


a participar en procedimientos jurisdiccionales que afecten su esfera
jurídica
La doctrina y jurisprudencia (lato sensu) internacionales identifican una evolu-
ción de la normativa internacional respecto de la protección de los derechos de
los menores de edad, reconociendo que fue durante la Primera Conferencia
Internacional del Trabajo, en 1919, donde por primera vez se establecieron dos
convenios vinculados con tales derechos, siendo el primero de ellos el relativo
al establecimiento de la edad mínima para trabajar, mientras que el segundo se
refería a la protección de la maternidad.18
En 1924, la Sociedad de las Naciones adoptó la primera declaración sobre los
derechos del niño, conocida como la Declaración de Ginebra. Al surgir tanto la
Declaración Universal de Derechos Humanos, la Declaración Americana, el
Protocolo Internacional de Derechos Civiles y Políticos y la Convención Ameri-
cana, reconocen el derecho del niño a una protección especial, empleando di-
versos términos como “cuidados y asistencia especiales”, o bien, “protección,
cuidados y ayuda especiales” que dan lugar al establecimiento de unas concep-
ción asistencialista o tutelar de los derechos de los menores de edad.19

17 Cfr. tesis 1ª LXXVI/2013 (10ª), sustentada por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Na-
ción, publicada en el Libro XVIII, Tomo 1, marzo de 2013 del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
página 887, cuyo rubro es el siguiente: “INTERÉS SUPERIOR DE LA NIÑEZ. EL ARTÍCULO 4o. PÁRRAFO
OCTAVO, DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS, REPRESENTA
UN PUNTO DE CONVERGENCIA CON LOS DERECHOS DE LA INFANCIA RECONOCIDOS EN
TRATADOS INTERNACIONALES.”
18 O´DONNELL, Daniel, Derecho internacional de los derechos humanos, normativa, jurisprudencia y doctrina de
los sistemas universal e interamericano, Oficina en Colombia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para
los Derechos Humanos, p. 795.
19 O´DONNELL, Daniel, op. cit., p. 795.

Letras Jurídicas 38 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


El derecho fundamental de los menores de edad a participar en procedimientos judiciales

La idea de “protección” o “asistencia” respecto de los derechos de los meno-


res es identificada por algunos autores como la “doctrina de la situación irregu-
lar” que fundamentalmente se basa en la concepción de los menores como
objetos de tutela y, en su caso, represión.20
Las características que integran esta doctrina de “situación irregular” se vin-
culan con 1) la adopción de criterios jurídicos y legales propios del positivismo de fines
del siglo XIX y principios del XX; 2) el argumento de la “tutela” mediante el cual
se llegó al tratamiento de los menores sin reconocerles los mismos derechos
fundamentales que se reconocen para los adultos, así como generando violen-
cia y marginalidad de los niños y jóvenes; y 3) el hecho de los jueces dejan de
cumplir funciones propiamente judiciales, para adoptar otras más propias de
las políticas sociales, lo cual fue adoptado ampliamente en los sistemas procesa-
les inquisitivos de América Latina al tener la concepción del otro como objeto o súb-
dito, pero no como sujeto de derecho, es decir, la mayor parte de las previsiones de
las leyes establecidas bajo la doctrina o sistema en comento, hacen que los juz-
gadores actúen aplicando una normativa de naturaleza tutelar o asistencial.21
La “doctrina de la situación irregular” entró en crisis en la década de los años
60´s, primero en los Estados Unidos y, posteriormente, en los 80´s en el resto de
la comunidad internacional, rompiéndose dicho sistema con el surgimiento y
adopción de la Convención sobre los Derechos del Niño en 1989, con la cual se
inaugura la concepción de protección integral de los derechos de la infancia.22
Respecto de esta nueva doctrina, no se ha podido establecer una definición
acabada, de hecho esa característica es un aspecto que ha sido criticado y utili-
zado como justificación de los funcionarios que defienden la aplicación y el es-
tablecimiento de leyes que adoptan la “doctrina del sistema irregular”; sin
embargo, pueden distinguirse aspectos concretos que llevan a tener una noción
central de este nuevo sistema de protección integral de los derechos de los me-
nores.
Así, pueden reconocerse como características esenciales de la doctrina de
protección integral: 1) el surgimiento del concepto de “interés superior del niño”;
2) el establecimiento de leyes que definan los derechos de los menores, preci-
sando que en caso de amenaza o violación a tales derechos la familia, la comuni-

20 ABREGÚ, Martín y COURTIS, Christian compiladores, La aplicación de los tratados sobre derechos humanos
por los tribunales locales, ensayo: “La aplicación directa de la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño en
el ámbito interno” de Beloff, Mary A., Centro de Estudio Legales y Sociales, Argentina, 2004, pp. 624 y 625.
21 ABREGÚ, Martín y COURTIS, Christian compiladores, op. cit., pp. 626 y 627.
22 Ibidem, p. 627.

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Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
Hiram Casanova Blanco

dad o el propio Estado se encuentran obligados a restablecer su pleno ejercicio a


través de mecanismos y procedimientos efectivos tanto a nivel administrativo
como judicial; 3) la distinción clara de competencias de entre las diversas autorida-
des, de la aplicación de las políticas sociales de y las relativas a la política crimi-
nal o de derecho privado; y 4) el abandono de la noción de los menores como
sujetos definidos de forma negativa, es decir, que no tienen, no saben o no son
capaces, para pasar a una concepción positiva de ellos como sujetos con derechos
plenos.23
En agosto de 2002, la Corte interamericana de Derechos Humanos emitió
una opinión consultiva (la OC-17/2002) de suma importancia para los derechos
del niño, concretamente, sobre los derechos de los menores al debido proceso, a la pro-
tección judicial y a los derechos que tienen los niños en dicho ámbito (el judicial). Tal
opinión, fue solicitada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos
y abarcó la interpretación de los artículos 8, 19 y 25 de la Convención America-
na de Derechos Humanos, y la compatibilidad de cinco prácticas, entre las que
se encuentra la relativa a la participación del niño en procedimientos judiciales
o administrativos en los que se determinan sus derechos fundamentales.24
Con base en las consideraciones contenidas en la citada opinión consultiva,
la Corte Interamericana concluyó, entre otras cosas, que de conformidad con la
normativa contemporánea del Derecho Internacional de los Derechos Huma-
nos, los niños son titulares de derechos y no sólo objeto de protección; por lo que en
los procedimientos judiciales o administrativos en que se resuelven sobre sus
derechos deben observarse los principios y las normas del debido proceso legal,
lo que abarca las reglas correspondientes a juez natural —competente, indepen-
diente e imparcial—, doble instancia, —que a su vez incluye el amparo como re-
curso efectivo— presunción de inocencia, contradicción y audiencia y defensa,
atendiendo las particularidades que se derivan de la situación específica en que
se encuentran los niños y que se proyectan razonablemente, entre otras mate-
rias, sobre la intervención personal de dichos procedimientos y las medidas de
protección que sea indispensable adoptar en el desarrollo de éstos.
En ese sentido, debe precisarse que recientemente nuestro Máximo Tribunal
ha reconocido que tanto la normativa internacional sobre los derechos huma-
nos, entre las que se encuentran disposiciones sobre los derechos de los niños a
participar en un proceso (judicial o administrativo) en el que se discuta y decida

23 ABREGÚ, Martín y COURTIS, Christian compiladores, op. cit., pp. 628-630.


24 Opinión Consultiva OC-17/2002 de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, consultable en el si-
tio web: [Link]

Letras Jurídicas 40 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


El derecho fundamental de los menores de edad a participar en procedimientos judiciales

sobre sus derechos fundamentales, así como la opinión que al respecto emitió la
Corte Interamericana de Derechos Humanos (jurisprudencia lato sensu), tienen
fuerza vinculante directa para el Estado mexicano, lo que se entiende debido a
que tales normativas y decisiones representan la expresión de acuerdos e inten-
ciones de la comunidad internacional en esa materia y, en ese sentido, también
evidencian la propia voluntad del Estado que los acepta y adopta, tal es el caso
de México. Por ende, tales parámetros internacionales resultan aplicables tanto
en la interpretación de dichos tratados o convenciones internacionales en casos
concretos, como en el diseño de políticas públicas y, en esa medida, devienen
obligatorios, sobre todo si tales parámetros tienen como finalidad convertirse
en costumbre internacional; debiendo precisar que dicha vinculación no puede
entenderse en el sentido tradicional de obligatoriedad para los juzgadores, sino
que debe entenderse en un “concepto interamericano”, esto es, como un diálogo
entre cortes, que siempre busque la aplicación del mayor beneficio de la perso-
na.25

5. El derecho de los menores a participar en procedimientos


jurisdiccionales y los parámetros judiciales establecidos en México
Al efecto, debe señalarse que nuestro Máximo Tribunal ha considerado que el
derecho de los menores a participar en los procedimientos jurisdiccionales que
afecten su esfera jurídica, está regulado expresamente en el artículo 12 de la
Convención sobre los Derechos del Niño e implícitamente en el numeral 4° de
la Constitución, y comprende dos elementos: a) que los niños sean escuchados;
y 2) que sus opiniones sean tomadas en cuenta, en función de su edad y madu-
rez; de ahí que la naturaleza jurídica de este derecho representa un caso especial
dentro de los llamados “derechos instrumentales” o “procedimentales”, lo cual
deriva de su relación con el principio de igualdad y con el interés superior de la
infancia, de modo que su contenido busca brindar a los menores de edad una
protección adicional que permita que su actuación dentro de procedimientos
jurisdiccionales que puedan afectar sus intereses, transcurra sin las desventajas
inherentes a su condición especial.26

25 Los alcances y limitaciones de los derechos humanos contenidos en tratados internacionales, han sido de-
finidos por el Tribunal Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, al resolver la contradicción de tesis
293/2011, y pronunciarse entre otras cosas, sobre la obligatoriedad para el juzgador mexicano, de las juris-
prudencias emitidas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
26 Cfr. tesis 1a. LXXVIII/2013 (10a.), sustentada por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, publicada en el Libro XVIII, Tomo 1, marzo de 2013 del Semanario Judicial de la Federación y su Ga-
ceta, página 886, Décima Época, de rubro: “DERECHO DE LOS MENORES DE EDAD A PARTICIPAR EN

41
Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
Hiram Casanova Blanco

Asimismo, nuestro Máximo Tribunal ha señalado que los menores de edad,


como titulares de derechos humanos, ejercen sus derechos progresivamente,
esto es, a medida que desarrollan un mayor nivel de autonomía, lo que se deno-
mina “adquisición progresiva de la autonomía de los niños”; por lo que el dere-
cho de los infantes a participar en procedimientos jurisdiccionales que puedan
afectar su esfera jurídica se ejerce, también, progresivamente, sin que su ejerci-
cio dependa de una edad que pueda predeterminarse en una regla fija, incluso
de índole legal, ni aplicarse en forma generalizada a todos los menores de edad,
sino que el grado de autonomía debe analizarse en cada caso.
De igual manera, la Suprema Corte ha establecido que la participación de los
niños en procedimientos jurisdiccionales reviste una doble finalidad, pues, al
reconocerlos como sujetos de derecho, logra el efectivo ejercicio de los que le co-
rresponden y, a la vez, se permite que el juzgador se allegue de todos los ele-
mentos que necesite para forjar su convicción respecto de un determinado
asunto, lo que resulta fundamental para una debida tutela del interés superior
de la infancia.
Por ello, la Suprema Corte ha establecido, de manera ilustrativa y no limitativa,
lineamientos que deben observarse para la participación de niñas y niños den-
tro de cualquier procedimiento jurisdiccional que pueda afectar su esfera jurídi-
ca, resaltando aquellos referidos al desahogo de la prueba, declaración o
testimonio que el niño deba rendir en una diligencia seguida en forma de entre-
vista o conversación, siendo que tal diligencia debe cumplir con los siguientes
requisitos:
1) Es conveniente, establece la Corte, que previamente a la entrevista el juz-
gador se reúna con un especialista en temas de niñez, ya sea psiquiatra o psicó-
logo, para aclarar los términos de lo que se pretende conversar con el niño, para
que a éste le resulte más sencillo de comprender y continuar la conversación;
2) La entrevista debe desarrollarse, en la medida de lo posible, en un lugar
que no represente un ambiente hostil para los intereses del niño, esto es, donde
pueda sentirse respetado y seguro para expresar libremente sus opiniones;
3) Además de estar presentes el juzgador o funcionario que tome la decisión,
durante la diligencia deben comparecer el especialista en temas de niñez que se
haya reunido con el juzgador y, siempre que el niño lo solicite o se estime con-
veniente para proteger su superior interés, una persona de su confianza, siem-
pre que ello no genere un conflicto de intereses; y
PROCEDIMIENTOS JURISDICCIONALES QUE AFECTEN SU ESFERA JURÍDICA. REGULACIÓN,
CONTENIDO Y NATURALEZA JURÍDICA.”

Letras Jurídicas 42 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


El derecho fundamental de los menores de edad a participar en procedimientos judiciales

4) En la medida de lo posible, debe registrarse la declaración o testimonio de


los infantes íntegramente, ya sea mediante la transcripción de toda la diligencia
o con los medios tecnológicos al alcance del juzgado o tribunal que permitan el
registro del audio e imagen.
Así, en la aplicación de cada uno de estos lineamientos o medidas siempre
debe tenerse en cuenta el interés superior de la infancia por lo que no debe
adoptarse alguna determinación que implique perjuicio para los niños, más allá
de los efectos normales inherentes a su participación dentro del procedimiento
jurisdiccional.27
En ese mismo orden de ideas, el interés superior del menor, en tanto piedra
angular que debe regir en la decisión de todos los asuntos en que se le involu-
cre, fue a su vez ponderado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, al
elaborar el “PROTOCOLO DE ACTUACIÓN PARA QUIENES IMPARTEN
JUSTICIA EN CASOS QUE AFECTEN A NIÑAS, NIÑOS Y ADOLESCENTES”
al que es posible acudir, como herramienta valiosa en la toma de decisiones en
ese tipo de casos.
El aludido protocolo no tuvo la pretensión de establecerse como un instru-
mento vinculante para los juzgadores que intervienen en la solución de casos
relacionados con menores de edad, sin embargo su utilidad es innegable, no
sólo porque mediatiza la manera en que debe cumplirse la normativa interna-
cional sobre los derechos humanos de menores, sino porque pone de relieve la
ineficacia de la concepción “adultocentrista” con la que suele ponderarse la si-
tuación de un menor de edad; de manera, que su utilización bien puede condu-
cir a una solución efectiva de los asuntos que se presenten.
En ese protocolo, al precisarse su objeto, se da noticia de que en él se sistema-
tiza una serie de prácticas que han sido consideradas como necesarias para ga-
rantizar los derechos humanos de los menores de edad, relacionados con el
acceso a la justicia, recogiendo “las condiciones mínimas que se considera no
pueden faltar cuando éstos se encuentran ante un proceso de impartición de
justicia.”
Luego, los destinatarios de esa herramienta, son todos los juzgadores federa-
les y locales (jueces y magistrados), siendo que en dicho documento, al imple-

27 Cfr. tesis 1ª LXXIX/2013 (10ª), sustentada por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Na-
ción, publicada en el Libro XVIII, Tomo 1, marzo de 2013 del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
página 884, cuyo rubro es el siguiente: “DERECHO DE LOS MENORES DE EDAD A PARTICIPAR EN LOS
PROCEDIMIENTOS JURISDICCIONALES QUE AFECTEN SU ESFERA JURÍDICA. LINEAMIENTOS PARA
SU EJERCICIO.”

43
Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
Hiram Casanova Blanco

mentarse la regla de actuación relacionada con el testimonio del menor de


edad, se recogen varias medidas, y entre ellas, la relativa a los requerimientos
metodológicos y la valoración del dicho infantil.
Por lo tanto, los aportes que proporciona el Máximo Tribunal en ese protoco-
lo, a través de su presidencia, deben tomarse en consideración en los asuntos en
los que se vean afectados derechos de menores de edad, dejando atrás la pers-
pectiva “adultocentrista” que debe evitarse en todo momento, en casos como
los que se refieren, y adoptando la perspectiva actual que rige la normativa in-
ternacional de derechos humanos en esa materia y que se define como una doc-
trina de protección integral de los derechos de los niños, pues al margen de la
edad del menor involucrado debe ponderarse lo que tengan que manifestar,
cuando se presenten las condiciones que lo justifiquen, como puede acontecer
en el supuesto de que dichos menores estén en condiciones se forjarse un juicio
propio, por ejemplo.28

6. El caso del juicio de amparo


La naturaleza jurídica del juicio constitucional de amparo en nuestro país,
como un instrumento extraordinario que tiene como finalidad resolver sobre la
legalidad y constitucionalidad de los actos de autoridad, hace pertinente la pre-
cisión de algunas cuestiones.
Así, resulta necesario clarificar si en el juicio constitucional de amparo sería
posible y pertinente aplicar el derecho de participación de los menores de edad
en procesos judiciales, así como cuáles serían los parámetros y alcances de la
aplicación de ese derecho en el procedimiento de amparo.
En ese contexto, debe precisarse que el aludido derecho de participación ju-
dicial a favor de los menores, puede aplicarse y ejercerse no sólo en los juicios

28 Sobre la utilidad y aplicabilidad del aludido protocolo, cfr. la tesis IV.2o.A.2 K (10a.), sustentada por el
Segundo Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Cuarto Circuito, publicada en el Tomo 3, Libro
XII, septiembre de 2012 del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, página 1926, Décima Época, de
rubro: “MENORES DE EDAD. LOS JUZGADORES QUE CONOZCAN DE LA DEMANDA DE AMPARO
PRESENTADA POR O EN NOMBRE DE AQUÉLLOS, DEBEN ANALIZARLA ACORDE CON SU INTERÉS
SUPERIOR, PROCURANDO INTEGRAR DE OFICIO LOS ASPECTOS DEFICIENTES DE LA
RECLAMACIÓN Y ERRADICANDO TODO FORMALISMO QUE LLEVE A REALIZAR PREVENCIONES
EXCESIVAS O INJUSTIFICADAS QUE CONDICIONEN SU ADMISIÓN.”; así como la tesis VII.2o.C.36 C
(10a.), sustentada por el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Civil del Séptimo Circuito, publicada en el
Tomo 3, Libro XVIII, marzo de 2013 del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, página 1994, Décima
Época, cuyo rubro es: “DERECHOS HUMANOS. EL PROTOCOLO DE ACTUACIÓN PARA QUIENES
IMPARTEN JUSTICIA EN CASOS QUE AFECTEN A NIÑAS, NIÑOS Y ADOLESCENTES, ELABORADO POR
LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN, ES VINCULANTE, AL REFLEJAR LOS
COMPROMISOS FIRMADOS POR EL ESTADO MEXICANO EN AQUELLA MATERIA.”

Letras Jurídicas 44 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


El derecho fundamental de los menores de edad a participar en procedimientos judiciales

tramitados ante la jurisdicción del orden común o local, sino también en los juicios
de amparo.
Para tal efecto, el juzgador constitucional debe tomar en cuenta, primera-
mente, la materia y naturaleza jurídica de la controversia planteada en la litis
constitucional, así como los principios jurídicos y actuales directrices interpre-
tativas en materia de protección de los derechos humanos y, en especial, de los
relacionados con los menores de edad, de ahí que se encuentra obligado a ob-
servar la protección que corresponde del derecho fundamental de los menores
involucrados a ser escuchados y, por ende, a ponderar su relevancia o aplicabili-
dad en el juicio de amparo en el que se dilucidarán cuestiones que los afectan y,
por ello, partiendo de la aplicación de la cláusula de interpretación conforme, deter-
minar lo procedente respecto de la posibilidad de que los menores ejerzan su
derecho de participación en un proceso de amparo.
Ciertamente, con la aplicación del criterio hermenéutico referido a la “inter-
pretación conforme” no se trata de realizar alteraciones a la ley ni de interpreta-
ciones de normas que choquen con los procedimientos y los preceptos que los
rigen, sino que deben armonizarse en sus contenidos; ello porque los destinata-
rios obligados a su observancia son, entre otros, los órganos jurisdiccionales,
aunado a que existe disposición constitucional expresa que impone su aplica-
ción, de ahí que es obligatoria porque instaura normas de derechos humanos y
el objeto de la materia de interpretación conforme no se restringe, sino que
abarca un espectro amplio, como ya quedó explicado en un apartado anterior.
En ese sentido, el juzgador federal, en tanto órgano de control, como todos
los jueces del orden nacional, no se encuentra liberado de su observancia, sino
que se encuentra obligado constitucionalmente a cumplir y aplicar este criterio
interpretativo, tratando de armonizar la legislación secundaria aplicable al caso
(artículos 8 y 75 de la Ley de Amparo) con los principios constitucionales e in-
ternacionales que se establecen sobre el derecho fundamental que tienen los
menores de edad para ser escuchados y participar en asuntos en que se afectan
sus derechos, realizando una interpretación conforme de la normatividad se-
cundaria que permita y garantice el debido ejercicio de ese derecho establecido a
favor de los menores involucrados.
Por ello, con base en un correcto ejercicio y aplicación del citado método in-
terpretativo, sobre todo del principio de armonización que lo caracteriza, el juz-
gador de amparo debe, aplicando los parámetros internacionales existentes al
respecto resolver, según se presente el caso, si es viable y pertinente citar a los me-
nores a fin de que puedan exponer lo que a su derecho convenga, sobre todo

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Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
Hiram Casanova Blanco

atendiendo a que dicho juzgador cuenta con todos los elementos en el expe-
diente que le permitirán tomar la decisión conducente, y ajustada a las formali-
dades procesales contenidas en el juicio de amparo, en caso de que lo estime
necesario; máxime que, además, existe un protocolo elaborado por la Suprema
Corte de Justicia de la Nación respecto de la intervención de menores en proce-
sos judiciales, el cual contiene lineamientos aplicables a esos casos, amén de los
criterios establecidos en las tesis y jurisprudencias citadas en apartados
anteriores.
En ese mismo orden de ideas, puede establecerse que, en caso de que en al-
gún un juicio de amparo (directo o indirecto), se presente la hipótesis en que se
pretenda ejercer el derecho de participación de menores de edad en el proceso
constitucional, el juzgador federal (juez de distrito o magistrado) puede y debe
aplicar los principios jurídicos expuestos a lo largo de apartados anteriores, al
acordar o resolver lo relativo a la petición de menores para ser escuchados en el
juicio de amparo, sobre todo cuando la propia materia de la litis constitucional
se encuentre dentro de los supuestos en que se afectarán la esfera jurídica de los
menores involucrados.
Así, el juzgador federal no puede invocar una negativa absoluta para citar a
los menores a que comparezcan al procedimiento de amparo, en todos los ca-
sos, justificando por ejemplo, que “el acto reclamado debe apreciarse tal y como
fue probado en autos”, o bien, que los menores se encuentran “debida o sufi-
cientemente representados en juicio” a través de sus representantes, en aplica-
ción de lo previsto en los artículos 8 y 75, primer párrafo, de la Ley de Amparo,
respectivamente; pues tales respuestas resultarían insuficientes para colmar los
parámetros internacionales que se han emitido al respecto, y que son reconoci-
dos por el Estado mexicano, en la medida que se contienen en instrumentos
normativos internacionales signados por México, e incluso han sido emitidos
por un órgano jurisdiccional internacional (Corte Interamericana de Derechos
Humanos), cuya competencia también es reconocida y aceptada por nuestro país
de conformidad con lo resuelto al respecto por nuestro Máximo Tribunal, así
como lo previsto en el artículo 62.1 de la Convención Americana sobre Dere-
chos Humanos, el cual no fue objeto de declaración interpretativa, ni reserva alguna
al momento de ratificarse dicho instrumento internacional.
Además, el tercer párrafo del propio artículo 75 de la Ley de Amparo, esta-
blece la obligación del juzgador federal para recabar oficiosamente, entre otras,
las pruebas “que estime necesarias para la resolución del asunto”; por lo que di-
cha disposición normativa debe interpretarse y aplicarse en lo que otorgue ma-

Letras Jurídicas 46 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


El derecho fundamental de los menores de edad a participar en procedimientos judiciales

yor beneficio a los menores solicitantes, de acuerdo con los parámetros de


protección de los derechos humanos que han quedado referidos a lo largo de
los apartados anteriores.
Por consiguiente, cuando un juzgador federal acuerde o resuelva la solicitud
para que menores de edad sean llamados a participar en un juicio de amparo,
su respuesta no debe emitirse de manera dogmática, es decir, sin precisión al-
guna sobre los aspectos concretos que justificaran, o no, llamar personalmente a
los citados menores, en tanto que dicha respuesta resultaría insuficiente para
garantizar el aludido derecho fundamental de los niños a comparecer al proce-
dimiento.
Los criterios expuestos, parten de la idea de que en casos relacionados con la
protección de los derechos fundamentales de menores de edad, el juez de am-
paro también debe ponderar los principios jurídicos que en favor de los infantes
han quedado señalados, sobre todo el relativo al interés superior del menor, con-
sagrado tanto a nivel constitucional, como de tratados internacionales reconoci-
dos por el Estado mexicano; todo ello bajo la aplicación de la “interpretación
conforme”, la protección amplia de los derechos humanos y el principio pro-ho-
mine; que integran las directrices actualmente vigentes en relación con el nuevo
paradigma de protección de los derechos humanos.
De ahí que el juez de amparo debe aplicar los lineamientos aludidos, reite-
rándose que dichos parámetros resultan únicamente ilustrativos, teniendo la li-
bertad para implementar las medidas que considere conducentes y oportunas de acuerdo
a las circunstancias que advierta en cada caso, y en tanto las partes soliciten que se
ejerza esa facultad, o bien, se observe alguna violación manifiesta de la ley o pe-
ligro grave e inminente en contra del menor o menores involucrados.

Conclusiones
De acuerdo con lo analizado en apartados anteriores, debe establecerse que en
la adopción del criterio internacional relativo a garantizar los derechos de parti-
cipación de los menores en asuntos judiciales en los que tenga que resolverse
sobre sus derechos fundamentales, debe incluirse el juicio de amparo, y al efec-
to, el operador judicial federal debe tomar en consideración los aspectos si-
guientes:
a) La verificación de la pertinencia de hacer comparecer al menor ya sea perso-
nalmente o a través de su representante, mediante el análisis de las circunstancias
específicas de cada caso, lo que implica establecer la posibilidad de que exista al-

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Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
Hiram Casanova Blanco

guna violación grave, inmediata, inminente, o bien, de atención urgente respecto del
menor que haga conducente y hasta necesaria su presencia ante el juez federal.
b) El ceñimiento a la litis constitucional, lo que significa que el derecho de
participación de los menores debe sujetarse a lo planteado en la controversia de
amparo, sin posibilidad de cambiar la litis establecida, a menos que exista alguna
causa que justifique suficientemente dicho cambio; y
c) El respeto y armonización de las formalidades procesales contenidas en el
juicio de amparo, lo que implica que en la aplicación de las formas procesales
que se contienen en el juicio constitucional se empleen modalidades propias,
consecuentes con las características y necesidades del proceso constitucional de
amparo, pero que a la vez, tomen en cuenta el principio establecido en la Con-
vención sobre los Derechos del Niño, que en este orden puede proyectarse en la
ponderación que el juzgador federal haga de las condiciones específicas del menor y
su interés superior debiendo recordar que en el ejercicio de esta ponderación se
procurará el mayor acceso del menor, en la medida de lo posible, al examen de
su propio caso.
Las anteriores reglas permitirán al juez federal observar y aplicar adecuada-
mente los parámetros internacionales emitidos respecto del derecho de partici-
pación de los menores en procesos judiciales en los que se encuentren
controvertidos sus derechos fundamentales, logrando una protección eficaz de
ese derecho.

Letras Jurídicas 48 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


El derecho fundamental de los menores de edad a participar en procedimientos judiciales

Bibliografía
ABREGÚ, Martín y COURTIS, Christian compiladores, La aplicación de los tratados sobre
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RIVERO Hernández, Francisco, El Derecho de Visita, Editorial José María Bosch. Editor,
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Legislación consultada
Ley de Amparo.
Otras fuentes consultadas
[Link]
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, consultado a través de la siguiente di-
rección electrónica [Link]

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Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
Justicia Restaurativa y Mediación
Comunitaria. Emergencia de un nuevo
paradigma de impartición de Justicia *
Teresa Maria Geraldes Da Cunha Lopes **
Diana Leticia Serrano Andrés ***

RESUMEN: La Justicia Restaurativa es una ABSTRAC: Restorative justice is a systemic


respuesta sistémica al crimen que enfatiza la response to crime that emphasizes repairing
reparación del daño causado revelado por el the harm caused by the criminal behavior .
comportamiento [Link] nuevo paradig- The new paradigm called “Restorative Jus-
ma llamado “Justicia Restaurativa” ha teni- tice” has had significant impact, ie meant to
do impacto importante, es decir a significado be the answer to many victims seeking a
ser la respuesta a muchas víctimas que pre- prompt impartation of justice , fair and effi-
tenden una impartición de justicia pronta, cient, In addition , the victims to feel heard
justa y eficaz, además de poder sentirse escu- and participate in the process aimed at heal-
chados y participar en el proceso que pretende ing. The term “Restorative Justice” was first
la sanación. El término “Justicia Restaurati- coined in 1977 by Albert Eglash that distin-
va” fue acuñado por primera vez en 1977 por guished three types of criminal justice: retrib-
Albert Eglash que distinguió tres tipos de utive, distributive and restorative. In this ar-
justicia criminal: retributiva, distributiva y ticle we analyze the emergence of a new para-
restaurativa. En este artículo nos propone- digm, and then move to the study of the “state
mos analizar en un primero momento la of the art” and finally consider the need for its
emergencia de un nuevo paradigma, para implementation in Mexico.
después pasar al estudio del “state of the art“
y, finalmente considerar la necesidad de su
implementación en México.
Palabras Clave: Justicia Restaurativa. Me- Key Words: Restoring Justice, Mediation,
diación, Mediación Comunitaria, Institucio- Community Mediation, Institucionalización,
nalización, Justicia distributiva, Justicia re- distributive justice, retributive Justice, Para-
tributiva, Paradigma. digm.

* Artículo recibido el 22 de enero de 2014 y aceptado para su publicación el 14 de mayo de 2014.


** Doctora en Derecho, Titular del Área de Ciencias Sociales del CIJUS/UMSNH, Coordinadora del Cuerpo
Académico “Derecho, Estado y Sociedad Democrática”; SNI nivel I, Profesora-Investigadora de la UMSNH
con Perfil PROMEP.
*** Becaria del Programa Delfín, Programa Interinstitucional para el Fortalecimiento de la Investigación y el
Posgrado del Pacífico; Alumna de la Licenciatura en Derecho en la Universidad Autónoma de Nayarit.

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Teresa Maria Geraldes Da Cunha Lopes / Diana Leticia Serrano Andrés

SUMARIO: Introducción; I.- La Construcción de un nuevo paradigma: los autores


y las obras II.- Justicia Restaurativa: Enfoque teórico y “Estado del Arte”. Reflexio-
nes Finales. Bibliografía

Introducción
La Justicia Restaurativa es una respuesta sistémica al crimen que enfatiza la re-
paración del daño causado a la víctima y revelado por el comportamiento cri-
minal.1
El nuevo paradigma llamado “Justicia Restaurativa” ha tenido impacto im-
portante, es decir ha proporcionado una respuesta a muchas víctimas que pre-
tenden una impartición de justicia pronta, justa y eficaz, además de poder
sentirse escuchados y participar en un proceso que va más allá de la sanción, al
instaurar la sanación, tanto de la víctima como del ofensor y de la comunidad.
En este artículo nos proponemos analizar en un primero momento la emergen-
cia de un nuevo paradigma, para después pasar al estudio del “state of the art“ y,
finalmente considerar la necesidad de su implementación en México.

I.- La construcción de un nuevo paradigma: los autores y las obras


El término “Justicia Restaurativa” fue acuñado por primera vez en 1977 por
Albert Eglash que distinguió tres tipos de justicia criminal: retributiva, distribu-
tiva y restaurativa. Los dos primeros tipos se enfocaban en el acto criminal y ne-
gaban la participación de la víctima en el proceso y una participación pasiva
por los ofensores. La tercera forma, es decir la restaurativa se enfoca en reparar
el daño causado por el acto criminal, envolviendo a las partes en el proceso. La
Justicia Restaurativa (JR) proporciona una oportunidad para que el ofensor y la
víctima reparen la relación, es decir entren en un proceso de reconciliación.
A su vez, en el articulo “A new paradigm of criminal justice”, Randy Barnett2
introdujo, por primera vez, el termino de “ruptura paradigmática”.3 Reclamó la
existencia de una crisis del paradigma vigente cuya solución pasó por la emer-
gencia de un nuevo enfoque doctrinal: el paradigma restaurativo.

1 Centro para la Justicia y la Reconciliación Confraternidad Internación. (2002). “Es hora para la Justicia Res-
taurativa” [Fecha de Consulta: 7 de Julio de 2013] <[Link]
2 BARNETT, R. (1997) “Restitution: A New Paradigm of Criminal Justice”. Ethics. No.4 Julio de 1997.
3 Concepto acuñado por Kuhn, en el “La Estructura de las Revoluciones Científicas” y que Barnett recuperó.

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Justicia Restaurativa y Mediación Comunitaria

Sin embargo, con anterioridad al artículo de Barnett, arriba citado, Nils


Christie,4 Martin Wrigth5 y Herman Bianchi colocaron como premisa que la
Justicia Restaurativa puede procurar un nuevo modelo de justicia: “the response
to crime would be, not to add to the harm caused, by imposing further harm on the ofen-
der, but to do as much as posible to restore the situation”.6
Enfoque teórico que sería ampliado por H. Bianchi, un criminólogo Holan-
dés, fuerte crítico del sistema penitenciario y que afirmó: “there are better ways of
dealing with society´s criminals that putting them behind bars”,7 al mismo tiempo
que propuso que el actual sistema retributivo no permite la reconciliación, ar-
gumento que se basa en el modelo conceptual de referencia del “Tsedeka”, un
concepto de justicia rescatado por el autor del sistema jurídico hebraico. Hemos
visto, en las recientes reformas del sistema carcelario holandés en el año 2013,
como este nuevo paradigma ha sido productivo en la reducción de las senten-
cias y en el cierre de muchas estructuras prisionales.
La década de los 80’s es primordial para sentar las bases teóricas de la Justi-
cia Restaurativa y de la Mediación comunitaria. En 1980, Howard Zehr8 analizó
el sistema de justicia retributiva bajo la premisa de que este veía al crimen como
una “ruptura” a la norma que conlleva la asignación de culpa y de castigo.
En su opuesto, Zehr propuso interpretar al crimen como una herida en las
relaciones humanas y una acción que crea la obligación de reparar y restaurar
es decir “Hacer las cosas bien”, colocando una dicotomía entre la justicia retribu-
tiva y la justicia restaurativa. Para 1986 Daniel Van Ness publicó un libro sobre
Justicia Restaurativa, donde argumentaba que la justicia bíblica estaba preocu-
pada por las necesidades y derechos de las víctimas, así como el valor de los
ofensores. Incluso mencionaba que el objetivo de un sistema de justicia debía
ayudar a restaurar a la comunidad por medio de la resolución del daño que el
ofensor causo a la víctima, además los ofensores tendrían la responsabilidad de

4 CHRISTIE, N. (1981) “Limits to Pain”. Universidad de Oslo. Noruega. Aunado a esto Nils es considerado
uno de los principales defensores del movimiento “Justicia Informal”.
5 WRIGHT, M. (1997) “Nobody Came: Criminal justice and the needs of victims”. Por otro lado Martin Wright es
miembro fundador de Mediación del Reino Unido y del “European Forum of Mediaction and Restorative Justi-
cie”, y ha actuado como mediador voluntario en el “Lambeth mediation Service”, en Londres. Él fue uno de los
participantes de “Survey I”.
6 WRIGTH, M. (1996) “Justice for Victims and Offenders: A Restorative Reponse to Crime”.
7 BIANCHI, H. (1978) “Justice as Sanctuary: toward a new system of aimed control”. Louisiana University Press.
8 HOWARD, Z. (1990) “Changing Lenses: A new focus for crime and justice”. Scottsdale, PA: Herald Press.
Pag.271. Además es profesor de la Universidad Menonita del Este. Siendo fundador y director del “Centre for
Community Justice”, el primero en el “Victim Offender Reconciliation Programme”.

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Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
Teresa Maria Geraldes Da Cunha Lopes / Diana Leticia Serrano Andrés

reparar a la víctima.9 En 1993 entró en debate doctrinal con Andrew Ashworth


y Andrew Von Hirsch10 porque ellos devaluaban y tenían cierta resistencia a la
justicia restaurativa.
Retomando la vía abierta por Zehr, Ashworth y Von Hirsch, Van Ness de-
fendió el argumento de que el cambio del paradigma de justicia podría introdu-
cir valores esenciales al sistema, ya que el crimen era más que una simple
ruptura a la ley puesto que causaba múltiples lesiones a la víctima, a la comuni-
dad e incluso al mismo ofensor. El mismo autor, propone entonces que la Justi-
cia Restaurativa y el Derecho Internacional de los Derechos Humanos (DIDH)
proporcionan un marco teórico de referencia, el cual puede reconciliar los con-
flictos humanos. Queremos hacer hincapié en esta cita puesto que Van Ness,
viene a ser el referente de varios artículos en la actualidad donde sus argumen-
tos se hacen presentes.
Por añadidura en 1989 John Braithwaite fue el primero en introducir la idea
de la “Pena Restaurativa”. Su trabajo consistió en demostrar que la práctica judi-
cial actual crea una pena que estigmatiza y que este estigma se queda con el in-
dividuo para allá del tiempo definido en la sanción. Braithwaite creía que la
penalización es la llave para controlar la tipología de los crímenes. En particular
distingue dos tipos de pena: a) la que desintegra lazos morales entre el ofensor
y la comunidad y b) la pena reintegradora que fortalece la moral entre el ofen-
sor y la comunidad. La estigmatización aumenta el crimen pero la pena reinte-
gradora lo disminuye, además el ofensor debería tener la oportunidad de
reintegrarse a la comunidad como ciudadanos respetuosos de la ley, por consi-
guiente el ofensor debe expresar su remordimiento de su conducta, disculparse
con la víctima y reparar el daño causado por su crimen.11
Wesley Cragg comparte con Braithwaite la noción de que el procedimiento
formal es importante y con la reforma de derechos otorgará un proceso que pro-
mueva a los ofensores a aceptar su responsabilidad. Cragg estaba a favor de la
justicia formal no antitética, es decir justicia con valores restaurativos como: el
perdón, entendimiento, compasión, sanación y restauración.12

9 VAN NESS, D W. (1986) “Restoring Justice”. Anderson Publishing, Cincinnati.


10 VON HIRSCH, A (1993) Andrew Von Hirsch es considerado uno de los principales críticos de la Justicia
Restaurativa. El está a favor de la justicia retributiva y afirma que los delitos deben ser castigados en propor-
ción a la gravedad del delito cometido.
11 BRAITHWAITE, J. (1989) “Crime, Shame and Reintegration”. Cambridge University Press. Pág. 226. A su
vez, John Braithwaite es profesor de la Universidad Nacional de Australia.
12 WESLEY, C. (1992) “The practice of punishment: towards a Theory of Restorative Justice”. Routledge Chapman
& Hall. Pág. 258.

Letras Jurídicas 54 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


Justicia Restaurativa y Mediación Comunitaria

Para 1992, Bazemore y Mackay publican un interesante trabajo acerca de la


Justicia Restaurativa. Bazemore fue el primero en describir la relación entre la
justicia restaurativa y la justicia juvenil y como la primera puede mejorar las re-
laciones en el seno de la comunidad. Es decir: los ideales restaurativos pueden
beneficiar a la justicia juvenil transformándola en un proceso menos formal
pero también más efectivo.13 Por otro lado Mackay enfocó su visión a algo más
filosófico y colocó las cuestiones como desarrollar y practicar la mediación me-
diante los principios éticos para el adecuado tratamiento entre víctimas y ofen-
sores.14
Ese mismo año Tony Marshall argumentó que la Justicia Restaurativa puede
solucionar los problemas del crimen ya que involucra a las partes y a la comuni-
dad en una relación activa con organismos oficiales.15 Junto con Susan Merry
llevó a cabo una investigación empírica de la mediación y la reparación en
Inglaterra y Gales.
En 1995 Aleksandar Fatic, proponía que de entre el conjunto de las teorías de
justicia racional de venganza pública o privada, la justicia restaurativa es la úni-
ca que puede sanar. Fatic creía que la transformación de cultura hace factible la
creación de la moral, y por ende se crea una sociedad pacifica donde e carácter
de reconciliación será premiado y la punitiva sancionada.16
Ezzat Fattah y Mark Umbreit17pensaban que los paradigmas de justicia te-
nían que cambiar con la evolución social con el fin de permanecer en armonía
con los sistemas de creencias actuales y hacer un balance de los descubrimien-
tos que se hacen en el campo de la criminología y la ciencia penitenciaria. Utili-
zaron el ejemplo de la justicia juvenil, al cual adjudicaron este desarrollo.18
Gerry Johnstone, en 1999, habló acerca de la importancia del perdón y su pa-
pel potencial dentro del sistema de justicia criminal, argumentando que la for-
13 BAZEMORE, G. (1992) “On mision statements and reform in juvenile justice”. William publishing. Publicado
simultáneamente en Estados Unidos y Canadá.
14 MACKAY, R. (1992). “Reparation and the debate about justice”. Centre for Theology and Public Issues. Edin-
burg, University of Edinburgh. Robert MacKay solía ser el presidente del Consorcio Justicia Restaurativa.
15 MARSHALL, T. (1999) “Restorative Justice. An Overview”. Home Office.
16 FATIC, A. (1995) “Punishment and Restorative Crime-handling: A Social Theory of Trust”. Aldershot. Ave-
bury.
17 Es director fundador de “Centre for Restorative Justice and Peacemaking” y de “ National Restorative Justice
Training Institute”, ambos en la Universidad de Minnesota. Su trabajo consistió en un contexto mas empírico,
describiendo como base las evaluaciones de los estudios que el realizo de varios programas restaurativos.
18 FATTAH, E. (1998) ”Some reflections on the paradigm of restorative justice and its viability for juvenile justice”.
Una selección de documentos presentados en la Conferencia Internacional, Leuven. Leuven University Press.
Además es un académico Egipcio, actualmente profesor emérito de la criminología Universidad Simon Fra-
ser.

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Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
Teresa Maria Geraldes Da Cunha Lopes / Diana Leticia Serrano Andrés

ma más común de describir la Justicia Restaurativa la concibe como un proceso


distintivo el cual hace que los que causan daño reconozcan el impacto de lo que
han hecho y se les dará la oportunidad de reparar el mismo.19
Por otro lado, Antony Duff introdujo la teoría comunicativa que persuadía a
los ofensores a arrepentirse de sus crímenes y trataba de reformarlos, además
trato de incorporar los valores del perdón y la disculpa.20
Hoy en día el término de Justicia Restaurativa es usado en un contexto de
justicia criminal, se referirse a cualquiera de estos cuatros programas: a) Media-
ción víctima-ofensor; b) Conferencia de grupos de familia, c) Círculos de sana-
ción y sentencia d) Nodos de restauración comunitarios.

II. Justicia restaurativa: enfoque teórico y “estado del arte”


En las últimas décadas, se han implementado prácticas y programas restaurati-
vos que tienen como característica identificar, tomar medidas para la repara-
ción del daño, permitir a las partes participar y reintegrarse a la comunidad,
teniendo como objetivo la transformación del infractor, buscar la sanación de
las víctimas y también que se restaure la paz de las comunidades.
Al mismo tiempo este proceso permite: a) subsanar la falta de capacidad por
parte del Estado de los fines normativos es decir la existencia de un paradigma
que contemple a la víctima como parte central del proceso y b) permite transfe-
rir a la comunidad el poder del Estado, el cual ayuda a las partes a negociar en
búsqueda de solución y encontrar formas de prevención.
Citaremos la conceptualización elaborada por Sergio Cámara Arroyo en co-
laboración con la Sociedad Científica de Justicia Restaurativa en su Revista de Justi-
cia Restaurativa 2011. Quisiéramos analizar tres aspectos que en particular
consideramos rescatables para nuestro tema de estudio. El primero es que hace
énfasis en la importancia del ámbito académico, para que el conocimiento prag-
mático pueda enriquecer el nuevo paradigma.21 El segundo, es acerca de la deli-
mitación doctrinal del concepto de Justicia Restaurativa, donde la definición de
Tony Marshall resulta ser la más aceptada y que dice “La justicia restaurativa es
un proceso mediante el cual todos las partes implicadas en un delito en particu-

19 JOHNSTONE, G. (1999) “Restorative Justice, Shame and Forgiveness”. Liverpool Law Review.
20 DUFF, A. (2000) “Punishment, Communication and Community”. Oxfort University Press.
21 CÁMARA ARROYO, S. (2011) “Justicia Juvenil Restaurativa: Marco Internacional y su desarrollo en América
Latina”. Revista de divulgación Científica sobre Justicia Restaurativa. [Fecha de consulta: 26 de Julio de
2013].<[Link]
[Link]>

Letras Jurídicas 56 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


Justicia Restaurativa y Mediación Comunitaria

lar se reúnen para resolver colectivamente la manera de afrontar las consecuen-


cias del delito y sus implicaciones para el futuro”.22 Donde el principal objeto es
restaurar la paz, reparar el daño y prevenir la repetición de la victimización ins-
taurando programas de reconciliación entre víctima y ofensor y procesos de
mediación, es decir medidas de restitución del daño causado y sistemas de
compensación. Y el tercer argumento, consiste en que algunos autores coinci-
den en identificar a los sistemas de justicia juvenil como las primeras prácticas
de Justicia Restaurativa y lo colocan como “un campo de experimentación de nue-
vas prácticas criminológicas y político-criminales”.23
Por otro lado, citando a Diana Britto, en su libro “Justicia Restaurativa, Refle-
xiones sobre la experiencia en Colombia”, obra que es referente en América La-
tina, en la que desglosa magistralmente el concepto de Justicia Restaurativa y el
proceso de instauración en su país natal Colombia, al mismo tiempo rescata
teorías interesantes del nacimiento de este nuevo paradigma: “La justicia restau-
rativa es una forma de justicia comunitaria que tiene raíces en muchas prácticas ances-
trales de justicia en diversas partes del mundo, sin embargo, podría decirse que es un
“redescubrimiento” en la legislación penal de países como Canadá, Estados Uni-
dos, Irlanda y Colombia entre otros”.24
La Mediación Comunitaria también es vista como un tratamiento diferente a
los delitos y la violencia cambiando la perspectiva de la justicia formal y repre-
sentando un cambio al la paradigma retributivo donde se busca introducir un
nuevo espíritu de justicia con arraigo comunitario que entiende que el delito y
los conflictos suceden en un contexto social y que las consecuencias y la búsque-
da de solución están en la comunidad misma buscando restaurar el lazo daña-
do por la acción criminal en un proceso de reparación y reconciliación entre
víctima y el infractor con la mediación de la comunidad.
Para aclarar este punto, Britto retoma el cuadro comparativo establecido por
A. Beristaín (1998).25 En el caso Colombia, Diana Britto argumenta que los me-
canismos de la Justicia Restaurativa son: la conciliación pre-procesal, la medi-
ción y la conciliación en el incidente de reparación integral. La mediación que es
el que más se ajusta al paradigma referido, consiste en que un tercero neutral

22 MARSHALL, T. (1996) “The Evolution of restorative justice in Britain”, en “European Journal on Criminal Po-
licy and Research”, vol. 4 num. 4, London 1996, p. 37.
23 CÁMARA ARROYO, S./op. Cit./p. 8.-17.
24 BRITTO RUIZ, D. (2010). “Justicia Restaurativa, Reflexiones sobre la experiencia en Colombia” Edición Prime-
ra. Ecuador: Editorial de la Universidad Técnica Particular de Loja. Colección Cultura de la Paz.
25 BERISTAÍN, A. (1998). “Criminología y Victimología. Alternativas re-creadoras al Delito”. Bogotá: Editorial
Leyer. pág. 324.

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Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
Teresa Maria Geraldes Da Cunha Lopes / Diana Leticia Serrano Andrés

trata de hacer dialogar a la víctima y al ofensor para que logren una solución, la
condición versa en que sean psicológicamente aptos, y se lleve a cabo una expe-
riencia constructiva, como condicionante además que el delito cometido no ex-
ceda de 5 años de prisión. Donde además se hacen efectivos los principios de
oportunidad, y la suspensión el procedimiento de prueba que se efectúa cuan-
do el imputado solicita vía oral para presentar un plan de reparación que el juez
se encarga de comunicar a la víctima y de ser necesario modificarse, puede efec-
tuarse desde prestar un servicio, llevar tratamiento médico, arrepentimiento
público, etc.26
En España, la Revista Critica publicó en su edición 973 de Mayo-Junio 2011
un número temático: “La Cárcel del Siglo XXI Desmontando mitos y recreando alter-
nativas”, en que diversos autores analizan bajo un enfoque comparativista el
caso de España y de otros países- miembro de la UE. España es el país que tiene
menor porcentaje en índices de delincuencia, pero es uno de los más altos en
personas en prisión. Desde el año 2000 el número ha aumentado en un 65.1%, es
decir actualmente hay 76 756 reclusos.27 Segovia Bernabé28 comenta que la pri-
sión sigue siendo el desagüe por el cual se cuela la sociedad que no se integra, y
que la mayoría de los presos provienen de un mundo de vulnerabilidad perso-
nal y de precariedad social, y curiosamente casi una tercera parte de los presos
ha tenido o tiene un familiar en la cárcel. Además el autor citado prosigue co-
mentando que el Derecho Penal es necesario pero se está abusando de él y esto
conlleva a una alarma social que no responde a la realidad, además de las 2/3
de los presos lo están por delitos contra el patrimonio y contra la salud pública,
volviéndose creciente el numero en las mujeres. Paradójicamente, prosigue Se-
govia Bernabé, Portugal en los últimos diez años ha logrado revertir el proceso
de incremento exponencial de la década de los 90 hasta volver a tener los nive-
les mínimos de encarcelamiento de 1992. Aun más espectacular, el caso de Ho-
landa que cierra 8 centros penitenciarios por innecesarios, merced de la
implantación de alternativas a la prisión. “La persona presa sigue formando parte
de la sociedad”, afirma Bernabé, fundamentando su premisa en que no es acepta-
ble el modelo español vigente de primer grado (aislamiento en celda por tiem-
po indefinido), puesto que niega la dignidad humana.
26 BRITTO RUIZ, D. /op Cit/p. 30-47.
27 Cifras dadas por el Sindicato de Prisiones (ACAIP).
28 BERNABÉ SEGOVIA, J. L. “La Cárcel del siglo XXI. Desmontando mitos y recreando alternativas”. Revista:
Critica [Fecha de consulta: 26 de julio de 2013] <[Link]
>.Actualmente profesor de Ética Social y Política en la Universidad Pontificia de Salamanca (ISP-Madrid) y
coordinador del área jurídica del departamento de la pastoral penitenciaria en la conferencia episcopal de
España.

Letras Jurídicas 58 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


Justicia Restaurativa y Mediación Comunitaria

Finalizando esta lectura de las propuestas de Segovia Bernabé, la Justicia


Restaurativa aparece como una apuesta humanizante,29 como la “Justicia de las
tres “erres”: responsabilización del infractor, reparación del daño causado a la
víctima y la restauración de las relaciones sociales quebrantadas por el delito.
Junto con su herramienta principal, la mediación penal, donde la víctima es es-
cuchada, y reparada, donde encuentra una respuesta de su agresor que bajo el
sistema convencional jamás haría, actualmente se realizan proyecto pilotos en
las comunidades autónomas, siendo un modelo reconciliatorio prometedor.
Asimismo ,Jesús Valverde y Manuel Gallego Díaz, argumentan que “adap-
tarse a la cárcel implica inadaptarse a la vida”, lo que supone una agresión mutua
entre el individuo y la institución penitenciaria que provoca el boqueo emocio-
nal, agresividad y dureza por parte del ofensor como una manera de autopro-
tección y estrategia de supervivencia en la cárcel, además un argumento que
quisiéramos resaltar es que la persona que se encuentra en un aislamiento tajan-
te que genera la perdida radical de vinculaciones previas de las personas , es de-
cir restricción de las relaciones interpersonales que conllevan a la perdida de
vinculación con personas del exterior. Resaltamos este punto porque el cambio
de paradigma a la justicia restaurativa busca una reinserción en la sociedad,
donde el ofensor busca el restablecimiento de tejidos que pudo romper al come-
ter el acto delictivo.30 Argumento reforzado por Manuel Gallego Díaz.31 A su
vez, Esther Pascual Rodríguez, analiza la implantación de la Justicia Restaurati-
va en España, concibiéndola como una forma alternativa o complementaria se-
gún el país del que se trate, siendo los métodos: a) la mediación penal que
consiste en que las partes dialoguen y puedan llegar a un acuerdo para la repa-
ración del daño causado a la víctima procurando su satisfacción emocional y, b)
la mediación penitenciaria, que consiste en que los reclusos puedan resolver sus
diferencias e intentar buscar una solución consensuada. Ambos métodos se ba-
san en los siguientes principios: voluntariedad, confidencialidad, flexibilidad,
la oficialidad y la gratuidad y se desarrollan en pasos operativos bien determi-
nados “fase acogedora”, “fase de encuentro dialogado” y finalmente “toma de acuer-
dos”.32

29 En 2009, cerca de 1 400 personas encarceladas tenían más de 60 años de edad.


30 VALVERDE, J. (2011). “Algunas consecuencias de la Cárcel”. Revista: Critica [Fecha de consulta: 26 de julio
de 2013] <[Link] >.
31 GALLEGO DIAZ, M. (2011) “Alternativas al sistema penitenciario”. Revista: Critica [Fecha de consulta: 26
de julio de 2013] <[Link] >.
32 PASCUAL RODRIGUEZ, E. (2011). “Justicia restaurativa como un nuevo paradigma de justicia penal peniten-
ciaria”. Revista: Critica [Fecha de consulta: 26 de julio de 2013] <[Link]

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Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
Teresa Maria Geraldes Da Cunha Lopes / Diana Leticia Serrano Andrés

La mayoría de los autores consultados, reconoce que el concepto de Justicia


Restaurativa se crea en culturas indígenas y sistemas jurídicos tradicionales, en
que la idea de lo comunitario prevalece sobre la del individuo. Estos sistemas
jurídicos tradicionales, reconocen al ofensor como miembro de la comunidad y
su exclusión es perjudicial para los intereses y supervivencia del grupo, el
modo de resolver el delito es obligar al infractor a reparar el daño, mantenerlo
dentro de la comunidad y lograr una restauración de la relación con la vícti-
ma.33 Aquí se muestra la importancia de rescatar todos esos mecanismos que
buscaban una pacificación social, que estaban adaptados a las condiciones de
origen, y hacer hincapié en la institucionalización de estos sin caer en barreras
sistemáticas, es decir estas prácticas presuponen la existencia de que todos so-
mos seres sociales autónomos y tenemos una voluntad política de aceptarlas,
toando en cuanta que la mediación como medio aparece así, “dotada” de una
“doble vida” (en dos niveles): de una “vida comunitaria” por un lado y de una
“vida legal”, por otro. La primera es mucho más organizada de lo que aparenta
y la segunda mucho más flexible de lo que pensamos, por lo que la línea diviso-
ria entre las dos no es tan evidente como suponemos.34 En cuanto a sus metodo-
logías de aplicación, se encuentran: a) Mediación víctima-ofensor, b)
conferencias de grupos de familia, c) círculos de discusión o sentencia y d) me-
sas comunitarias de reparación.35 Autores como Van Ness y Strong ponderan
los valores de justicia restaurativa: el encuentro, la reparación (Restitución, de-
volución de la cosa, pago monetario, trabajo), la reintegración (víctima-ofen-
sor), la participación o inclusión.

Reflexiones finales
Como fue referido a lo largo de la revisión de los autores y de las obras más im-
portantes en las etapas de construcción del nuevo paradigma de Justicia, la me-
diación comunitaria, proceso que emana de la instalación del paradigma
restaurativo, es un mecanismo alternativo y una vía efectiva para la aplicación
de la justicia de una forma pacífica y con la visión de que ambas partes resulten
cel-del-siglo-xxi/ >.Actualmente Abogada Mediadora de la Asociación de Mediación para la pacificación de
conflictos de Madrid.
33 CONSEDINE, J. (2002). “La Justicia Restaurativa. Sanando los efectos del crimen”. Bogotá: Consejo Episcopal
Latinoamericano (CELAM).
34 DA CUHNA LOPES. T. (2013). “Genealogía de la institucionalización de la Mediación en Europa de tradición ro-
manista-germánica: el caso francés”. M MARQUEZ. A; Ma. G. (2013) “Reflexiones sobre Mediación Comunitaria”.
Universidad de Aguascalientes.
35 BEZEMORE, G. UMBREIT, M. (2005) “A Comparison of Four Restorative Conferencing Models”. En,
JOHNSTONE, G. A Restorative Justice Reader. Devon. UK. Willan Publishing. 225-243.

Letras Jurídicas 60 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


Justicia Restaurativa y Mediación Comunitaria

ganadoras.36 Dejando claro el concepto de comunidad como un cuerpo vivo, ar-


ticulado a una forma de hacer la vida y el destino,37 es decir las personas se esta-
blecen en centros de las ciudades buscando un lugar donde vivir y trabajar. La
idea de comunidad remite al tener en común, compartir, ser parte de un espacio
y tiempo (presente y futuro). Aunado a esto inmerso en la comunidad ya sea
por parentesco, amistad o vecindad, siendo esta ultima lo conjunción de hábi-
tos, costumbres, ritos comunes, etc. Castells Sennet, analiza la correlación entre
el aumento de la desigualdad en las comunidades y la pérdida por el espacio de
su calidad de social, por lo que se produce un aumento a la inseguridad y se
siente un aumento de la conflictividad. Las ciudades se reconvierten en espa-
cios de “uso” y no de vida, son universos donde las personas se encierran, y los
lugares de esparcimiento son cada vez más lejanos y con barreras. Es decir, exis-
te una pérdida del espacio compartido, donde rescatamos el punto de la sociali-
zación, o sea las personas en la actualidad ya no conviven como vecinos, ya no
se relacionan y crean vínculos comunitarios.38 A su vez, la comunidad compar-
te valores y percepciones en base a las cuales se actúa en el espacio común, ante-
riormente con la posibilidad de fraguar valores comunes a partir de
necesidades similares, desarrolladas sobre un mismo espacio físico de trabajo y
habitación, aun tenían la oportunidad de plantearse la integración como un tra-
bajo de largo plazo, una co-construcción de reglas y valores comunes a partir de
la interacción. Aunado a esto la permanente movilidad laboral, profundiza la
polarización social y genera una ruptura de los vínculos de la sociedad, dejando
de lado la oportunidad de autodefinirse por la tarea que realiza. Sin dejar de
lado las distintas formas de ver la vida, barreras lingüísticas y religiosas, visua-
lización de diferencias económicas y educativas.39
Creemos que las diferencias desglosadas en el punto anterior, juegan un pa-
pel importante en la interacción constante de los miembros de la comunidad y
que algunas son factores que influyen en la creación de conflictos. De aquí, la
importancia para la convivencia en comunidad y para la creación de ciudada-
nía, de buscar formas integradoras de solución de conflictos que permitan lle-

36 DA CUHNA LOPES. T. Grupo Crónicas Revista: “La Mediacion Comunitaria: una herramienta para la
pacificación social en Michoacán”, 2012, [23 de julio de 2013]<[Link]
[Link]/2012/07/10/la-mediacion-comunitaria-una-herramienta-para-la pacificacion-social-en-michoacan-
teresa-da-cunha-lopes/>
37 TOENNIES, F. (1979). “Comunidad y Asociación”. Editorial Península, Barcelona.
38 CASTELLS SENNET, M. “Globalización, tecnología, trabajo, empleo y empresa” en La Transformación del traba-
jo. La factoría cultural. Barcelona, 1999.
39 RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ, G., “¿Comunidad? Mediación Comunitaria, habitar efímero y diversidad cultu-
ral”. Universidad de Barcelona, España, 2008.

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Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
Teresa Maria Geraldes Da Cunha Lopes / Diana Leticia Serrano Andrés

gar a acuerdos comunes, dejar espacios de esparcimiento donde se pueda


expresar, convivir e intercambiar ideas. O sea, la importancia de la instauración
de estructuras de mediación comunitaria es la clave para la creación de ciuda-
danía y para la pacificación comunitaria. Al nivel comunitario, las personas
buscan instituciones tradicionales y, sí bien el Estado ostenta un papel central y
garante de regulación, hoy ya no responde con la celeridad, la eficiencia y con el
monopolio de referentes, dado que las instituciones intermedias no solucionan
los problemas, y dado que vivimos una falta de representación de instituciona-
lidad reconocida, ante una sociedad que cambia y se mueve y que no permite
basar la noción de comunidad en la permanencia de los espacio y la transmisión
de valores. El desafío consiste en aceptar la convivencia entre distintos, e im-
portar nuevas maneras de hacer permeables las estructuras sociales, es decir
ver a la comunidad en red, donde se respetan las diferencias40 en un espacio re-
publicano no discriminador. Además, otra respuesta al conflicto puede ser me-
diante la creatividad social, puesto que el delito tiene un potencial
desestabilizador, es inevitable, pero constructivo, es decir una oportunidad de
cambio, puesto que utilizar la creatividad social como una capacidad incentiva
del mediador para usar un tipo de técnicas, o sea herramientas en cuanto a re-
cursos natural o profesional del mediador, trasladándolo a la Mediación comu-
nitaria se refiere a las estrategias que utiliza la medición, es decir la formación
de cultura política como procesos mediadores y es necesario su singulariza-
ción.41 La grande fortaleza de la mediación consiste en: a) la mediación integra-
ción y b) mediación dialógica.42
Por otro lado, tomando el caso de Ruanda durante el genocidio de 1994 cerca
de un millón de personas murieron y otras 250 000 mujeres fueron violadas,
dejo al país traumatizado y conmocionada a la comunidad internacional han
iniciando un proceso de justicia y reconciliación con el objetivo de una pacifica-
ción social, instaurando una respuesta judicial en tres niveles: a) el Tribunal Pe-
nal Internacional para Ruanda, b) el sistema judicial nacional de Ruanda y c) los
tribunales Gacaca. En el caso de los tribunales de Gacaca imponen penas menos
severas si la persona se ha arrepentido y trata de reconciliarse con la comuni-
dad, los prisioneros que confiesan regresan a sus hogares sin otra penalidad o
reciben órdenes de prestar servicios a la comunidad, además los tribunales sir-

40 RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ, G. /op. Cit/p.3-5


41 LANNITELLI MUSCOLO, S. LLOBET ESTANY,M. (2006). “Conflicto, mediación comunitaria y creatividad
social.” Universidad de Barcelona.
42 RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ, G./ op Cit/. p.6-8

Letras Jurídicas 62 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


Justicia Restaurativa y Mediación Comunitaria

ven también para promover la reconciliación proporcionando a las víctimas un


mecanismo para conocer la verdad acerca de la muerte de sus familiares y pa-
rientes, ofrecen a los perpetradores la oportunidad de confesar sus crímenes,
demostrar su arrepentimiento y pedir perdón frente a sus ciudadanos. El proce-
so de reconciliación en Ruanda se centra en la reconstrucción de la identidad
ruandesa, así como en equilibrar la justicia, la verdad y la situación futura de
paz y seguridad del país, se han adoptado diferentes medidas para que los
ofensores y las víctimas coexistan en paz, por mencionar los Seminarios: For-
mación de dirigentes comunitarios, dirigentes de partidos políticos, jóvenes y
mujeres en asesoramiento sobre traumas, mitigación y solución de conflictos y
sistemas de alerta anticipada.43
En cuanto a su metodología, retomando el Texto de Theo Gavrielides, Resto-
rative Justice Theory and Practice: Addressing the Discrepancy,44 recientemente con
el debate doctrinal, la práctica del concepto de Justicia Restaurativa no ha “re-
nacido” como una teoría académica. Por otro lado el primer esquema contem-
poráneo que incluye elementos restaurativos fue en 1974 en el programa de
reconciliación víctima-ofensor en Ontario, Canadá.45 Dean Peachey, quien re-
portó este suceso, mostrándolo como una variación del programa de mediación
entre víctima-ofensor el cual empezó como una alternativa de libertad condi-
cional para los infractores juveniles que permiten a la víctima y al ofensor cons-
truir una propuesta de sentencia para el juez. Fue asumido que los ofensores
podrían tomar conciencia del dolor de sus víctimas y esto reduciría la reinci-
dencia y aumentaría la probabilidad de la restauración. No se esperaba tampo-
co que las víctimas pudieran tener algún beneficio pero se reporto más altos
niveles de satisfacción que con el sistema tradicional. Podemos afirmar que la
metodología de la justicia restaurativa, viene a ser una gama de oportunidades,
que se adaptan a ciertas necesidades y estructuras sociales dependiendo el caso,
ya sea en su forma típica es decir mediación víctima-ofensor, hasta la inserción de
terceros interesados con motivación de ser participes en el proceso de búsqueda
de solución oportuna entre las partes, o por otro lado la participación de la fa-
milia que ayuda a hacer responsable al ofensor, y el apoyo a la recuperación de
la víctima, cualquiera que sea tienen como objetivo, propiciar la generación de

43 Publicado por el departamento de Información Pública. Abril 2013 <[Link]


nocide/rwanda/about/[Link]>
44 GAVRIELIDES, T. (2007) Restorative Justice Theory and Practice: Addressing the Discrepancy. European Insti-
tute for Crime Prevention and Control, affiliated with the United Nations. Helsinki Finland.
45 BRAITHWAITE, J. (2002) “Restorative Justice and Responsive Regulation”. New York: Oxfort University
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Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
Teresa Maria Geraldes Da Cunha Lopes / Diana Leticia Serrano Andrés

solución de conflictos, el encaramiento víctima-ofensor donde la primera, ex-


prese su sentir con el daño que le han causado, la repercusiones en su familia ,
conocidos y la comunidad misma, y el segundo pueda responsabilizarse, ex-
presar las causas que lo llevaron a determinadas acciones y el compromiso real
de restaurar a la víctima y responder hacia la comunidad que coadyuva a la
reintegración y reestructuración de las relaciones dañadas, con la finalidad de
buscar formas eficaces de prevención, creación de valores y pacificación social a
largo plazo. Recapitulando la justicia alternativa se conforma por diversos pro-
cedimientos diferentes a los jurisdiccionales, se caracterizan por se voluntarios,
flexibles, confidenciales y rápidos, pueden ser auto compositivos, como la me-
diación y la conciliación, o bien, heterocompositivos, como en el caso del arbi-
traje. También permite que las partes tengan el control de cómo solucionar sus
controversias y generar la satisfacción de los integrantes al sentir que tiene acce-
so a una solución justa de sus conflictos.
En México la mediación no inicio como un movimiento uniforme, para el
año de 1997 en Quintana Roo , se diseño un proyecto denominado “Justicia
Alternativa” y se propuso medios alternos, la mediación, conciliación y arbitra-
je, fue la legislación pionera en el país que dio lugar a múltiples cambios, es de-
cir paso a paso se ha ido construyendo un medio de apertura hacia la Mediación
Comunitaria, los esfuerzos de Quintana Roo tuvieron como resultado la crea-
ción de la Ley de Justicia Alternativa del Estado de Quintana Roo, la cual fue publi-
cada el 14 de agosto de 1997. Asimismo fue creado también en 1997, el Centro
de Asistencia Jurídica de Quintana Roo, como órgano desconcentrado del po-
der judicial estatal, encargado de sustanciar los MASC entre particulares,46 pro-
piciando así una propuesta real en México que sirvió de modelo para años
posteriores en México. La institucionalización prosiguió con Querétaro en 1999,
con el Centro de Mediación de Querétaro, seguido de Baja California en el año
2001 con el Centro de Mediación del H. Tribunal Superior de Justicia del Estado
de Baja California. Posteriormente, varios estados legislaron en materia de jus-
ticia alternativa y/o mediación así como crearon su propio centro de media-
ción, dependiente del poder judicial local respectivo, estados como:
Aguascalientes, Oaxaca, Puebla, Estado de México, Sonora, Tabasco, Guana-
juato, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Durango, Tamaulipas, Colima, Mi-
choacán, Tamaulipas, Hidalgo, Veracruz y el Distrito Federal. Si bien los
Estados tienen plazo hasta el 18 de Junio de 2016 para que brinden servicios de
Justicia Alternativa, aun así los presupuestos, infraestructura, personal, e inclu-

46 MARQUEZ ALGARA. M.: DE VILLA CORTES, J C. (2013) “La Evolución de la mediación judicial en México”.

Letras Jurídicas 64 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


Justicia Restaurativa y Mediación Comunitaria

so voluntad política en su implementación son muy diversos. Asimismo, la me-


diación en sede judicial también ha comenzando a crear nuevos planes y
estrategias de otras modalidades de la mediación, pero ahora en sedes no judi-
ciales. Ejemplos de éstos son los programas de mediación comunitaria y media-
ción escolar, que de hecho ya existen y se practican desde hace algunos años en
otros países, como Argentina, Chile, Estados Unidos y España, entre otros.47

47 MARQUEZ ALGARA. M. DE VILLA CORTES, J C. /op. Cit./p.11-13

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Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
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Edition, Waterside Press, Winchester, University Press, 1996.

Letras Jurídicas 68 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


Formación y profesionalización de los aplicadores de los
medios alternativos para la solución de conflictos *
José Alfredo Gómez Reyes **
Ignacio Casazza Jiménez ***
René Martín Castellanos Landa ****
Metztli Yeyectzi Hernández García *****
Roberto López Pérez ******

RESUMEN: En este trabajo se presenta, de ABSTRACT: In this paper briefly presents a


manera breve, un panorama general sobre la general overview about the need to guarantee
necesidad de garantizar la formación y profe- the training and professionalization of the ap-
sionalización de los aplicadores de los medios plicators of alternative means for conflict res-
alternativos para la solución de conflictos, en olution. This as an essential measure to
tanto medida esencial para lograr sus fines achieve their goals within a framework of re-
dentro de un marco de respeto a los derechos spect for human rights in benefit of a culture
humanos en beneficio de una cultura de paz of peace above the adversarial culture rooted,
por encima de la arraigada cultura adversa- which, estimated to begin with the inclusion
rial; lo cual, se estima, debe iniciar con la in- of aforementioned means in academic pro-
clusión de los citados medios en los progra- grams that taught the Universities, both pub-
mas académicos que imparten las Universi- lic and private.
dades, tanto públicas como privadas.
Palabras Clave. Medios alternativos para Key Words. Alternative means for conflict
la solución de conflictos, Justicia Restaurati- resolution, Restorative Justice, Mediation,
va, Mediación, Formación, Capacitación, Training, Professionalization, Facilitator.
Profesionalización, Facilitador.
SUMARIO: Introducción. 1. Justicia Restaurativa. 2. Medios alternativos de solu-
ción de conflictos (MASC) 2.1. Beneficios de los MASC. 2.2. Mediación como méto-
do de solución de conflictos. 2.3. Formación de mediadores. 3. Caso Veracruz. 4.

* Artículo recibido el 1 de febrero de 2014 y aceptado para su publicación el 12 de abril de 2014.


** Asistente Legal del Programa de Derechos Humanos de la Universidad Veracruzana.
*** Abogado postulante.
**** Abogado proyectista del Instituto Electoral Veracruzano.
***** Jefe del Departamento de Asuntos Fiscales. Subprocuraduría de Asuntos Fiscales y Procedimientos
Administrativos, Procuraduría Fiscal de la Secretaría de Finanzas y Planeación del estado de Veracruz.
******Vocal Secretario del Instituto Nacional Electoral.

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José Alfredo Gómez Reyes / Ignacio Casazza Jiménez / René Martín Castellanos Landa
Metztli Yeyectzi Hernández García / Roberto López Pérez

Formación de mediadores a través de Instituciones de Educación Superior. Conclu-


siones. Bibliografía.

Introducción
El presente trabajo tiene como objetivo proporcionar un panorama general so-
bre la formación y capacitación de personas que fungen como aplicadores de
los medios alternativos para la solución de conflictos, enfocando el análisis a la
mediación.
En primer lugar se aborda, de forma general, lo que se entiende por justicia
restaurativa y cuáles son los procesos que la conforman, dentro de los cuales se
encuentra la mediación.
En segundo término, se analiza concretamente qué es la mediación y las ca-
racterísticas que debe tener un mediador para, posteriormente, analizar de qué
manera es que se les forma, haciendo énfasis al estado de Veracruz.
Además, se detallan las currículas de algunas universidades del País en las
cuales se imparten materias tendentes a preparar profesionales en el tema de
referencia.
Finalmente, con base en lo desarrollado, se plasman algunas ideas a manera
de conclusiones.

1. Justicia restaurativa
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), los procesos de
Justicia restaurativa son aquellos en que los infractores, las víctimas y otras per-
sonas afectadas por un delito participan, a menudo, con ayuda de un facilita-
dor, en la solución de las cuestiones dimanantes de ese delito. En esos casos, se
hace hincapié en las necesidades individuales y colectivas y en la reintegración
de la víctima y el delincuente.1
En este tipo de justicia, la víctima aparece como protagonista de la solución
del conflicto, dando la posibilidad no solo de que se le repare el daño a la vícti-
ma del hecho delictivo, sino que se dé una respuesta sistemática por parte del

1 11º Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y Justicia Penal, Bangkok, 18 al 25 de
abril de 2005, A/CONF.203/10, pág. 6

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Formación y profesionalización de los aplicadores de los medios
alternativos para la solución de conflictos

infractor, enfatizado en la sanación de las heridas causadas o reveladas, tanto


en víctimas, delincuentes y comunidades.2

2. Medios alternativos de solución de conflictos (MASC)


Entre los medios más comunes de justicia restaurativa se encuentran la nego-
ciación, mediación, conciliación y arbitraje.
En la negociación, las partes en conflicto intercambian sus puntos de vista
sobre el mismo y se formulan mutuamente propuestas de solución. En ocasio-
nes puede intervenir un tercero, sólo cuando las partes así lo soliciten y necesi-
ten la opinión de algún experto, o cuando son representadas por abogados o
apoderados.3
Por su parte, en la mediación, las partes de un conflicto son apoyadas por un
tercero ajeno e imparcial, quien únicamente se limita a favorecer la comunica-
ción entre las partes en conflicto para que puedan encontrar la solución. En este
caso el mediador no hace propuestas de solución.4 Sobre este punto se profun-
dizará en apartados posteriores.
A su vez, en la conciliación, las partes involucradas se reúnen con un tercero
ajeno e imparcial, el cual aparte de facilitar la comunicación, formula propues-
tas de solución, mismas que pueden darse de manera extraprocesal (Profeco,
Procuraduría de la defensa del trabajo, Condusef, entre otros); o intraprocesal,
el cual se da como un requisito previo al proceso.5
Por último, en el caso del arbitraje, las partes se someten de común acuerdo a
este medio de solución de conflictos, en el cual participa un tercero neutral y
ajeno a las partes en donde la resolución tomada, llamada Laudo, es vinculante
para las partes y ejecutada por un Juez.
Existen varios tipos de arbitraje tales como: a) de estricto derecho: el árbitro
se ciñe a un procedimiento establecido por la ley; b) de equidad: las partes esta-
blecen un procedimiento específico; c) institucional: éste lo ofrecen algunas
agrupaciones tanto públicas como privadas; d) privado: es el llevado a cabo por
2 Contreras López, Rebeca Elizabeth, Temas de Derecho Penal y Civil, “La justicia restaurativa y las formas
anticipadas de conclusión del proceso penal”, Revista THEMIS Nueva Generación II, Facultad de Derecho,
Universidad Veracruzana, Xalapa; Veracruz, 2010, pág. 63.
3 VADO GRAJALES, Luis Octavio, Estudios en homenaje a Marcia Muñoz de Alba Medrano, “Medios alterna-
tivos de resolución de conflictos”, Estudios de derecho público y política. David Cienfuegos Salgado; María
Carmen Macías Vázquez (Coord.), Instituto de Investigaciones Jurídicas, Serie: Doctrina jurídica, N. 325, Mé-
xico 2006. UNAM. p. 378.
4 Ibídem, p. 379.
5 Ibídem, Pp. 380-383.

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Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
José Alfredo Gómez Reyes / Ignacio Casazza Jiménez / René Martín Castellanos Landa
Metztli Yeyectzi Hernández García / Roberto López Pérez

particulares, el cual genera algún costo de honorarios; y e) público: ofrecido por


instituciones gubernamentales, el cual suele ser gratuito (Profeco, Conamed,
INE, entre otros.)6
2.1. Beneficios de los MASC
Las Instituciones de nuestro País encargadas de la administración y procura-
ción de justicia están pasando, a partir de algunos años, por una crisis de credi-
bilidad y, por ende, de legitimidad, por lo cual, la sociedad percibe un ambiente
de impunidad.
Uno de los principales factores de esta falta de credibilidad obedece a la au-
sencia de una justicia pronta y expedita, lo cual, en la mayoría de los casos, es
consecuencia de la saturación y sobrecarga de trabajo de las instituciones encar-
gadas de la impartición de justicia.7
A lo anterior se le suma el carácter formalista del derecho procesal y la con-
cepción legalista de justicia, esto es, un positivismo que en ocasiones es extre-
mo, con lo cual la ley se preocupa más por emitir un fallo de acuerdo a lo que la
misma marca, que por un fallo justo, dejando con esto, una sensación de frustra-
ción e inconformidad en las personas involucradas en el asunto controvertido.8
La importancia de los medios alternativos de solución de conflictos, radica
en que con su implementación, vienen a ser de gran ayuda tanto para las insti-
tuciones impartidoras de justicia, como para las personas involucradas en al-
gún conflicto; ya que en su mayoría, éstos pueden ser resueltos por las partes
con un diálogo adecuado y/o asistido, sin que nadie más decida sobre su asun-
to; lo que les da la idea de que son ellos los dueños de sus propios problemas y
por lo tanto, también los dueños de sus soluciones.
Claro está que no en todos los casos se podrían aplicar estos medios de solu-
ción de conflicto, como es el caso de delitos graves y de alto impacto en la socie-
dad (tales como los que se viven hoy en día perpetrados por el crimen
organizado). Esto es, no se quiere crear la idea de suplir los mecanismos proce-
sales de impartición de justicia por los MASC, más bien, se trata de que se com-
6 Ibídem. Pp. 385-387.
7 MEZA FONSECA, Emma, Revista del Instituto de la Judicatura Federal,” Hacia una justicia restaurativa en
México”, No. 18, julio 2004, [Link]
bardales/Hacia%20una%20Justicis%20Restaurativa%20en%20M%C3%A9xico%20Emma%[Link] (consulta:
marzo 27 de 2014).
8 FÁBREGA P. Jorge, XI Congreso mexicano de derecho procesal, “Medios alternativos de solución de conflic-
tos con especial referencia a la República de Panamá y a la de Estados Unidos”, Instituto de Investigaciones
Jurídicas, Seria A. Fuentes. Textos y estudios legislativos, No. 119, UNAM, México, 1998, pp. 312-313,
[Link] (Consulta: marzo 27 de 2014).

Letras Jurídicas 72 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


Formación y profesionalización de los aplicadores de los medios
alternativos para la solución de conflictos

plementen para poder brindar un mejor acceso a la justicia y solución de


controversias.
Ahora bien, si tenemos en cuenta que al entablar un proceso en algún órgano
jurisdiccional, se da en un sistema adversarial, en donde las partes en litigio, la
mayoría de las veces, ni siquiera se comunican por ellos mismos, sino por me-
dio de los abogados y que debido a la saturación de juzgados tienen que esperar
largos periodos para que se les resuelva (lo cual no favorece a un fin sano de la
controversia), aunado al desgaste emocional y económico que esto genera; las
partes involucradas quedan, como ya se acotó, con cierto grado de frustración.
En cambio, sin detrimento de los mecanismos jurisdiccionales de solución
de controversias, cabe destacar que los MASC favorecen la solución de conflic-
tos de manera pacífica, pronta y expedita, hecho con el que se atiende el conte-
nido del artículo 17 Constitucional que a letra preceptúa:
Artículo 17. Ninguna persona podrá hacerse justicia por sí misma, ni ejercer violen-
cia para reclamar su derecho.
Toda persona tiene derecho a que se le administre justicia por tribunales que estarán
expeditos para impartirla en los plazos y términos que fijen las leyes, emitiendo sus
resoluciones de manera pronta, completa e imparcial. Su servicio será gratuito, que-
dando, en consecuencia, prohibidas las costas judiciales. (…)
Las leyes preverán mecanismos alternativos de solución de controversias. En la ma-
teria penal regularán su aplicación, asegurarán la reparación del daño y establece-
rán los casos en los que se requerirá supervisión judicial. (…)
Sin embargo, para poder llevar a cabo de manera satisfactoria la eficaz y eficien-
te implementación de los MASC, se debe contar con personal calificado para
desempeñar los cargos ya sea de mediadores, conciliadores, negociadores o ár-
bitros, por lo cual es necesaria su debida e integral formación.
2.2. Mediación como método de solución de conflictos
Dentro de los métodos que utiliza la justicia restaurativa para alcanzar sus fi-
nes, se encuentra la conciliación, el arbitraje, la celebración de conversaciones y
reuniones para decidir condenas, la mediación, entre otras.
Ahora bien, en la parte que nos ocupa, la mediación consiste en la reunión
voluntaria de la víctima y el infractor, buscando que éste último comprenda las
consecuencias de sus actos, tomando responsabilidad del daño ocasionado y
otorgando a las partes una oportunidad para que puedan convenir en una for-

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Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
José Alfredo Gómez Reyes / Ignacio Casazza Jiménez / René Martín Castellanos Landa
Metztli Yeyectzi Hernández García / Roberto López Pérez

ma para su reparación, proceso que se realizará con la asistencia de un media-


dor (facilitador) capacitado en la materia.9
2.3. Formación de mediadores
Como se vio en el punto anterior, el mediador que asista a las personas que in-
tervengan en la mediación, tiene que estar capacitado en la materia. Respecto a
este tópico, es dable mencionar que una de las primeras escuelas en el tema se
ubicó en España10, denominada Asociación Interdisciplinaria Europea de Estu-
dios de la Familia (AIEEF), misma que es una asociación civil no lucrativa, fun-
dada el 16 de marzo de 1991.11
Asimismo, la capacitación a los mediadores en algunos países avanzados en
temas de justicia restaurativa y, específicamente en mediación, como el caso de
España; también se da a través de instituciones educativas, como lo son la Uni-
versidad Carlos III de Madrid y la Universidad de Alcalá, entre otras; las cuales
ofrecen tanto especialidades, como cursos y diplomados. Con esto se puede
apreciar que la formación de mediadores, es una formación especializada.
En México, la capacitación y formación de mediadores también es brindado
por instituciones privadas y públicas. Dentro de las primeras, se hace referencia
al Instituto Mexicano de la Mediación, mismo que, aparte de difundir y promo-
cionar la mediación, tiene como objetivo preparar y certificar mediadores.12 En
cuanto a las segundas, podemos citar al poder judicial de las entidades federati-
vas, quienes imparten cursos y diplomados a fin de capacitar a las personas que
fungirán como mediadores dentro del citado poder, o bien pretenden ingresar a
éste en los respectivos Estados como mediadores, considerando que aquellos
han implementado la mediación como una forma alternativa de solucionar
conflictos.
En consonancia con lo anterior, conviene precisar que los medios alternati-
vos de solución de conflictos no solo se utilizan dentro del ámbito judicial, sino
también existen y se aplican en otras instituciones públicas y privadas que utili-
zan estos medios para dirimir sus conflictos.

9 PÉREZ SAUCEDA, José Benito y Zaragoza Huerta, José, Entre libertad y castigo: dilema del estado contempo-
ráneo, “Justicia Restaurativa: del castigo a la reparación”, (Coords. Campos Domínguez, Fernando, Cienfue-
gos Salgado, David y Zaragoza Huerta, José), México, UNAM, 2011, pág. 642.
10 País pionero en el proceso de Mediación.
11 [Link]
12 Instituto Mexicano de la Mediación A. C. [Link]

Letras Jurídicas 74 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


Formación y profesionalización de los aplicadores de los medios
alternativos para la solución de conflictos

Como muestra, puede referirse únicamente de forma ilustrativa, al Instituto


Federal Electoral13, Órgano Constitucional Autónomo que actualmente cuenta
con un marco normativo que permite la vigencia de los medios alternativos
para la solución de controversias, que incluye a todo su personal o al menos esa
fue la intensión de su Junta General Ejecutiva.14
Como se ha observado, los medios alternativos para la solución de conflic-
tos, paulatinamente han cobrado mayor relevancia y aplicación en nuestro país,
sobre todo, a partir de la reforma constitucional federal al artículo 17 realizada
en el año 2008, en la que precisamente se destaca la justicia restaurativa, es de-
cir, los medios alternativos de solución de conflictos; de ahí la necesidad de que
dicha justicia sea apegada a los estándares profesionales de calidad que la socie-
dad demanda, lo que obliga a hacerlo con perspectiva de pleno respecto a los
derechos humanos.
A continuación se verá el caso concreto del Estado de Veracruz respecto del
tema en cuestión.

3. Caso Veracruz
Hablar de medios alternos de solución de conflictos en Veracruz, nos conlleva a
hacer alusión a la Ley de Medios Alternativos para la Solución de Conflictos del
Estado, misma que tiene como objeto regular la aplicación de la mediación y la
conciliación para la solución de conflictos y la obtención de acuerdos reparato-
rios en materia de justicia restaurativa.15
Ahora bien, adentrándonos en la forma, modo y alcances que debe contener
la capacitación y profesionalización dentro del Poder Judicial del estado de Ve-
racruz, para aquellos aspirantes a formar parte del Centro Estatal de Justicia
Alternativa16, sin duda, debe abarcar materias que formen personas capaces de
llevar a cabo estos medios alternos de solución de conflictos.

13 A partir del 04 de abril de 2014, se le denomina Instituto Nacional Electoral derivado de la Reforma Cons-
titucional en materia Político-Electoral 2014, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 10 de febrero
del citado año.
14 Al efecto, véase el acuerdo número JGE128/2012, emitido por la Junta General Ejecutiva del Instituto Fe-
deral Electoral por el que se aprueban los nuevos lineamientos aplicables al procedimiento de conciliación de
conflictos entre miembros del servicio profesional electoral y/o personal administrativo del Instituto Federal
Electoral, de 22 de octubre de 2012; mismos que sustituyeron los aprobados el 17 de agosto de 2010.
15 Artículo 2 de la Ley de Medios Alternativos para la Solución de Conflictos del Estado de Veracruz. Gace-
ta oficial del 10 de mayo de 2013.
16 Artículo 3 de la Ley de Medios Alternativos para la Solución de Conflictos del Estado de Veracruz.

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En ese sentido, estamos convencidos que las temáticas a abordar en cada


curso, taller, especialización o cualquiera otra forma de capacitación17, debe
contener al menos lo siguiente:
¡ Antecedentes históricos que refieran, de manera general, qué es el conflic-
to18 y sus elementos.
¡ El entendimiento concienzudo de qué es la resolución alternativa de con-
flictos, sus modelos, técnicas y estrategias.
¡ Técnicas y habilidades para resolución y transformación de conflictos.
¡ Entender la diferencia entre mediación, conciliación y justicia restaurativa.
Todo lo anterior, debe desarrollarse desde una perspectiva de protección de
los derechos humanos, pues debemos advertir que los medios alternos de solu-
ción de conflictos, son caracterizados por la voluntad de los involucrados, sin
embargo dicha solución alternativa, no puede ir más allá de la dignidad19 de
cualquiera de las partes, pues de lo contrario, se podría llegar al supuesto en
que se mediara lo que no es mediable, al menos para el sistema de protección de
los derechos humanos.
Otra parte que resulta de suma importancia en la capacitación y profesiona-
lización de los futuros mediadores, conciliadores y todo aquél que participe en
los medios alternos de solución de conflictos, es que debe ser innato a su perso-
na, un carácter con visión20 de paz, de armonía, de reintegración, pero sobre
todo de solución a un problema, pues debe partir de la base que todas las herra-
mientas, van encaminadas a que las partes de manera voluntaria21 lleguen a
acuerdos en los que ambas estén convencidas que es la mejor solución.
Ahora bien, la Ley de Medios Alternativos para la Solución de Conflictos del
estado de Veracruz de 2013, prevé en su artículo 10 las características requeri-
das para ser mediador, tal y como se ve a continuación:

17 Expertos en mediación: ámbitos de actuación y técnicas aplicadas en la resolución de conflictos, Revista


Área Social, No. 3, Ed. Colegio Oficial de diplomados en Trabajo Social y Asistencias sociales de Castilla-La
Mancha. Marzo 2003, p.6.
18 GONZÁLEZ PEÑA, Oscar, Conciliación extrajudicial, Ed. s/ed., APPEC, Perú, 2001, p. 79. En tesis de Ro-
dolfo Ocejo Lambert, “La mediación como proceso de gestión de conflictos. Inducción al Derecho de Fami-
lia”, Universidad Autónoma de San Luis Potosí, junio 2005.
19 GÓMEZ REYES, José Alfredo y GERANDING SÁNCHEZ Morales, Sistematización-Jurisprudencia de la
Corte Interamericana de Derechos Humanos, “Protección a la Honra y Dignidad”, T. 2, Universidad Militar Nue-
va Granada, Colombia, 2012, p. 21.
20 GENERALITAT VALENCIANA, La mediación en la resolución de conflictos, Consejería de Cultura educa-
ción, [Link]
21 Ley de Medios Alternativos para la Solución de Conflictos del Estado de Veracruz, publicada en la Gace-
ta Oficial del Estado el 10 de mayo de 2013. Artículo 5.

Letras Jurídicas 76 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


Formación y profesionalización de los aplicadores de los medios
alternativos para la solución de conflictos

Artículo 10. Para ser mediador, conciliador o facilitador se requiere:


I. Ser veracruzano y haber residido en el Estado durante los últimos tres años;
II. Tener cuando menos veinticinco años cumplidos;
III. Poseer título de Licenciado en Derecho;
IV. Gozar de buena reputación y no haber sido condenado por delito doloso alguno;
y
V. Estar certificado y autorizado por el Centro Estatal.22
Como se puede advertir, dentro de éstos requisitos no se exige a los mediadores
capacitación específica sobre el tema; sin embargo, en el artículo 11 de la Ley en
comento se establecen las obligaciones de los mismos, entre las cuales figura la
de cerciorarse del correcto entendimiento y compromiso entre las partes, vigi-
lar que durante el procedimiento no se afecten derechos de terceros ni cuestio-
nes de orden público, exhortar a las partes a cooperar para la solución de
conflictos, dar por terminada la sesión si se detecta que el conflicto no es suscep-
tible de llegar a algún acuerdo, entre otras.
Lo precedente refleja que los mediadores tienen una gran responsabilidad
en su función, razón por la cual, a fin de contar con el personal capacitado para
llevar a cabo el proceso de mediación, el Poder Judicial del estado de Veracruz,
a través del Consejo de la Judicatura, impartió en el año 2010 el Diplomado en
Mediación y Conciliación, a través del cual, las personas que lo aprobaron, que-
daron acreditados como Mediadores. Al respecto, dicho diplomado se estruc-
turó en 12 módulos, entre los cuales se abordaron temas como el análisis de la
Ley de Medios Alternativos, introducción al conflicto, instituciones mediables
o conciliables, entre otros tópicos; así como algunos talleres indispensables para
el acercamiento a la mediación de las personas interesadas.
Posteriormente, se han impartido algunos talleres referentes a medios alter-
nativos de solución de conflictos con énfasis en la mediación, mismos que en la
mayoría de los casos, se dirigen a personas que laboran dentro del poder judi-
cial del estado.23
Lo mencionado da cuenta de que el Poder Judicial del estado de Veracruz
está implementando determinadas medidas para llevar a cabo su cometido de
la mejor forma posible; sin embargo, se estima que conforme vayan avanzando
los medios alternativos de solución de conflictos, se hará patente la exigencia de
contar con profesionistas en la labor de la mediación y, en general, de solución

22 Ley de Medios Alternativos de Alternativos para la solución de conflictos de Veracruz.


23 Poder Judicial del Estado de Veracruz, [Link]

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Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
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Metztli Yeyectzi Hernández García / Roberto López Pérez

de conflictos de manera pacífica, para lo cual se cree conveniente que las Insti-
tuciones de Educación Superior deben ineludiblemente introducir en su plan
de estudios materias para formar a dichos profesionales.

4. Formación de mediadores a través de Instituciones de Educación


Superior
Los Medios Alternos de Resolución de Conflictos (MASC) se insertan en el cam-
po del derecho a partir de su valor como mecanismos coadyuvantes para satis-
facer pretensiones, de tal suerte que si bien en estricto sentido solo el juicio
arbitral tiene carácter de sustituto jurisdiccional, no puede desconocerse que la
negociación y la mediación contribuyen a disminuir el conflicto social, que de
suyo es inherente a las relaciones humanas.24
La relevancia en el estudio de los MASC por parte de los alumnos que se en-
cuentran formándose como abogados, encuentra su mejor expresión en la ten-
dencia actual seguida en Iberoamérica y particularmente en nuestro país, de
instaurar sedes administradoras de justicia alternativa bajo la tutela de los po-
deres judiciales locales y otras más bajo la tutela del Poder Ejecutivo Federal y
de los poderes ejecutivos locales.25
En ese contexto, si bien es cierto que, en la actualidad, una de las funciones
primordiales del Estado implica la implementación y difusión de los MASC,
también lo es que cada día se torna más notoria la necesidad de que los profe-
sionistas de derecho tienen respecto de llevar a cabo y difundir estos medios de
solución de conflictos independientemente de la función que tiene a su cargo el
Estado.
En este sentido, la inclusión de programas académicos relativos a los MASC
en los planes de estudio que las universidades nacionales ofrecen a los estu-
diantes de la licenciatura en derecho, se vuelve una herramienta esencial dentro
de la sociedad actual, toda vez que, al implementar desde los cimientos en la
formación de un abogado los conocimientos teóricos y prácticos respecto de los
MASC, la probabilidad de que dichos estudiantes al desenvolverse como profe-
sionistas del derecho utilicen dichos mecanismos, aumenta considerablemente.
Derivado de lo expuesto y con la finalidad de brindar un panorama amplio
respecto del estudio, conocimiento y difusión que las instituciones de educa-

24 Universidad Nacional Autónoma de México, Guía de estudios, Facultad de Derecho, “Mediación y arbitraje”,
División de Universidad Abierta, México, 2004, p. 4.
25 Ibídem, p. 7.

Letras Jurídicas 78 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


Formación y profesionalización de los aplicadores de los medios
alternativos para la solución de conflictos

ción superior en México ofrecen a los estudiantes durante su formación como


juristas, se procedió a analizar los planes de estudio de 2 universidades públi-
cas y 2 universidades privadas del país, elegidas preponderantemente por su
reconocimiento y trascendencia académica.
El análisis realizado dentro del plan de estudio de la licenciatura en Derecho
que ofrecen: (i) La Universidad Veracruzana (UV), (ii) La Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM), (iii) La Escuela Libre de Derecho (ELD) y (iv) El
Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), arroja que
de las cuatro instituciones educativas la UV26 no contempla dentro de sus pla-
nes de estudio alguna asignatura relacionada con los MASC, ya sea obligatoria
o bien optativa; por lo que, dada la especial trascendencia que representan los
MASC, se estima más que urgente su adición al plan de estudios de nuestra má-
xima casa de estudios con el objetivo de fortalecer la formación profesional de
mediadores en la entidad veracruzana.
La ELD, incluye en el tercer año de su plan de estudios una asignatura opta-
tiva denominada “Medios Alternativos de Solución de Controversias”27 y el
ITESM, en el noveno semestre del plan de estudios contempla una asignatura
obligatoria nombrada “Medios Alternos de Solución de Controversias”28, seña-
lando que el alumno, al cursar dicha asignatura, debe desarrollar un proyecto
mediante el cual esquematice la resolución de una controversia a través de la
aplicación de los MASC.
Por su parte, el plan de estudios de la UNAM, se conforma por 68 asignatu-
ras de las cuales 54 son obligatorias y 12 optativas.29 Las asignaturas optativas
incluyen 23 campos de especialización, dentro de los cuales encontramos al De-
recho Civil, el cual a su vez se subdivide en 6 módulos: (i) Juicios Especiales; (ii)
Mediación y Arbitraje; (iii) Derecho Notarial y Registral; (iv) Responsabilidad
Civil; (v) Temas de Derecho Familiar; y (vi) Practica Forense de Derecho Civil.
Es decir, si el estudiante opta por tomar dentro de los campos de especializa-
ción al Derecho Civil, tendrá a su vez, la viabilidad de cursar el modulo de Me-

26 Universidad Veracruzana, Facultad de Derecho, Mapa curricular, [Link]


dios/. (consulta: el Junio 11 de 2013)
27 Escuela Libre de Derecho, Plan de Estudios 2012-2013, Materias no anuales, [Link]/inscripciones/,
(consulta: junio 11 de 2013)
28 Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, Licenciatura en Derecho, Plan de Estu-
dios,[Link]/wps/wcm/connect/ITESM/Tecnologico+de+Monterrey/Carreras+Profesionales/Areas+de+estu-
dio/Derecho/.( consulta: junio 11 de 2013)
29 Universidad Nacional Autónoma de México, Oferta Académica, Derecho, [Link]
ras/1/derecho. (Consulta: junio 11 de 2013)

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Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
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Metztli Yeyectzi Hernández García / Roberto López Pérez

diación y Arbitraje, mismo que se encuentra integrado por 6 unidades


conformadas como a continuación se cita:
1. Conflicto y su gestión tradicional
2. Métodos alternativos de solución de conflictos
3. La negociación
4. La mediación
5. El arbitraje
6. Métodos alternativos de solución de conflictos en los tratados de libre co-
mercio.
En estas circunstancias, el análisis de los diversos planes de estudios permite
concluir que la ELD, el ITESM y la UNAM, ofrecen a sus estudiantes de la licen-
ciatura en Derecho formación teórica y práctica en cuanto a los MASC.
Lo anterior, adquiere suma importancia, toda vez que, el conocimiento y so-
bre todo la práctica de los MASC en las solución de controversias sociales, es
una situación que sin duda debe ser retomada por todas aquellas instituciones
educativas que forman licenciados en derecho, sin importar que sean públicas o
privadas, con la finalidad de formar profesionistas preparados para afrontar la
realidad social.
En este tema en específico, se debe considerar que la misión pedagógica de
formar profesionales en solución alternativa de conflictos, consiste en generar
puntos de articulación entre distintos saberes. En nuestro país las capacitacio-
nes omiten, en la mayoría de los casos, incluir en sus equipos la participación de
otras disciplinas que no sean la de abogados. Es de mencionar que en Veracruz,
la Ley de Medios Alternativos para la Solución de Conflictos del 2013, en su ar-
tículo 12, establece que los mediadores o conciliadores se podrán auxiliar de los
profesionistas que requieran.
En el ámbito didáctico, los contenidos son un punto primordial en el que de-
ben detenerse quienes aspiran a formar y capacitar mediadores, conciliadores,
entre otros.
Para analizar este punto en específico, procederemos a hacer un estudio so-
bre el Doctorado en Métodos Alternos de Solución de Conflictos, que ofrece la
Universidad Autónoma de Nuevo León,30 a través de su facultad de Derecho y
Criminología.

30 Esto es así, ya que es una de las pocas Instituciones de Educación Superior que imparte un doctorado en la
materia, por lo cual el estudio del mismo se hace interesante.

Letras Jurídicas 80 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


Formación y profesionalización de los aplicadores de los medios
alternativos para la solución de conflictos

El programa del Doctorado en Métodos Alternos de Solución de Conflictos,


según se describe en la página de internet de la Autónoma de Nuevo León, pre-
tende, mediante la aplicación en el área jurídica y de otros ámbitos de la ciencia
donde se desarrolle un conflicto, utilizar diferentes mecanismos como la nego-
ciación, la mediación, la conciliación y el arbitraje, para su solución y para hacer
frente a las diversas problemáticas con fundamento en las teorías relativas a los
Métodos Alternos de Solución de Conflictos y su aplicación en la práctica, con-
siderándoseles herramientas de Paz.31
Describe como su objetivo general, el de formar investigadores de alto nivel
académico, que generen investigaciones de alto impacto tanto a nivel teórico
como practico, con capacidad de docencia y divulgación del conocimiento cien-
tífico, así como la participación en proyectos científicos, implementando me-
diante este tipo de investigación nuevas formas de modificación y mejora al
entorno social, utilizando técnicas como la negociación, la mediación, la conci-
liación y el arbitraje, a fin de solucionar las problemáticas actuales de nuestro
entorno social.
Siendo sus objetivos específicos privilegiar el aprendizaje de los estudiantes,
enfocando el trabajo docente en guiar, mediar y enseñar a los alumnos a apren-
der y a pensar, bajo la responsabilidad de facilitar el aprendizaje en el entorno
nacional e internacional.
Las líneas de investigación versan sobre los Métodos Alternos de Solución
de Conflictos como herramientas de paz, la aplicación de los Métodos Alternos
de Solución de Conflictos y la Justicia Restaurativa.
Dentro de las asignaturas que se otorgan en este posgrado, se encuentran se-
minarios de: a) investigación sobre el contexto de los Métodos Alternos de Solu-
ción de Conflictos y Cultura de Paz; b) de investigación cualitativa y manejo de
resultados; c) de teoría del Conflicto; d) de teoría procesal de la Negociación,
Mediación y Arbitraje; d) de Solución de Conflictos en el ámbito Internacional
Público; e) de Solución de Conflictos en el ámbito Internacional Privado de
Aprendizaje; f) de libre elección; g) de los Métodos Alternos como Política de
Bienestar Social; h) de Justicia Restaurativa; entre otros.
El perfil de egreso de los estudiantes de este doctorado, está encaminado a
formar profesionales que desarrollen soluciones o propuestas que son suscepti-
bles de ayudar en la labor de personas e instituciones. De manera concreta se
dedican al estudio y solución de los problemas teniendo como herramienta a
31 [Link] (consulta: junio 12
de 2013)

81
Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
José Alfredo Gómez Reyes / Ignacio Casazza Jiménez / René Martín Castellanos Landa
Metztli Yeyectzi Hernández García / Roberto López Pérez

los Métodos Alternos de Solución de Conflictos y se vuelven promotores de


una cultura no adversarial, una cultura de paz.
Ahora bien, cabe destacar que, a pesar de que en Universidades como la de
Nuevo León, el intento por progresar en esta cultura de la paz, en la profesiona-
lización de Mediadores, Conciliadores, Árbitros, entre otros; en el país en gene-
ral estamos en un gran atraso en estos temas. Pues a pesar de los esfuerzos en
estados como el de Veracruz, estos son insuficientes o desviados de la orienta-
ción internacional que ha impregnado la conciencia pacífica, como observamos
en la Declaración y Programa de Acción sobre una Cultura de Paz, aprobada en
el año de 1998.32

Conclusiones
Con base en las ideas anteriores se refiere lo siguiente, a manera de conclusio-
nes.
Primera. Los medios alternativos de solución de conflictos, cada vez cobran
más fuerza (tanto a nivel nacional, como internacional, así en el ámbito público
como en el privado). Resaltando el importante papel que juegan dentro de
nuestro sistema de justicia, el respeto de los derechos humanos y la dignidad
del ser humano, pues no debemos olvidar que las MASC es un proceso de rees-
tructuración de tejido social que en su momento se vio dañado.
Segunda. El Poder Judicial debe mantenerse a la vanguardia de los métodos
alternativos de solución de conflictos para no verse rebasado por el avance de
los mismos. Por lo que la capacitación de su personal es fundamental para la tan
delicada función que se desempeña.
Tercera. Resulta de vital importancia que las personas que actúen como faci-
litadores en el proceso alternativos de solución de conflictos (Mediación, Conci-
liación, Arbitraje, Negociación, entre otros), sean personas realmente
capacitadas para ello, para lo cual, los estados y, particularmente, el estado de
Veracruz, (en el cual se ha implementado la mediación y la conciliación), han
efectuado diplomados y cursos para capacitar a las personas que fungirán
como tales.
Cuarta. Aquellas instituciones de educación superior que aún no incluyen
asignaturas o módulos relativos al estudio de los MASC en sus programas de
estudio impartidos en las licenciaturas en Derecho, deben empezar a realizar
acciones tendientes a su inclusión, tomando en consideración que dicha imple-
32 [Link]

Letras Jurídicas 82 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


Formación y profesionalización de los aplicadores de los medios
alternativos para la solución de conflictos

mentación, permitirá ampliar el perfil de egreso de sus estudiantes y eventual-


mente apertura el campo laboral de los mismos.
Quinta. En lo que respecta a la formación y profesionalización de los aplica-
dores de Medios Alternativos de Solución de Conflictos, se puede decir que el
Poder judicial está formando a los mismos a través de Diplomados y talleres,
sin embargo aún no ha dado el paso hacia la profesionalización.

83
Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
José Alfredo Gómez Reyes / Ignacio Casazza Jiménez / René Martín Castellanos Landa
Metztli Yeyectzi Hernández García / Roberto López Pérez

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85
Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
Dignidad humana y trabajo decente *
José Manuel Lastra Lastra **

RESUMEN: La OIT a través de su Director, ABSTRACT: The ILO, through its Director,
expuso durante 1998, la idea de trabajo de- presented in 1998, the idea of ??decent work
cente en la palestra internacional. A partir de in the international arena. Since then, the
entonces, el concepto fue entronizado en el concept was enthroned in the world of work,
mundo del trabajo, incluso ahora, es celebra- even now, is celebrated the “World Day of
do el “día mundial del trabajo decente”. En Decent Work”. In this research, I try to un-
esta investigación, trato de desentrañar los ravel the meanings of human dignity and de-
significados de trabajo decente y dignidad cent work in various fields.
humana, en diversos ámbitos.
Palabras clave: Trabajo decente, Dignidad Key words: Decent work, Human Dignity,
humana, Dialogo social, Condiciones dignas Social dialogue, Decent working conditions.
de trabajo.
SUMARIO: 1. Introducción. 2. Idea del vocablo principio. 3. Principios generales
del derecho; 4. La dignidad en la doctrina social católica; 5. La idea de dignidad en
el Código Social de Malinas; 6. Significado del vocablo dignidad; 7. Interpretación
judicial respecto de la dignidad humana; 8. La dignidad humana en el derecho in-
ternacional; 9. Trabajo decente: visión de la OIT; 10. Contradicciones legislativas de
la reforma a la LFT, del 30 de noviembre de 2012. Reflexiones finales. Bibliografía.

1. Introducción
Los principios fundamentales del derecho del trabajo deben preservarse, por-
que han dado sólidos cimientos a la estructura que sostiene y promueve los me-
jores afanes en la búsqueda constante de la justicia social. La endemia creciente
del desempleo y la precariedad en la contratación deben erradicarse y evitar
que se esconda o encubra en la siniestra y oscura sombra que proyecta la silueta
del modelo neoliberal. La desocupación acarrea severos y continuos conflictos
* Artículo recibido el 15 de enero de 2014 y aceptado para su publicación el 12 de marzo de 2014.
** Investigador Titular Nivel “C”, Instituto de Investigaciones Jurídicas, Investigador Nacional por el
CONACYT, Profesor definitivo de las Facultades de Contaduría y Administración y Derecho, Premio UNAM
en Docencia 2002. Consejero Universitario Propietario, Representante del personal académico, Campus CU
(2011-2015).

87
José Manuel Lastra Lastra

sociales, engendra tensiones y entorpece la buena marcha de la economía y la


paz social. La valoración jurídica del trabajo es fuente inspiradora e imperativa
de los principios ordenadores. El trabajo debe ser preservado por encima de
cualquier interés egoísta. La dignidad y el bienestar constituyen el valor supre-
mo de quienes entregan a la economía, el único patrimonio originario y auténti-
co: su energía.
Estamos conscientes que el derecho del trabajo no ha nacido para cambiar al
mundo, pero sí para hacerlo más aceptable, al garantizar niveles de vida que se
aproximen a la dignidad que exige la condición humana de los trabajadores.
Para que así, el trabajo pueda cumplir una función nueva, que lo releve como
factor de producción y de lucro empresarial.

2. Idea del vocablo principio


La palabra principio deriva del latín principium, de princeps-ipis —príncipe—. En
tiempos históricos significó “comienzo’ y ‘origen’ y, en la época clásica, se usó
el plural principioa-orum, para designar una norma o principio”.1 El vocablo
principio, también significa “fundamento, origen, razón fundamental sobre la
cual se procede”.2
En otro sentido, puede entenderse como lo que es primero en todo orden de
relación: cronológico, lógico y ontológico. Es decir, en los órdenes del conocer
(principios lógicos), del ser (principios ontológicos) y del obrar (principios mo-
rales, imperativos, reguladores de la conducta). El principio es el primer instante
del ser, la causa que contiene la razón y explica la verdad, admitida como “fun-
damento inmediato de sus disposiciones”.3
La idea de principio denota el origen y desarrollo de criterios fundamentales
expresados en reglas o aforismos, que tienen virtualidad y eficacia propia, su
más pura esencia responde a una general aspiración que se “traduce en la reali-
zación de su contenido”.4

3. Principios generales del derecho


Los juristas han buscado, con acuciosidad, la esencia de la expresión principios
generales del derecho, para identificar a éstos en dos grandes vertientes. Por una

1 Eduardo J. Couture, Vocabulario jurídico, Buenos Aires, Ediciones Depalma, 1976, p. 476.
2 Martín Alonso, Enciclopedia del idioma, t. III, 3ª reimpresión, Aguilar, México, 1991, p. 3397.
3 Guillermo Cabanellas, Diccionario de derecho usual, t. II, 9ª ed., Heliasta, Buenos Aires, 1976, p. 381.
4 Diccionario Jurídico Espasa Calpe, Madrid, 1991, p. 793.

Letras Jurídicas 88 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


Dignidad humana y trabajo decente

parte, la interpretación histórica, consistente en “afirmar que los principios gene-


rales del derecho inspiran una determinada legislación positiva y, por otra, la in-
terpretación filosófica, la cual trata de verdades jurídicas universales, de
principios filosóficos que expresan el elemento constante y permanente del de-
recho, el fundamento de toda legislación positiva”.5 Evidentemente ni una in-
terpretación abstractamente filosófica ni una crudamente positivista de los
principios generales del derecho posee justificación absoluta. El legista tiene
que inferir los principios generales de contenido en el ordenamiento jurídico. El
acto de inferencia debe remontarse al lugar de donde toma su origen el derecho.
“Tomar su origen, significa —según Legaz y Lacambra— engendrarse, encarnarse
y nacer, adquirir carta de naturaleza en el mundo de los seres reales”.6 El dere-
cho vive primariamente en la conciencia del hombre como pensamiento o idea
de justicia. Cuando este pensamiento y sentimiento cristalizan en un sistema de
creencias colectivas, ha nacido un sistema jurídico, se ha producido un engen-
dramiento, emanación y nacimiento del derecho, de estos principios el derecho
extrae su origen. El derecho positivo deriva su valor del “mismo potencial de
las leyes”.7 Debe fundamentarse en convicciones ético-jurídicas comúnmente
aceptadas por un determinado grupo social. Estas ideas constituirían auténti-
cas fuentes jurídicas, sin necesidad de observar “ningún procedimiento de po-
sitivación”.8
Pretender que sea el legislador y no el pueblo el creador del derecho, es co-
meter una verdadera expropiación. El derecho responde a una necesidad del
hombre y es inseparable de la vida humana. Dondequiera que exista una huella
de vida humana “existirá, indefectiblemente, un ordenamiento jurídico”.9 En
última instancia, el creador del derecho es el pueblo, “fuente única de toda obra
cultural”.10
Los principios generales del derecho son enunciaciones normativas de valor ge-
nérico que condicionan y orientan la comprensión del ordenamiento jurídico,
tanto para su aplicación o integración, como para la elaboración de nuevas nor-
mas. En tal sentido, “son verdades fundantes de un sistema de conocimientos,

5 Luis Legaz y Lacambra, Filosofía del derecho, 4ª ed., Bosch, Barcelona, 1975, p. 604.
6 Ibídem, p. 605.
7 Joaquín Arce y Flórez-Valdés, Los principios generales del derecho y su formulación constitucional, Civitas, Ma-
drid, 1990, p. 39.
8 Margarita Baladiez Rojo, Los principios jurídicos, Tecnos, Madrid, 1994, p. 45.
9 Giorgio del Vecchio, Los principios generales del derecho, 3ª ed., Bosch, Barcelona, 1978, p. 76.
10 Adolfo Maldonado, “La génesis espontánea del derecho y la unidad social”, en Revista de la Facultad de Dere-
cho, UNAM, t. VI, núm. 23, julio-septiembre de 1956, p. 13.

89
Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
José Manuel Lastra Lastra

admitidas como tales por ser evidentes, por haber sido comprobadas y, tam-
bién, por motivos de orden práctico”.11
Entre las funciones que tradicionalmente se atribuyen a los principios gene-
rales, encontramos:
a) La fuente subsidiaria en defecto de ley o costumbre.
b) Informar y nutrir al ordenamiento, labor a la que puede añadirse una tercera
función.
c) La interpretativa. A manera de ejemplo, baste observar lo dispuesto por el
artículo 14 constitucional, al establecer “en los juicios del orden civil, la sen-
tencia definitiva deberá ser conforme a la letra o a la interpretación jurídica
de la ley y, a la falta de ésta, se fundará en los principios generales del dere-
cho”. En otra parte, el Código Civil para el Distrito Federal dispone que “el
silencio, obscuridad o insuficiencia de la ley no autoriza a los jueces o tribu-
nales para dejar de resolver una controversia [...] las cuales habrán de resol-
verse conforme a la letra de la ley o a su interpretación jurídica[...]a falta de lo
anterior, se resolverá conforme a los principios generales del derecho” (ar-
tículos 18 y 19). De igual manera, hace referencia nuestra Ley Federal del
Trabajo, en su artículo 17, al incluir como fuente a los “principios generales que
deriven de la Constitución, la Ley, Tratados internacionales y Reglamentos.
Así como los principios generales del derecho y los de justicia social que deriven
del artículo 123 de la Constitución”.
Los principios generales del derecho, con mayor fortuna que la costumbre y la
doctrina, han sido considerados por los Tribunales como verdades jurídicas no-
torias e indiscutibles y deben ser tomadas en cuenta por el juzgador. En virtud
de que son “la manifestación auténtica, prístina, de las aspiraciones de la justi-
cia de una comunidad”.12
En cuanto a la idea y el propósito de alcanzar la felicidad, Séneca escribió
hace mucho tiempo: “el hombre no debe pensar más que en un solo bien: lo ho-
nesto”,13 por su parte, Cicerón expresaría: “todo lo que es decente es también
honesto y todo lo que es honesto es igualmente decoroso”.14 El honor es una de
las manifestaciones de la dignidad humana, es proyección de la virtud o, como lo
describe el diccionario de la Real Academia Española: “Gloria o buena reputa-

11 Miguel Reale, Introducción al estudio del derecho, 9ª ed., Ediciones Pirámide Madrid, 1989, p. 139.
12 Véase: Queja 243/91, Rodolfo Santa Ana Pérez, 21 de agosto de 1991, Tercer Tribunal Colegiado en Materia
Administrativa del Primer Circuito, Semanario Jurídico de la Federación, 8ª época, t. III, segunda parte-2, p. 573.
13 Séneca, Tratados filosóficos, México, Porrúa, 1975, p. 184.
14 Marco Tulio Cicerón, Los oficios o los deberes de la vejez – de la amistad, México, Porrúa, 1973, p. 28.

Letras Jurídicas 90 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


Dignidad humana y trabajo decente

ción que sigue a la virtud, al mérito o a las acciones heroicas, la cual trasciende a
la familia, personas y acciones”.15

2. La dignidad en la doctrina social católica


La Doctrina Social Católica, a través de sus encíclicas, ha externado elocuentes
ideas acerca de la dignidad humana. León XIII, expresaría, en la Rerum Novarum:
“Los ricos y los patrones recuerden, que no deben tener a los obreros como es-
clavos, que deben en ellos respetar la dignidad de la persona”.16 Años más tarde,
Pío XI, argumentaría: la posesión del mayor número posible de bienes para sa-
tisfacer las comodidades de esta vida, no debe compensar “la disminución de la
dignidad humana”,17 Juan XXIII en Mater et Magistra mencionaría las inequida-
des de un sistema económico en el que “las estructuras y el funcionamiento
comprometan la dignidad humana”18, agregaba el pontífice, “corresponde a las
personas el deber de conservar la vida; el derecho a un nivel de vida digno, el
deber de vivir dignamente y el derecho a la libertad”.19 El trabajo no es humano si
no permanece inteligente y libre. Paulo VI, expresaría en Populorum Progressio;
“en algunas regiones una oligarquía goza de una civilización refinada, mien-
tras el resto de la población está viviendo en condiciones de “vida y de trabajo
indignas de la persona humana”.20 Por su parte, Juan Pablo II, en Laborem Excer-
cens, considera que el trabajo es un bien del hombre, no sólo un bien útil o para
disfrutar, sino un bien digno, es decir, “que corresponde a la dignidad del hom-
bre, un bien que expresa esta dignidad y la aumenta”.21 El Pontífice agregaría
tiempo después, en la encíclica Sollicitudo rei Socialis, que no sería “verdadera-
mente digno del hombre un tipo de desarrollo que no respetara y promoviera
los derechos personales, sociales, económicos y políticos”.22 Para conmemorar
los 100 años de la expedición de la Rerum Novarum (1891-1991), el Pontífice ex-
pediría la encíclica Centesimus Annus, en la cual alude al propósito de esclarecer
el conflicto entre el capital y el trabajo por León XIII, quien defendía los derechos

15 Diccionario Manual e Ilustrado de la Lengua Española, 4ª ed., Madrid, Espasa-Calpe, 1989, p. 836.
16 León XIII, Rerum Novarum¸ México, Ediciones Paulinas, 1980, p. 19.
17 Pío XI, Quadragésimo Anno, México, Ediciones Paulinas, 1980, p. 54.
18 Juan XXIII, Mater et Magistra, México, Ediciones Paulinas, 1980, p. 21.
19 Juan XXIII, Pacem in Terris, México, Ediciones Paulinas, 1980, p. 9.
20 Paulo VI, Populorum Progressio, México, Ediciones Paulinas, 1978, p. 7.
21 Juan Pablo II, Laborem Excersens, México, Ediciones Paulinas, 1981, p. 39.
22 Juan Pablo II, Sollicitudo rei Socialis, México, Ediciones Paulinas, 1988, p. 61.

91
Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
José Manuel Lastra Lastra

fundamentales de los trabajadores, cuya clave de lectura en el texto leoniano


sea “la dignidad del trabajo”.23

3. La idea de dignidad en el Código Social de Malinas


Estas encíclicas inspiraron la fundación, en 1920, de la Unión Internacional de
Estudios Sociales, en Malinas (Bélgica), presidida por el Cardenal Mecier en sus
inicios y, después de su muerte, por el Cardenal Van Roey, con el propósito de
establecer un código que resumiera los principios y enseñanzas sobre la doc-
trina social católica, así surgió, el Código Social de Malinas, que consta de 179 ar-
tículos.
Este Código considera que el trabajo es la parte del hombre en la obra de la
producción; es el esfuerzo intelectual y manual realizado para disponer de re-
cursos, según las necesidades de su naturaleza y el desenvolvimiento de su
vida (artículo 87). El trabajo no es una mercancía que se compra y se vende (ar-
tículo 89), es una actividad “libre a la dignidad humana”.24
La dignidad es una de las virtudes del ser humano, donde ella falta no existe
el sentimiento del honor, los pueblos sin dignidad son “rebaños, los individuos
sin ella son esclavos”.25 La dignidad estimula toda perfección del hombre, ser
digno —agrega Ingenieros— “significa no pedir lo que se merece ni aceptar lo
inmerecido[...]el lacayo pide, el digno merece”.26 Todo hombre por el hecho de
serlo tiene una categoría superior a la de cualquier otro ser, una dignidad que no
puede serle arrebatada. Aunque no tenga otra cosa, tiene dignidad. Señala un
viejo proverbio que “el pobre no tiene más bien que su honra”.27

4. Significado del vocablo dignidad


El vocablo dignidad deriva del latín dignitas, que en sus diversas acepciones sig-
nifica, dignidad, mérito, estima, honradez; de dignus, merecedor, justo, conve-
niente.28

23 Juan Pablo II, Centesimus Annus, México, Ediciones Paulinas, 1991, p. 14.
24 Código Social de Malinas, Buenos Aires, Difusión, 1942, p. 53.
25 José Ingenieros, El hombre mediocre, México, Porrúa, 1974, p. 76.
26 Ibídem.
27 Jesús González Pérez, La dignidad de la persona, Madrid, Civitas, 1986, p. 95.
28 Diccionario ilustrado Latino-Español, 6ª edición, Barcelona, Bibliograf , S.A., 1964, p. 141.

Letras Jurídicas 92 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


Dignidad humana y trabajo decente

Para María Moliner, la expresión digno, alude a la “persona que no comete


actos que degradan o avergüenzan, que no se humilla y que no tolera que le hu-
millen”.29
En otra parte, puede observarse que la palabra dignidad tiene sinonimia30
con las palabras decencia y decoro; incluso, con empleo y trabajo.
Es importante hacer notar, que la Ley Federal del Trabajo de 1970, en su ex-
posición de motivos, estableció: “el trabajo es un derecho y un deber sociales,
no es artículo de comercio, porque se trata de energía humana de trabajo, exige
respeto para las libertades y dignidad de quien lo presta y debe efectuarse en
condiciones que aseguren la vida, la salud y un nivel económico decoroso para el
trabajador y su familia”.31 Este texto quedó plasmado en el artículo 3º de la pro-
pia Ley. Por Decreto de 8 de diciembre de 1978, fue incluido en el introito del ar-
tículo 123: “Toda persona tiene derecho al trabajo digno”.32
Por Decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación, el viernes 10 de
junio de 2011 se modifica la denominación del Título Primero, Capítulo I, de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, para adicionar el rubro
De los Derechos Humanos y sus Garantías y en el párrafo cuarto del artículo 1º refe-
rido a la prohibición de toda discriminación, incluye las conductas que atenten
contra la dignidad humana y tengan por objeto anular o menoscabar los derechos
y libertades de las personas.
A partir de la reforma publicada en el Diario Oficial de la Federación el 30 de
noviembre de 2012; la idea de dignidad se adiciona al artículo 2º de la Ley Fede-
ral del Trabajo; como una finalidad en todas las relaciones laborales: “propiciar
el trabajo digno o decente”, el cual, queda definido en el párrafo siguiente como
aquel: “en el que se respeta plenamente la dignidad humana del trabajador”33.

29 Molliner, María, Diccionario del uso del español, 2ª edición, Tomo A-H, Madrid, Gredos, 1998, p. 998.
30 Gran diccionario de sinónimos y antónimos, 4ª edición, Madrid, Espasa-Calpe, 1987, p. 517.
31 Iniciativa de la Nueva Ley Federal del Trabajo, del Lic. Gustavo Díaz Ordaz, 9 de diciembre de 1968.
32 Diario Oficial de la Federación, México, Martes 19 de diciembre de 1978, p. 17.
33 Es decir: no existe discriminación por origen étnico o nacional, género, edad, discapacidad, condición so-
cial, condiciones de salud, religión, condición migratoria, opiniones, preferencias sexuales o estado civil; se
tiene acceso a la seguridad social y se percibe un salario remunerador; se recibe capacitación continua para el
incremento de la productividad con beneficios compartidos y se cuenta con condiciones óptimas de seguri-
dad e higiene para prevenir riesgos de trabajo.
El trabajo digno o decente también incluye el respeto irrestricto a los derechos colectivos de los trabajado-
res, tales como la libertad de asociación, autonomía, el derecho de huelga y de contratación colectiva.
Se tutela la igualdad sustantiva o de hecho de trabajadores y trabajadoras frente al patrón.
La igualdad sustantiva es la que se logra eliminando la discriminación contra las mujeres que menoscaba o
anula el reconocimiento, goce o ejercicio de sus derechos humanos y las libertades fundamentales en el ámbi-

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Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
José Manuel Lastra Lastra

En opinión de De la Cueva,34 distinciones diabólicas establecieron en las relacio-


nes de trabajo que la “cosa arrendada” no era la persona humana, sino su ener-
gía de trabajo, por ello – expresa de la Cueva—, los constituyentes de 1917
expropiaron al derecho civil las relaciones de trabajo desprendiéndola de ésta
idea del trabajo no mercancía y la exigencia de respeto para las libertades y dig-
nidad de quién lo presta. Para Néstor de Buen, el artículo 3º en comentario reco-
ge un viejo anhelo del derecho del trabajo: “garantizar a todos los hombres,
mediante una ocupación razonable, adquirir los medios necesarios para vivir
con salud y decorosamente”.35
César Landa incursiona sobre el tema y menciona que la dignidad tiene como
sujeto a la persona humana, tanto en la dimensión corporal como en su dimen-
sión racional […] se asienta en un sistema de valores democráticos que adoptó
la cultura universal.36

5. Interpretación judicial respecto de la dignidad humana


En el Semanario Judicial de la Federación, novena época, Tomo XXX de 2009,
aparece una tesis aislada del Pleno, sobre el reconocimiento del orden jurídico
mexicano a la dignidad humana, como condición y base de los demás derechos
fundamentales.37
En México, el Dr. Jorge Carpizo mencionaba que “la base de los derechos hu-
manos se encuentra en la dignidad de la persona […] los derechos humanos cons-
tituyen mínimos de existencia, el fundamento de los derechos humanos se
encuentra en la noción de la dignidad humana”.38

6. La dignidad humana en el derecho internacional


En interesante artículo Víctor M. Martínez Bullé-Goyri, investigador de la
UNAM, reflexiona ACERCA de la evolución de la idea dignidad humana, digni-
to laboral. Supone el acceso a las mismas oportunidades, considerando las diferencias biológicas, sociales y
culturales de mujeres y hombres.
Cfr. Ley Federal del Trabajo, artículo 2.
34 Cfr. Cueva, Mario de la, El nuevo derecho mexicano del trabajo, 6ª edición, T. I, México, Porrúa, 1980, pp.
81-82.
35 Buen Lozano, Néstor de, Derecho del trabajo, 9ª edición, T. I, México, Porrúa, 1994, p. 83.
36 Cfr. Landa, César, Dignidad de la persona humana en Cuestiones constitucionales. Revista Mexicana de De-
recho Constitucional, núm 7, México, Instituto de Investigaciones Jurídicas/UNAM, julio-diciembre de 2002,
pp. 111-113.
37 Semanario Judicial de la Federación, T. XXX, Diciembre de 2009, p. 8. (Ver anexo al final de este artículo)
38 Carpizo, Jorge, Los derechos humanos: naturaleza, denominación y características en Cuestiones Constitucio-
nales, núm. 24, México, IIJ-UNAM, julio-diciembre de 2011, pp. 4-5.

Letras Jurídicas 94 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


Dignidad humana y trabajo decente

dad y derechos humanos y dignidad bioética; menciona que al finalizar la Segunda


Guerra Mundial, los derechos humanos se convirtieron en “paradigma ético de
las sociedades contemporáneas y en criterio de valoración del desarrollo moral
de los Estados”.39 A partir de entonces, la Constitución de la ONU estableció ex-
presamente, entre sus propósitos fundamentales: la paz, el respeto y protección
de los derechos humanos, así como la dignidad y valor de la persona humana.40
Estos postulados también los incluye la Declaración Universal de los Derechos
Humanos,41 en cuyo preámbulo reafirma su fe en los derechos fundamentales
del hombre, en la dignidad, el valor de la persona humana y en la igualdad de
derechos; así mismo, en su artículo 1º menciona que “Todos los seres humanos
nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y
conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.
En la Constitución Italiana del 27 de diciembre de 1947, cuya vigencia data del
1º de enero de 1948, después de declarar en su artículo 2º, el reconocimiento por
parte de la República, de las garantías y derechos inviolables del hombre, en su
artículo 3º indica: “todos los ciudadanos tienen igual dignidad social y son igua-
les ante la ley”.42
El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos,43 menciona en su preám-
bulo: “conforme a los principios enunciados en la Carta de las Naciones Unidas,
la libertad, la justicia y la paz en el mundo, tienen por base el reconocimiento de
la dignidad inherente a todos los miembros de la familia humana y de sus dere-
chos iguales e inalienables, reconociendo que estos derechos se derivan de la
dignidad inherente a la persona humana”.

39 Martínez Bullé-Goyri, Víctor M., Reflexiones sobre la dignidad humana en la actualidad en Boletín Mexicano de
Derecho Comparado, núm 136, nueva serie, año XLVI, México, IIJ-UNAM, enero-abril de 2013, p. 54.
40 Cfr. Carta de las Naciones Unidas, San Francisco, 26 de junio de 1945.
Nosotros los pueblos de las Naciones Unidas resueltos:
a preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra que dos veces durante nuestra vida ha in-
fligido a la Humanidad sufrimientos indecibles,
a reafirmar la fe en los derechos fundamentales del hombre, en 1a dignidad y el valor de la persona huma-
na, en la igualdad de derechos de hombres y mujeres y de las naciones grandes y pequeñas,
a crear condiciones bajo las cuales puedan mantenerse la justicia y el respeto a las obligaciones emanadas
de los tratados y de otras fuentes del derecho internacional,
a promover el progreso social y a elevar el nivel de vida dentro de un concepto más amplio de la libertad.
41 Declaración Universal de los Derechos Humanos, aprobada en París, por la 183ª Asamblea General de las
Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948.
42 Barnaba, F. y Massa, M, Constituzione della Repubblica Italiana, Milano, Edizioni Bignami, 1976, p. 24. “Tutti
i cittadini hanno pari dignitá sociale e sono eguali davanti alla legge”.
43 Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, hecho en Nueva York, el 16 de diciembre de 1966.

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Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
José Manuel Lastra Lastra

La Carta Social Europea,44 en su Parte Primera, punto 4; establece: “Todos los


trabajadores tienen derecho a una remuneración suficiente que les proporcione
a ellos y a sus familias un nivel de vida decoroso”.
La Constitución Española de 1978, dice en el artículo 10.1 “La dignidad de la per-
sona, los derechos inviolables que le son inherentes, el libre desarrollo de la per-
sonalidad, el respeto a la ley y a los derechos de los demás son fundamento del
orden político y de la paz social”.45
La Constitución Rusa de 1993, traducida al español, por el destacado investi-
gador Manuel Becerra Ramírez, en su artículo 21 dispone: “el Estado salvaguar-
da la dignidad personal. Nada puede justificar su menoscabo”.46
La Constitución de la República de Polonia, de 17 de octubre de 1997, fue in-
fluenciada por la Ley Fundamental de Bonn de 1949 en lo referente al concepto de
la dignidad humana en calidad de categoría central del sistema normativo, de
esta manera la dignidad del ser humano es “el valor más importante y paradigmá-
tico para otros valores”.47 En las interpretaciones de este precepto por parte del
Tribunal Constitucional polaco, en algunos de sus fallos se ha pronunciado de
manera general, sobre la importancia normativa de la dignidad de la persona hu-
mana. Según este órgano “la dignidad del hombre desempeña cuatro funciones
básicas: lazo entre la Constitución y el orden natural; elemento orientador en la
interpretación y aplicación de la Constitución; determinante del sistema y ex-
tensión de los derechos y libertades individuales; derecho subjetivo del indivi-
duo con un tenor normativo peculiar”.48 Este enfoque significa que existe una
posibilidad de salvaguardar las libertades y derechos individuales que por una
u otra razón no han sido concretizados en las disposiciones pormenorizadas de
la Constitución.
El fallido Tratado por el que se establece una Constitución para Europa, firmado el
29 de octubre de 2004, dispuso en su Parte II, la Carta de los Derechos Fundamenta-
les de la Unión, en cuyo preámbulo dice “la Unión está fundada sobre valores in-
divisibles y universales de la dignidad humana, la libertad, la igualdad y

44 Carta Social Europea, hecha en Turín el 18 de octubre de 1961.


45 Constitución Española de 1978.
46 Becerra Ramírez, Manuel, La Constitución Rusa de 1993, México, Centro de Estudios Constitucionales Mé-
xico-Centroamérica-Instituto de Investigaciones Jurídicas UNAM- Corte de Constitucionalidad-República
de Guatemala-Procurador de Derechos Humanos de Guatemala, 1995, p. 33. (Cuadernos Constitucionales
México-Centroamérica No. 15).
47 Complak, Krystian, Dignidad humana como categoría normativa en Polonia en Cuestiones Constitucionales,
núm. 14, México, IIJ-UNAM, enero-junio, 2006, p. 72.
48 Ibidem, p. 77.

Letras Jurídicas 96 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


Dignidad humana y trabajo decente

solidaridad, basada en los principios de la democracia y el estado de dere-


cho”;49 la Ley Fundamental para la República Federal de Alemania, aprobada el 8 de
mayo de 1949 por el Consejo Parlamentario, fue promulgada y entró en vigor el
23 de mayo de 1949, en el rubro destinado a los Derechos Fundamentales en su
artículo 1º estableció: “La dignidad del hombre es intangible. Respetarla y prote-
gerla es obligación de todo poder público”,50 que sirvió de inspiración para que
en el Título Primero de la Constitución para Europa, correspondiente a Digni-
dad, el artículo II-61 estipula “la dignidad es inviolable. Será respetada y protegi-
da”.51 La dignidad humana no sólo es considerada en sí un derecho fundamental,
sino que constituye la base misma de los derechos fundamentales.

7. Trabajo decente: Visión de la OIT


El término trabajo decente, aparece por vez primera en 1999 en la memoria de ese
título del director General de la OIT, Juan Somavía, a la Conferencia Internacio-
nal del Trabajo. El concepto ha hecho fortuna, ha pasado a formar parte del léxi-
co de los análisis acerca del trabajo y el futuro del derecho del trabajo. Ha
obtenido el respaldo de Naciones Unidas; desde 2005, una de las metas de los
Objetivos de Desarrollo del Milenio, es: “lograr el empleo pleno y productivo y
el trabajo decente para todos, incluidos las mujeres y los jóvenes”.52 El trabajo de-
cente ha llegado a calificarse como un bien público mundial. La Declaración de la
OIT sobre la justicia social para una globalización equitativa en 2008, lo consa-
gra, institucionaliza y sitúa en el centro de las políticas de la Organización para
alcanzar sus objetivos constitucionales. Para Philippe Auvergnon: el trabajo decen-
te es un lema de acompañamiento social de la globalización, que ha servido
para reorientar la labor de la OIT, asumiendo sin embargo, sus principios origi-
narios: El trabajo no es una mercancía, el salario debe asegurar un nivel de vida
conveniente y un nivel de desarrollo en condiciones de libertad e igualdad, de
seguridad económica y en igualdad de oportunidades, como repetidamente
afirma la Constitución de la OIT de 1919 y la Declaración de Filadelfia de 1944. A su
vez, el Pacto Mundial para el Empleo de 2009, lo auspicia como respuesta a la crisis
financiera y económica. La labor de la Oficina se organiza actualmente en torno
al objetivo del trabajo decente y se encuentra en cuatro sectores, los cuales se ocu-

49 Alonso García, Ricardo, La Constitución Europea, Madrid, Thompson-Civitas, 2005, p. 211.


50 Cfr. Gundgesetz für die Bundesrepublik Deutschland; “Die Würde des Menschen ist unantastbar. Sie zu
achten und zu schützen ist Verpflichtung aller staatlichen Gewalt”
51 Alonso García, Ricardo, [Link]., p. 213.
52 Resolución 55/2, aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, “Declaración del Milenio”.

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Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
José Manuel Lastra Lastra

pan de los derechos en: a) el trabajo, b) el empleo, c) la protección social y d) el


dialogo social.
Aunque las referencias a las condiciones de trabajo decente, no tienen siempre
un alcance jurídico preciso. La expresión figura en varios instrumentos de OIT,
como en diversas publicaciones del tema que aparecen en la Revista Internacio-
nal del Trabajo. En el Convenio 189 de 2011, sobre las trabajadoras y trabajadores do-
mésticos, cuyo título incluye el vocablo trabajo decente, así mismo, al iniciar el
preámbulo se ratifica el compromiso de la OIT de promover el trabajo decente
para todos, más adelante, reitera la adopción de diversas proposiciones relati-
vas al trabajo decente y en el artículo 6 menciona que dichos trabajadores dis-
fruten de condiciones de empleo equitativas y de vida y trabajo decentes.53 Este
concepto, incluye en su significado diversas ideas, en las cuales las personas
contribuyen a la economía y a la sociedad, tanto de manera formal como infor-
mal; no sólo abarca el trabajo dependiente, sino también al autoempleo. El tra-
bajo debe ser productivo; la OIT ha puesto el acento en la dignidad del trabajador
y desde sus orígenes la OIT ha resaltado la dimensión subjetiva del trabajo, en
la que tiene preeminencia la persona de trabajador como sujeto que trabaja. El
trabajador no puede ser tratado como un simple medio. El trabajo no es una
mercancía o artículo de comercio. En tal sentido, el trabajo decente es un reflejo
verás de la Constitución de la OIT.
¿Qué agrega el adjetivo decente? En inglés, decent significa aceptable o sufi-
cientemente bueno, conforme a los estándares comunes de comportamiento.
En efecto, equivale a conforming whit current standards of behaviour or prperty y,
asimismo, “aceptable, passable; good enough”. A su vez, decency es: “correct and tas-
teful standards of behaviour as generally accepted”; “conformity with current stan-
dards of behaviour or property” y también, “the requirements of correct behaviour”.54
En inglés cuando se dice que un ingreso o empleo son decentes se expresa algo
positivo: el empleo y el ingreso son buenos, están de acuerdo con las expectati-
vas personales y de la comunidad, pero no son exagerados: se hallan dentro de
las aspiraciones razonables de la gente razonable. La palabra lleva implícitos
los estándares de cada sociedad, la expresión decent work no siempre se traduce
bien: en otros idiomas, el vocablo no es exactamente igual y a veces se interpreta
decente en su sentido estricto, de opuesto a lo indecente. Aún así la OIT ha deci-
dido usar el mismo término en francés y en español, tal vez para mantener la

53 Convenio 189 de la OIT. Sobre las trabajadoras y los trabajadores domésticos. Convenio sobre el trabajo
decente para las trabajadoras y los trabajadores domésticos, Ginebra, Suiza, 16 de junio de 2011.
54 Cfr. The concise Oxford Dictionary, 8ª edition, Osford, Claredon Press, 1990.

Letras Jurídicas 98 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


Dignidad humana y trabajo decente

coherencia en las tres lenguas oficiales. Con todo, cabe preguntarse si en francés
o en español, travail décent y trabajo decente poseen la misma significación que en
inglés. El adjetivo decente proviene del latín decens.-entis; según el Diccionario
de la Real Academia Española, el significado primario de decente es “honesto,
justo, debido”. Solo en la cuarta acepción significa “digno, que obra dignamente”
y en la sexta acepción, “de buena calidad o en cantidad suficiente”. La tercera
acepción de la decencia (decentia) es “dignidad en los actos y en las palabras, con-
forme al estado o calidad de las personas”. En la sexta acepción del adjetivo de-
cente es “de buena calidad o en cantidad suficiente”. Debe tenerse en cuenta que
decente es el antónimo de indecente (de indecens.-entis) que significa no decente o
indecoroso.
En otra parte, la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, habla
de una existencia conforme a la dignidad humana y el artículo 7º del Pacto Interna-
cional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de 1966, menciona: condiciones
de existencia dignas. En el mismo contexto, el artículo 4º de la Carta Social Europea
de 1961-1966, alude a: “un nivel económico decoroso”. En italiano, la traduc-
ción oficial es lavoro dignitoso y en alemán menschenwüdige arbeit, es decir, trabajo
digno del hombre. Los documentos de la Unión Europea en español sobre el tema,
hablan de trabajo digno, en mi opinión, esta acepción es la adecuada. El funda-
mento –sin duda—, del trabajo decente, es la dignidad humana.
Todos los seres humanos tienen derecho a ser tratados con dignidad y respeto,
la dignidad es “una categoría del ser y no del tener. La dignidad y los derechos se
hallan indisolublemente unidos”.55 El ejercicio de los derechos fundamentales
en el trabajo y las condiciones de trabajo dignas sirven para proteger la dignidad del
trabajador. El concepto de trabajo decente supone una irrupción de la ética en el
trabajo, tiene un elevado valor simbólico y ético, va acompañado de una carga
emocional y seduce como todas las utopías. ¿Quién defenderá un trabajo inde-
cente o indigno? La Declaración sobre la justicia social para una globalización
equitativa de 2008, consagra el trabajo decente en el apartado I, cuyo título es
“Alcance y Principios”, propone poner en práctica el mandato constitucional de
la OIT, para situar el empleo pleno y productivo, además del trabajo decente,
como tema central de las políticas económicas. El término decente aparece en 23
ocasiones en el cuerpo del texto.56

55 Gil y Gil, José Luis, Concepto de trabajo decente en Relaciones Laborales, Num. 15-18, Madrid, 2012, p. 82.
56 Conferencia Internacional del Trabajo, 97 edición, Declaración de la OIT sobre la justicia social para una globa-
lización equitativa, Ginebra, Suiza, 10 de junio de 2008, p. 9.

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Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
José Manuel Lastra Lastra

El derecho a un trabajo digno opera sobre todo, en el ámbito del derecho indi-
vidual, aunque puede incluirse al derecho colectivo, tal y como lo previene el
artículo 2º en su párrafo dos, de la LFT, reformada el 30 de noviembre de 2012;
“el trabajo digno o decente también incluye el respeto irrestricto a los derechos co-
lectivos de los trabajadores” y define como un trabajo productivo en condicio-
nes de libertad, equidad, seguridad y dignidad, con una remuneración
adecuada y una protección social. El trabajo decente busca “expresar en sólo dos
palabras, en un lenguaje corriente, conciso y elegante, un conjunto de princi-
pios y derechos que la Declaración de Filadelfia de 1944 y la Declaración de la OIT
sobre Principios y Derechos Fundamentales en el Trabajo de 1998, expusieron res-
pecto a las ideas de dingidad humana, libertad, seguridad y equidad”.57

8. Contradicciones legislativas en la reforma a la LFT, del 30 de


noviembre de 2012
Al incluir en el artículo 2º de la LFT, al trabajo decente, como uno de los objetivos
de las normas de trabajo, con amplísimo catálogo de aspiraciones a cubrir, re-
produjo en su totalidad, el último párrafo adicionado al artículo 1º de la Consti-
tución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que dicho sea de paso es el
texto –palabras más, palabras menos—, plasmado en el Convenio 111 de OIT,
suscrito por México referente a la discriminación en materia de empleo y ocupación,
cuya fecha de iniciación de vigencia para nuestro país fue el 15 de junio de 1960,
de igual manera, el mismo texto constitucional, transcribe en el artículo 3º de la
LFT, después de haber mutilado este numeral que exigía respeto a la libertad y
dignidad del trabajador y un salario decoroso para el trabajador y su familia. Sin
embargo, no fue tocado el artículo 154 “derechos de preferencia, antigüedad y
ascenso” que contraviene al último párrafo del citado artículo 1º constitucional;
al discriminar y marcar preferencias, a favor del trabajador nacional, para quien
tiene bajo su responsabilidad una familia, al que tenga mayor tiempo y al sindi-
calizado respecto del que no lo esté. Otra contradicción, promueve el trabajo de-
cente en los artículos 2º y 3º y ahora legitima58 el outsourcing, al cual es calificado
por Néstor de Buen –en título sugestivo—, El nuevo fraude empresarial.59
Más adelante, la reforma en la parte de relaciones colectivas de trabajo, refe-
rentes a la libertad sindical, el artículo 357, de manera incompleta y con fuerte

57 Gil Gil, José Luis, [Link]., p. 84.


58 Arts. 15 A al 15 D de la LFT.
59 Buen Lozano, Néstor de, El nuevo fraude empresarial: el outsourcing en El Outsourcing. Visión iberoamericana,
México, Porrúa, 2011, pp. 37- 55.

Letras Jurídicas 100 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


Dignidad humana y trabajo decente

dosis de mala fe, expresa en su parte final “cualquier injerencia indebida será san-
cionada, en los términos que disponga la Ley”. ¿Qué se entiende por injerencia inde-
bida? ¿Injerencia de quién? Evidentemente no quisieron transcribir el concepto
del artículo 2º, contenido en el Convenio 98 de OIT, fechado 1º de julio de 1949,
no ratificado por México, el cual prohíbe todo acto de injerencia y exige “adecua-
da protección para evitar el fomento de organizaciones de trabajadores domi-
nadas por un empleador o una organización de empleadores”.60 Sin embargo,
cabe hacer notar, que el artículo 123 constitucional, no faculta en forma expresa
a las autoridades del trabajo, para efectuar actos de injerencia en la vida interna
de los sindicatos, el Reglamento Interior de la Secretaría del Trabajo y Previsión
Social, publicado en el Diario Oficial el viernes 14 de noviembre de 2008; en su
artículo 20 otorga atribuciones, sin fundamento, a la Dirección General del Re-
gistro de Asociaciones, para efectuar la toma de nota en las fracciones II, IV y X;
circunstancia que es sin duda, una injerencia.

Reflexión final
El florecimiento del trabajo decente ha de vincularse a la reorientación de la ac-
ción de la OIT, en 1998; tras la Declaración sobre los principios y derechos fundamen-
tales del trabajo, que mencionan, el derecho de todos a buscar su bienestar
material y su desarrollo espiritual en condiciones de libertad y dignidad. Esta De-
claración aparece como un eslabón entre la Declaración de Filadelfia y la Proclama-
ción del trabajo decente de 1999. En opinión del autor, Miguel Rodríguez Piñeiro y
Bravo-Ferrer, las sugerencias de la OIT son: “meritorias, loables, progresistas,
imaginativas y justas, pero ¿hasta qué punto son realistas en una crisis mun-
dial?”.61
El concepto trabajo decente supone la presencia de la ética en el trabajo, tiene,
según Gil y Gil, un “elevado valor simbólico y ético, va acompañado de una car-
ga emocional y seduce como todas las utopías”.62
El trabajo decente, proviene de los cuatro pilares del mandato constitucional
de la OIT: a) los derechos en el trabajo, b) el empleo, c) la protección social y d) el
diálogo social.

60 Convenio No. 98 de la OIT, relativo a la aplicación de los principios del derecho de sindicación y de nego-
ciación colectiva.
61 RODRÍGUEZ PIÑEIRO Y BRAVO FERRER, Miguel, Monografía: la promoción del trabajo decente como res-
puesta de la OIT ante la crisis económica y financiera. Derechos en el trabajo y trabajo decente en Revista Relaciones La-
borales, Núm. 15-18, Madrid, 2012, p. 71.
62 GIL Y GIL, José Luis, [Link]., p. 82.

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Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
José Manuel Lastra Lastra

Pienso que, en el idioma castellano, hubiese encajado mejor el vocablo trabajo


digno, concepto que apareció desde 1970, en el artículo 3º de la Ley Federal del
Trabajo; modificado por la reforma de 2012.
En suma: En todo tiempo y en todo lugar, desde que existe la vida, que es
como decir la convivencia, la actividad económica ha estado presente.
Toda necesidad constituye el término de una relación económica, el trabajo
per se –sin adjetivos—, siempre ha mantenido un fuerte vínculo con la econo-
mía, concerniente a la “satisfacción de las necesidades materiales de la vida”.63
La existencia de la crisis económica mundial, impacta las condiciones de
vida y de trabajo, por ello hay que “privilegiar un mínimo vital que no es posible
disminuir, porque entonces se estaría afectando la dignidad humana”.64
Tal parece, que el mundo del trabajo, en estos tiempos turbulentos y de crisis
en las economías, ha quedado marginado, para dar paso a otras prioridades im-
pulsadas por el neoliberalismo y sus prosélitos, podríamos mencionar que pa-
radójicamente se encuentra entre Escila y Caribdis;65 o quizás ocurra que existan
dos mundos enfrentados; uno de ellos sabe hacer desarrollo económico pero no
justicia social. El otro sabe hacer justicia social pero no desarrollo. En uno hay li-
bertad –hasta cierto punto—, en el otro justicia social –también hasta cierto pun-
to—, lo ideal sería mezclar ambos para gozar de las ventajas de los dos. Pero son
incompatibles y mientras ello permanezca, persiste el riesgo al enfrentamiento
entre dos monstruos…

Anexo
El artículo 1º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, establece
que todas las personas son iguales ante la Ley, sin que pueda prevalecer discrimina-
ción alguna por razones étnicas o de nacionalidad, raza, sexo, religión o cualquier
otra condición o circunstancia personal o social que atente contra la dignidad huma-
na y que, junto con los instrumentos internacionales en materia de derechos huma-
nos suscritos por México, reconocen el valor superior de la dignidad humana, es

63 VECCHIO, Giorgio Del, Derecho y vida, trad. Eustaquio Galán y Gutiérrez, Barcelona, Bosch Casa Edito-
rial, 1942, p. 125.
64 CARPIZO, Jorge, Los derechos de la justicia social. Su protección social en México en Boletín Mexicano de Dere-
cho Comparado, Nueva serie, Año XIX, Núm. 135, México, UNAM, septiembre-diciembre, 2012, p. 1109.
65 Dos monstruos marinos citados en el canto XII de la Odisea de Homero; se encontraban situados en orillas
opuestas de un estrecho canal de agua, de forma que evitar a una implicaría pasar muy cerca de la otra. Escila
era un monstruo con seis perros partiendo de su cintura. Caribdis un remolino que tragaba agua tres veces al
día. En el relato, la diosa Crice advierte a Odiseo de los riesgos del estrecho, ambos mortales, con Escila sólo
perdería seis hombres, uno por cada cabeza del can; en cambio, con Caribdis la embarcación entera sería engu-
llida. Suele usarse la expresión cuando se está entre dos peligros, insalvables o de muy difícil superación.

Letras Jurídicas 102 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


Dignidad humana y trabajo decente

decir, que en el ser humano hay una dignidad que debe ser respetada en todo caso,
constituyéndose como un derecho absolutamente fundamental, base y condición de
todos los demás, el derecho a ser reconocido y vivir en y con la dignidad de la perso-
na humana, y del cual se desprenden todos los demás derechos, en cuanto son nece-
sarios para que los individuos desarrollen integralmente su personalidad, dentro de
los que se encuentran, entre otros, el derecho a la vida, a la integridad física y psíqui-
ca, al honor, a la privacidad, al nombre, a la propia imagen, al libre desarrollo de la
personalidad, al estado civil y el propio derecho a la dignidad personal. Además,
aún cuando estos derechos personalísimos no se enuncian expresamente en la Cons-
titución General de la República, están implícitos en los Tratados Internacionales
suscritos por México y, en todo caso, deben entenderse como derechos derivados del
reconocimiento al derecho a la dignidad humana, pues sólo a través de su pleno res-
peto, podrá hablarse de un ser humano en toda su dignidad..
PLENO. Amparo directo 6/2008. 6 de enero de 2009. Once Votos. Ponente: Sergio A.
Valls Hernández. Secretaria: Laura García Velasco. El Tribunal Pleno, el diecinueve
de octubre en curso, aprobó, con el número LXV/2009, la tesis aislada que antecede.
México, Distrito Federal, a diecinueve de octubre de dos mil nueve.

103
Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
José Manuel Lastra Lastra

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Letras Jurídicas 106 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


La corrupción y su efecto retroalimentativo:
Una de las mayores amenazas a la democracia*
David Martínez García **

“Tu ne cede malis sed contra audentior ito.”1


Virgilio, Eneida.

RESUMEN: Este artículo pretende hacer un ABSTRACT: The aim of this article is to
análisis pormenorizado del fenómeno de la make a detailed analysis of the phenomenon of
corrupción, tanto de su naturaleza como de corruption, looking at its structure and its
sus consecuencias, así como examinar su es- consequences. It will also examine its special
pecial vinculación con los derechos humanos link with human rights in order to find a se-
para finalmente proponer una serie de medi- ries of social and institutional measures to re-
das sociales e institucionales para combatirlo, solve the issue at stake, which is of paramount
incidiendo en aquellos aspectos que nos pare- importance since it may represent one of the
cen de suma relevancia, ya que puede repre- greatest threats to democracy.
sentar una de las mayores amenazas a la de-
mocracia.
Palabras clave: corrupción, globalización, Key words: corruption, globalization, dereg-
desregulación, deslocalización, forum shop- ulation, offshoring, forum shopping, inequal-
ping, desigualdad, derechos humanos, re- ity, human rights, socio-political feedback.
troalimentación político-social.
SUMARIO: Introducción. 1. Definición y delimitación del fenómeno. 2. Aproxima-
ción al análisis del fenómeno. 3. Corrupción y Derechos Humanos. 4. Medidas para
combatir la corrupción. Reflexiones finales. Bibliografía.

Introducción
Múltiples y reiteradas veces se ha dicho que la corrupción es un fenómeno que
ha existido siempre. De hecho, ningún investigador, historiador o académico
* Artículo recibido el 13 de octubre de 2013 y aceptado para su publicación el 5 de febrero de 2014.
** Licenciado en Derecho por la Universidad de Salamanca. Máster en Gobernanza y Derechos Humanos
por la Universidad Autónoma de Madrid. Specialista in Giustizia Costituzionale e Tutela Giurisdizionale dei
Diritti Fondamentali por la Università di Pisa. Prácticas en el Departamento de Doctrina del Tribunal Consti-
tucional de España.
1 “Jamás cedas ante el mal, sino combátelo con mayor audacia”.

107
David Martínez García

ha puesto en duda este hecho evidente. En esta misma línea, Francisco J. Lapor-
ta escribe que “la historia de la corrupción es vasta e ininterrumpida”2 y actual-
mente parece que cada vez que vamos a abrir el periódico aparecerá alguna
noticia nacional o internacional sobre algún escándalo sobre corrupción.
Sin embargo, la posición que aquí mantenemos es que esto no significa que
la corrupción sea una enfermedad incurable, sino al contrario, si queremos vivir
en una sociedad saludable, poseer un sistema justo y tener un buen gobierno, es
nuestro deber desarrollar e implementar una serie de dispositivos sociales e
institucionales para combatirla.

1. Definición y delimitación del fenómeno


Deviene necesario pues, en primer lugar, delimitar y definir adecuadamente
nuestro objeto de estudio. Mientras que el origen etimológico del vocablo es
bastante claro pues proviene del latín corrumpere (cum ruptus, rupta, ruptum, for-
mando así corruptio, -onis) su definición y uso a lo largo de la historia no lo ha
sido tanto. De hecho, se puede observar que en general las definiciones sobre
corrupción tienden a ser o bien excesivamente restrictivas o bien exagerada-
mente amplias. A continuación mostraremos algunas de ellas.
Una definición clara y sencilla es la que brinda Transparencia Internacional:
“La corrupción es el abuso del poder encomendado para el beneficio propio”.
Por otro lado, y persiguiendo tal vez con excesivo rigor el formalismo científico,
Robert Klitgaard la ha definido como una ecuación: “Corrupción=Poder mono-
pólico + discreción – rendición de cuentas”;3 ecuación posteriormente revisada
y aumentada por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo: Co-
rrupción = (Poder monopólico + Discreción) – (Rendición de cuentas + Integri-
dad + Transparencia). Sensu contrario, Jorge F. Malem Seña, nos dice aquello
que no es la corrupción. Así, en primer término, no debe ser confundida con
medidas estatales de carácter promocional, ni tampoco con un uso desviado del
poder que no tenga por objeto la percepción de un beneficio extrainstitucional;
tampoco debe asimilarse al clientelismo político (el cual creemos nosotros que

2 LAPORTA, Francisco J y ÁLVAREZ, Silvina (eds.) La corrupción política. Madrid: Alianza Editorial.
1997. Pág. 3.
3 KLITGAARD, Robert. Cómo reprimir la corrupción en el gobierno. En: Gobernabilidad y Reforma del Estado.
Consejería Presidencial para Modernización del Estado, Bogotá, 1994.

Letras Jurídicas 108 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


La corrupción y su efecto retroalimentativo: Una de las mayores amenazas a la democracia

sí podría incluirse) y finalmente quedan excluidos los regalos, dádivas, recom-


pensas que dependen de la tradición cultural y que no implican retribución.4
Dado que no existe unanimidad acerca de lo que la corrupción es exactamen-
te, nos ha parecido conveniente mostrar diversas definiciones elaboradas desde
distintos y distantes puntos de vista para tener un panorama relativamente am-
plio sobre este fenómeno; sin embargo, puesto que la primera parece excesiva-
mente escueta, la segunda demasiado cientificista y la tercera poco aclarativa,
nos quedamos aquí con la definición que da Fernando Carbajo Cascón, de la
Universidad de Salamanca:
La corrupción supone una utilización desviada, desleal o perversa de potestades pú-
blicas para satisfacer intereses privados o particulares del titular de esas potestades
y/o de uno o varios terceros relacionados con el mismo por cualquier relación eco-
nómica o de confianza, menoscabando la satisfacción objetiva de los intereses gene-
rales y contrariando, por tanto, lo dispuesto en el art. 103.1 de la CE.”5
Al igual que se han elaborado numerosas definiciones sobre la corrupción, tam-
bién se han ido construyendo múltiples clasificaciones sobre sus diversos tipos,
así, una muy conocida es la que distingue entre gran corrupción (o grand corrup-
tion), que es la perpetrada por jefes de estado, ministros y altos funcionarios y
que suele implicar enormes cantidades de dinero, y corrupción menor (o petty
corruption), también llamada “de calle”, que es aquella que sucede a pequeña
escala y con suma de dinero más modestas.
Desde el punto de vista subjetivo nos encontramos: corrupción activa (el co-
rruptor) y corrupción pasiva (el que se deja corromper) y desde un punto de
vista institucional se suele diferenciar entre corrupción pública y corrupción
privada, la cual, a su vez, puede ser corrupción privada en sentido estricto, referi-
da a aquellos comportamientos fraudulentos que afectan exclusivamente a los
intereses particulares implicados en la empresa privada como consecuencia de
la transgresión de deberes de diligencia, fidelidad, lealtad y secreto, o en sentido
amplio, representada por conductas fraudulentas que conllevan un perjuicio
mayor, pues excede los intereses de una concreta empresa privada y afecta al
desarrollo de la libre competencia del mercado, menoscabando el desarrollo
transparente y eficiente del mismo.
4 MALEM SEÑA, Jorge. Corrupción en las relaciones internacionales. En: SALAZAR, Roxana ed. Corrupción:
Una vision desde la sociedad civil. Transparencia Internacional Costa Rica, Fundación Ambio, San José, 2004. p.
16.
5 CARBAJO CASCÓN, Fernando. Corrupción pública, corrupción privada y derecho privado patrimonial:
una relación instrumental. Uso perverso, prevención y detención. En La corrupción en un mundo globalizado:
análisis interdisciplinar / coord. por Nicolás Rodríguez García, Eduardo A. Fabián Caparrós, 2004, ISBN
84-931021-7-2 , págs. 127-155.

109
Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
David Martínez García

Finalmente, desde un punto de vista estrictamente jurídico-penal podemos


diferenciar aquellos delitos de corrupción entre particulares (v. gr. 286 bis Códi-
go Penal español) y aquellos delitos de corrupción donde se ve envuelta la
Administración Pública, a saber, cohecho, tráfico de influencias, fraudes y exac-
ciones ilegales, negociaciones y actividades prohibidas de los funcionarios pú-
blicos y corrupción en las transacciones comerciales internacionales (419 y
siguientes del mismo Código Penal).

2. Aproximación al análisis del fenómeno


En el fenómeno de la corrupción subyace la idea de conflicto de intereses. Así,
existe una interposición de un interés privado sobre un interés público, donde
lo que se persigue es que aquél prevalezca sobre éste. Pero en la sociedad actual
y global, el fenómeno de la corrupción no puede considerarse exclusivo del ám-
bito público. Desde el punto de vista de la llamada economía de la transgresión,6
se habla actualmente de un auténtico “mercado de la corrupción”, donde la glo-
balización, la desregulación y la deslocalización han jugado un papel clave.
Sabido es que la corrupción se desarrolla con mayor facilidad cuando existen
asimetrías y a nivel internacional las asimetrías son o pueden tender a ser más
profundas que a nivel nacional en ciertos ámbitos. Así, y como efectos colatera-
les de la globalización, el fórum shopping, la opacidad en el sistema financiero y
la falta de colaboración y coordinación entre Estados han contribuido enorme-
mente a la intensificación de estas asimetrías. Y es que a nivel nacional no es
menos preocupante. Por ejemplo, en México los jueces y tribunales federales
cuentan con sueldos más elevados y con más y mejores medios que los jueces y
tribunales locales, lo que muchas veces crea una situación de dependencia y
subordinación, situación que facilita la consecución de actos corruptos.
Otro elemento importante a tener en cuenta es, además, el uso desviado y
perverso de las instituciones de derecho privado que utilizan los corruptos para
dar apariencia de licitud a sus operaciones abusivas y a la desviación de sus ac-
tivos y fondos,7 tanto públicos como privados. En ocasiones crean también en-
tes instrumentales, por ejemplo, sociedades pantalla, sociedades patrimoniales,
empresas golondrina o sociedades off shore, entre otras, quedando siempre bajo
la sombra el auténtico dominus societatis. Por ello en España ha resultado de

6 MADAGÁN, Marta y Jesús RIVAS GARCÍA. Corrupción y fraude: Economía de la transgresión. Madrid:
Dykinson. 1999.
7 En este punto resulta muy relevante los contratos simulados y sobre todo la manipulación contable (V. gr.
caso BANESTO en España, Sentencia del Tribunal Supremo 867/2002, de 29 de julio.)

Letras Jurídicas 110 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


La corrupción y su efecto retroalimentativo: Una de las mayores amenazas a la democracia

suma importancia la Ley Orgánica 5/2010, de Reforma del Código Penal, de 22


de Junio, que rompe el vetusto y anacrónico principio societas delinquere non po-
test, introduciendo finalmente la responsabilidad penal directa de las personas
jurídicas, constituyéndose ahora como genuino sujeto de derecho penal.8
Cabe mencionar que el contexto social en que se produce la corrupción es de-
terminante de la gravedad, el reproche y la extensión de ésta. En sistemas preto-
rianos,9 con defectos de organización político-administrativa o con insuficiente
solidez institucional, que tienen mayores lagunas legales y que están en proceso
de crecimiento y modernización, la corrupción penetrará con mayor facilidad
en todas las capas de la estructura social e institucional. Así, podemos, ver ac-
tualmente casos como China10 o México11 por ejemplo. Donde podemos aplicar
el concepto de naturaleza retroalimentativa12 de la corrupción también llamado a
veces efecto contagio,13 es decir, la relación inversa que hay entre la cantidad de
corrupción existente y el riesgo de verse involucrado. Siendo que donde hay
poca corrupción hay pocos cómplices fiables, el riesgo de ser apresado es mu-
cho más alto y en consecuencia es enormemente arduo pasar desapercibido así
como defenderse frente a la opinión pública, habiendo una alta la posibilidad
de sanción. Por el contrario, cuanto mayor corrupción exista, más compañeros,
menos riesgo y más inmunidad. Dicho en pocas palabras: la corrupción genera
más corrupción. Esto es lo que Muriel Patiño denomina la trampa de la corrup-
ción.14 Sin embargo, y en contraste con China, Brasil está luchando por alcanzar
además de un gran y potente crecimiento económico, un alto grado de desarro-

8 A este respecto resulta muy aclarativo el artículo de la Dra. Silvina Bacigalupo: ”Los criterios de imputación
de la responsabilidad penal de los entes colectivos y de sus órganos de gobierno (arts. 31 bis y 129 CP)”, publicado en el
diario jurídico LA LEY, el 5 de enero de 2011.
9 HUNTINGTON, Samuel. El orden político en la sociedades en cambio. Madrid: Ed. Paidós. 1996.
10 Véase v. gr. ARCHIVO. “La corrupción desangra China”, EL PAÍS, 17 de junio de 2011, y RODRÍGUEZ
ROMERO, Sergio. “China intenta acabar con la corrupción también en el ejército”, ZAICHINA, 1 de mayo de
2013.
11 Véase v. gr. GONZÁLEZ, Lilia. “Corrupción, el mayor problema de la democracia mexicana:
COPARMEX”, El Economista, 30 de Octubre de 2012, y RUBÍ, Mauricio. “México, en niveles críticos de corrup-
ción en el mundo”, El Economista, 6 de Diciembre de 2012.
12 BULL, M.J. y J.L. Newell, «Introduction», en el libro colectivo por ellos editado, Corruption in Contemporary
Politics, Palgrave MacMillan, Londres, 2003, p. 5.
13 CADOT, O., J. M. Grether and J. De Melo. Trade and Competition Policy, J. World Trade, 34, 2000. 3:1-20.
14 MURIEL PATIÑO, María Victoria. Aproximación macroeconómica al fenómeno de la corrupción. En La corrup-
ción en un mundo globalizado: análisis interdisciplinar / coord. por Nicolás Rodríguez García, Eduardo A.
Fabián Caparrós, 2004, pp. 27-39.

111
Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
David Martínez García

llo y progreso social y esto se refleja en las políticas anticorrupción que han sido
llevadas a cabo por el gobierno brasileño.15
De modo que, siguiendo a Muriel Patiño, a niveles macroeconómicos la co-
rrupción tiene además efectos muy adversos para la oferta y la demanda agre-
gada; afectando negativamente al consumo, a la inversión y al gasto del sector
público, junto con una asignación de recursos menos eficiente. Por otro lado, el
sector exportador ve reducidas sus exportaciones y la productividad del sector
trabajo también se ve minada por la existencia de ghost workers, graveyard wor-
kers y trabajadores poco cualificados para puestos que necesitan mayor cualifi-
cación. Así pues, nos dice esta autora que “una contracción tanto de la demanda
como de la oferta agregadas conllevan resultados macroeconómicos de reduc-
ción del nivel de producción y de las posibilidades de crecimiento futuras, la
consiguiente reducción del nivel de empleo y un aumento de precios.”16
La corrupción, además, no sólo mina el crecimiento económico sino que tam-
bién menoscaba el desarrollo. Por un lado, la evasión de impuestos muchas ve-
ces favorece a los grupos de la población mejor posicionados económicamente,
destruyendo la progresividad de los sistemas impositivos y por ende enfatizan-
do la desigualdad económica. Por otro lado, hay una gestión menos eficaz de
los recursos tanto nacionales como los que viene de fuera. El caso típico es el
desvío de fondos destinados a programas de reducción de la pobreza; lo que
conlleva lógicamente a la disminución del impacto de dichas medidas. En esta
línea, Saki Bigio y Nelson Ramírez-Roldán realizan un estudio cuyos resultados
muestran que “la corrupción está asociada directa y significativamente a la de-
sigualdad: un menor control de la corrupción de un país, equivalente a una des-
viación estándar (2.52 puntos, en una escala de 0 a 10) está asociada a un
aumento en el coeficiente de Gini de 4.4 puntos”.17
Igualmente el propio sistema democrático se ve castigado por la existencia
de corrupción. Cuanto más elevado es el grado de corrupción más destructiva
es para la democracia, pues sobreviene una crisis de representación, un que-
brantamiento de la confianza y se rompe el principio de transparencia de la in-
formación, haciendo muchas veces que el ciudadano se aleje de lo político y
provocando que el sistema pierda credibilidad y legitimidad. En esta línea, J.
Roth señala que “la corrupción en todas sus variantes destruye silenciosa y efi-

15 Véase a modo de ejemplo: GALLEGO-DÍAZ, Soledad. “Manda ella”, EL PAÍS, 16 de Octubre de 2011.
16 Op. cit. págs. 31 y 32.
17 BIGIO, Saki y Nelson Ramírez-Roldán. Corrupción e indicadores de desarrollo: Una revisión empírica.
Perú: Banco Central de Reserva del Perú. 2006. p. 11.

Letras Jurídicas 112 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


La corrupción y su efecto retroalimentativo: Una de las mayores amenazas a la democracia

cazmente las instituciones democráticas”18 y el fundamento de la democracia


representativa es la confianza, si ésta se ve menoscabada la democracia puede
peligrar.

3. Corrupción y derechos humanos


No es infrecuente encontrar muchas veces un vínculo estrecho entre corrupción
y derechos humanos. De manera que una protección débil de los derechos
humanos puede facilitar la introducción y enquistamiento de la misma. Por
ejemplo, el tráfico de personas incluye a menudo la corrupción de funcionarios
de fronteras y de policías. Igualmente algunas prácticas corruptas pueden con-
culcar derechos del niño, por ejemplo en su derecho a no ser explotados (art 34
Convención sobre los Derechos del Niño) o cuando no se respeta su interés su-
perior en procesos adoptivos que no siguen el cauce legal adecuado y donde en
muchos países las autoridades son sobornadas (art 21 de la misma Conven-
ción).
Otro ejemplo se da en aquellos casos de corrupción de venta y disposición de
tierras de manera ilegítima cuando residen allí grupos indígenas (los cuales
suelen tener un vínculo ancestral y especial con la tierra) y son posteriormente
expulsados y desplazados, conculcando el art 8 B) de la Declaración de Nacio-
nes Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.
Asimismo, podemos aludir a las recurrentes violaciones de los derechos de
las personas detenidas por parte de los cuerpos de policía y las autoridades en-
cargadas de investigar los delitos, por ejemplo, en el caso de México, M. Carbo-
nell afirma que “las detenciones realizadas por parte de la policía con motivo de
la comisión de un hecho delictivo son realizadas en el mismo momento de co-
meterse el hecho o de las siguientes tres horas por parte de la policía”,19 lo que
pone de manifiesto un claro déficit en la capacidad de investigación por parte
de los cuerpos policíacos.
Por último, podemos mencionar aquellos casos de periodistas y denuncian-
tes contra la corrupción que muchas veces son amenazados o incluso asesina-
dos para evitar que hagan público los casos de corrupción, violando así
simultáneamente varios de sus derechos fundamentales (por ejemplo, caso Fa-
raz Shaukatally en Sri Lanka).

18 En NIETO, Alejandro, Corrupción en la España democrática. Ariel, 1997. Pág. 264.


19 CARBONELL, Miguel. Corrupción judicial e impunidad: El caso de México. En Lo que todos sabemos sobre la
corrupción y algo más. IIJ UNAM. México. 2010. Pág. 2.

113
Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
David Martínez García

La lista de ejemplos podría ser interminable, sin embargo, el objetivo de este


artículo no es realizar hacer una mención exhaustiva de todos los casos donde
la corrupción impacta negativamente en los derechos humanos, sino poner de
relieve la importancia del fenómeno en nuestro actual sistema democrático, in-
tentar identificarlo, comprenderlo y combatirlo.

4. Medidas para combatir la corrupción


A continuación mencionamos algunas medidas que nos parecen adecuadas
para la lucha contra la corrupción:
1. En primer lugar, nos adherimos a la opinión de Carbajo Cascón20 acerca de
la necesidad de crear de instrumentos legislativos nacionales eficaces de ca-
rácter neoregulatorio dirigidas a favorecer o restablecer la responsabilidad y
la transparencia. No se trata de regresar al período de la intervención públi-
ca, ni tampoco desprivatizar enteramente, sino encontrar un equilibrio ade-
cuado, donde, por un lado y desde el punto de vista del derecho privado, se
eliminen obstáculos a la iniciativa privada y a la libre (y leal) competencia en
cualesquiera sectores del mercado y, por otro lado, se introduzcan medidas
eficaces de control que velen por el buen funcionamiento del mercado en tér-
minos de competencia, fomentando la transparencia y la información de la
administración de la empresa; todo ello acompañado de estrictos mecanis-
mos de responsabilidad y sanción para el caso de incumplimiento. Y final-
mente, desde el punto de vista del derecho público, articular mecanismos
eficaces del cumplimiento de las normas y establecer mecanismos de san-
ción que sean proporcionales pero suficientemente disuasorios.
2. Por otro lado, la sola firma de los instrumentos normativos internacionales
no es suficiente, sino que hace falta trasponerlos a la legislación nacional, in-
teriorizarlos adecuadamente y poner en marcha medidas eficaces que velen
por su cumplimiento y puedan frenar efectivamente la corrupción.
3. En tercer lugar, nos parece importante la creación de algún organismo o co-
misión (o incluso varios) anticorrupción que sea autónomo e independiente
y que proporcione retroalimentación político-social, para tener otros puntos
de vista además del de los medios de comunicación, estimulando la transpa-
rencia lo más posible. Por ejemplo, en México se creó la Subcomisión Interse-
cretarial para el Cumplimiento de la Convención de la ONU contra la
Corrupción con el fin de asegurar el cumplimiento de lo dispuesto en dicha
Convención.
20 Óp. Cit. Ibíd. pp. 153-155.

Letras Jurídicas 114 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


La corrupción y su efecto retroalimentativo: Una de las mayores amenazas a la democracia

4. Además, es necesario un esfuerzo colectivo potente de cooperación, colabo-


ración y coordinación por parte de organizaciones de la sociedad civil, aso-
ciaciones empresariales, think thanks, organizaciones no gubernamentales
dedicadas a la lucha contra la corrupción, así como del ámbito académico, la
doctrina y los medios de comunicación.
5. Igualmente, y en cuanto al ámbito judicial se refiere, sería recomendable po-
ner en marcha programas para combatir la falta de ética pública, incidiendo
en los códigos deontológicos para el correcto ejercicio, pues la ética no debe
ser un complemento del ejercicio sino un cimiento del mismo. Podemos
mencionar como ejemplo el “Nuevo Código Modelo Iberoamericano de Éti-
ca Judicial” redactado en República Dominicana en el año 2006, el cual ha su-
puesto claramente un avance.
6. Finalmente la última medida que proponemos en este artículo es reforzar la
lucha contra la corrupción desde la educación, la denuncia social y la toma
de conciencia.

Reflexiones finales
A veces puede darnos la sensación de que cuanto más se estudia la corrupción
más escurridiza se vuelve su comprensión y puede parecer, en ocasiones, que la
razón no posee suficiente luz para poder aprehenderla adecuadamente. Cierta-
mente, podemos ver que es algo incuantificable, opaco y enormemente subrep-
ticio, asimismo los índices de corrupción suelen estar basados en estándares de
percepción subjetiva y sólo hacen normalmente referencia a la corrupción pasi-
va y no a la activa. ¿Cómo abordarla entonces? ¿Qué hay que hacer para poder
pisar suelo firme?
En primer lugar, es posible que la estemos estudiando y analizando con an-
teojos anacrónicos. Tal vez debamos abandonar muchos de los paradigmas clá-
sicos en ciencias sociales que ven a los fenómenos como una mera sumatoria de
variables y debamos cambiar el enfoque de raíz. Así pues, una forma que han
propuesto algunos académicos para llegar a una óptima aproximación al estu-
dio y comprensión de este fenómeno,21 y que nos parece extremadamente inte-
resante, es aquella que está basada en la teoría general de sistemas,22
conjuntamente con otras dos que añadimos, a saber, la teoría de la complejidad
y la teoría del caos aplicada. De esta manera y bajo el prisma de la multidiscipli-

21Op. cit. p. 2, vid. supra nota 8.


22BERTALANFFY, Ludwig von. Teoría general de los sistemas. México: Fondo de Cultura Económica. 1976 y
LUHMAN, Niklas. Sistemas sociales: Lineamientos para una teoría general. Barcelona: Anthropos Editorial. 1998.

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Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
David Martínez García

nariedad, podemos analizar la corrupción como un complejo de elementos in-


teractuantes que puede mostrar pautas identificables entre orden y desorden y
cuyas interacciones resultan relevantes per se. De modo que podemos observar
mímesis entre el efecto de retroalimentación (anteriormente analizado) y la au-
topóiesis luhmanniana; entre la neguentropía y la interdependencia e interpe-
netración entre corrupción pública y privada;23 entre los atractores extraños de
la teoría del caos y los corruptores activos y, finalmente, entre la compleja red
global (y glocal) de relaciones entre empresarios económicamente poderosos,
banca, lobbies, funcionarios públicos, sociedad civil y demás agentes privados
y la interdependencia e intersección recíproca que hay entre suprasistema, sub-
sistema y entorno; sólo por dar algunos ejemplos. Esta perspectiva nos parece
digna de amplio estudio, aunque lamentablemente esto excede por mucho los
límites del presente artículo y la propuesta no está falta de incógnitas (como el
problema del control de las variables espurias), sin embargo, a nuestro juicio, el
estudio del fenómeno de la corrupción a la luz de estas teorías puede resultar
enormemente explicativo y conviene recordar que prácticamente todo fenóme-
no sociopolítico complejo requiere un análisis inter y multidisciplinar.
Por otro lado, nos parece importante hacer referencia a un tema que ya trató
Kant en su libro Hacia la Paz Perpetua y que es el conflicto aparente que puede
haber entre moral y política. “La política dice: sed astutos como la serpiente. La
moral añade y sin engaño, como las palomas”,24 escribe el autor. Y pensamos
que es precisamente aquí donde podemos encontrar la clave. La moralización
política como superación de la corrupción política puede ser un camino sobre
todo para la llamada grand corruption. No necesitamos un moralista político
sino un político moral. Pues el político tiene que servir al Estado y no servirse
del Estado. Allí donde existe representación debe haber necesariamente res-
ponsabilidad, esto enlaza bien con lo que Max Weber llamaba la ética de la res-
ponsabilidad y la política como vocación.25
Por último, podemos afirmar que hemos visto muchos de los costos políti-
cos, económicos y sociales que conlleva la corrupción y sinceramente no cree-
mos que haya una ilimitada oferta y demanda de corrupción y una corrupción
de la oferta y la demanda inagotable, más bien al contrario, nos cobijamos en el

23 Por ejemplo, caso Walmart en México. Véase v. gr. BARSTOW, David y Alejandra XANIC VON
BERTRAB. “The Bribery Aisle: How Wal-Mart gots its way in Mexico”. The New York Times, 17 de diciembre
de 2012.
24 KANT, Immanuel, Hacia la Paz Perpetua, Los clásicos del pensamiento libre. Italia, Biblioteca Nueva, 2005.
p. 56.
25 WEBER, Max. El político y el científico. Madrid: Alianza Editorial. 2012.

Letras Jurídicas 116 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


La corrupción y su efecto retroalimentativo: Una de las mayores amenazas a la democracia

optimismo y confiamos en la educación y en la conciencia ciudadana como me-


canismos fuertes y valiosos.
Así pues, y rompiendo el cascarón de lo académico para pasar al plano de la
acción y de lo práctico, somos conscientes de que falta mucho por hacer, mucho
por luchar y en estos tiempos no sólo hace falta una recuperación económica
sino también una recuperación moral y una recuperación de la confianza y de la
legitimidad. La sociedad tiene sed de ética, sed de educación, sed de confianza.
La educación puede no ser la panacea, ni la única solución, pero detrás de las
buenas soluciones siempre hay algo de educación y lo primero es tomar con-
ciencia de que la toma de conciencia en sí misma es enormemente importante y
que puede llegar a tener una fuerza ingente (sobre todo para combatir la llama-
da petty corruption); ya que el verdadero escándalo es que los escándalos no nos
escandalicen. Por tanto, sensibilidad social, conciencia social y conocimiento
social son armas que debemos valorar y tener en cuenta para poder llegar a la
conquista de un verdadero orden social, basado en la responsabilidad y en la
justicia.

117
Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
David Martínez García

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Letras Jurídicas 118 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


Anticonstitucionalidad del seguro de riesgos de trabajo *
Verónica Lidia Martínez Martínez **

RESUMEN: El presente artículo analiza las ABSTRACT: This article examines the dif-
distintas consecuencias y prestaciones que ferent consequences and benefits that cause
originan los riesgos de trabajo, cuyo pago al the risk of work, the payment to be covered by
cubrirse por el asegurado con los recursos the insured with the funds accumulated in the
acumulados en la cuenta individual, contra- individual account, is contrary to the section
viene el apartado A, fracciones XIV y XXIX “A”, fractions XIV and XXIX of Article 123
del artículo 123 constitucional y los tratados of the Constitution and international treaties,
internacionales que señalan a los empresarios pointing to employers as responsable of riks of
como responsables de los riesgos de trabajo. work.
Palabras clave: riesgos de trabajo, incapaci- Keywords: risks of work, temporary disabil-
dad temporal, incapacidad permanente par- ity, permanent partial disability, permanent
cial, incapacidad permanente total, muerte, total disability, death, individual account,
cuenta individual, subrogación, dictamen subrogation, medical opinion, legal hierar-
médico, jerarquía normativa. chy.
SUMARIO: Introducción, I. El seguro de riesgo de trabajo en la Ley del Seguro So-
cial, II. Anticonstitucionalidad del seguro de riesgos de trabajo. Bibliografía.

Introducción
De acuerdo con los últimos datos estadísticos publicados por la Organización
Internacional del Trabajo (OIT), cada día mueren 6,300 personas a causa de ac-
cidentes o enfermedades relacionadas con el trabajo (más de 2.34 millones de
muertes por año) y la cifra anual de enfermedades de orden profesional se sitúa
en 160 millones, de las cuales 58 millones provocan al menos cuatro días de au-
sentismo laboral, estimándose además que la carga económica de las malas
prácticas de seguridad y salud en el trabajo representa un 4% del Producto

* Artículo recibido el 12 de febrero de 2014 y aceptado para su publicación el 3 de abril de 2014.


** Especialista en Derecho Social y Maestra en Derecho, grados obtenidos con Mención Honorífica en la Di-
visión de Estudios de Posgrado de la Facultad de Derecho de la UNAM. Miembro de la Academia Mexicana
de Derecho de la Seguridad Social.

119
Verónica Lidia Martínez Martínez

Interno Bruto global de cada año,1 lo que al repercutir de manera significativa


en la economía hace necesario el establecimiento de una cultura de la preven-
ción y la adaptación de las asumidas medidas de seguridad y salud en el trabajo
o el establecimiento de nuevas disposiciones, a fin de evitar pagar altos precios
ante la magnitud y consecuencias derivadas de los riesgos de trabajo.
Los accidentes y enfermedades de índole profesional constituyen la más ate-
rradora tragedia que puede limitar o destruir la solidez física, mental y econó-
mica del individuo y su núcleo familiar además de representar una de las más
importantes formas de quebranto de la economía de un país ante la pérdida de
producción, la alteración de los esquemas productivos y los daños en los equi-
pos de fabricación.
La presente investigación se divide en dos partes. En el primer apartado se
analiza el seguro de riesgos de trabajo a la luz del actual marco jurídico. En la se-
gunda parte se aborda el tema de la anticonstitucional del seguro de riesgos de
trabajo auxiliándonos de los principios de jerarquía normativa y fundamentali-
dad constitucional reconocidos por Ernst Rudolf Bierling, Adolph Merkl y
Hans Kelsen.

I. El Seguro de Riesgos de Trabajo en la Ley del Seguro Social


Por disposición de los artículos 41, 42 y 43 de la Ley del Seguro Social define a
los riesgos de trabajo como los accidentes y enfermedades a que están expues-
tos los trabajadores en ejercicio o con motivo del trabajo.
Los accidentes de trabajo consisten en toda lesión orgánica o perturbación
funcional inmediata o posterior e incluso la muerte con motivo de los siniestros
originados en el trabajo o en trayecto del domicilio al centro laboral o viceversa
(accidente en tránsito).
En contraste, las enfermedades de trabajo se identifican como estados pato-
lógicos progresivos,2 respecto de las cuales no basta que un médico las diagnos-
tique para que se consideren de orden profesional, pues debe justificarse su
causalidad con las actividades desempeñadas por el asegurado o con el am-
biente laboral al que éste último se encontró expuesto en su centro de trabajo a

1 Organización Internacional del Trabajo, Seguridad y salud en el trabajo. [Consulta: 29 de octubre de


2012]. Disponible en: [Link]
2 Tesis I.1o.T.150 L, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, t. XVIII, julio de 2003, p.
1211.

Letras Jurídicas 120 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


Anticonstitucionalidad del seguro de riesgos de trabajo

través de la pericial médica y de una visita armada3 seguida de la admisión de


la pericial técnica en medio ambiente o en materia de seguridad e higiene in-
dustrial, salvo que se trate de las enfermedades de trabajo consignadas en la ta-
bla del artículo 513 de la Ley Federal del Trabajo,4 a las cuales se les presumen
como tales.5
En tales circunstancias, atendiendo a los tipos de riesgo y a las consecuencias
que éstos producen, las prestaciones en dinero se cuantifican de una manera di-
ferente.
Al determinarse una incapacidad temporal —definida conforme al artículo
478 de la Ley Laboral— como la pérdida de facultades o aptitudes que imposi-
bilita parcial o totalmente a una persona para desempeñar su trabajo por algún
tiempo, y a pesar de que dicho ordenamiento legal no establece que debe enten-
derse por la expresión “algún tiempo”, el párrafo primero, fracción I del artículo
58 de la Ley del Seguro Social la constriñe al término de cincuenta y dos sema-
nas durante las cuales el asegurado gozará de las prestaciones en especie con-
sistentes en: asistencia médica, quirúrgica y farmacéutica; servicios de
hospitalización, aparatos de prótesis y ortopedia así como la rehabilitación y el
100% del salario en que estuviese cotizando al ocurrir el riesgo, como prestación
en dinero.
Transcurrido el referido término de cincuenta y dos semanas, si el operario no
ha recuperado la capacidad para trabajar, el Instituto Mexicano del Seguro Social

3 En los últimos años los Tribunales Colegiados de Circuito en materia laboral conceden el amparo y pro-
tección de la Justicia Federal, para el efecto de que se desahoguen las visitas armadas como uno de los medios
idóneos para acreditar la relación causa efecto entre el mediante ambiente en que el asegurado prestó sus ser-
vicios y el o los padecimientos que presenta.
4 La Secretaría del Trabajo y Previsión Social ha incumplido con lo dispuesto en los artículos 515 y Cuarto
Transitorio del decreto por el que se reforman, adicionan y derogan diversas disposiciones de la Ley Federal
del Trabajo, pues ha sido omisa en la realización de investigaciones y estudios necesarios, a fin de que el Presi-
dente de la República pueda iniciar la adecuación periódica de las tablas de enfermedades de trabajo y de va-
luación de las incapacidades permanentes resultantes de los riesgos de trabajo al progreso de la medicina del
trabajo, lo cual ha generado que continúen vigentes las antiguas, incompletas y anacrónicas tablas consigna-
das en los artículos 513 y 514 de la Ley Federal del Trabajo, dado que la STPS no realizó su actualización den-
tro del término de seis meses contados a partir del 1º de diciembre de 2012, en que entró en vigor el referido
decreto, como lo dispone el inobservado artículo Cuarto transitorio.
5 La tabla contenida en el artículo 513 del Código de Trabajo establece el catálogo de enfermedades profe-
sionales de los trabajadores, pero no es limitativa de las enfermedades que dan derecho a obtener indemniza-
ción, pues sólo menciona una relación de las provenientes de determinada clase de trabajo. Lo anterior no
quiere decir que no existen otras que, sin ser específicas de determinada ocupación, puedan contraer los tra-
bajadores, con ocasión o en ejercicio de su trabajo. Por ello, cuando una determinada enfermedad quede fuera
de las enunciadas en la citada tabla, no existe presunción de que dicha enfermedad la adquirió el operario en
ejercicio o con motivo del trabajo, del medio ambiente o de las actividades desempeñadas, teniendo éste últi-
mo que acreditar la relación de causa efecto entre el padecimiento y el trabajo, las actividades desempeñadas
o el medio ambiente laboral.

121
Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
Verónica Lidia Martínez Martínez

(IMSS) o la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje (ante la interposición de una


demanda) deberán calificar y valuar conforme al artículo 514 de la Ley Federal
del Trabajo, si se trata de una incapacidad permanente parcial o total.
Definida en el artículo 479 de la Ley Laboral, la incapacidad permanente par-
cial como la disminución de las facultades o aptitudes de una persona para tra-
bajar, posibilita a que el asegurado, a pesar de tener daños irreversibles en la
salud, pueda ser rehabilitado y reubicado laboralmente en su mismo puesto o
en otro acorde con su nueva condición física, sin perjuicio de su salario,6 tenien-
do derecho a las prestaciones en especie establecidas ante una incapacidad tem-
poral, pero atendiendo a la valuación fijada conforme al artículo 514 del Código
Obrero; el monto de las prestaciones en dinero será variable.
Así, ante una valuación definitiva del 25% de disminución orgánico funcio-
nal, al asegurado se le otorgará una indemnización global equivalente a cinco
anualidades. Tratándose de una valuación definitiva que exceda del 25% sin re-
basar el 50% de disminución orgánico funcional generará en favor del asegura-
do, el derecho a elegir entre la indemnización global o una pensión vitalicia.
Empero, al presentarse una incapacidad permanente parcial superior al 50% de
disminución orgánico funcional, el asegurado percibirá una pensión, un agui-
naldo anual equivalente a 15 días del importe de la pensión y las prestaciones
en especie consistentes en: asistencia médica, quirúrgica y farmacéutica; servi-
cios de hospitalización, aparatos de prótesis y ortopedia así como la rehabilita-
ción.
Por su parte, ante una incapacidad permanente total, conceptualizada en el
artículo 480 de la Ley Federal del Trabajo como la pérdida absoluta de faculta-
des del trabajador para desempeñar su profesión o cualquier trabajo por el resto
de su vida, el asegurado tendrá derecho al otorgamiento de las prestaciones en
especie establecidas ante una incapacidad temporal y percibirá —en el caso de
accidentes de trabajo— una pensión equivalente al 70% del salario en que estu-
viese cotizando además del pago de un aguinaldo anual equivalente a 15 días
del importe de la pensión.
Derivada la incapacidad permanente total de una enfermedad profesional,
al derechohabiente se le cuantificará la pensión con el promedio del salario base

6 Los artículos 498 y 499 del Código Obrero imponen al patrón la obligación de reponer en su empleo al tra-
bajador que sufrió un riesgo de trabajo, o bien otorgarle el que estuviere en aptitud de desempeñar (reacomo-
do laboral); derechos que nacen hasta que se determine el grado de incapacidad, ya que esa declaratoria, salvo
el caso de incapacidad total permanente, pondrá de relieve si está o no capacitado para desempeñar su labor
habitual o si puede desempeñar otra.

Letras Jurídicas 122 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


Anticonstitucionalidad del seguro de riesgos de trabajo

de cotización de las 52 últimas semanas o las que tuviere, si su aseguramiento


fuese por un tiempo menor.
Finalmente, en lo concerniente a la muerte del asegurado, definida en el ar-
tículo 343 de la Ley General de Salud como la pérdida de la vida, se le otorgará a
la persona preferentemente familiar del asegurado, el pago de una cantidad
igual a sesenta días de salario mínimo general que rija en el Distrito Federal en
la fecha de fallecimiento del asegurado, siempre que presente copia del acta de
defunción y la cuenta original de los gastos de funeral además del pago de las
pensiones de viudez, orfandad y ascendencia, según sea el caso.
A la viuda o concubina del asegurado se le otorgará una pensión equivalente
al cuarenta por ciento de la que hubiese correspondido a aquél, tratándose de
incapacidad permanente total así como el pago de un aguinaldo anual consis-
tente en 15 días del importe de la pensión. La misma pensión, de acuerdo con la
fracción II del artículo 64 de la Ley del Seguro Social, corresponderá al viudo o
concubinario cuando hubiera dependido económicamente de la asegurada; re-
quisito que al no exigírsele a la mujer para acceder a la pensión de viudez con-
traviene el principio de igualdad contenido en los artículos 1o. y 4o. de la
Constitución federal.
La existencia de un nuevo matrimonio o concubinato generará la extinción
de la pensión de viudez, en cuyo caso se otorgará a su beneficiario, el pago de
un finiquito equivalente a tres anualidades de la pensión otorgada.

123
Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
Verónica Lidia Martínez Martínez

Por su parte, los huérfanos recibirán una pensión equivalente al 20% de la


que hubiese correspondido al asegurado fallecido ante una incapacidad perma-
nente y el pago de un aguinaldo anual equivalente a 15 días del importe de la
pensión percibida. Ante una doble orfandad la pensión se incrementará a un
30%.
El pago de la pensión de orfandad se extinguirá cuando los beneficiarios
cumplan 16 años o hasta los 25 años, siempre que se encuentren estudiando en
planteles del Sistema Educativo Nacional o desaparezca el estado de incapaci-
dad que hubieran presentado, en cuyos casos se cubrirá un finiquito equivalen-
te a tres mensualidades de la pensión otorgada.
A falta de viuda o viudo, huérfanos, concubina o concubinario con derecho a
pensión, a cada uno de los ascendientes que dependían económicamente del
asegurado fallecido, se les pensionará con una cantidad igual al veinte por cien-
to de la pensión que hubiese correspondido al asegurado ante una incapacidad
permanente total además de cubrirles un aguinaldo anual equivalente a 15 días
del importe de la pensión.
En el siguiente cuadro, elaborado con fundamento en los artículos 55, 56, 58,
61, 64 y 65 de la Ley del Seguro Social, se establecen de manera resumida las dis-
tintas prestaciones que deben cubrirse al asegurado y a sus beneficiarios al
suscitarse un riesgo de trabajo.

II. Anticonstitucionalidad del Seguro de Riesgos de Trabajo


Es de vital importancia analizar el tema referente al financiamiento del seguro
de riesgos de trabajo porque de ello dependerá la existencia de recursos sufi-
cientes para garantizar el cabal y oportuno pago de las prestaciones a los asegu-
rados, pensionados y a los beneficiarios de ambos ante la presencia de un riesgo
de trabajo además de cubrir los gastos administrativos que él mismo genera.
El seguro de riesgos de trabajo constituye una excepción al principio de
aportación tripartita7 característico de los seguros sociales, pues de conformi-
dad con las fracciones XIV y XV del artículo 123 apartado A, los patrones son se-
ñalados —producto de una larga e insistente lucha sindical— como únicos

7 El tripartismo, conforme a las previsiones de la Ley del Seguro Social dentro del régimen obligatorio del
seguro social, consiste en que las cuotas y las aportaciones son realizadas de manera conjunta por los asegura-
dos, sus patrones y el Estado para financiar las prestaciones contenidas en los seguros de enfermedades y ma-
ternidad, invalidez y vida, cesantía en edad avanzada y vejez, guarderías con excepción del seguro de riesgos
de trabajo, pues de conformidad con la fracción XIV del artículo 123 constitucional los empresarios son res-
ponsables de los riesgos de trabajo.

Letras Jurídicas 124 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


Anticonstitucionalidad del seguro de riesgos de trabajo

responsables de los accidentes y de las enfermedades de los trabajadores sufri-


dos con motivo o en ejercicio de la profesión o trabajo que ejecuten; estando el
empleador, a su vez, obligado a observar los preceptos legales sobre higiene y
seguridad en las instalaciones de su establecimiento y adoptar las medidas ade-
cuadas para prevenir todo tipo de riesgos.
En tales circunstancias, si los riesgos de trabajo son responsabilidad de los
empleadores y en cumplimiento a la norma fundamental, les corresponde ase-
gurar el “bienestar perdido” por el trabajador mediante el correspondiente
pago indemnizatorio, por consecuencia las normas que derivan de esa norma
fundante —formando un mismo sistema u orden jurídico— deben producirse
conforme a ella, al ser la que les da sustento jurídico además de representar la
unidad a seguir por el sistema jurídico, lo que se traduce en el principio de fun-
damentalidad constitucional que lleva a Kelsen a concebir a la Constitución
como la norma que regula la producción de las normas jurídicas generales.8
Tal y como lo establecieran Ernst Rudolf Bierling, Adolph Merkl y Hans Kel-
sen, las normas están ordenadas por grados de jerarquía, es decir, cada norma
jurídica encuentra su fundamento de validez en otra norma, de tal forma que
quedan escalonadas formando una pirámide,9 siendo el criterio de jerarquía
normativa útil para determinar la validez de una norma inferior, siempre que
sea acorde con la norma superior que le da sustento jurídico.10
Es por ello que dentro del proceso evolutivo graduado de creación normati-
va, sólo se puede ponderar la validez de las normas jurídicas a partir de su con-
formidad con la norma jerárquica superior, siempre que ambas pertenezcan al
mismo campo de operatividad normativa.11
Atento a lo expuesto, en nuestro país, después de la Constitución, el escalón
siguiente lo constituyen los diversos tratados internacionales12 ratificados por
el Senado. Entre los más importantes en materia de accidentes y enfermedades
profesionales se encuentran:

8 KELSEN, Hans, Teoría pura del derecho, 10ª ed., trad. de Roberto J. Vernengo, Porrúa, México, 1998, pp.
232-234.
9 SENIOR F., Alberto, Un curso de filosofía del derecho, s.e., México, 1999, p. 87.
10 KELSEN, Hans, op. cit., nota 8, p. 232.
11 Ibídem, p. 235.
12 La Suprema Corte de Justicia de la Nación ha establecido en la tesis P. LXXVII/99 y en la jurisprudencia
número 293/2011 o comúnmente denominada “proyecto Zaldívar” respectivamente que los tratados inter-
nacionales se ubican jerárquicamente por encima de las Leyes Federales y en un segundo plano respecto de la
Constitución Federal, por lo que ante la existencia de antinomias entre disposiciones internacionales y consti-
tucionales, en materia de derechos humanos, deben prevalecer las restricciones y limitaciones que tengan los
derechos constitucionales sobre los convencionales.

125
Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
Verónica Lidia Martínez Martínez

El Convenio número 12 relativo a la indemnización por accidentes de tra-


¡
bajo en la agricultura, adoptado el 12 de noviembre de 1921 y ratificado el
1o. de noviembre de 1937.
¡ El Convenio número 19 relativo a la igualdad de trato entre los trabajado-
res extranjeros y nacionales en materia de indemnización por accidentes
del trabajo, adoptado el 5 de junio de 1925 y ratificado el 12 de mayo de
1934.
¡ El Convenio número 102 sobre la seguridad social (norma mínima), adop-
tado el 28 de junio de 1952 y ratificado el 12 de octubre de 1961 únicamen-
te en las partes II, III, V, VI y VIII-X.
¡ El Convenio número 134 sobre la prevención de accidentes (gente de
mar), adoptado el 30 de octubre de 1970 y ratificado el 2 de mayo de 1974.
¡ El Convenio número 155 sobre seguridad y salud de los trabajadores,
adoptado el 22 de junio de 1981 y ratificado el 1o. de febrero de 1984.
¡ El Convenio número 161 sobre los servicios de salud en el trabajo, adopta-
do el 25 de junio de 1985 y ratificado el 17 de febrero de 1987.
¡ El Convenio número 164 sobre la protección de la salud y la asistencia mé-
dica (gente de mar), adoptado el 8 de octubre de 1987 y ratificado el 5 de
octubre de 1990.
¡ El Convenio número 167 sobre seguridad y salud en la construcción,
adoptado el 20 de junio de 1988 y ratificado el 5 de octubre de 1990.13
Convenios, que en su conjunto, en materia de riesgos de trabajo, establecen:
¡ La responsabilidad del empleador con respecto al pago de prestaciones y
la prestación de servicios de salud en el trabajo, siendo acordes con lo es-
tablecido en el artículo 123 constitucional, apartado A, fracción XIV (nor-
ma fundante).
¡ Se definen los derechos de los trabajadores y la responsabilidad de los go-
biernos para el establecimiento de infraestructuras adecuadas para la
práctica de una política de seguridad y salud en el trabajo mediante la le-
gislación, los convenios colectivos y cualquier otro mecanismo aceptable,
previa consulta con las organizaciones representativas de los trabajadores
y de los empleadores.

13 Organización Internacional del Trabajo, Ratificaciones de México. [Consulta: 13 de noviembre de 2012].


Disponible en: [Link]

Letras Jurídicas 126 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


Anticonstitucionalidad del seguro de riesgos de trabajo

¡ Se establece como una obligación del empleador y de los gobiernos, la


prevención de los accidentes de trabajo y las enfermedades profesionales,
el control de los peligros del lugar de trabajo, así como el desarrollo de un
medio ambiente de trabajo y un trabajo que favorezca la salud de los tra-
bajadores.
Posteriormente, en un tercer plano jerárquico se encuentran las leyes federales
dentro de las cuales, respecto del seguro de riesgo de trabajo, se encuentran la
Ley del Seguro Social y la Ley Federal del Trabajo, de aplicación supletoria.
El artículo 70 de la Ley del Seguro Social dispone que las prestaciones del se-
guro de riesgos de trabajo, inclusive los capitales constitutivos de las rentas líqui-
das al fin de año y los gastos administrativos, deberán cubrirse íntegramente con
las cuotas que para este efecto aporten los patrones, enfatizándose así la obliga-
ción constitucional de los empleadores de responsabilizarse de los riesgos de tra-
bajo.
En esta misma tesitura, el artículo 53 de la Ley del Seguro Social preceptúa
que aquel patrón que haya asegurado a los trabajadores a su servicio contra
riesgos de trabajo quedará relevado del cumplimiento de las obligaciones deri-
vadas de un accidente o enfermedad profesional, asumiendo el IMSS la calidad
de patrón, al sufragar la pretensión mediante un sistema que consiste en el pago
de pensiones.
Empero, por disposición de los artículos 58 y 64 de la Ley del Seguro Social,
sólo podrán acceder a una pensión derivada de un riesgo de trabajo aquellos
asegurados que siendo víctimas del siniestro contraten los seguros de renta vi-
talicia y sobrevivencia, que cubrirá, en caso de fallecimiento del pensionado, las
prestaciones económicas a sus deudos.
En la contratación del seguro de renta vitalicia y sobrevivencia primeramen-
te el IMSS calculará el monto constitutivo o prima que ha de pagarse a la institu-
ción de seguros privada que elijan el trabajador y sus beneficiarios; acto
seguido, al monto se le deberá restar el saldo acumulado en la cuenta individual
del asegurado, y la diferencia positiva será la suma asegurada, que deberá pa-
gar el IMSS a la compañía de seguros.
En tales condiciones, de acuerdo con el texto constitucional y los artículos 53
y 70 de la Ley del Seguro Social, el IMSS continua recibiendo las cuotas patrona-
les que deberán emplearse para financiar las prestaciones y gastos administrati-
vos que la operación del seguro de riesgos de trabajo genera, pero por
disposición de los artículos 58 y 64 de la Ley del Seguro Social remite al asegura-
do y a sus beneficiarios con las Administradoras de Fondos para el Retiro y
127
Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
Verónica Lidia Martínez Martínez

compañías aseguradoras, para que sean éstas las que les otorguen las prestacio-
nes del seguro de riesgo de trabajo con los recursos depositados en la cuenta in-
dividual.
Lo anterior implica que al financiarse las prestaciones del seguro de riesgos
de trabajo con los recursos de la cuenta individual, cuya propiedad correspon-
de a los asegurados por disposición del artículo 169 de la Ley del Seguro Social,
este ordenamiento legal en sus artículos 58 y 64 contraviene el apartado A, frac-
ción XIV del artículo 123 constitucional y los referidos tratados internacionales,
que señalan a los empresarios como responsables de los riesgos de trabajo que
se presenten.
Sobre este tenor debemos señalar que el artículo 23 del Reglamento de la Ley
de los Sistemas de Ahorro para el Retiro dispone la apertura de una cuenta indi-
vidual para cada asegurado en las Administradoras de Fondos para el Retiro, la
cual se integra con las subcuentas de retiro,14 vivienda,15 aportaciones volunta-
rias (en algunos casos) así como la de cesantía en edad avanzada y vejez, cuyos
recursos al ser “tomados” por el IMSS para cubrir las prestaciones del seguro de
riesgos de trabajo ponen en riesgo el financiamiento de las pensiones de cesan-
tía y de vejez además de privarse al asegurado de su patrimonio, trasgredién-
dose el segundo párrafo del artículo 14 constitucional.
Ante el desvío de los recursos del seguro de cesantía y de vejez para enmen-
dar —con el patrimonio del asegurado (afectado)— los daños originados por
un riesgo de trabajo regresamos a aquella época en que los accidentes y enfer-
medades de trabajo eran responsabilidad del trabajador, perdiéndose de vista
que a la imposibilidad de un asegurado para trabajar se le otorgan tratamientos
jurídicos diversos, los cuales atienden a la causa que los provoca.
Así, el seguro de riesgos de trabajo ampara las contingencias relativas a los
accidentes y enfermedades sufridos por los asegurados en ejercicio o con moti-
vo de su trabajo, mediante el otorgamiento de prestaciones graduadas en fun-
ción del tipo de consecuencia producida en la integridad del asegurado.

14 Es procedente la devolución, en una sola exhibición, de los fondos acumulados en la subcuenta de retiro,
pues no tienen por finalidad financiar ningún tipo de pensión.
15 El INFONAVIT debe entregar a los asegurados todos los recursos que hayan acumulado en la subcuenta
de vivienda de acuerdo con la jurisprudencia I.13o.T. J/14, bajo el rubro: “Subcuenta de vivienda. la obliga-
ción de devolver los fondos acumulados en ésta, surge de manera concomitante y consecutiva a la transferen-
cia que el INFONAVIT deba hacer de éstos a la AFORE correspondiente, aun cuando no se especifique que el
pago relativo se haga previa transferencia de ellos”. Tesis consultable en el Semanario Judicial de la Federación y
su Gaceta, Novena Época, noviembre de 2010, p. 1409.

Letras Jurídicas 128 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


Anticonstitucionalidad del seguro de riesgos de trabajo

Por el contrario, el seguro de cesantía en edad avanzada y vejez se encuentra


sujeto a la reunión de diversos requisitos, tales como el cumplimiento de perio-
dos de espera y semanas de cotización reconocidas por el IMSS, una edad esta-
blecida, estar dentro del período de conservación de derechos, la ausencia de
un trabajo remunerado, en el caso de la cesantía, además de implantarse un mo-
delo de capitalización individual, donde lo solidaridad desaparece, ya que lo
prioritario atiende a la cantidad de dinero que en vida laboral acumule el ase-
gurado en su cuenta individual, la cual servirá para que cuando éste concluya
su vida activa laboral, una vez llenados los requisitos legales, se le otorgue una
pensión de cesantía o de vejez, que le permita pasar los últimos años de existen-
cia con los mínimos satisfactores, afrontando la contingencia social del retiro.16
De esta forma, al financiarse las prestaciones del seguro de riesgos de trabajo
con los recursos acumulados en la cuenta individual se contraviene la fracción
XXIX del artículo 123 constitucional en su apartado A, que distingue a los ries-
gos de trabajo de la cesación involuntaria del trabajo y de la vejez, pues sus orí-
genes, principios, fundamentos, prestaciones, requisitos para su obtención,
regímenes financieros y acreditamiento son totalmente distintos.
De acuerdo con datos estadísticos de los 112,336,538 habitantes que repre-
senta la población total del país,17 el número de asegurados que al 31 de julio de
2013 se encontraba vigente en el IMSS y protegido ante las contingencias del se-
guro de riesgos de trabajo fue de 16,362,732,18 lo que constituye aproximada-
mente una cobertura del 14.56%, que viene a evidenciar que el número de
personas protegidas contra este tipo de infortunios es muy bajo; encontrándose
facultados el 44.5% de los asegurados totales a elegir entre los beneficios de
pensión de la Ley del Seguro Social de 1973 y de la Ley del Seguro Social de
1997, en tanto que los asegurados sin derecho a elección de régimen represen-
tan el restante 55.5%, quienes tendrán que sufragar el pago de las prestaciones
por riesgos de trabajo con sus cuentas individuales.19
En el cuadro 2 se puede apreciar que el factor que tiene mayor repercusión
en la magnitud de las sumas aseguradas que cubre el IMSS en materia de ries-
16 Instituto Mexicano del Seguro Social, Ley del Seguro Social, IMSS, México, 2000, p. 27.
17 Instituto Nacional de Estadística y Geografía, Censo de Población 2010, México, INEGI. [Consulta: 11 de
octubre de 2013]. Disponible en: [Link]
18 Secretaría del Trabajo y Previsión Social, Número total de asegurados, México, STPS, 31 de julio de 2013,
[Consulta: 11 de octubre de 2013]. Disponible en: [Link]
19 Instituto Mexicano del Seguro Social, Informe al Ejecutivo Federal y al Congreso de la Unión sobre la si-
tuación financiera y los riesgos del Instituto Mexicano del Seguro Social 2012-2013, México, IMSS, 2012-2013.
[Consulta: 11 de octubre de 2013]. Disponible en: [Link] cas/Documen-
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129
Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
Verónica Lidia Martínez Martínez

gos de trabajo, lo constituyen los saldos acumulados en la cuenta individual


propiedad de los asegurados, ante una menor acumulación de fondos causada,
ya sea por un aumento en las tasas de comisión que cobran las Administradoras
de Fondos para el Retiro o por una disminución de las tasas de rendimiento de
cualquiera de las subcuentas.

Letras Jurídicas 130 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


Anticonstitucionalidad del seguro de riesgos de trabajo

Por su parte, en el cuadro 3, se observa que el área que se encuentra entre la


línea de la prima de gasto anual del monto constitutivo y la línea de la prima de
gasto anual de las sumas aseguradas constituirá la parte de los montos constitu-
tivos que se estiman serán financiados en el seguro de riesgos de trabajo, con el
importe de las cuentas individuales en contravención a las fracciones XIV y
XXIX, apartado A del artículo 123 constitucional.
Prosiguiendo con el principio de jerarquía normativa, el escalón siguiente es
el de las normas reglamentarias relativas al seguro de riesgos de trabajo, dentro
de las cuales destacan: el Reglamento Interior del Instituto Mexicano del Seguro
Social, el Reglamento de Prestaciones Médicas del Instituto Mexicano del Segu-
ro Social, el Reglamento de la Ley del Seguro Social en Materia de Afiliación,
Clasificación de Empresas, Recaudación y Fiscalización y los diversos regla-
mentos en materia de seguridad e higiene en el trabajo, los cuales en su conjun-
to establecen que los patrones son responsables no sólo de los riesgos de trabajo
sufridos por el operario, sino de la prevención de los mismos.
Finalmente, en el grado más bajo de la pirámide jerárquica, se encuentran las
normas individualizadas, consistentes en las resoluciones administrativas emi-
tidas por el IMSS, los laudos dictados por la JFCA así como las sentencias emiti-
das por los Tribunales Colegiados en Materia de Trabajo al recurrirse el laudo
en vía de amparo directo, las cuales constituyen a favor de los individuos ver-
daderos derechos subjetivos, pues determinan con base en periciales médicas,
el tipo de consecuencia que presenta el asegurado y el monto de las prestacio-
nes en dinero que percibirá, las cuales en el caso que se determine su proceden-
cia conforme a la actual Ley del Seguro Social serán cubiertas por el asegurado
con los recursos de la cuenta individual.
En vista de lo expuesto, hoy en día, lamentablemente se desconoce el destino
final de las cuotas patronales que debieran servir para el financiamiento del se-
guro de riesgos, puesto que son los trabajadores, víctimas del siniestro, quienes
con los fondos de su cuenta individual, cubren el importe de los servicios médi-
cos y las pensiones derivadas de un riesgo de trabajo, contraviniéndose el apar-
tado A, fracciones XIV y XXIX del artículo 123 de la Constitución Federal, no
obstante que la misma es el ordenamiento que funda todo el sistema jurídico
mexicano y, por ende, la validez de éste depende de que todas las normas se-
cundarias, como lo es la Ley del Seguro Social, sean acordes con los principios
fundamentales prescritos en la misma.

131
Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
Verónica Lidia Martínez Martínez

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[Link]/[Link]

133
Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
Jueces prudentes y sabios *
Salvador Martínez y Martínez **

RESUMEN: Este escrito es un extracto del ABSTRACT: This writing is an extract the
proceso penal acusatorio. El contenido es una criminal process accusatory. The content is a
reflexión sobre el valor de la prueba. En el reflection on the value of the test. In the back-
fondo es una investigación sobre las relacio- ground is an investigation into the relation-
nes entre el hombre y la verdad. La verdad ship between man and truth. The truth
propia de la práctica judicial no consiste en proper judicial practice is not known what is,
conocer lo que es, sino en dirigir lo que debe but to direct what should be done. The exhibi-
hacerse. La exposición avanza del dato de tion moves from the test data to the test me-
prueba al medio de prueba y de éste a su dis- dium and thence to its distinction from the
tinción con la prueba misma. También se di- test itself. It also differs from the facts that are
ferencia entre los hechos que se prueban y la tested and evidence.
evidencia.
Palabras clave: prudencia, sabiduría, prue- Key words: prudence, wisdom, test.
ba
SUMARIO: Introducción; I. La praxis de la dominación de la contingencia. II. La
prueba en el proceso penal acusatorio: a) dato de prueba; b) medio de prueba. Con-
clusión: Apalabrando la realidad.. Bibliografía.

Introducción
Todo comenzó con la lectura de un artículo escrito y publicado por Pedro Sala-
zar Ugarte el 19 de julio del año 2012.1 En dicho artículo, ese autor presenta el
perfil idóneo de los futuros juzgadores, según la Fundación para el debido pro-
ceso. Los atributos de un juez son: independencia, imparcialidad, honorabili-
dad, una historia de conducta intachable, conocimiento legal notable, excelente
capacidad de expresión oral y escrita, capacidad analítica, compromiso con el
* Artículo recibido el 21 de octubre de 2013 y aceptado para su publicación el 20 de enero de 2014.
** Licenciado y Maestro en Derecho por la Universidad Veracruzana, Doctor en Derecho por la Universidad
de Xalapa, Docente de tiempo completo en la Universidad Veracruzana y ExSecretario Técnico del Consejo
Consultivo para la Implementación del Sistema de Justicia Penal en Veracruz.
1 Salazar Ugarte, Pedro. “Atributos de un juez constitucional”, El Universal (19 de julio 2012): [Link]-
[Link]

135
Salvador Martínez y Martínez

poder judicial, los derechos humanos, los valores democráticos y la transparen-


cia y capacidad para entender las consecuencias de sus decisiones. En opinión
de Pedro Salazar, hay una cualidad que merece mención aparte: “inteligencia
creadora altamente desarrollada”. Este autor agrega el siguiente comentario:
«Creo que, sin desdeñar los anteriores, en el México de hoy éste es el atributo
crucial.».
En esta crisis y en esta definición hay un pensamiento que está como entram-
pado entre el entendimiento y las palabras, el cual no puede expresarse adecua-
damente, sin hacer referencia al tiempo y el espacio. Ese pensamiento se refiere
a uno de los efectos profundos y graves producidos por los condicionamientos
históricos y estructurales de la administración de justicia (tipo de organización,
procedimiento y cultura inquisitivos): la lentitud del proceso penal. De cara a
ella —la cual es de por sí problemática—, se buscó un contraste dando de mane-
ra inmediata con un juicio no sumario sino sumarísimo: El juicio de Salomón:
En ese tiempo llegaron hasta el rey dos prostitutas y una de ellas presentó así su que-
ja: «Yo y esta mujer vivíamos en una misma casa y he tenido un hijo estando ella con-
migo. A los tres días de mi parto, también esta mujer tuvo un hijo. No había ningún
extraño en casa, salvo nosotras dos. El hijo de esta mujer murió ahogado durante la
noche, porque ella se había acostado sobre él. Entonces se levantó ella durante la no-
che y tomó a mi hijo de mi lado, mientras yo dormía, y lo acostó con ella, y a su hijo
muerto lo puso conmigo. Cuando me levanté para dar de mamar a mi hijo, lo hallé
muerto; pero fijándome en él por la mañana, vi que éste no era el mío.»
La otra mujer dijo: «Mi hijo es el vivo y el tuyo es el muerto.» Pero la primera replicó:
«Mientes, el mío es el vivo.» De manera que discutían en presencia del rey.
Dijo el rey: «La primera dice: el mío es el que vive y el tuyo es el muerto. Y la otra
dice: no, el tuyo es el que ha muerto.» Y añadió «Tráiganme una espada.» Cuando se
la pusieron delante, dijo: «Partan en dos al niño vivo y denle la mitad a cada una.»
La verdadera madre del niño, conmovida por la suerte que iba a correr su hijo, dijo al
rey: «Por favor mi señor, que le den a ella el niño vivo y que no lo partan.» Pero la
otra dijo: «No será ni para ti ni para mí, que lo partan.» Sentenció el rey: «Para la pri-
mera el niño, y no lo maten, pues ella es su madre.»
Todo Israel supo de la sentencia que Salomón había pronunciado y lo respetaron,
pues vieron que había en él una sabiduría divina para hacer justicia. [Libro 1 Reyes
(3, 16-28)].
El contraste es sencillamente maravilloso, pues en unas cuantas líneas es posi-
ble mostrar en qué consiste el proceso penal acusatorio y oral; así como los princi-
pios que rigen dicho proceso: a) Proceso penal acusatorio y oral: “En ese tiempo
llegaron hasta el rey dos prostitutas y una de ellas presentó así su queja…”; b)

Letras Jurídicas 136 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


Jueces prudentes y sabios

Publicidad: “Todo Israel supo de la sentencia que Salomón había pronunciado y


lo respetaron, pues vieron que había en él una sabiduría divina para hacer justi-
cia.”; c) Contradicción: “La primera dice: el mío es el que vive y el tuyo es el
muerto. Y la otra dice: no, el tuyo es el que ha muerto.”; d) Concentración: “La
otra mujer dijo: «Mi hijo es el vivo y el tuyo es el muerto.» Pero la primera repli-
có: «Mientes, el mío es el vivo.» De manera que discutían en presencia del rey.”;
e) Continuidad: “Sentenció el rey: «Para la primera el niño, y no lo maten, pues
ella es su madre.»”; f) Inmediación: “La verdadera madre del niño, conmovida
por la suerte que iba a correr su hijo, dijo al rey: «Por favor mi señor, que le den a
ella el niño vivo y que no lo partan.» Pero la otra dijo: «No será ni para ti ni para
mí, que lo partan.»”.
Por otra parte, llegó a la memoria el curso de Procedimientos del licenciado
Víctor Manuel Hernández Flores dentro del cual expresaba: “La quintaesencia
del proceso penal es la prueba”.2 Al decirlo había en sus ojos un brillo singular que
hacía dudar al alumno. Uno no sabía si se estaba burlando del proceso penal o si
estaba hablando en serio: ¿En realidad se refería a lo más puro, más fino y acen-
drado del proceso penal? Lo que quedó como recuerdo de aquello es que el pro-
fesor veracruzano pretendía transmitir que con el tema de la prueba el proceso
penal podía reducirse a extracto.
La evocación no puede ser más oportuna, pues se tiene el propósito de resu-
mir el denominado “proceso penal acusatorio”, expresando en términos preci-
sos únicamente lo más sustancial. En nuestro país en realidad se trata de un
proceso penal mixto, aunque con el propósito de que prevalezca el respeto a los
elementales Derechos Humanos. De aquí se desprenden tres objetivos particu-
lares para este escrito: a) Identificar el término dato de prueba; b) Explicar el tér-
mino medio de prueba; y, c) Diferenciar el medio de prueba respecto de la prueba
misma.
Se quisiera extender al campo del proceso penal acusatorio mexicano «la
praxis de la dominación de la contingencia» a partir del proceso antropológico
de «cosmización» o reducción del caos. La cual, explica Duch, solamente es po-
sible mediante una positiva y polifacética relación con aquellas transmisiones
que permiten que el ser humano vaya apalabrando la realidad. “Apalabrar”, di-
cho de dos o más personas, es concertar de palabra algo.3

2 HERNÁNDEZ FLORES, Víctor Manuel. Notas del curso Procedimientos en la Maestría en Ciencias Pena-
les. Instituto de Investigaciones Jurídicas U.V., Xalapa, Veracruz, México 1977. Inéditas.
3 DUCH, Lluís. Estaciones del laberinto. Ensayos de antropología, Editorial Herder, España 2004, p. 161.

137
Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
Salvador Martínez y Martínez

I. La praxis de la dominación de la contingencia


El método que sigue esta exposición consiste en intentar mostrar la verdad de
las cosas. Es decir, volver al boceto previo diseñado por el Constituyente Per-
manente en la Reforma Constitucional en materia de justicia penal y seguridad
pública, 2008. Este vuelco al modelo constitucional tiene particular importancia
cuando es inminente un Código Único de Procedimientos Penales en este país.4
La Reforma Constitucional en materia de Justicia Penal y Seguridad Pública
fue publicada en el Diario Oficial de la Federación mexicana el 18 de junio de
2008 y constituye uno de los cambios más significativos en la materia desde
1917. La Reforma establece un Sistema de Justicia Penal nuevo en México que
sustituye a otro que suele ser denominado “tradicional” o “inquisitivo”, pero
que en todo caso es un sistema colapsado.
La implantación del Sistema de Justicia Penal nuevo debe estar en funciona-
miento en la totalidad de las entidades del país a más tardar el 18 de junio del
año 2016. Para ello es necesario realizar un esfuerzo de transformación de gran
envergadura en las instituciones operadoras del Sistema. Sin embargo, convie-
ne advertir que, del conjunto de problemas que se han de tener en cuenta en tor-
no al espacio y al tiempo en el proceso penal, se eligió solamente uno: el problema
del valor de la prueba.
Con la inspiración de una sugerencia de Michel Foucault,5 el propósito pro-
fundo o último es hacer un estudio de las relaciones entre el hombre y la verdad,
pues este autor sostiene que merecer ser estudiadas y también que la práctica
judicial —que él reduce a la práctica penal— implica siempre una forma pecu-
liar de la verdad. Lo cual es cierto, ya que la verdad propia de la práctica judicial
no consiste en conocer lo que es, sino en dirigir lo que debe hacerse.6
Manuel Rivera Silva explica que “El valor de la prueba es la cantidad de ver-
dad que posee (o que se le concede) un medio probatorio.”7 No deja de causar
asombro que este autor defina el valor de la prueba en términos cuantitativos,
pues no se podría traducir en números. La definición debe hacerse en términos
cualitativos: el valor de la prueba es el valor de verdad verdadero que conlleva la
proposición que se desprende de un medio probatorio y puede traducirse en

4 FERRER MAC-GREGOR, Eduardo y Rubén Sánchez Gil. Codificación Procesal Única en la República Mexica-
na a la luz del Sistema Acusatorio, SETEC-SEGOB del Gobierno Federal, México 2012, 134 págs.
5 FOUCAULT, Michael. La verdad y las formas jurídicas, Editorial Gedisa, Barcelona, España 1998, p.17.
6 VON WRIGHT, George Henrik. “Ser y deber ser”, en La normatividad del derecho, Editorial Gedisa, Barce-
lona, España 1997, pp. 87-110.
7 RIVERA SILVA, Manuel. El Procedimiento Penal, Editorial Porrúa S. A., México 1967, p. 188.

Letras Jurídicas 138 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


Jueces prudentes y sabios

símbolos. Sin embargo, independientemente de lo anterior, el punto de trascen-


dencia radica en lo que este autor afirma a continuación: “En tanto que el valor
de la prueba se refiere directamente a la verdad, es menester aclarar que se en-
tiende por verdad.”8
La verdad —dice Rivera Silva— se ha definido como la comunión entre el in-
telecto y la realidad, pero como la realidad es un término equívoco, urge aclarar
las dos principales formas que puede connotar, y que a su vez originan dos cla-
ses de verdades: la primera realidad podremos calificarla de histórica y se refie-
re a la realidad real. Esta realidad se caracteriza por su continuidad y su
heterogeneidad. Debemos entender por continuidad el hecho de que la reali-
dad no tiene suspensión, ni en el tiempo ni en el espacio; en el tiempo en cuanto
que la realidad se desenvuelve en éste, a semejanza del río que eternamente flu-
ye de la metáfora de la filosofía griega; y en el espacio, en cuanto la realidad no
presenta escisiones, pues cualquier objeto implica, además de sus notas pro-
pias, las cualidades relativas que aluden a todo el universo. Por heterogeneidad
debe entenderse la calidad consistente en qué no hay dos objetos idénticos.
Otras veces, el hombre se fija en las analogías que presentan las cosas o los fe-
nómenos y con ellos crea fórmulas (leyes científicas, sociológicas, etc.), con las
que cree determinar la realidad. Estas fórmulas no embargan la esencia de las
cosas, que reside en su carácter peculiar; se fincan sobre ciertas formas (las ana-
logías anotadas por el hombre), constituyendo una verdad formada cuya capta-
ción motiva la verdad formal que encierra en una fórmula (la verdad formal): el
que confiesa es culpable.
Con lo anterior ya tenemos un concepto, aunque sea general, de la verdad
histórica y de la formal, que nos permite continuar el estudio del valor de la
prueba. Desde luego, continua hablando Rivera Silva, podemos decir que unas
pruebas llevan al órgano jurisdiccional el conocimiento cabal del dato a probar
(juicio apodíctico: incondicionalmente cierto, necesariamente válido), en tanto
que otras, sólo entregan en conocimiento relativo, con calidad asertórica del
dato a probar (se dice del juicio que afirma o niega como verdadero, sin que lo
sea necesariamente, a diferencia del apodíctico). Atento a lo anterior, se pueden
dividir las pruebas en pruebas plenas y semiplenas.
Cuando la ley fija, de manera determinada, el valor de la prueba, nos hallamos
con una verdad formalista, que motiva el llamado sistema de la prueba tasada.
Este sistema quiere justificarse, en el deseo de borrar las arbitrariedades nacidas

8 Idem

139
Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
Salvador Martínez y Martínez

de las simpatías o antipatías del juez o de la torpe valoración hija de la inexpe-


riencia o ignorancia. Sin embargo, afirma Rivera Silva, hay que advertir que si el
sistema tasado protege de las arbitrariedades o malas valoraciones jurisdicciona-
les, obstruye la vigencia de las finalidades correccionales, la cuales no pueden
presentarse más que con la abolición absoluta de toda fórmula: sólo se pueden se-
ñalar caminos correctivos, cuando se conoce plenariamente la biografía del sujeto
por corregir, es decir, su realidad histórica. La búsqueda de la verdad histórica
motiva el sistema de la libre apreciación de la prueba, en la cual el juez no obede-
ce a un criterio legal preestablecido, sino a lo que dicta su propia estimación. No
es la ley quien fija el valor de la prueba, es el juzgador. Es necesario advertir que
en el sistema de libre apreciación, no es el capricho del órgano jurisdiccional el
que actúa, es la libre estimación: el juez debe señalar los fundamentos que tuvo
para estimar en la forma que lo hizo, debe indicar por qué determinadas pruebas
tienen valor plenario y por qué otras no lo poseen. En medio de las dos posturas
apuntadas (prueba tasada y libre apreciación), se halla el sistema mixto, en el cual
se predetermina el valor de unas pruebas y en otras se deja al órgano jurisdiccio-
nal libertad de valorar. Este sistema mixto intenta la reconciliación de lo irrecon-
ciliable: la verdad formal y la verdad histórica.

II. La prueba en el proceso penal acusatorio


Con Humberto Briseño Sierra es necesario establecer que el ingreso al proceso
no es precisamente el conflicto. Si se busca la causa (lógico-jurídica) del proceso,
se encontrará a la pretensión (conflictiva). Después, este autor observa el proce-
so penal y agrega que en éste se da la pretensión conflictiva con la acusación,
aunque entre el acusador y el procesado, no haya conflicto anterior, no haya
existido contienda ni problema alguno. Pero —agrega enseguida— esa preten-
sión es: la afirmación de un derecho y la exigencia de su tutela. “Así es, porque
inclusive en lo penal, tal como ya lo viera Goldschmidt al elaborar su idea del
derecho justicial material, el acusador, y él pensaba en el Estado, afirma tener el
derecho de punir y exigir su reconocimiento judicial.”9 De cara a ese supuesto
ius punendi se levanta majestuosa la bandera del artículo 14 de la Constitución
Política, en su segundo párrafo. Así, el asunto que hoy nos ocupa es la tensión
dialéctica del derecho de la fuerza y la fuerza del derecho, ya observada hace tiempo
por Edgar Bodenheimer.10

9 BRISEÑO SIERRA, Humberto. Compendio de Derecho Procesal, Editorial Humanitas, México 1989, p. 333.
10 BODENHEIMER, Edgar. Teoría del Derecho, Fondo de Cultura Económica, México 1974.

Letras Jurídicas 140 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


Jueces prudentes y sabios

a) Dato de prueba
La idea de investigar este tema surgió al escuchar una enérgica protesta sobre
uno de los nombres que actualmente se le otorga a la etapa inicial del procedi-
miento penal: “etapa desformalizada”. El argumento esgrimido en contra de
esa denominación consistió en afirmar que la actuación procesal siempre es for-
mal y, por lo tanto, no puede existir una investigación informal.
En efecto, el nombre es desafortunado, pero, si quien estudia el tema se que-
da anclado en la cuestión puramente nominal, pierde de vista que en el procedi-
miento penal de talante acusatorio se investiga sin formalizar la prueba, para
luego practicarla exclusivamente en juicio por medio de la inmediación (y con-
frontación); mientras que el sistema tradicional, también llamado “inquisitivo”,
formaliza la prueba como forma de investigar sin necesidad de otra fase para
luego practicar la prueba.
En el procedimiento penal, dentro de la etapa del proceso, también la inves-
tigación formalizada tiene talante acusatorio por no permitir la recepción for-
mal de la prueba durante la investigación, salvo la prueba anticipada y otras
excepciones. Sin embargo, aquí las baterías apuntarían hacia el nombre “inves-
tigación formalizada” que indica claramente una instrucción, bajo el argumento
de que el formalismo, particularmente el practicar la prueba, como forma de in-
vestigar es la más ineficiente e ineficaz técnica de revelar a los hechos punibles:
ineficaz en tiempo requerido e ineficaz en la manera de descubrir la verdad.
El punto de trascendencia o la formulación del problema comienza a esbo-
zarse cuando se plantea que, si la investigación retiene mucho de la instrucción
o si el operador; con paradigma inquisitivo, la aplica así; o si la prueba anticipa-
da y otras excepciones a la práctica se dejan dominar a la fase investigativa; en-
tonces la investigación participará en todo lo negativo del sistema inquisitivo.
En este escrito se sostendrá que existe confusión entre formalidad y formalismo.
La disposición aparece en la Constitución Política de México dentro de una
frase sin adornos y sin rodeos de palabras para dar a entender algo que hubiera
podido expresarse más brevemente: “El juicio se celebrará ante un juez que no
haya conocido del caso previamente.” (Artículo 20, apartado “A”, fracción IV).
De donde se sigue que el investigador del hecho que posiblemente sea delictuo-
so no debe ser el mismo que sentencia el caso.
Investigación y resolución son dos problemas que deben confiarse a órganos
diferentes. La consecuencia de aquel precepto va de la mano con este otro: “La
investigación de los delitos corresponde al Ministerio Público y a las policías,

141
Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
Salvador Martínez y Martínez

las cuales actuarán bajo la conducción y mando de aquel en el ejercicio de esta


función.” (Artículo 21, párrafo primero de la propia Ley Suprema). Pero, el
mandato primero da a entender que existe otro juez que ha conocido el caso
previamente y, en efecto así es, se trata del juez de control.11
El lector diligente tendrá en la punta de la lengua la palabra “galimatías”.
Esta voz, coloquialmente, alude al lenguaje oscuro por la impropiedad de la fra-
se o por la confusión de las ideas: investigan “las policías” bajo el mando del
Ministerio Público y éste —si vale la expresión— debe rendir cuentas y pedir
autorización para realizar diversos actos de su investigación al juez de control,
pero éste no juzga sino que es otro juez quien hace el juicio del caso investigado
(Esto de que el juez de control no juzga exige matices, pues todo parece indicar
que el juicio se viene formando con el desenvolvimiento de la investigación). La
imagen de aquel juego de niños denominado “teléfono descompuesto” se hace
presente, pero a ella se debe oponer el aserto de que en principio la verdad es in-
tersubjetiva porque la verdad es verdad-para-todos y su destino final es la au-
diencia universal. La verdad es verdad.
Se pretendió decir que se está ante un laberinto constitucional. Sin embargo,
se cuenta con la estrategia necesaria para salir de la confusión: distinguir para
unir. Esto es, la solución consiste en dividir la instancia en dos estadios: uno de
investigación; otro de valoración. Éste último es el estadio del juicio oral (de ele-
vación a pruebas de modo contradictorio del material recogido por el investiga-
dor, de crítica, de sentencia en fin). Pero, la estrategia hace posible comprender
que ambos estadios integran una sola instancia.
La razón de la diferenciación entre los dos estadios planteados radica en que
la verdad del hecho o hechos que constituyen delito requieren la demostración
por medio de la prueba. En cambio, la adhesión a esa demostración implica la
evidencia y ésta es, para sí misma, su propia prueba. La evidencia no hay que pro-
barla, basta con hacerla ver. De donde se sigue también que toda demostración
consiste en hacer brillar alguna evidencia a los ojos del entendimiento, ya que
“El juez sólo condenará cuando exista convicción de la culpabilidad del proce-
sado” (Artículo 20 constitucional, Apartado “A” fracción VIII).
La evidencia es el esplendor de la verdad, tanto para el juez penal como para
la audiencia universal. Es propio de la inteligencia dar su asentimiento a la ver-
dad, en el momento en que la percibe. La evidencia ejerce así, sobre el entendi-
miento, una especie de fuerza, por la cual hace imposible a quienquiera que ve

11 CASTILLO GARRIDO, Salvador. Los jueces de control en el sistema acusatorio en México. UNAM, México
2012, 188 págs.

Letras Jurídicas 142 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


Jueces prudentes y sabios

la verdad juzgar que no la ve. Todo juicio implica tanto la investigación como la
valoración; sin embargo, prevalece en el juez de control el momento de la inves-
tigación y en el juez de juicio, el momento de la valoración.
Se ha dicho y con razón que la Constitución Federal no define la figura de
dato de prueba. Sin embargo, se considera importante señalar que la contem-
pla, ya que del texto constitucional es de donde surge la misma. La expresión
“dato de prueba” se ha convertido en un término técnico-jurídico y suele defi-
nirse de la siguiente manera:
El dato de prueba es la referencia al contenido de un determinado medio de prueba
aún no desahogado ante el juez de juicio oral, que se considere pertinente, idóneo y
suficiente para establecer que se ha cometido un hecho que la ley señale como delito
y que exista la probabilidad de que la persona imputada lo cometió o participó en su
comisión.12
Sin embargo, la necesidad de identificar el dato de prueba acarrea consigo la exi-
gencia de revisar el término citado, es decir, someterlo a nuevo examen para co-
rregirlo, enmendarlo o repararlo, si esto fuera necesario.
El término se desprende de los siguientes párrafos del texto constitucional:
No podrá librarse orden de aprehensión sino por la autoridad judicial y sin que pre-
ceda denuncia o querella de un hecho que la ley señale como delito, sancionado con
pena privativa de libertad y obren datos que establezcan que se ha cometido ese he-
cho y que exista la probabilidad de que el indiciado lo cometió o participó en su co-
misión. (Artículo 16 párrafo tercero)
Ninguna detención ante autoridad judicial podrá exceder del plazo de setenta y dos
horas, a partir de que el indiciado sea puesto a su disposición, sin que se justifique
con un auto de vinculación a proceso en el que se expresará: el delito que se impute
al acusado; el lugar, tiempo y circunstancias de ejecución, así como los datos que es-
tablezcan que se ha cometido un hecho que la ley señale como delito y que exista la
probabilidad de que el indiciado lo cometió o participó en su comisión.(Artículo 19
párrafo primero)
Los modos usuales de la palabra “dato” son dos: uno, como como antecedente
necesario para llegar al conocimiento exacto de algo o para deducir las conse-
cuencias legítimas de un hecho y, otro, como documento, testimonio, funda-
mento.
Si algunos llaman “hechos históricos” a los hechos singulares rodeados de las
circunstancias que han revestido en el espacio y en el tiempo; entonces que nadie se

12 ROMERO GUERRA, Ana Pamela y otros. Las pruebas en el sistema penal acusatorio, SETEC-SEGOB del Go-
bierno Federal, México 2012, p. 13.

143
Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
Salvador Martínez y Martínez

sorprenda de que haya quien considere a los delitos como hechos históricos, ya
que los delitos también tiene como uno de sus caracteres el ser originales y úni-
cos. Pero, en tanto que hechos históricos son aquellos que han ejercido una no-
table influencia en el curso de los acontecimientos, los hechos delictivos sólo en
algunas ocasiones tienen repercusión notable en esa marcha. Esto es, la influen-
cia en el curso de los acontecimientos no es una característica esencial de los de-
litos y, en cambio, sí lo es en los hechos históricos.
Sin embargo, la analogía entre los hechos históricos y los hechos delictivos
hace posible explicar el conocimiento verdadero de estos últimos de modo si-
milar a como se conocen los hechos históricos. Por esto, en el método de investi-
gación de los delitos —a imagen y semejanza del método histórico— es posible
distinguir tres pasos: (1) buscar u obtener los datos, (2) analizarlos e interpretar-
los (criticarlos), y, en fin, (3) construir un relato de los hechos. Respecto al tercer
paso cabe decir que, en el proceso judicial no se trata sólo de aplicar la legali-
dad; es preciso, dado el posible delito, reconstruir la realidad. La primera fun-
ción del proceso es hacer historia la realidad pasada, ésta es la forma de
presentar los datos del posible delito: la narración o el relato.
En el contexto de la investigación histórica, los datos serán las fuentes del co-
nocimiento histórico; en cambio, en el contexto de la investigación de un posi-
ble delito, los datos no serán únicamente fuentes del conocimiento sino
primordialmente datos de prueba, ya que el dato de prueba es la referencia al con-
tenido de un determinado medio de prueba aún no desahogado ante el juez de
juicio oral. Desde este instante se destaca la importante y conocida diferencia
entre saber y probar: hay cosas que se saben, pero que no se pueden probar. En
el proceso penal acusatorio es necesario probar ante el juez y ante la audiencia
universal lo que se sabe sobre un hecho posiblemente delictuoso.
En el contexto de la investigación histórica, los datos pueden ser vestigios y
testimonios. Los vestigios son huellas del pasado, sin haber sido destinados por
sí mismos a transmitir su recuerdo a la posteridad. Los testimonios tienen por
objeto informar de lo sucedido a la posteridad. En el contexto de la investiga-
ción de un posible delito también habrá que tener muy en cuenta la diferencia
que existe entre estas dos categorías de datos.
Sin embargo, en ambos contextos resalta la pertinencia, es decir, la calidad
de pertinente del dato, lo apto del mismo para establecer que se ha cometido un
hecho que la ley señale como delito. No existen reglas para el descubrimiento
de los datos. El genio del investigador es aquí el factor capital. Existe un don
particular que, entre la masa enorme y confusa de datos, conduce al investiga-

Letras Jurídicas 144 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


Jueces prudentes y sabios

dor a dar con el dato significativo y revelador, éste es el dato idóneo para esta-
blecer que se ha cometido un hecho que la ley señale como delito. Esto es, el
dato significativo y revelador tiene la calidad de idóneo. El adjetivo calificativo
“suficiente” habrá que entenderlo como bastante. En otras palabras, el dato per-
tinente e idóneo es un dato que basta para mostrar que se ha cometido un hecho
que la ley señale como delito.
Si se ha comprendido que el dato de prueba debe considerarse pertinente,
idóneo y suficiente para establecer que se ha cometido un hecho que la ley seña-
le como delito; entonces ahora puede comprenderse que no fue suprimido el
concepto arcaico de cuerpo del delito de la Constitución Política sino la exigencia
de su comprobación como garantía procesal. El cuerpo del delito es un hecho (vo-
luntario) que la ley señala como delito, esto es, la conducta típicamente delicti-
va. Lo que se suprimió también fue la expresión “cuerpo del delito” que se
presta a muchas confusiones.
b) Medio de prueba
El medio de prueba es un vehículo para llegar a la prueba. Los medios de prue-
ba nos permiten llegar a la existencia de ésta, lo que ocurrirá cuando dicho me-
dio se desahogue en juicio y sea controvertido por las partes.
Son medios de prueba la declaración de la persona imputada, el testimonio
de una persona, los documentos, y cualquier medio técnico científico, siempre
que sea conducente al litigo y no sea contrario a derecho.

Conclusión: apalabrando la realidad


La verdad histórica de un caso particular y concreto es capturada gradualmen-
te. Se utilizan diversas imágenes para expresar dicha gradualidad: “se avanza
por pasos”, “en forma escalonada”, “de manera estratificada”. La idea de comu-
nión con la cual Rivera Silva expresa la noción de verdad resulta interesante.
También resulta de sumo interés su afirmación de que participan en lo común
el intelecto y la realidad. En homenaje a la brevedad, aquí sólo se dirá que los ac-
tos del intelecto son dos: el primero es la simple aprehensión (es el acto por el que
el intelecto concibe una cosa); y, el segundo es el juicio (llamado composición o
división según sea afirmativo y refiera un predicado a un sujeto, o negativo y
separe un predicado de un sujeto).
En sentido amplio estos actos son actos de la razón, pero hay un tercero que
es el discurso, por el que la razón pasa de una cosa a otra, a fin de llegar, por me-
dio de lo que es conocido, al conocimiento de lo que es ignorado. El juicio como
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Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
Salvador Martínez y Martínez

elemento perteneciente al discurso se llama “proposición”. La propiedad prin-


cipal de un juicio (o proposición) es su verdad o falsedad. Únicamente por aquí
se introduce en lógica el problema de la verdad. La verdad lógica designa la
conformidad del intelecto con la realidad, pero la verdad lógica no existe sino
en el juicio, y en modo alguno en la simple aprehensión.
No obstante Manuel Rivera Silva se queda corto cuando asegura que “El
hombre sintiendo su impotencia para llevar al intelecto la plenitud histórica, se
ha contentado con captar franjas de ella constituyendo éstas, en sentido vulgar,
la verdad histórica.”13 Y si su aseveración no tiene la extensión que le corres-
ponde es porque al ser humano le ha sido posible ir apalabrando la realidad. En
derecho penal este concertar de palabra algo se le ha denominado “teoría del
delito” y tiene un desarrollo asombroso.
El sistema tasado de prueba obstruye no la vigencia de las finalidades co-
rreccionales, sino la función política de la teoría del delito. En efecto, para que el
juzgador verifique si se halla en presencia de un delito, debe responder varias
preguntas. La teoría del delito pone en orden esas preguntas dentro de un siste-
ma, en el que cada respuesta es un concepto teórico que inevitablemente cum-
ple una función política como parte de la general función política de reducción
y contención del poder de castigar, función que caracteriza a todo el sistema.
El primer interrogante es acerca del sustantivo del delito: el delito es —ante
todo y en definitiva— una conducta humana. Por tanto, lo primero que debe
responderse es si hay sustancia, sustantivo, o sea, una conducta, presuponien-
do que existe un ser humano. Este sustantivo se convierte en delito cuando reci-
be tres adjetivos (o caracteres específicos): tipicidad, antijuridicidad y
culpabilidad.
La indagación acerca del delito es escalonada: constatada la ausencia de
conducta —falta de sustantivo— no tiene sentido preguntarse por los adjetivos;
verificada la conducta pero constatada la atipicidad, tampoco se pregunta por
los restantes adjetivos de ésta. Verificada la tipicidad, si la conducta típica está
justificada, no hay injusto penal y no se pregunta por la culpabilidad. Sólo se
pregunta acerca de las causas de inculpabilidad cuando se está en presencia de
un injusto penal (conducta típica y antijurídica).
No es por casualidad que cada diligencia o actuación procesal debe comen-
zar por señalar lugar y fecha de realización. El proceder gradual, escalonado,
estratificado o por pasos en la indagación del delito como verdad histórica, es

13 RIVERA SILVA, M. Ob. Cit., p. 187.

Letras Jurídicas 146 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


Jueces prudentes y sabios

converge en el derecho procesal penal dentro del problema de las instancias y,


como en un acto de prestidigitación, este problema se une con los problemas
espaciotemporales del proceso penal.
Periodizar, es decir, establecer periodos para el proceso penal, es una idea
arraigada en los mexicanos. En materia procesal penal, la primera instancia se
divide en dos estadios: uno de investigación del delito y otro de valoración de
las pruebas. Se sustenta que se trata de una división de preeminencia, ya que en
ambas se investiga y se valora, pero es verdad que en la primera prevalece la in-
vestigación y en la segunda la valoración. Es a través de la valoración —que se
encuentra desde la elección de los datos de prueba— como se pasa de la verdad
de lo que es a la construcción de la verdad que debe ser.

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Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
Salvador Martínez y Martínez

Bibliografía
BODENHEIMER, Edgar. Teoría del Derecho, Fondo de Cultura Económica, México 1974.
BRISEÑO SIERRA, Humberto. Compendio de Derecho Procesal, Editorial Humanitas,
México 1989.
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julio 2012, misma fecha de consulta): [Link]
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rial Gedisa, Barcelona, España 1997.

Letras Jurídicas 148 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


La continuidad de la reforma constitucional penal
del 18 de junio del 2008 *
José Luis Pérez Becerra **
Blanca Nydia Pérez Camacho ***

RESUMEN: La criminalidad, se ha conver- ABSTRACT: The crime has become one more
tido en un sector más de la sociedad mundial. sector of global society. The criminal mafias
Las mafias criminales atrapan a migrantes e trap for migrant and immigrant exploitation
inmigrantes para explotarlos laboralmente e of their labor and incorporate them into their
incorporarlos a su clan de mafiosos. clan of gangsters.
La criminalidad es un efecto directo de la glo- Crime is a direct effect of globalization, which
balización, que es un vacío de derecho público is a vacuum of public law in general, in par-
en lo general, en lo particular de derecho pe- ticular international criminal law.
nal internacional. Corruption, which has the ability to affect
La corrupción, que tiene la capacidad de afec- equally the inquisitorial system as in the in-
tar por igual en el sistema inquisitivo como dictment, not a system problem is a problem
en el acusatorio; no es un problema de siste- of ethics and as such, the absence of higher
mas, es un problema de ética y como tal, la values.
ausencia de valores superiores. The teaching, administrative and law en-
La impartición, administración y procuración forcement with the constitutional reform of
de justicia con la reforma constitucional del 18 18 June 2008 should be taken into account the
de junio del 2008 se debe tomar en cuenta que need to understand and properly handle the
hay que entender y manejar adecuadamente el strengthening of the rule of law, by replacing
reforzamiento del principio de legalidad, me- the simple booking code, which would a
diante la sustitución de la simple reserva de recoding entirely criminal law, on the basis of
código, que se trataría de una recodificación a meta-safeguard against abuse of special leg-
del derecho penal por completo, sobre la base islation and exceptional.
de una meta-garantía contra el abuso de la le- The orientation and reorientation of criminal
gislación especial y excepcional. policy should be part of the professional ethics

* Artículo recibido el 6 de febrero de 2014 y aceptado para su publicación el 10 de marzo de 2014.


** Profesor-Investigador de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la BUAP. Integrante del Cuerpo
Académico “Estudios Jurídicos Contemporáneos.” Y de la Red Nacional de Impartición de Justicia. y Perfil
Promep. de la misma Institución. Dr. En Derecho Por la Universidad Autónoma de Tlaxcala. Premio Estatal a
la Divulgación Jurídica 2007. otorgado por el Ilustre Colegio de Abogados de Puebla A.C. Conductor del Pro-
grama de Radio. La hora de la Barra Poblana de Abogados. Que se trasmite en [Link]
*** Asistente en la investigación

149
José Luis Pérez Becerra / Blanca Nydia Pérez Camacho

La orientación y reorientación de la política of judges who have to ensure equal rights and
criminal debe formar parte de la deontología freedoms for all, with greater indulgence ob-
profesional de los jueces que han de garanti- jective fairness to compensate the inequality
zar la igualdad y los derechos fundamentales and selectivity of the administration of jus-
de todos, con una mayor indulgencia equita- tice.
tiva para compensar la objetiva desigualdad y
selectividad de la administración de justicia.
Palabras clave: criminalidad; corrupción; Key words: crime, corruption, inquisitorial,
sistema inquisitorio; sistema acusatorio; de- adversarial system, criminal law, justice,
recho penal; justicia; derechos humanos fun- fundamental human rights.
damentales.
SUMARIO: Introducción; 1. La criminalidad en México; 2. Criminación y discrimi-
nación penal; 3. Esbozo de la reforma penal en el sistema acusatorio. Fuentes de in-
vestigación, información y consulta.

Introducción
No podemos señalar como época de nacimiento al problema criminal, alguna
preestablecida en el desarrollo de la humanidad, ya que la criminalidad ha exis-
tido siempre y hoy día, con la globalización, encontramos que se ha venido re-
gistrando y se ha mundializado económica y socialmente, se ha convertido en
un gran problema no tan solo nacional sino universal.
La criminalidad se convierte en un sector más de la sociedad mundial ya que
ha florecido, ramificado en un terreno fértil en la parcela económica internacio-
nal, con la delincuencia organizada; narcotráfico; tráfico de órganos; el lavado
de dinero; el tráfico de personas; la migración; la inmigración.

1. La criminalidad en México
Encontramos que la criminalidad no se da por separado, sino más bien es histó-
ricamente engarzada, veamos por ejemplo el gran desarrollo del mercado ne-
gro como uno más de los problemas sociales de esta época. Es aquí en donde la
crítica no nace de una certeza sino de una sospecha en la cual observamos que
los poderes criminales se encuentran coludidos con los poderes constituciona-
les y económicos, y con esto se puede ver claramente en las publicaciones que se
encuentran en los diarios en las revistas y en un sin número de declaraciones
públicas, en los noticiarios de televisión, de radio entre otras tantas fuentes.
En este terreno se encuentra la explotación en donde se saca el mejor
plus-valor económico, dándose en nuestro contexto el abuso más cruel de la po-

Letras Jurídicas 150 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


La continuidad de la reforma constitucional penal del 18 de junio del 2008

breza más generalizada, creando la miseria dentro de la pobreza, pauperizando


más al ser humano.
Las grandes ganancias que deja el mercado subterráneo de los grandes mo-
nopolios perversamente criminales (que todo lo malo lo han hecho bueno), esos
explotadores de la buena fe del ser humano se ramifican en pequeñas células de
traficantes, distribuidores y narco menudistas dentro de los grupos satelitales
marginados. O bien también en el terreno de polleros, sin escrúpulos, que enga-
ñan y abandonan a su suerte, a hombres, mujeres y niños que se han sentido
desprotegidos por el Estado y exploran la aventura de la migración en busca de
mejores condiciones de vida siendo violentados en sus garantías y derechos hu-
manos por personas comunes y por autoridades, sin escrúpulos, conduciéndo-
los muchas veces al encuentro con la muerte.
También encontramos el terrorismo nacional e internacional y los que lo pro-
mueven las más de las veces, son los que lo atacan y desarrollan con sus códigos
sabidos y acordados. Últimamente se ha reclutado mano de obra barata por pa-
trones, ladrones sin escrúpulos que contratan a trabajadores de diferentes enti-
dades federativas, los cuales no les pagan sus salarios devengados, siendo de
igual manera abandonados a la intemperie de la naturaleza, sin recurso econó-
mico alguno para comer o regresar a su lugar de origen y así también encontra-
mos a las mafias criminales perfectamente bien organizadas que atrapan a
migrantes e inmigrantes para explotarlos laboralmente e incorporarlos a su
clan de mafiosos.
Muchos de estos seres humanos ultrajados surgen de los grupos más vulne-
rables de pobres y también de los grupos fanáticos que las organizaciones cri-
minales convierten en delincuentes de menor valía pero creadores de gran
plusvalía.

2. Criminalización y descriminalización
Las condiciones de miseria, necesidad y marginación social de mano de obra
que trabaja para las organizaciones criminales nos permite observar una nueva
estratificación de clase en la que destacan: 1) La pequeña criminalidad 2) La
gran criminalidad conformada por los grupos diligentes.
La pequeña criminalidad es sometida a la explotación por parte de la clase
criminal de gran envergadura plasmada en los grupos dirigentes.
La actividad criminal se manifiesta también en la discriminación penal. Los
pequeños vendedores o narco menudistas son los que están expuestos a la re-

151
Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
José Luis Pérez Becerra / Blanca Nydia Pérez Camacho

presión penal, los capos, los jerarcas, jefes, organizadores se ocultan tras la im-
punidad e incluso enquistados en las altas esferas políticas o clases dirigentes,
que se quedan con la gran plusvalía que origina esta criminalidad.
Este tipo de criminalidad refleja el efecto directo de la globalización, y la glo-
balización es un vacío de derecho público en lo general y en lo concreto de dere-
cho penal internacional, mostrándose en el desarrollo de poderes desregulados,
que tienen como meta única el beneficio y la auto-acumulación.
Así pues, la riqueza se funda en la técnica definida como la máxima y más pro-
funda explotación de la pobreza causada y acentuada por la mundialización.
Esto porque se carece de alcances y limitaciones así como de reglas que con-
trolen la relación entre el Estado y los mercados, los cuales invierten sus pape-
les. Es decir, aquí el Estado ya no pone a competir a las empresas, sino que éstas
ponen a los Estados a que compitan, convirtiéndose en agentes de colocación de
los capitales de éstas.
Dentro de este esquema podemos destacar a las siguientes formas de corrup-
ción: A) apropiación de los recursos naturales; B) devastación del ambiente.
Las devastaciones ambientales se dan por dos causas fundamentales 1) por
el estado de indigencia; 2) por la corrupción de sus dirigentes. Esto trae como
consecuencia daños a la salud de la población, explotación de los trabajadores y
de los recursos naturales, ausencia de derechos y de garantías en materia labo-
ral y ambiental.
La criminalidad del poder sin duda que opera organizadamente que se en-
cuentran puestos en acción o movimiento por los poderes fácticos públicos.
Diversas formas de corrupción y de apropiación de la cosa pública. El víncu-
lo con la criminalidad de los poderes económicos es obviamente muy estrecho.
Delitos específicamente públicos: los crímenes contra la humanidad; deten-
ciones arbitrarias, torturas, desapariciones forzadas. Estos son crímenes come-
tidos por fuerzas policiales, fuerzas armadas, las organizaciones ocultas a todos
los niveles locales nacionales e internacionales, etc.
Pero todo esto forma parte de,
La corrupción que tiene la capacidad de afectar por igual en el sistema inquisitivo
como en el acusatorio;1 la corrupción no es un problema de sistemas, es un problema
de ética y como tal, ante la ausencia de valores superiores, puede rápidamente trans-

1 GARCÍA RAMÍREZ, Sergio, “La Reforma Penal Constitucional (2007-2008)” ¿Democracia o Autoritarismo?”
Editorial Porrúa. México, 2008, p. 112.

Letras Jurídicas 152 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


La continuidad de la reforma constitucional penal del 18 de junio del 2008

mitir ese efecto contaminante por la costumbre o los hábitos heredados a lo largo de
años.2
Los fenómenos criminales son desviaciones sociales y de igual manera desvia-
ciones institucionales; en otros términos, la delincuencia en todas sus manifes-
taciones no es una aventura, son fenómenos criminales, son desviaciones
sociales, de igual manera desviaciones institucionales. Es una expresión dege-
nerada de una crisis del llamado Estado de derecho y al mismo tiempo de la de-
mocracia incipiente.
Las nuevas formas de criminalidad de poder que amenazan el futuro de la
democracia. Todo esto se fundamenta en: 1) la tendencia que mantienen hacia
la alianza e integración; 2) la economía ilegal y criminal de las mafias no sólo ha
crecido en magnitudes y dimensiones en los últimos años; 3) la enorme capaci-
dad de contagio.
Todo esto se integra a la esfera de la circulación y producción de la economía
de mercado o capitalista con la plena intención de controlarla y corromperla.3
Esto nos deja ver que con la globalización sin fronteras entre lo lícito y lo ilícito
se ha dado una gran vinculación con actos llenos de corrupción por un lado y
por el otro lado está en su carácter organizado y el hecho de que sean practica-
das o sostenidas y protegidas por poderes fuertes, ocultos y en ocasiones sub-
versivos. Esto apunta hacia un cambio profundo en la composición social del
fenómeno delictivo.4
Es pertinente señalar, que la delincuencia de subsistencia pertenece a la so-
ciedad marginada que mantiene a la gran criminalidad organizada, ésta a su
vez es la explotadora de la marginada.
La híper-criminalidad del poder es más peligrosa ya que atenta contra bie-
nes fundamentales, individuales y colectivos, incluyendo la paz y la democra-
cia.
Hay que entender en este caso que los poderes descarriados y absolutistas
son una clara tendencia a la impunidad, acompañada por una gran capacidad
de intimidación tanto mayor cuanto más potentes son las organizaciones crimi-
nales y sus vínculos con los poderes públicos.

2 NOVOA CANCELA, María, “Los Costos Ocultos del Proceso de Implementación de la Reforma Penal en Méxi-
co”, Nuevo Sistema de Justicia Penal, México, año II, número III, junio 2011, p. 110.
3 FERRAJOLI Luigi.” Los Retos de la Procuración de Justicia en un mundo Globalizado”. Editorial UBIJUS. Insti-
tuto de Formación profesional. Colección Vanguardia en Ciencias Penales. Primera Edición, México 2009. p.
17. <le marché fait sa loi. De l´usage du crime par la modialisation, (2001), traducción Italiana de M. Guares-
chi, Il mercato fa la sua legge. Criminalitá e globalizazione, Milán, Feltrinelli, 2002, p. 17>
4 Idem.

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Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
José Luis Pérez Becerra / Blanca Nydia Pérez Camacho

Hoy día encontramos que el manejo del paradigma penal se encuentra clara-
mente observado como parte de la cuestión criminal a la cuestión penal, en don-
de el balance negativo lo dar el viejo sistema penal caduco. En este caso,
Ferrajoli manifiesta que
…la cuestión criminal debería ser una mutación del paradigma del derecho penal a
la altura de los nuevos desafíos de la globalización. Es decir, que estamos regresan-
do a un paradigma que debe enfrentar a las nuevas formas de criminalidad del po-
der que se encuentran engarzados a los peligros y atentados contra los bienes y los
derechos fundamentales.5
Al respecto se podría observar que hay una tendencia a la globalización del de-
recho y de los derechos que, no obstante, se encuentran por debajo de la globali-
zación del crimen en todas sus manifestaciones.
En los últimos años la desigualdad económica se ha disparado y con ello la de-
lincuencia y conjuntamente el endurecimiento de las características selectivas y
anti-garantistas de la represión penal, que golpea, drásticamente a los grupos po-
bres y marginados, a los narcodependientes, a los inmigrantes o los desemplea-
dos.6 La mentalidad dominante en la sociedad en la esfera del poder, entre las
personas y los medios en las escuelas y en el seno mismo de la familia que se en-
cuentran a disgusto, e insatisfechos en un marco de prejuicios y costumbres, los
convencionalismos y el autoritarismo, paternal, familiar, escolar, social y guber-
namental les impedían desplegar su energía y vitalidad. En todo este terreno ha
crecido la impunidad y la impunidad de la criminalidad del poder, la corrupción
y los delitos sociales, la criminalidad mafiosa de los poderes criminales.
En este orden de ideas, encontramos que la delincuencia se funda en la au-
sencia de reglas, la falta de límites y controles económicos y políticos.
La globalización, en el plano jurídico, debe actuar buscando el cambio pro-
fundo en la sociedad, ya que hemos encontrado un gran vacío de derecho públi-
co en donde predomina la ley del más fuerte.
Aquí el principio de legalidad7 se encuentra colapsado, y se encuentran en
crisis cada una de las funciones políticas que le son propias en el Estado de De-
recho: 1) la certeza del derecho concebida como garantía de igualdad frente a la
ley, y la cognoscibilidad y credibilidad del sistema penal. 2) la sujeción del juez
a la ley que es garantía de inmunidad del ciudadano frente a la arbitrariedad y

5 Idem. p. 19.
6 Idem.
7 RAMÍREZ SAAVEDRA, Beatriz Eugenia, “La Procuración del Nuevo Sistema Penal Acusatorio en México: Los
Retos de la Investigación”, Nuevo Sistema de Justicia Penal, México, año II, número III, Junio 2011, p. 113.

Letras Jurídicas 154 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


La continuidad de la reforma constitucional penal del 18 de junio del 2008

fundamento de la independencia de la magistratura y de la división de poderes;


3) la primacía de la legislación, de la política y de la soberanía popular en la defi-
nición de los bienes jurídicos merecedores de tutela penal y en la exacta confi-
guración tanto de sus lesiones como de sus delitos,8 situación que pareciera ser
la función de los pueblos frente al imperialismo, o los oprimidos frente a los
opresores o los desheredados por su liberación y justicia.
Es importante señalar, que una crisis del derecho penal es el signo y produc-
to de una política penal coyuntural, incapaz de afrontar las causas estructurales
de la criminalidad y dirigida únicamente a secundar, o peor aún a alimentar, los
miedos y los humores represivos presentes en la sociedad.
En la sociedad se encuentra latente la demanda de seguridad, que se alimen-
ta por la información que se da en los diversos medios de información; cine, ra-
dio, televisión, hemerográfica, etc. Pero la política criminal está orientada a la
clase media urbana en donde se encuentra la criminalidad de subsistencia.
La sociedad debe ser protegida por la ley, el Estado debe cuidar sus derechos
y la delincuencialidad mundializada no respeta ni nacionalidad, ni sexo, reli-
gión, edad, el grado de su instrucción etc.9
En un macro-contexto se presentan las acciones del ínter-actuante en este
evento socio-verbal. Siendo un muy buen conversador, que está logrando re-
construir la vida social en México con un caudal de información.
Así, los investigadores en esta área reconocen la importancia del contexto, y
de manera activa, tratan de desentrañar cómo funciona, a partir del amplio pano-
rama que proporciona el concepto de los estudios de acción humana. El contexto
es la configuración de eventos o circunstancias que incluyan la unidad por anali-
zar. Así pues, el sentido común sobre el derecho penal plantea que la justicia pe-
nal deje de perseguir a las personas de bien y se debe ocupar de los delitos que
atenten contra la seguridad. La seguridad social es garantía de la satisfacción de
los derechos sociales, seguridad del trabajo, de la salud, de la previsión social, la
supervivencia. Únicamente seguridad pública. Pero cualquier extralimitación u
omisión de la ley redundara en la indefectible violación de la legalidad y el que-
brantamiento de un estado constitucional, social y democrático de derecho.
Entramos en un conflicto de orden público de política, en donde el Estado
Social, en la seguridad social ha sido agredido por las actuales políticas neolibe-
rales. Y con esto Ferrajoli plantea que por ello se vuelve necesario compensar el

8 FERRAJOLI Luigi. Los Retos. Op. Cit. p. 21.


9 Idem.

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Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
José Luis Pérez Becerra / Blanca Nydia Pérez Camacho

sentimiento difuso de la inseguridad social con su movilización contra el des-


viado y el diferente, preferiblemente extracomunitario.10
Plantea también la identificación ilusoria, en el sentido común, entre seguri-
dad y derecho penal, como si la intervención penal pudiera producir mágica-
mente una reducción de los delitos callejeros que requerirían por el contrario,
más que políticas penales, políticas sociales; más que políticas de exclusión, po-
líticas de inclusión.11
Hay un principio teórico elemental en el desarrollo del derecho, abonado
por la experiencia, en el tema de la capacidad de prevención, el cual también
han querido denominar, mediación12 del derecho penal, con efecto disuasorio
de las penas y su agravamiento, el cual debe ser directamente proporcional al
tipo del delito cometido, en cuestión de la norma violada, en función de la co-
rrupción, de los delitos del poder, de la violencia sobre las personas, delitos
contra el patrimonio, sin olvidar que esto puede ser producto de la delincuencia
organizada por la pobreza y la inseguridad. En otros términos, podríamos ex-
presar lo que expresa el primer párrafo del artículo 22 de la Constitución Políti-
ca de los Estados Unidos Mexicanos, que a la letra dice:
…quedan prohibidas las penas de muerte, de mutilación, de infamia, la marca, los
azotes, los palos, el tormento de cualquier especie, la multa excesiva, la confiscación
de bienes y cualesquiera otras penas inusitadas y trascendentales. Toda pena deberá
ser proporcional al delito que sancione y al bien jurídico afectado.
La mala impartición de justicia se encuentra plasmada justamente en su total
incompetencia que tiene el único efecto de acrecentar el fastidio y la desconfian-
za en el derecho y en las instituciones. Pero se puede rescatar el bien jurídico,
siendo urgente una batalla política y cultural en torno a un programa de dere-
cho penal garantista.
En el conjunto de versiones nacionales hay que entender que el
…Poder Público se debe a la sociedad, y es esta su razón de ser, de ahí que la infor-
mación que la colectividad reciba sobre el nuevo sistema de justicia penal y todo lo
que el conlleva es una tarea en la que todos los actores públicos inciden.13

10 Idem. p. 22.
11 Idem. pp. 22, 23.
12 PÉREZ BECERRA, José Luis. “Evolución del Derecho en América Latina III. La Mediación en el Derecho como
Acto Prejudicial”. Primera Edición. Editorial ANFADE, AFEIDAL. Serie Estudios Latinoamericanos. México.
2009. Pp. 251-268.
13 CORDERO MARTÍNEZ, Elsa (Magistrada), “El Poder Público ante el Reto de la Implementación de un
Nuevo Sistema de Justicia Penal”, Nuevo Sistema de Justicia Penal, México, año II, número III, junio 2011, p. 46.

Letras Jurídicas 156 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


La continuidad de la reforma constitucional penal del 18 de junio del 2008

La forma en cómo se ha ido desvirtuando el derecho penal nos obliga a restituir


al derecho penal con la intención de la minimización de la violencia y a la tutela
de bienes fundamentales. Por lo tanto, hay que actuar en la construcción de un
derecho penal a la altura de los nuevos fenómenos criminales que debe hacer
frente ad hoc a la altura de la criminalidad del poder, y el vacío de derecho en
que consiste la globalización, que por desgracia asegura la máxima impunidad.
En un mundo globalizado, la crisis ha jugado un papel muy importante, en-
contramos la globalización de la criminalidad, en este caso se requiere también
de la globalización de las fuerzas y de los instrumentos y técnicas investigado-
ras tales como: la coordinación a nivel general de las fuerzas de policía como de
las actividades relativas a las procuradurías; las agencias policiales a todos sus
niveles.
En la actualidad, tal como lo señala Ferrajoli, se requiere la independencia
del poder político no sólo de los órganos judiciales, sino también de los órganos
de la “Procuración de Justicia”,14 es decir del fiscal y de las fuerzas de policía.
Aquí también señala que hay una tendencial integración y colusión entre los
poderes criminales, poderes económicos y poderes políticos que hacen indis-
pensable la máxima independencia de los órganos públicos de acción penal.
Independencia no quiere decir solamente separación funcional, es decir, la ex-
clusión de toda interferencia de los poderes políticos en el ejercicio de las fun-
ciones judiciales, sino también separación orgánica, es decir, la exclusión del
nombramiento o de la capacidad de revocación del cargo, por parte de los órga-
nos del poder ejecutivo, de los magistrados que deben juzgar y de los funciona-
rios que deben ejercer la persecución penal.15
La criminalidad está estrechamente engarzada y esto solo se podrá deshacer
por medio de venir desbaratando la madeja de intereses y de colusiones que se
da entre la criminalidad económica organizada y el derecho penal sustantivo
bien manejado, entre el llamado nexo indisoluble del derecho penal mínimo,
garantismo y eficiencia dará la eficacia. Así, hay que asegurar el respeto de to-
das las garantías y a la vez el funcionamiento y la credibilidad de la maquinaria
judicial. Para un mejor entendimiento podría señalarse que hay que entender
14 En este caso, hay que entender lo que ordenan algunos de los principios generales del Derecho y en parti-
cular el de la economía procesal acompañando el objetivo de la oralidad, ya que ambos pretenden la celeridad
y prontitud, en donde el dador del derecho deberá dictar su resolución como lo mandata el nuevo paradigma
de procuración de justicia con una mayor rapidez superando los tiempos que anteriormente preveía el juicio
inquisitorio escrito. Véase: PÉREZ BECERRA, José Luis, ORTIZ Ortiz, Serafín. Balance y Perspectivas del Se-
guimiento de la Reforma Constitucional Penal: Del 18 de Junio de 2008 y su Aplicación en el Estado de Puebla.
editorial, Montiel &Soriano. Primera edición. 2012. p. 79.
15 FERRAJOLI Luigi. Los Retos... op. cit. p. 25.

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Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
José Luis Pérez Becerra / Blanca Nydia Pérez Camacho

que tenemos que entrar a un mundo restaurativo del paradigma acusatorio y


de las reglas del debido proceso. En este caso se pretende reducir la criminali-
dad; y de igual manera se puede inducir a la reducción de la esfera de la penali-
dad. Esto nos permite, retomar las reformas que se le hicieron a nuestra
Constitución respecto de los derechos humanos tal como se señalan en los ar-
tículos 1º,3º, 11, 15, 18 29. 33, 89, 97, 102 B y 105, de nuestra carta fundamental.16
En este caso nos encontramos en el mundo de los bienes ilícitos así como el del
tráfico, donde encontramos una lógica prohibicionista en materia de drogas y
juega un papel importante la incapacidad de los Estados para garantizar la obser-
vancia de las prohibiciones, en un mundo que tiene una tendencia monopolista
de la gran criminalidad mafiosa del narcotráfico y de la pequeña criminalidad
dependiente de la pequeña distribución y narco menudistas. Algunos creen que
para acabar con la criminalidad es por medio de la legalización y liberalización
de las drogas aunque personalmente considero que esto es un excelente sueño.
Porque otros han pensado que para acabar con la delincuencia lo único que hay
que hacer en primer lugar es atrapar a los delincuentes y en segundo lugar au-
mentar la penalidad en cuestión de tiempo, es decir, penas más altas.
Los santos han sido destinados por su naturaleza a hacer el bien y las armas
han sido destinadas a cumplir su fin que es el de matar, y aquel que posea una
tiene como causa principal la inducción a la criminalidad común. También hay
que entender que hay poseedores de armas que no los hace delincuentes, crimi-
nales o asesinos, ya que en mucho de los casos lo que hace es poseerla para su
defensa, pero la manera de no encontrarnos en ese medio es por medio de la
prohibición de la producción de las armas y desde luego hacer que el hombre
solo pueda poseer en su conciencia la bondad. Pero si apareció la maldad tam-
bién en este terreno surgió la forma del como atacarla y fue con la dotación de
armas a las policías, con la finalidad de mantener el monopolio jurídico del uso
de la fuerza. Por lo tanto, hay que sumarnos al reforzamiento del principio de
legalidad mediante la sustitución de la simple reserva de la ley por una reserva
de código y desde luego de la presunción de inocencia.
Así es que, con la impartición, administración y procuración de justicia,17
con la reforma constitucional del 18 de junio del 2008, se debe tomar en cuenta
que hay que entender y manejar adecuadamente el reforzamiento del principio
de legalidad mediante la sustitución de la simple reserva de código. Ferrajoli al

16 Véase: dichos artículos de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.


17 Cfr. ARMIENTA HERNÁNDEZ Gonzalo. “El Juicio Oral y la Justicia Alternativa en México”. Editorial
Porrúa, México 2009. p. 37.

Letras Jurídicas 158 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


La continuidad de la reforma constitucional penal del 18 de junio del 2008

respecto señala que se trataría de una recodificación del derecho penal por com-
pleto, sobre la base de una meta-garantía contra el abuso de la legislación espe-
cial y excepcional. La racionalidad de la ley, contrapuesta por Hobbes a la “iuris
prudenctia o sabiduría de los jueces” propia del viejo derecho común, ha sido, de
hecho, disuelta en una legislación caótica e incoherente, cuyo efecto es exacta-
mente el de reproducir, a través del crecimiento de la discrecionalidad en la
práctica jurídica, un derecho de formación prevalentemente jurisprudencial,
según el antiguo modelo del derecho premoderno.
Es necesaria la refundación de la legalidad penal a través de esta meta-ga-
rantía, idónea para poner fin al caos existente y mantener al Código penal y al
de procedimientos a salvo del arbitrio y de la inconsecuencia de nuestros legis-
ladores. El código penal y el de procedimientos que serán textos exhaustivos y
exclusivos de toda materia penal y en este código penal se encuentran la siste-
maticidad del legislador, en donde este se hace cargo. Y la fortaleza de esta ca-
pacidad regulativa que se encontrara frente a los ciudadanos y a los jueces.18
En la cultura de la legalidad encontramos que hay que refundarla por medio
de la recodificación integral del derecho penal, acompañada de la restauración
de todos los principios garantistas; así también la legislación y la política, pue-
den asegurar la división de poderes y la sujeción del juez a la ley, realizando la
prerrogativa constitucional de reserva absoluta de ley, siempre que el legisla-
dor sepa hacer su trabajo, que es el de producir leyes respetuosas de las garan-
tías, primera entre todas, la de estricta legalidad, idóneas para limitar y vincular
los tribunales, explicada por Ferrajoli. Así la ley puede ser efectivamente condi-
cionante siempre que esté jurídicamente condicionada. Es pertinente señalar en
este mundo de ideas que en la actualidad los casos en que se enfrentan los juz-
gadores son complejos, especializados y cada vez más sofisticados, por lo que al
resolverlos no solo se deben aplicar normas jurídicas, sino allegarse de todas las
herramientas, siendo una de ellas la aplicación de las ciencias.19
En suma, también se plantea la codificación que hizo posible el paso del arbi-
trio de los jueces propios del viejo derecho jurisprudencial al Estado de dere-
cho, no lo vuelve menos válido hoy en día, cuando la inflación legislativa ha
hecho regresar prácticamente el sistema penal a la incerteza del derecho premo-
derno.20

18 FERRAJOLI Luigi. Los Retos... op. cit. Pp. 27,28.


19 PACHECO PULIDO, Guillermo. “La Inmensidad del Artículo 1º. De La Constitución Política De Los Estados
Unidos Mexicanos”. Primera edición. México 2013. Editorial Porrúa. P.12.
20 FERRAJOLI Luigi. Los Retos... op. cit. P. 28.

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Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
José Luis Pérez Becerra / Blanca Nydia Pérez Camacho

La orientación y reorientación de la política criminal debe formar parte den-


tro de la deontología21 profesional de los jueces que han de garantizar la igual-
dad y los derechos fundamentales de todos con una mayor indulgencia
equitativa para compensar la objetiva desigualdad y selectividad de la adminis-
tración de justicia. De esta forma la jurisdicción se abriría a los valores constitu-
cionales de la igualdad y la dignidad de la persona, superando el tradicional
formalismo y el pretendido tecnicismo que sirven en realidad para cubrir el re-
flejo burocrático e irresponsable que es propio de todos los aparatos de poder.
Por lo tanto, hay que encauzar al derecho penal por medio de una reforma
del sistema penal, a la altura de los nuevos desafíos, superando el problema de
la crisis de la razón jurídica, buscando la solidez de la política y de la cultura ju-
rídica, una refundación racional del derecho penal de la mejor forma posible.
Ante todo esto encontramos que en la crisis actual todos actuamos como le-
gisladores, como jueces, como juristas y otras tantas cosas más, por lo tanto hay
que reorientar la política como la cultura jurídica que depende del Estado de
derecho, de la democracia, del derecho penal, del respeto a los derechos huma-
nos fundamentales, a la sociedad, a la Constitución y del respeto a lo aquí mani-
festado.22

21 Esta palabra proviene del griego déor impersonal del dei, que significa “lo obligatorio, lo justo, lo adecua-
do”. Concepto creado y estudiado por Jeremías Bentham en 1834. fundado en estudiar los deberes que han de
cumplirse para alcanzar el ideal utilitario para lograr el mayor placer para la sociedad en su conjunto o al menos
para la mayoría de los individuos. Estudia la conducta humana con la normación de la misma y va más allá de la
simple enunciación de los hechos. La relación del objeto de estudio y los fines humanos, plantea la relación del
objeto debe ser valorado por la filosofía jurídica, y en función de dichas valoraciones debe construirse idealmen-
te el “deber ser” de las normas de derecho. Disciplina que tiene como finalidad la determinación de cómo debe
ser el derecho y cómo debe ser aplicado. En este concepto se encuentra la relación entre las formaciones sociales
y la actividad psíquica de los hombres. Hay que ver certeramente las valoraciones humanas sobre el real aconte-
cer de los hechos consentido finalistico que se acercan a los ideales que se plantean los hombres mediante un ra-
zonar deontológico. Así la deontológica en lo general y la deontología jurídica en lo particular se deducen del
estudio exhaustivo de la naturaleza humana y de los fines del hombre en relación al orden universal, no obstan-
te los estudios hay que hacerlo con el rigor analítico y sistemático del razonamiento humano. La deontológica
jurídica tiene como objeto el estudio de la justicia, pero para esto hay que entender que esta es la “ideal del dere-
cho”. Del Vecchio plantea que la deontológica se encuentra planteada en tres problemas; a) la indagación de “la
idea del derecho” (del derecho justo), b) la crítica a la racionalidad del derecho del derecho vigente y c) la crítica
a la legitimidad del mismo. El pensamiento deontológico consiste en la toma de posesión y enjuiciamiento críti-
co valorativo ante el derecho, así podemos mencionar que la deontología jurídica es identificada con la ética
profesional de los juristas. Véase: diccionario jurídico mexicano. GAXIOLA Moraila, Federico Jorge. Volumen
III. Letra D. editorial Porrúa. Primera edición México. 1985. pp. 93-94.
22 Véase: CARBONELL, Miguel; OROZCO Wistano y VÁZQUEZ, Rodolfo. “Estado de Derecho. Concepto,
Fundamentos y Democratización en América Latina”. Editorial siglo XXI. Primera Edición, 2002, México. Pp.
97-110.

Letras Jurídicas 160 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


La continuidad de la reforma constitucional penal del 18 de junio del 2008

3. Esbozo de la reforma penal en el sistema acusatorio23


Respecto de los avances en materia de justicia penal durante el periodo
2008-2012, debemos observar que en las entidades federativas se ha venido de-
sarrollando un trabajo relevante, en lo que compete a la reforma constitucional
en materia del sistema penal adversarial controversial y oral.
Es pertinente señalar que a seis años de haberse puesto en marcha el nuevo
modelo24 de procuración, administración e impartición de justicia, publicado
en el Diario Oficial de la Federación con el Decreto de reforma y adición en di-
versas disposiciones de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexica-
nos el 18 de junio de 2008, se esté avanzando lentamente.
Así pues, el objetivo fundamental es el reformar y transformar el sistema de
seguridad y justicia penal, de un sistema inquisitorio mixto a un sistema adver-
sarial para que las garantías individuales adquieran vigencia plena, así como
también a los derechos humanos que se encuentran consagrados en la Constitu-
ción y brindar y otorgar la seguridad jurídica al patrimonio y a las personas.
En todas las entidades federativas se han venido realizando una serie de
asistencias en el terreno de la capacitación, talleres, visitas diagnósticas, asisten-
cia técnica, difusión y coordinación institucional, con el fin de que se dé una me-
jor penetración en lo que compete a la reforma penal referida.
Por mencionar algunos encontramos que se han dado a las entidades de Mo-
relos, Puebla, Tlaxcala, Yucatán, Distrito Federal, Colima, Durango, Hidalgo,
Guerrero, Guanajuato, San Luis Potosí, Tabasco, etc.
Hasta aquí podemos decir que se ha trabajado en el Código Nacional de Pro-
cedimientos Penales, a nivel federal y otros a nivel local. Y desde luego que se
cuenta con un Código Modelo del proceso penal acusatorio para los Estados de
la Federación, elaborado por la Comisión Nacional de Tribunales Superiores de
Justicia (CONATRIB) de los Estados Unidos Mexicanos, aprobado el 18 de mar-
zo de 2010.
Así también, se han destinado recursos para ir adecuando tanto la estructura
como la infraestructura material, así como humana para que todos los elemen-
tos encargados de impartir justicia y administración de la misma cuenten con

23 FERRAJOLI Luigi. “Derecho y Razón. Teoría del Garantismo Penal”. Prólogo de Norberto Bobbio; cuarta
edición. 2000. traducción al castellano por Perfecto Andrés Ibáñez, et al. Editorial Trotta S. A. Madrid-España.
P.565.
24 Cfr. MEDINA Mora Icaza, Eduardo. Reflexiones Sobre la Reforma Constitucional en la Materia Penal.
Suprema Corte de Justicia de la Nación. Crónica del Simposio Nacional Sobre la Reforma Constitucional en
Materia Penal Julio del 2009 Querétaro Primera Edición. 2009. p.15.

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Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
José Luis Pérez Becerra / Blanca Nydia Pérez Camacho

estudios de especialización en la materia, existiendo prácticas y procedimientos


para la armonización legal nacional en la actividad de impartición de justicia
con el nuevo modelo acusatorio adversarial.
Todo mundo se encuentra trabajado con la finalidad de crear los nuevos Có-
digos de Procedimientos Penales, situación que ha requerido de reformar o ex-
pedir nuevos códigos de normatividad secundaria relacionada con cuestiones
orgánicas para procuradurías, poderes judiciales, policías, defensorías. Así
como otras leyes sustantivas que son los códigos penales, ejecución de penas y
legislaciones de justicia alternativa, entre otros.
Qué es lo que se ha tenido y tiene que reformar: las constituciones de las enti-
dades federativa, los códigos de los procedimientos penales, los códigos pena-
les, las leyes orgánicas de las procuradurías generales de justicia, las leyes
policiales o de seguridad pública, las leyes de defensoría, las leyes de justicia
para adolescentes, leyes de extinción de dominio, leyes de ejecución de sancio-
nes, leyes de salidas alternas, entre otras tantas. Y todo esto también requiere de
preparar una serie de cuadros humanos profesionales en la materia.
Hasta 2010, las entidades tenían nuevo código procesal vigente y algunas re-
formas a sus leyes secundarias: Chihuahua,25 Baja California, Durango, Estado
de México, Morelos, Nuevo León, Oaxaca y Zacatecas. En este caso podemos
agregar a las entidades que ya han reformado sus Constituciones que son: Pue-
bla, Guanajuato, Tlaxcala y Yucatán.
Al respecto podemos mencionar que hay entidades federativas que ya cuen-
tan con leyes de justicia alternativa, con la mediación al interior de su legisla-
ción, destacando a Baja California, Chiapas, Chihuahua, Colima, Durango,
Estado de México, Guanajuato, Hidalgo, Morelos, Nuevo León, Oaxaca, Pue-
bla, Tamaulipas, Tlaxcala, Yucatán, Zacatecas, entre algunos otros.
También, podemos argumentar que al respecto se encuentra en etapa inicial
una entidad: Nayarit. En la etapa de “planeación” están 15 entidades: Coahuila,
Veracruz, Aguas Calientes, Sinaloa, Quintana Roo, Baja California Sur, Colima,
Querétaro, Guerrero, Jalisco, San Luis Potosí, Sonora, Hidalgo, Campeche y
Distrito Federal. En la etapa de “entrada en vigencia” se ubican 5 entidades:
Tlaxcala, Tamaulipas, Michoacán, Tabasco y Puebla, no obstante que esta últi-

25 En esta entidad federativa, la implementación de un sistema de justicia acusatoria se llevó a cabo previo a
la reforma constitucional, dicho sistema opera desde 2007, además de Chihuahua, en seis entidades más se
encuentran operando, hasta mayo de 2011, 32 entidades federativas con excepción de Nayarit, cuentan con
organismos implementadores conformados. Véase: NOVOA Cancela, María, “los Costos Ocultos del Proceso de
implementación e la Reforma Penal en México,” Nuevo Sistema de Justicia Penal, México, año II, número III, junio
2011, p. 106.

Letras Jurídicas 162 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


La continuidad de la reforma constitucional penal del 18 de junio del 2008

ma se estima que será hasta mediados del 2016 que todos sus distritos judiciales
conozcan y ya estén en práctica en forma total con este nuevo modelo de impar-
tición de Justicia. Finalmente, en la etapa de “operación” existen 2 categorías
que son “operación parcial” en la que están 8 Entidades: Chiapas, Oaxaca, Nue-
vo León, Zacatecas, Durango, Yucatán, Guanajuato y Baja California. La segun-
da categoría es “operación total” donde se encuentran 3 entidades: Chihuahua,
Estado de México y Morelos.
La Secretaria Técnica del consejo de coordinación para la implementación
del sistema de justicia penal continua desarrollando programas para el desarro-
llo de la operatividad y eficacia del nuevo sistema de justicia penal por medio
del equipamiento de las instituciones en las entidades federativas con nuevas
tecnologías, situación que ha realizado por medio de un diagnóstico para desta-
car las necesidades de sistematización de procesos en el nuevo sistema de justi-
cia penal acusatorio.
Para que esto tenga éxito se requiere de asesorías especializadas para el ma-
nejo del equipamiento y uso de la nueva tecnología, en este caso se encuentran a
la punta las entidades federativas de Baja California, Distrito Federal, Durango,
Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Nuevo León, San Luis Potosí, Tamaulipas y
Yucatán.
A un poco menos de tres años de que se cumpla el término para que entre to-
talmente en vigor la reforma en comento, encontramos que se sigue trabajando
en las asesorías necesarias que solicitan las entidades federativas y se puede es-
perar que conforme vaya acortándose el tiempo en lo referente a la vigencia ple-
na de la puesta en marcha el sistema acusatorio, adversarial y oral, se acelere la
preparación de todos los cuadros humanos y materiales para el caso. Así tam-
bién se está dando asesoría de todo tipos: reuniones presenciales, virtuales, pla-
ticas telefónicas, visitas guiadas, visitas de campo etc.
Se ha estado trabajando y trabaja en la capacitación, programas de estudio
para las instituciones del sistema de justicia, para que los operadores cuenten
con la formación profesional adecuada y desarrollar exitosamente sus funcio-
nes en el desempeño e implementación del nuevo sistema de justicia controver-
sial penal.
En el mismo orden de ideas se ha trabajado en la propuesta de actualización
de los planes y programas de estudio de especialización en las licenciaturas y
posgrados, en donde los destinatarios son las escuelas e institutos de derecho
tanto públicas como privadas, toda vez que los futuros profesionistas en el ejer-
cicio de la abogacía serán los operadores del nuevo modelo de justicia en Méxi-
163
Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
José Luis Pérez Becerra / Blanca Nydia Pérez Camacho

co, para tal efecto se debe trabajar con un programa que cuente con estándares
mínimos de calidad para alcanzar la meta deseada en la administración, procu-
ración e impartición de justicia. Aunque lo ideal sería el tener los más altos es-
tándares de calidad para alcanzar la meta deseada.
La intención de la Secretaria es el que por medio de un Comité de Capacita-
ción se estructure un cuerpo de facilitadores en la materia correspondiente que
cuenten con una metodología específica de validación en el contexto de espe-
cialización en la materia e incluso con una certificación correspondiente.
Al respecto las Universidades Públicas y Privadas de Derecho han estado ca-
pacitando a su planta docente en el área, así como a los estudiantes y egresados
de la misma, de igual manera el INACIPE ha hecho lo propio, con talleres, di-
plomados, seminarios, mesas redondas, conferencias, etc. En lo que compete a
la difusión nos encontramos que han estado apareciendo una serie de revistas
especializadas como lo es el caso de la revista denominada “Nuevo Sistema de
Justicia Penal” que se publica semestralmente.26
En este caso, el desarrollo de la implementación de dicho modelo hemos ve-
nido observando que se ha estado velando en el ejercicio de trabajo por medio
del modelo de simulación de los juicios orales con la intención de encontrar las
necesidades que hay que cubrir planteando escenarios de implementación del
sistema. En cuestión de inmuebles para la ubicación de las instituciones de jus-
ticia se ha desarrollado un modelo más que es el de localización con la finalidad
de encontrar mejores formas de movimiento en situaciones de rutas de trans-
porte, construcción o adecuación del inmueble respectivo, como elemento de la
infraestructura y tomar las decisiones mejores en la materia. Todo esto se hace
con la finalidad de lograr un buen diseño y planeación para la creación de los
mejores Juzgados Orales en Materia Penal, por supuesto tomando en cuenta la
arquitectura judicial tomando los mejores modelos a nivel internacional y na-
cional, en donde el peor de los enemigos es la restricción presupuestaria, así
como las necesidades existentes en cada una de las Entidades Federativas e in-
cluso en el Distrito Federal.
En lo que compete a lo anteriormente señalado encontramos que se han es-
trechado los lazos de vinculación y cooperación con una serie de actores inter-
nacionales tal como se indica en el informe de la secretaría técnica del consejo,
ya que ha sido posible involucrar a los funcionarios que forman parte de las ins-
tituciones de justicia de la diferentes Entidades Federativas en diferentes cursos

26 [Link]

Letras Jurídicas 164 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


La continuidad de la reforma constitucional penal del 18 de junio del 2008

y talleres de capacitación en los temas de especialización referente a la reforma


procesal penal,27 conformando también una serie de misiones de aprendizaje a
países tales como Chile, Colombia y Costa Rica. Desde luego que no se puede
olvidar que también se han estado impartiendo una serie de conferencias y cur-
sos en forma virtual en donde también ha participado Estados Unidos de Nor-
teamérica. En estas actividades han sido beneficiados más de 200 servidores
públicos28 en la materia de todas las entidades federativas excepto los de Gue-
rrero, Jalisco, Nayarit, Quintana Roo y Veracruz, al menos hasta la presentación
del informe que presento la comisión de la Secretaria Técnica.
No obstante, la cantidad de recursos—producto del presupuesto y sumando
ahorros operativos que juntos suman aproximadamente 300 millones de pesos
para subsidiar a las entidades federativas— es insuficiente para invertir en los
proyectos estratégicos para la implementación del sistema de justicia acusato-
rio, adversarial y oral. Por lo tanto no hay que olvidar que estamos a menos de
tres años a que concluya el periodo señalado para que entre en vigencia plena el
renovado sistema de justicia penal mexicano, situación que se ha venido dando
con apoyo técnico por los tribunales superiores de justicia del país, con la finali-
dad de que se pueda implementar el sistema de justicia penal en una forma gra-
dual, eficiente y estratégica en todas las entidades del país. Hay que entender
que el proyecto es muy amplio y ambicioso pero el presupuesto es muy poco,
ya que los recursos sólo se canalizan para las reformas legales que no son pocas,
capacitación que desde luego es necesaria por la falta de técnicos y especialistas
en la materia, difusión de suma importancia, reorganización institucional e in-
fraestructura todo esto de lo cual carecemos y desde luego también en equipa-
miento que no es barato.

27 RAMÍREZ ACUÑA, Francisco. “Hacia un Nuevo Modelo de Justicia Penal”, Nuevo Sistema de Justicia Pe-
nal, México, año II, número III, Junio 2011, p. 109.
28 Suprema Corte de Justicia de la Nación. “Crónica del Simposio Nacional sobre la Reforma Constitucional en
Materia Penal.” 9, 10 y 11 de julio de 2009, Querétaro, Querétaro. México. Pp. 6,7.

165
Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
José Luis Pérez Becerra / Blanca Nydia Pérez Camacho

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2014.

167
Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
La humanitas equilibrio entre justicia y equidad *
Bertha Alicia Ramírez Arce **

RESUMEN: El presente trabajo pretende ABSTRACT: This paper aims to contribute


contribuir al debate en el tema de la labor in- in the interpretative task of judges in relation
terpretativa del juzgador con relación al de- with his duty to judge in accordance with the
ber de hacerlo en concordancia con el princi- principle pro persona.
pio pro homine, para lo cual se sugiere el aná- The humanitas concept is analyzed on the
lisis del concepto de humanitas desde la pers- bases of contemporary studies of Roman law,
pectiva de la romanística actual, conceptuán- as a source of progress of law, with an ethical
dola como: fuente de progreso del Derecho, and a certain vision that transcends as a prin-
construcción en función del hombre a partir ciple valid for all men, in recognition of its
de una visión ética y cierta que la trasciende universality.
como principio válido para todos los hombres, Understanding the term of humanitas as an
en mérito de su universalidad. inclusive term, that concentrates the intellec-
Observando a la humanitas como un término tual culture (Cicero) morality (Aristotelian
omni inclusivo, que concentra la cultura in- epikeia) and ratio iuris as a human and uni-
telectual (Cicerón) la moral (epikeia Aristoté- versal wright.
lica) la ratio iuris como conocimiento ponde-
rado en procuración de un derecho más hu-
mano progresivo y universal.
Palabras clave: humanitas, justicia, equidad. Key words: humanitas, justice, equity.
SUMARIO: 1. Planteamiento 2. La humanitas en el pensamiento Ciceroniano 3. La
epikeia en el pensamiento Aristotélico 4. La iustitia y equitas romana 5. La humanitas
en su evolución 6. La concepción moderna de la humanitas y su impronta interpreta-
tiva en el derecho actual mexicano. Bibliografía.

1. Planteamiento
En el contexto de las recientes reformas constitucionales en México, se ha inicia-
do un justo reclamo en defensa de los derechos humanos, así el principio Pro ho-

* Artículo recibido el 1 de enero de 2014 y aceptado para su publicación el 25 de febrero de 2014.


** Docente de tiempo completo de la Facultad de Derecho e investigadora del Seminario de Derecho Roma-
no y Derechos Indígenas de la Universidad Veracruzana, Maestra en Derecho Constitucional y Juicio de
Amparo.

169
Bertha Alicia Ramírez Arce

mine ahora reconocido constitucionalmente, se posiciona en el plano de la


discusión como un tema central en los foros académicos y en el ámbito de la
práctica como un indiscutible reto para el ejercicio interpretativo en la labor ju-
risdiccional.
En este sentido, considero que precisar el significado de los conceptos justi-
cia y equidad, conocer la diferencia entre estos y su origen a partir de los textos
clásicos, podrían orientar el ánimo del juzgador actual, en su labor como intér-
prete del texto normativo.
Para alcanzar este objetivo revisaremos el pensamiento Ciceroniano, a partir
del cual la humanitas representa la diferencia entre lo justo y equitativo distin-
guiendo la dimensión tanto intelectual (paideia) como moral (philantrophia), así
como la coincidencia entre la epieikeia aristotélica como instrumento de adecua-
ción de la ley y la equitas romana como instrumento de humanización de la nor-
ma, ante su excesiva generalidad, es decir la justicia del caso concreto.

2. La humanitas en el pensamiento Ciceroniano


Cicerón en uno de sus discursos más connotados denominado Pro Arquía, in-
cursiona en el género forense, con el uso de la fraseología como propuesta para
hacer valer la defensa de su maestro, el poeta Aulo Licinio Arquias, en la Oratio
Pro Archia. Este texto llama la atención por ser el primero destinado a destacar
la importancia personal de Arquías a partir de los talentos y estudios en la activi-
dad literaria que lo caracterizaban.1
Inaugurando en el ámbito forense una nueva forma de argumentar con base
en la importancia de la actividad intelectual del hombre, Cicerón expone:
Cicerón Pro Arquía II.3. Pero para que a ninguno de vosotros le parezca extraño que
yo en un tribunal legal y en un juicio público, tratándose el asunto ante el pretor del
pueblo romano, distinguidísimo varón, y ante severísimos jueces, ante tan gran reu-
nión y concurrencia de hombres, use de este modo de hablar, el cual se aparta no
sólo de la costumbre de los juicios sino también del discurso forense, pido de voso-
tros que en esta causa me concedáis esta venia, apropiada para este reo, para voso-
tros, como espero, no desagradable, que soportéis que yo, orando a favor de un
sumo poeta y eruditísimo hombre, ante este concurso de hombres letradísimos, ante
vuestro humanismo, ante, en fin, el pretor que preside el juicio, hable un poco más
extensamente acerca de los estudios del humanismo y de las letras, y sobre una per-

1 SALGADO GARCÍA, Iván. La fraseología como herramienta para el análisis en el discurso Pro Arquía de Cicerón.
Consultado en: [Link]/3387414/La_fraseología_como_herramienta_para_el_análisis_en_el_dis-
curso_pro_Arquía_de_Cicerón. (24/jun/2013).

Letras Jurídicas 170 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


La humanitas equilibrio entre justicia y equidad

sona de este tipo, que por el retiro y el estudio en modo alguno ha sido involucrada
en juicios y procesos, use de un género oratorio en cierto modo nuevo e inusitado.2
Cicerón defiende al poeta y amigo, de una acusación que consistía en haber
usurpado la ciudadanía romana, la cual en defensa de Cicerón la habría obteni-
do a partir de la lex Plautia Papiria (de civitate sociis danda) en el año 89 a.C. Ley
que concedía el derecho de ciudadanía a todo extranjero inscrito y domiciliado
en alguna ciudad itálica, con la condición de que se presentara ante el pretor en-
cargado de realizar el censo y dieran su nombre en un plazo de sesenta días.
El propósito político de esta ley era dar continuidad a la Lex Iulia del año 90
a.C., que concedía la ciudadanía a todos los itálicos que hubiesen depuesto las
armas, no obstante en el año 65 a.C., se instituye la Lex Papia, en la que se ordena
la instauración de un Tribunal especial para examinar los casos de usurpación
de ciudadanía bajo la pena de expulsión de los extranjeros residentes en Roma.
En el año 62 a.C. Arquías es acusado de no tener la ciudadanía romana, ra-
zón por la cual Cicerón hará defensa de su maestro y amigo.
Cicerón Pro Arquía VIII. 18. ¡Cuántas veces vi yo a este Arquías, jueces —usaré pues
de vuestra benignidad ya que me habéis escuchado tan diligentemente en este nue-
vo género de oratoria—, cuantas veces vi yo a éste, no habiendo escrito ninguna le-
tra, decir de improviso gran número de óptimos versos, acerca de los mismos
sucesos que entonces se desarrollaban! ¡Cuántas veces, vuelto a llamar, decir la mis-
ma cosa con palabras y sentencias cambiadas! Ahora bien, las cosas que escribió cui-
dadosa y meditadamente vi que de tal manera se aprobaban, que se acercaba a la
alabanza de los antiguos escritores. ¿No amaré yo a éste, no lo admiraré, no juzgaré
con toda razón que debe ser defendido? Además, de los sumos y eruditísimos hom-
bres sabemos que los estudios de las demás cosas se conforman tanto por la doctrina
como por los preceptos y el arte; el poeta vale por la misma naturaleza y es excitado
por las fuerzas de la mente y es inflamado por cierto espíritu casi divino. Por lo cual,
por derecho propio, aquél nuestro Ennio llama sagrados a los poetas, porque parece
que nos han sido confiados casi por cierto don y regalo de los dioses.3
La intención de citar el presente relato es destacar que esta nueva forma de ar-
gumentar a favor de la causa de Arquías, no representa sólo un panegírico a las
letras, la poesía y el humanismo en general, o como se le ha querido catalogar
como un discurso de exclusiva importancia literaria.

2 CICERÓN, Marco Tulio. Discurso a favor del Poeta A. Licinio Arquías, Introducción, traducción y notas de
José G. Moreno de Alba, Centro de Estudios Clásicos, Instituto de Investigaciones Filológicas, UNAM, Méxi-
co, 1998, p.13-14.
3 [Link].p.23.

171
Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
Bertha Alicia Ramírez Arce

Sino que considero que el argumento de la humanitas para Cicerón en el pro-


pósito de la defensa de Arquías, constituye un avance para la época, una nove-
dad en cuanto a tratar de influenciar en el ánimo del juzgador a partir de las
características personales del poeta, trayendo a cuenta incluso aquella concep-
ción griega del poeta como un ser sagrado.4
Cicerón marca el inicio de una nueva forma jurisdiccional de entender la mo-
ral romana del homo bonus, que participa del conocimiento y la virtud.
Aulo Gelio en Noches Áticas II, Expresa:
L.13.17. Humanitas no significa lo que la gente piensa, sino que quienes utilizaron el
lenguaje con pureza emplearon este término con más propiedad.
1. Quienes acuñaron términos latinos y los utilizaron correctamente no pretendieron
dar a humanitas el significado que la gente piensa lo que los griegos dicen filantropía,
que significa cierta cordialidad (dexteritas) y benevolencia hacia todos los hombres
sin distinción, sino que llamaron humanitas más o menos a lo que los griegos deno-
minaron (paideia) y nosotros educación e instrucción en las bellas artes. Quienes de
verdad las ansían y las buscan, ésos son los más humanos. Y es que, de todos los se-
res vivos, sólo al hombre (homo) le ha sido otorgado el interés y el cultivo de tales ar-
tes, motivo por el que se forjó el término de humanitas.
2. Tal fue, pues, según ponen de manifiesto casi todos los libros, el sentido en el que
los antiguos emplearon esta palabra, especialmente M. (Terrencio) Varrón y Marco
Tulio (Cicerón). Por eso me parece suficiente con limitarme, de momento, a citar un
solo ejemplo.
3. Transcribo, pues, un pasaje de Varrón, perteneciente al libro I de las cosas huma-
nas, que comienza así: Praxíteles, quién gracias a sus insignes cualidades artísticas,
no resulta desconocido a ninguna persona un poco culta (humanitor).
4. Empleó el término humanitor, no en sentido corriente, como sinónimo de accesible,
afable y benevolente, aunque carente de conocimientos literarios —pues esto en
modo alguno casaría con la frase citada—, sino en referencia a una persona instruida
y sabía que conoce por los libros y por la historia lo que fue Praxíteles.5
Aulo Gelio, cita un ejemplo en el que Varrón emplea el término humanitor en el
mismo sentido de la humanitas de Cicerón, así mismo diferencia la humanitas
de la filantropía y la aproxima a la paideia.
Buigues, nos recuerda que Protágoras afirmaba que “el hombre es la medida
de todas las cosas”, de aquí que la función de la paideia, es la formación integral

4 ARBEA, Antonio, El Concepto de humanitas en el Pro Arquía de Cicerón, Pontificia Universidad Católica de
Chile, ONOMAZEIN 7, Chile, 2002, p. 399.
5 GELIO Aulo, Noches Áticas II, Libros 11-20, 13.17. Manuel Antonio Marcos Casquero, Avelino Domínguez
García, Introducción, traducción, notas e índices, Universidad de León, 2006, pp.77-78.

Letras Jurídicas 172 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


La humanitas equilibrio entre justicia y equidad

del hombre, la búsqueda de la excelencia (aristos) del ideal humano, encontran-


do así desde esta perspectiva un punto de convergencia con el concepto de hu-
manitas.6

3. La epikeia aristotélica
Para el desarrollo de este tema seguiremos el estudio realizado por Guzmán
Brito, en su obra Historia de la Interpretación de las normas en el Derecho Romano,
quien confirma la notable coincidencia en el método interpretativo de los juris-
tas romanos y la noción aristotélica de iustitia (dikaiosýne) y la palabra epieikés (lo
conveniente).7
Aristóteles, confirma que la epikeia no es lo justo legal (nómimon díkaion), sino
una rectificación del error producido en lo justo legal, atendido su carácter uni-
versal.8
Ética Nicomaquea V. X. Hablaremos enseguida de la equidad y de lo equitativo, y de
la relación de la equidad con la justicia y de lo equitativo con lo justo. Del atento exa-
men de estas cosas se desprende que no son idénticas, pero tampoco genéricamente
diferentes. Mientras que a veces elogiamos lo equitativo y al hombre equitativo has-
ta, mediante la alabanza, extender el concepto a todas las virtudes y reemplazar el
término de bueno por el de equitativo, considerando lo más equitativo como lo me-
jor; otras veces, cuando nos sujetamos a la lógica de los conceptos, parece absurdo
que lo equitativo sea elogiable, siendo algo que está fuera del área de lo justo. O lo
justo no es bueno, o lo equitativo no es justo si es diferente; o si ambos son buenos en-
tonces son lo mismo.9
La epikeia forma parte de la virtud de la justicia (dikaiosýne), y así como la justicia
suponía el conocimiento en general (díkaion), así también la epieíkeia como vir-
tud supone el conocimiento de lo justo en concreto (epieikès); es la práctica de

6 BUIGUES OLIVER, Gabriel y otro, Las ideas jurídico-políticas de Roma y la formación del pensamiento jurídico
europeo, Universidad de Valencia, PUV, 2008, libro electrónico, consultable en:[Link]
[Link]/libro/LAS-IDEAS-JURIDICO-POLITICAS-DE-ROMA-Y-LA-FORMACION-DEL-PENSAMIENTO
-JURIDICO-EUROPEO.-/532700/13993.
7 GUZMÁN BRITO, Alejandro, Historia de la Interpretación de las normas en el Derecho Romano, 2ª, Suprema
Corte de Justicia de la Nación, México, 2011, p. 361.
8 [Link]. p.366. Al respecto Maggio, señala que “el sentido de la epieikeia no sería el de modificar o rectificar la
ley, sino el de hacerla extensiva a situaciones no contempladas (por la ley) en razón de su esencial abstracción, lo
que implica necesariamente la concurrencia de un caso (siempre singular)”. MAGGIO, Luis Anibal, “La epiei-
keia aristotélica y la equidad romana”, en Revista Prudentia Iuris, No. 35, 1994. UCA. Buenos Aires, p. 129.
9 ARISTÓTELES, Ética Nicomaquea, traducción Rafael Rutiaga, Editorial Tomo, México, 2006, L. V.10. p. 117.

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Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
Bertha Alicia Ramírez Arce

ese conocimiento la que hace virtuoso al hombre (epieikès), definido como aquel
que elige y practica la clase de justicia que es la epieíkeia.10
Ética Nicomaquea. En consecuencia, lo equitativo es justo, e incluso es mejor que cier-
ta clase de lo justo, no mejor que lo justo en absoluto, sino mejor que el error resul-
tante de los términos absolutos empleados por la ley. Y ésta es la naturaleza de lo
equitativo: ser una rectificación de la ley en aquellos puntos en que esta, por su ca-
rácter general, es deficiente.11
Guzmán Brito, señala que para comprender mejor a la epieikès, desde el punto
de vista filosófico deberá observarse por un lado el aspecto ético y por otro el re-
tórico, ya que como virtud al describirla por sus efectos en el sentido retórico,
los fines se adaptan de manera óptima, “pues el cuadro material de los perti-
nentes efectos constituye un verdadero arsenal de argumentos para convencer
a un tribunal acerca de una determinada manera de aplicar la ley.”12
En este sentido podemos comprender que Cicerón en su discurso en defensa
de Arquías, hace uso de una nueva forma de argumentar para orientar el ánimo
del pretor hacia las cualidades personales y talentos del poeta, y con ello obser-
vamos converger el concepto de humanitas romana con la epikeia aristótelica.
No obstante, es importante destacar que la coincidencia entre la interpretatio
con lo epieikés, como señala Guzmám Brito, no nos autoriza a concluir que los ju-
ristas romanos obtuvieron su método hermenéutico de la ética y retórica aristo-
télica, sino que quedan como reflexiones históricas independientes y al mismo
tiempo convergentes.13

4. La iustitia y aequitas romana


La aequitas deriva de aequus, que significa esencialmente igualdad, Cicerón la
introduce en el ámbito retórico de modo tal que fuera aprobada por los juristas,
es decir, con la idea de aequus.
Cicerón, Tópica.
El Derecho civil es una equidad constituida para aquellos que pertenecen a una mis-
ma ciudad, dirigida a que cada cual obtenga lo que le corresponde; si el conocimien-

10 GUZMÁN BRITO, Alejandro, cit., p.367.


11 ARISTÓTELES, Ética Nicomaquea., cit. p.118.
12 GUZMÁN BRITO, Alejandro, cit. p.369.
13 [Link]. p. 370.

Letras Jurídicas 174 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


La humanitas equilibrio entre justicia y equidad

to de su equidad es útil para ellos, útil les es, por lo tanto, el conocimiento de la
Ciencia del Derecho civil.14
Guzmán Brito, nos ofrece un análisis racional a partir del cual explica que la
equidad puede cumplir diversas funciones:
i) como fuente de nuevo Derecho, cuando se trata de crear ex nihilo una disciplina
para realidades hasta el momento no objetos de un concerniente tratamiento jurídi-
co; ii) como fuente de integración de la norma, en caso de una deficiencia suya para
regir un caso dado; iii) como criterio de censura de la norma, cuando esta es conside-
rada inequitativa, y, correlativamente, como fuente de su corrección o rectificación;
y iv) como criterio de interpretación de la norma cuyo verdadero sentido no pudo
ser descubierto por la interpretación ordinaria, para conferirle el que más conforme
parezca con la equidad.15
Estas funciones que inciden en cualquier defecto del Derecho, ausencia, defi-
ciencia, iniquidad, ininteligibilidad, da fundamento a la equidad.16
Para comprender la diferencia entre justicia y equidad para los juristas ro-
manos, debemos comprender en principio que la justicia al ser definida como
“constante y perpetua voluntad de atribuir a cada uno su derecho”,17 se recono-
ce como virtud, pues señalarla como “constante y perpetua voluntad” es hacer
alusión a los atributos de todas las virtudes, y por ello se ubica en el campo de lo
moral y no del Derecho.18
Por tanto para poder hacer eficaz, esta voluntad perpetua y constante de dar
a cada cual, se colige que el ius es el objeto de la iustitia. Con esto se traslada del
campo de la voluntad al campo del saber, es decir de la ciencia, de ahí que tam-
bién se hable de “la ciencia de lo justo y de lo injusto”19
El ius Celso lo define como “el arte de lo bueno y equitativo”,20 por lo que, ius
y aequus significan sustancialmente lo mismo, “lo igual” en términos de distri-
bución, atribución o retribución, no obstante, existe un pequeño matiz de dife-
rencia, el jurista tomaba como ius aquello que “le resultaba posible apoyar su
dictamen en alguna fuente vigente; en caso contrario sólo era aequus.”.21 Esto

14 CICERÓN, Tópica, 2.9. Citado por GUZMÁN BRITO, Alejandro, cit. p.296.
15 Loc. cit. p. 279.
16 Loc. cit. p. 280.
17 D. [Link]. pr.
18 Loc. Cit. pp. 284-286.
19 Idem
20 [Link].
21 GUZMÁN BRITO, Alejandro, cit. p. 288. “Pero en ambos casos la sustancia de la decisión obedecía a cier-
tos objetivos derivados de la igualdad o proporcionalidad de la distribución, atribución o retribución de las

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Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
Bertha Alicia Ramírez Arce

explica como señala Guzmán Brito, el hecho de que las nociones de aequus (o ae-
que) no fueran tan recurridas por los juristas, como la de ius.22

5. La humanitas en su evolución
A finales de la época clásica la voz aequitas toma un nuevo significado, más pró-
ximo a humanitas, benignitas, pietas. Cubriendo la necesidad de suavizar el exce-
sivo rigor en la interpretación y aplicación del Derecho,23 Bierzychudek, señala
que jurisprudentes y emperadores motivando soluciones con base en la huma-
nitas, se separaron en ocasiones del ius civile, innovando en la tradición jurídica,
introduciendo a la humanitas como criterio de decisión opuesto a la dura lex.24
Validando como Cicerón el dicho común, el sumo rigor del derecho viene a ser suma
injusticia.
Cicerón, De los Oficios. 1.10. Provienen también algunas injusticias de las cavilacio-
nes y de la astuta y maliciosa interpretación de las leyes. De modo que se usa ya
como proverbio vulgar aquel dicho: El sumo rigor del derecho viene a ser suma injusticia.
Bajo del cual color se cometen muchos pecados en la República: como aquel general
que habiéndose pactado con los enemigos treguas por treinta días, talaba por la no-
che los campos, porque las treguas se habían tratado de días y no de noches.25
La humanitas, sustantivada (humanum) (humanitur) contenía en sí misma el con-
junto de virtudes romanas, los comportamientos individuales vistos desde la
realidad del imperio, “en ella se basaron las motivaciones políticas, las de los
actos de gobierno del poder constituido y sirviendo también como ratio diciden-
di en las decisiones de los juristas de la época.”26
D.1.8.2. Pero en la actualidad no es lícito a ningún hombre, de los que están bajo
nuestro imperio, ensañarse sobre manera con sus esclavos sin causa reconocida por

cosas exteriores disputables. La diferencia en consecuencia provenía de la preexistencia o no de una suerte de


descripción en fuentes socialmente aceptables. Esto explica que, de hecho, las nociones de aequus (o aeque) en
realidad no fueran muy recurridas por los juristas, frente a la de ius.”.
22 Idem.
23 FERNANDEZ DE BUJAN, Antonio, Derecho Público Romano, y recepción del Derecho Romano en España, Eu-
ropa e Iberoamerica, 6ª, Civitas, España, 2002., p.337.
24 BIERZYCHUDEK, Laura. y MEDEROS, A. S., La humanitas como fundamento de Protección de la parte débil
del contrato, Del Derecho romano al Derecho argentino. Consulta en línea: [Link]/miweb4/Po-
nencias/[Link]. Ver RAMIREZ ARCE, Bertha Alicia. “Dura lex sed Lex. Interpretación a la
luz del ius certum en el derecho romano clásico”, Revista Letras Jurídicas, Centro de Estudios sobre Derecho,
Globalización y Seguridad Jurídica de la Universidad Veracruzana, No. 25, 2012. Consultable en:
[Link]
25 CICERÓN Y SÉNECA, Tratados Morales, traducción de Menéndez y Pelayo, M. de Valbuena y Gallegos
Roca Full, Cumbre, México, 1978, Los Oficios, L.1.10. p. 172.
26 BUIGUES OLIVER, Gabriel y otro, cit. p. 60.

Letras Jurídicas 176 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


La humanitas equilibrio entre justicia y equidad

las leyes. Pues una constitución del Divino Pío Antonio, el que sin motivo matare a
su esclavo, es mandado castigar no menos que el que hubiere matado á un esclavo
ajeno. Más por la constitución del mismo príncipe se reprime también la excesiva as-
pereza de los señores.
D.2.14.8. Se estableció que una parte fuese mayor con relación a la cuantía de la deu-
da, no al número de personas. Pero si fueran iguales en el montante de la deuda, en-
tonces ha de ser preferido el número de más acreedores; más en un número igual de
acreedores el Pretor seguirá la autoridad del que entre ellos aventaja en dignidad.
Pero si todas las cosas concurriesen en todo a una igualdad, ha de elegirse por el Pre-
tor el parecer más humano (humanitur sententia); porque esto es lo que puede cole-
girse del Rescripto del Divino Marco.
Con base en las citas podemos confirmar que los términos humanitas y humanum
(humanitur) constituyen conceptos que replantean un nuevo marco normativo y
jurídico en esta etapa de evolución del ius.27

6. La concepción moderna de la humanitas y su impronta


interpretativa en el derecho actual mexicano
Recordemos que la equidad comprende entre sus funciones: la interpretativa e
integradora, y que el jurista parte del supuesto de que normalmente la razón de
las normas es ecua y la emplean como sustento de su razonamiento, es decir, se
presume, la equidad de las normas, que es esencial para la seguridad y certeza
jurídicas en cualquier sistema de derecho.28
Sin embargo, esta circunstancia en la modernidad se extrema como efecto de
la posguerra y con ello el positivismo legalista se posiciona como premisa sine
cua non para los ordenamientos jurídicos estatales que aspiran a consolidar el
estado de derecho a partir de un constitucionalismo que pondera la tutela y
protección de los derechos de los ciudadanos, en tanto estos se encuentren re-
glamentados o codificados y ello en la medida que las circunstancias históricas,
políticas y sociales lo permitan para cada sociedad.
La problemática que se observa para el caso mexicano, es en el ámbito de la
labor interpretativa del juzgador, en razón a que sólo se ha apoyado en la exége-
sis, misma que ha prevalecido en nuestro sistema jurisdiccional desde la Cons-
titución de 1917 y a privado al Juzgador de la posibilidad de hacer justicia en
términos de equidad, al resolver con la aplicación literal de la norma y sólo sub-

27 Loc. cit., p.61.


28 Loc. cit., p.304.

177
Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
Bertha Alicia Ramírez Arce

sidiariamente apelar a los Principios generales de Derecho, como medio para


resolver en términos de justicia y equidad.
Es a partir de las reformas constitucionales de junio del 2011,29 cuando la tu-
tela y protección de los derechos humanos son incluidos en el artículo 1º Consti-
tucional, tutelando el principio pro homine,30 circunstancia que ha originado un
fuerte debate en términos de su tutela eficaz, ya que la reforma en su párrafo
tercero obliga a todas las autoridades a observar este principio, razón por la
cual, el ejercicio hermenéutico que impone este deber en la labor jurisdiccional,
ha sido tema de gran discusión en diversos foros.
Ello en razón de que el juzgador sólo podrá realizar su labor de interprete y
por ende ejercer control constitucional exclusivamente en el ámbito de los dere-
chos humanos, lo cual origina una gran duda, ¿Cómo hacer interpretación de la
norma y lograr el control de constitucionalidad en materia de derechos huma-
nos, salvando el principio de convencionalidad pro homine?
La doctrina constitucionalista actual, podrá dar respuesta sin lugar a dudas,
no obstante en la experiencia mexicana, la impronta de la defensa de los dere-
chos humanos como deber del juzgador en ejercicio de la labor interpretativa ha
constituido un gran reto,31 que desde mi personal punto de vista obedece en
origen, al desconocimiento del significado en esencia de la diferencia de los
conceptos de justicia y equidad, ya que son usados de manera indistinta y en
ocasiones como sinónimos.
Lo cual representa de suyo un obstáculo para advertir las posibilidades de
ejercicio hermenéutico que posee la aplicación de la equidad, como instrumen-
to de humanización de la norma, ante su excesiva generalidad, es decir la justi-

29 Publicada en el Diario Oficial de la Federación el 10 de junio de 2011.


30 “El principio pro homine, que implica que la interpretación jurídica siempre debe buscar el mayor benefi-
cio para el hombre, es decir, que debe acudirse a la norma más amplia o a la interpretación extensiva cuando
se trata de derechos protegidos y, por el contrario, a la norma o a la interpretación más restringida cuando se
trata de establecer límites a su ejercicio, se contempla en los artículos 29 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos y 5º del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, publicados en el Diario Oficial
de la Federación el siete y el veinte de mayo de mil novecientos ochenta y uno, respectivamente. Ahora bien,
como dichos tratados forman parte de la Ley Suprema de la Unión, conforme al artículo 133 constitucional, es
claro que el citado principio debe aplicarse en forma obligatoria” Tribunales Colegiados de Circuito,
PRINCIPIO PRO HOMINE, SU APLICACIÓN ES OBLIGATORIA, Novena Época, Semanario Judicial de la Fe-
deración y su Gaceta, tesis aislada, materia administrativa, febrero de 2005.
31 “el artículo 1º, se convierte en una motivación, legitimación, e incluso obligación para los operadores jurí-
dicos de incorporar parámetros internacionales en su actuar. En muchas ocasiones se observaba cierta reti-
cencia por parte de jueces para la inclusión de tratados internacionales como fundamento de sus
[Link] HENRIQUEZ, José de Jesús, “Los derechos humanos y el nuevo artículo 1º Constitucio-
nal”, IUS Revista del Instituto de Ciencias Jurídicas de Puebla, México, No. 28 2011. Consultable en:
[Link]

Letras Jurídicas 178 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


La humanitas equilibrio entre justicia y equidad

cia del caso concreto, apelando a una las funciones de la equidad, como
“criterio de censura de la norma, cuando esta sea considerada inequitativa”.
El objeto de la presente investigación es contribuir al debate, sugiriendo el
análisis del concepto de humanitas desde la perspectiva de la romanística actual,
conceptuándola como: fuente de progreso del Derecho (Riccobono),32 construc-
ción en función del hombre a partir de una visión ética y cierta (Labruna),33 que
trasciende como principio válido para todos los hombres, en mérito del carácter
y vocación universalista que le da origen (Catalano,).34
En conclusión se observa a la humanitas como un término omni inclusivo, que
concentra la cultura intelectual (Cicerón) la moral (epikeia Aristotélica) la ratio
iuris como conocimiento ponderado en procuración de un derecho más huma-
no progresivo y universal.

32 RICCOBONO, Salvatore. L’idea della humanitas come fonte di progresso del diritto, en Studi B. Biondi, 2, Mila-
no, 1965, p. 613. “L’idea di aequitas e di humanitas sono fonti perenni di progresso del diritto: perchè se il diritto positivo
è creazione dello stato, l’equità e l`humanitas sono creazioni spontanee della coscienza umana, sono emanazione dello spi-
rito. L’applicazione del diritto è opera sapiente, ma quella dell’equità e dell’umanità, della giustizia appplicata al caso
concreto, è opera divina (...) La via della salvezza è, dunque, non la rigida osservanza del diritto formale, del ius strictum,
ma del diritto come sostanza spirituale, che affronta e risolve i contrasti sociali.”
33 LABRUNA, Liugi, Entre Europa y América Latina: principios jurídicos, tradición romanística y humanitas del
derecho, en La Ley, 2004-C. citado por BIERZYCHUDEK, Laura, cit.
34 Inst. Justiniano. 1.2.2. “Mas el derecho de gentes es común a todo el género humano. Pues por exigirlo el
uso y las necesidades humanas, las naciones humanas constituyeron para sí cierto derecho.”. En este sentido,
CATALANO, Pierangelo, Diritto e Persone, I, Torino, 1990, 78 ss.; SCHIPANI, Sandro, La codificazione del Dirit-
to Romano Comune, Torino, 1996, 3.

179
Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
Bertha Alicia Ramírez Arce

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181
Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
Acoso Laboral Indígena. Otra visión del Mobbing *
Esperanza Sandoval Pérez **

RESUMEN: La reforma a la Ley Federal del ABSTRACT: The reform of the Federal La-
Trabajo de noviembre de 2012 con la finali- bour Act of November 2012 with the aim of
dad de erradicar el hostigamiento y el acoso eradicating harassment and sexual harass-
sexual (Art. 3º Bis) incluye estas conductas ment (Art. 3 Bis) includes these behaviors as
como causas de recisión de la relación de tra-causes of termination of the employment rela-
bajo sin responsabilidad para el trabajador tionship without responsibility for the worker
(Art. 51, [Link]). Esto despierta el interés de
(Art. 51, [Link]). This arouses the interest of
analizar si la citada reforma protege también analyzing whether the aforementioned reform
al servidor doméstico —especialmente indí- also protects domestic Server —especially in-
gena— víctima de acoso laboral o mobbing digenous— victim of workplace harassment
quien realiza su trabajo en un entorno fami- or mobbing who carries out its work in a fam-
liar; de no ser así, los prestadores de servicio
ily environment; If not, domestic service pro-
doméstico quedan en estado de indefensión y viders are in a State of helplessness and suf-
de sufrir mobbing, poniendo en duda el desa- fering mobbing, calling into question the de-
rrollo del trabajo con respeto a los principios
velopment of the work with respect to the
de igualdad y de no discriminación. principles of equality and non-discrimina-
tion.
Palabras clave: acoso sexual, acoso laboral, Keys words: sexual harassment, harassment
ambiente laboral, empoderamiento, entorno at work, working environment, empower-
doméstico, hostigamiento, servicio domésti- ment, home environment, harassment, do-
co, violencia psicológica, violencia laboral. mestic service, psychological violence, work-
place violence.
SUMARIO: Introducción. 1. Marco regulatorio; 2. Ideología de la reforma laboral
(2012); 3. Acoso laboral o mobbing. Modalidades; 4. Ambiente laboral y entorno del
servicio doméstico; 5. De la reforma laboral a la dogmática penal; 6. Hacia la protec-
ción efectiva del servidor doméstico indígena. Conclusión. Bibliografía.

* Artículo recibido el 28 de marzo de 2014 y aceptado para su publicación el 19 de mayo de 2014.


** Licenciada en Derecho por la Universidad Veracruzana; con Especialidad en Derecho Penal por el Insti-
tuto de Iberoamérica y Portugal de Salamanca, España; con grado de Maestra en Ciencias Penales y de Docto-
ra en Derecho Público por el Instituto de Investigaciones Jurídicas y profesora de tiempo completo por
oposición en la Facultad de Derecho en la UV, investigador estatal (COVECYT2009) y del SNI (CONACYT
2009-2011, 2014-2016).

183
Esperanza Sandoval Pérez

Introducción
En una sociedad globalizada no es común ocuparse de temas relacionados con
el servicio doméstico y menos cuando la persona trabajadora pertenece o pro-
viene de un grupo indígena quien por naturaleza habla una lengua diferente al
español. Esto, en numerosas ocasiones ha sido suficiente para estigmatizarlos,
apartarlos socialmente, no respetar sus derechos, ni las condiciones mínimas en
que presta el servicio.
La anterior situación de vulnerabilidad despierta el interés de analizar el De-
creto del 1 de septiembre de 2012 mediante el cual se reforma, adiciona y dero-
gan diversas disposiciones de la Ley Federal del Trabajo (LFT) en el que se
plantea la necesidad de mejorar las condiciones laborales de los servidores do-
mésticos y se define el hostigamiento y el acoso sexual (Art.3º Bis), mismas que
incluye como causas de recisión de la relación de trabajo sin responsabilidad
para el trabajador (Art. 51, [Link]), entre otras cosas.
El propósito de este trabajo radica en determinar si estas disposiciones ex-
tienden su protección hacia el servidor doméstico en general y en especial al in-
dígena, quien como todo ser humano es susceptible de sufrir acoso laboral, con
base en el derecho a la no discriminación, criterio que resulta sumamente útil
para evitar que sufra de alguna forma de mobbing.
Con relación al tema se plantean los cuestionamientos siguientes: ¿Cómo se
regula el servicio doméstico? ¿Cuál es la ideología de la reforma laboral de no-
viembre de 2012? ¿Cuál es la semántica del acoso laboral? ¿Existe diferencia en-
tre los conceptos: ambiente laboral y entorno de servicio doméstico? Si la respuesta
es que ambos conceptos son concordantes ¿La citada reforma protege también a
las (os) trabajadoras (es) domésticas (os) víctimas de este tipo de violencia? Si la
intención de legislador es procurar una protección más amplia a todo trabaja-
dor y evitar el acoso laboral ¿Por qué omitió incluir el hostigamiento y el acoso
sexual como justa causa de rescisión de la relación de trabajo sin responsabili-
dad para el servidor doméstico?
En consecuencia el objetivo general se centra en proponer acciones concretas
para erradicar el acoso laboral —maltrato psicológico— del que es víctima el
servidor doméstico indígena por parte de su empleador-patrón (a)-; que ade-
más contribuye a que se profundice la brecha de desigualdad en que se encuen-
tra de frente a la ley.
Con relación a la estructura metodológica primero se hace referencia a la re-
gulación jurídica del servicio doméstico en el ámbito internacional, nacional y
de la entidad veracruzana; en segundo lugar se analiza la iniciativa con proyec-

Letras Jurídicas 184 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


Acoso Laboral Indígena. Otra visión del Mobbing

to de Decreto ya citado, que se presentó con carácter de trámite preferente, para


dar a conocer los motivos que impulsaron al legislador para definir hostiga-
miento y el acoso sexual —modalidades de mobbing— como causas de recisión
de la relación de trabajo.
En tercer lugar, precisar la semántica de ambiente laboral y entorno del servicio
doméstico estableciendo su concordancia, lo que es indispensable para analizar
el acoso psicológico con especial énfasis en el servidor domestico indígena suje-
to de doble victimización: discriminación y desigualdad ante la ley laboral. Lo
que sustenta la necesidad de diseñar programas con acciones y metas concretas
para que erradicar la discriminación y violación de los derechos laborales que
corresponden al servidor doméstico indígena. Por último, se plantea la conclu-
sión y enlistan las fuentes de información.
Los conceptos que se aplican durante el desarrollo del trabajo son: acoso sexual,
acoso laboral, ambiente laboral, empoderamiento, entorno doméstico, hostiga-
miento, servicio doméstico, violencia psicológica, violencia laboral, entre otros.

1. Marco regulatorio
Con el fin de establecer las disposiciones jurídicas protectoras del servicio do-
méstico es importante esclarecer que la LFT dispone que trabajador doméstico
es quien presta servicio de aseo, asistencia y demás propios o inherentes al ho-
gar de una persona o familia (Art. 331). Conforme a las estadísticas de la Orga-
nización Internacional del Trabajo (OIT) el 90% de este trabajo lo realiza el ama
de casa o la persona contratada para esas actividades, tradicionalmente deno-
minada sirvienta/e o criada/o, quien a menudo es hostigada o acosada por su
empleador en el entorno en que desarrolla su actividad resultando víctima de
violencia física o psicológica.
Con el fin de erradicar estas conductas y mejorar las condiciones de igualdad
de las mujeres y los hombres, en el lugar de trabajo existen diferentes disposi-
ciones jurídicas del ámbito internacional, nacional y estatal que se mencionan
en orden cronológico:
I. Instrumentos jurídicos internacionales. En este ámbito destaca:
a) La Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia
contra la Mujer (Convención de Belem Do Para, Brasil, 1994),1 afirmando que la
violencia contra la mujer trasciende todos los sectores de la sociedad indepen-

1 Convención adoptada en Belém do Pará, Brasil, el 9 de junio de 1994 en el vigésimo cuarto período ordi-
nario de sesiones de la Asamblea General, ratificada el 26 de noviembre de 1996. [Link]
/esp/Convencion_Belem_do_Para.pdf

185
Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
Esperanza Sandoval Pérez

dientemente de su clase, raza o grupo étnico, nivel de ingresos, cultura, nivel


educacional, edad o religión y afecta negativamente sus propias bases. Textual-
mente cita.
Artículo 2. Se entenderá como la violencia contra la mujer la violencia física, sexual y
psicológica:
a. Que tenga lugar dentro de la familia o unidad doméstica o en cualquier otra rela-
ción interpersonal, ya sea que el agresor comparta o haya compartido el mismo do-
micilio que la mujer, y que comprende, entre otros, violación, maltrato y abuso
sexual;
b. Que tenga lugar en la comunidad y sea perpetrada por cualquier persona y que
comprende, entre otros, violación, abuso sexual, tortura, trata de personas, prostitu-
ción forzada, secuestro y acoso sexual en el lugar de trabajo, así como en institucio-
nes educativas, establecimientos de salud o cualquier otro lugar; y,
c. Que sea perpetrada o tolerada por el Estado o sus agentes, donde quiera que ocurra.
Los Estados-partes que ratifiquen el Convenio tienen la obligación de adoptar
medidas jurídicas para conminar al agresor a abstenerse de hostigar, intimidar,
amenazar, dañar o poner en peligro la vida de la mujer de cualquier forma que
atente contra su integridad o perjudique su propiedad (Art. 7, b).
b) El ABC de los derechos de las trabajadoras y la igualdad de género (Ginebra,
2008)2. Contiene disposiciones para garantizar la paridad de oportunidades
para el acceso al empleo, prevenir el acoso sexual, que en términos generales de-
fine como toda insinuación sexual o comportamiento verbal o físico de índole
sexual no deseado, cuya aceptación es condición implícita o explícita para obte-
ner decisiones favorables que inciden en el propio empleo, cuya finalidad o
consecuencia es interferir sin razón alguna en el rendimiento laboral de una
persona, o de crear un ambiente de trabajo intimidatorio, hostil o humillante.
También hace referencia al trabajo clandestino o empleo ilegal, que entraña
una ocupación lucrativa única o secundaria, no circunstancial, que se lleva a
cabo transgrediendo las disposiciones establecidas por la ley, que en particular,
se caracteriza por el incumplimiento por parte del empleador de las normas del
trabajo y las disposiciones en materia de seguridad social. En este trabajo inclu-
ye el servicio doméstico, el trabajo rural y el trabajo a domicilio, ocupaciones que

2 ABC de los derechos de las trabajadoras y la igualdad de género, Ginebra, Oficina Internacional del Tra-
bajo, 2008, p.226. [Link]
blication/wcms_094520.pdf

Letras Jurídicas 186 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


Acoso Laboral Indígena. Otra visión del Mobbing

en su totalidad están sumamente feminizadas, son particularmente difíciles de


regular y, por lo tanto, susceptibles de ser trabajo clandestino —oculto—.3
c) La igualdad de género como eje del trabajo decente (98a reunión de la Conferen-
cia Internacional del Trabajo, Ginebra, 2009),4 considerando que el trabajo do-
méstico puede realizarlo personas de todas las edades, además, la demanda de
trabajadoras domésticas es uno de los factores esenciales de apertura de canales
legítimos de migración temporal a algunos países para un gran número de mu-
jeres con pocas posibilidades de empleo en su lugar de origen.
d) El Convenio 189 sobre Trabajo decente para los trabajadores domésticos (OIT.
2011)5 . Con el propósito de eliminar la desigualdad en que viven las personas
que lo realizan, establece las bases para un trabajo digno y decente. Imperando
en cualquier relación laboral el respeto a la dignidad humana, la no discrimina-
ción por razón de género, preferencia sexual, discapacidad, raza o religión; el
acceso a la seguridad social; el salario remunerador; la capacitación continua
para incrementar la productividad; la seguridad e higiene en el trabajo; la liber-
tad de asociación; la autonomía y democracia sindical; el derecho de huelga, y
la contratación colectiva. Cabe señalar que el concepto de trabajo decente a que
se hace referencia, es acorde con la aspiración que nuestro texto constitucional
prevé como trabajo digno.6
Todo país que ratifique el Convenio se obliga a adoptar medidas para el res-
peto, promoción y hacer realidad los principios y derechos fundamentales en el
trabajo, así como evitar la discriminación en materia de empleo y ocupación. Si
bien, el Estado Mexicano solo firmó esta importante herramienta, el Consejo
Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED)7 y el Instituto Nacio-
nal de las Mujeres (INMUJERES) promueven su ratificación para garantizar la
igualdad de oportunidades y el respeto de los derechos a más de 2.1 millones de

3 Ibídem, Pp.30 y 31.


4 [Link]
s_106175.pdf
5 El Convenio se aprobó con 396 votos a favor (entre ellos el del estado Mexicano), 16 en contra y 63 absten-
ciones, iniciando su vigencia el 5 de septiembre de 2013 con la ratificación de solo dos países -procedimiento
estándar para que un convenio de la OIT entre en vigor. Vid. Conferencia Internacional del trabajo, 99ª reu-
nión, Ginebra, 2010. [Link]
tingdocument/wcms_124841.pdf.
6 Ídem, p.9.
7 El Conapred es un órgano del Estado que tiene como objeto contribuir al desarrollo cultural, social y de-
mocrático del país; llevar a cabo acciones para prevenir y eliminar la discriminación; formular y promover
políticas públicas para la igualdad de oportunidades y de trato y coordinar las acciones de las dependencias
del Poder Ejecutivo en materia de prevención y eliminación de la discriminación (artículo 17 de la Ley Federal
para prevenir y eliminar la discriminación).

187
Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
Esperanza Sandoval Pérez

personas que realizan trabajo doméstico de conformidad con lo establecido en


la LFT.
II. Disposiciones jurídicas del Estado Mexicano. En este ámbito es impor-
tante distinguir que la Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos
consagra entre otros derechos: la igualdad (Art. 1o) y por consiguiente la prohi-
bición de la discriminación —aspecto negativo—, motivada por origen étnico o
nacional, género, edad, discapacidades, condición social, condiciones de salud,
la religión, opiniones, preferencias sexuales, estado civil o cualquier otra que
atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los
derechos y libertades de las personas; el derecho al trabajo (Art. 5º) por lo que
ninguna persona podrá impedirse que se dedique a la profesión, industria, co-
mercio o trabajo que le acomode, siendo lícitos.
Así como el derecho a un trabajo digno y socialmente útil (Art. 123). El Con-
greso de la Unión sin contravenir los apartados A y B del citado artículo, expedirá
leyes sobre el trabajo que regirán entre los obreros, jornaleros, empleados, do-
méstico, artesanos de una manera general todo contrato de trabajo; así como en-
tre los Poderes de la Unión, el Gobierno del Distrito Federal y sus trabajadores.
La LFT reglamentaria del artículo 123 de la Constitución Federal, por su parte,
dispone que salvo lo expresamente pactado el servidor doméstico tiene derecho
a que su salario se pague en efectivo, recibir los alimentos y la habitación que se
estimarán equivalentes al 50% del mismo; es decir, el pago se integra en especie
(cama, alimentos, ropa) y en numerario (retribución económica); a períodos de
descanso cuando habiten en el hogar donde prestan sus servicios (Art. 333), de
rescindir la relación de trabajo (Art. 341) y el derecho de renunciar a él.
Este último es un derecho relativo, en la mayoría de las veces el servidor do-
méstico carece de lo mínimo para emprender una vida independiente o no tiene
a donde ir, sobre todo cuando se ha emigrado de la comunidad a la que pertene-
cen hacia una ciudad con el fin de obtener un salario que le permita alcanzar
mejores condiciones de vida, como es el caso de los servidores domésticos de
origen indígena a los que se hace referencia en páginas posteriores.
III. En el ámbito de las entidades federativas. La Constitución Política del
Estado de Veracruz de Ignacio de la Llave reconoce la composición pluricultu-
ral y multiétnica sustentada originalmente en sus pueblos indígenas, la ley pro-
moverá y protegerá el desarrollo de sus lenguas, culturas, usos y costumbres,
recursos y formas específicas de organización social y garantizará a sus inte-
grantes el acceso efectivo a la jurisdicción del Estado. En los juicios y procedi-

Letras Jurídicas 188 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


Acoso Laboral Indígena. Otra visión del Mobbing

mientos en que aquéllos sean parte, se tomarán en cuenta sus prácticas y


costumbres en los términos que establezca la ley (Art. 5º).
La Ley Núm. 879 de Derechos y Culturas Indígenas8 reglamentaria del pre-
cepto anterior, rige en el estado de Veracruz en concordancia con las disposicio-
nes del Art. 2º de la Constitución Federal reconoce los derechos y libertades que
el orden jurídico mexicano y los instrumentos de Derecho Internacional otor-
gan a todo hombre o mujer independientemente de su origen étnico para evitar
el empoderamiento que es proceso de opresión, desigualdad, discriminación, ex-
clusión, etcétera.
Con base en lo anterior, considerando que la mujer en la mayoría de las veces
es quien presta el servicio doméstico, siendo proclive de ser discriminada, hosti-
gada, acosada y sujeto pasivo de otras conductas delictivas; la Suprema Corte de
Justicia de la Nación ha creado una serie de protocolos para juzgar cuando se tra-
te de grupos vulnerables en los que la transversalidad como herramienta meto-
dológica permite incorporar la perspectiva de género como eje integrador para
garantizar la concreción del principio de igualdad, en las normas, programas, ac-
ciones y políticas públicas. Esta perspectiva en el juzgar se estima como el acceso
a la justicia de quienes por sus condiciones biológicas, físicas, sexuales, de género
o de contexto considera que se encuentra en peligro el respeto de sus derechos.
El protocolo es un razonamiento jurídico, no vinculante, que puede obser-
varse aun y cuando las partes no lo contemplen en sus alegaciones. Lo que de-
termina su aplicación es la existencia de situaciones asimétricas de poder o
bien, de contexto de desigualdad en su sentido más amplio.
Es útil para combatir la discriminación estructural y disminuir su impacto en
el caso concreto, al analizar los hechos desde una perspectiva incluyente, para
hacer realidad el derecho a la igualdad, al tiempo que se envía el mensaje de
que las violaciones a los derechos humanos se previenen, reconocen y reparan.
También permite detectar los impactos que una norma genera, para ello se bus-
ca soluciones a través de las ciencias del derecho, si bien, cada instancia y mate-
ria tiene sus propias particularidades procesales y sustantivas, es posible hacer
una abstracción del proceso mediante el cual se llegue a una sentencia y verifi-
car que, en todas sus etapas, es posible aplicar dicho método.

2. Ideología de la reforma laboral (2012)


El Convenio 189 sobre Trabajo decente para los trabajadores domésticos es el
instrumento jurídico que orienta la reforma laboral que incorpora la noción de

8 Gaceta Oficial del estado de Veracruz, Número extraordinario 351, de 3 de noviembre, 2010.

189
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Esperanza Sandoval Pérez

trabajo digno o decente en el Art.2 de la LFT, subrayando los elementos que de-
ben imperar en cualquier relación laboral, que no son otros, más que el respeto a
la dignidad humana del trabajador; la no discriminación por razón de género,
preferencia sexual, discapacidad, raza o religión; el acceso a la seguridad social;
el salario remunerador; la capacitación continua para el incremento de la pro-
ductividad; la seguridad e higiene en el trabajo; la libertad de asociación; la au-
tonomía y democracia sindical; el derecho de huelga, y la contratación
colectiva.
Desde la iniciativa se propone “19. Mejorar las condiciones de trabajo de los
empleados domésticos, regular con mayor precisión la duración de su jornada
laboral y, en consecuencia, establecer de manera expresa los periodos de des-
canso diario y semanal que como mínimo deben tener quienes realicen este tipo
de actividades”.9
Al concretarse la reforma se especifica que los trabajadores domésticos que
habitan en el hogar donde prestan sus servicios deberán disfrutar de un descan-
so mínimo diario nocturno de nueve horas consecutivas, de un descanso míni-
mo diario de tres horas entre las actividades matutinas y vespertinas (Art. 333);
un descanso semanal de día y medio ininterrumpido, preferiblemente en sába-
do y domingo. Mediante acuerdo entre las partes podrá acordarse la acumula-
ción de los medios días en periodos de dos semanas, pero habrá de disfrutarse
de un día completo de descanso en cada semana (Art. 336).
También especifica como obligaciones especiales del patrón: guardar consi-
deración al trabajador doméstico, abstenerse de todo maltrato de palabra o de
obra; proporcionar al trabajador habitación cómoda e higiénica, alimentación
sana y suficiente y condiciones de trabajo que aseguren la vida y la salud; y coo-
perar para la instrucción general del trabajador doméstico de conformidad con
las normas que dicte la autoridad correspondiente (Art. 337).
Con el fin de erradicar el acoso laboral la LFT ahora define el hostigamiento
y el acoso sexual (Art. 3º Bis) considerando que son causas de rescisión de la re-
lación laboral sin responsabilidad para el trabajador (Art.51), pero el legislador
olvidó precisarlas para dar por terminada la relación de trabajo sin responsabi-
lidad para el servidor doméstico aun cuando éste o el patrón, pueden finalizar
la misma en términos de lo que disponen los artículos 342 y 343 de dicho orde-
namiento.

9 Cfr. Iniciativa con proyecto de Decreto que reforma, adiciona y deroga diversas disposiciones de la Ley
Federal del Trabajo, Gaceta Parlamentaria, año XV, número 3595-II, septiembre, 2012, P.13.

Letras Jurídicas 190 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


Acoso Laboral Indígena. Otra visión del Mobbing

3. Acoso laboral o mobbing. Modalidades


El acoso laboral, acoso psicológico en el trabajo, psicoterror, violencia psicológi-
ca (por el daño o afectación que causa en el pasivo), violencia de guante blanco
(con referencia a quien la ejerce), mejor conocido como mobbing es un tipo de
violencia ejercida por personas sin distinción de género sobre hombres o muje-
res en el entorno laboral, en forma sistemática y por un tiempo prolongado con
el fin de provocar un daño deliberado (afectación psicológica) que puede ser
devastador para la víctima.
Konrad Lorenz, etólogo austriaco fue el primero en estudiar el comporta-
miento de determinadas especies animales constatando que en ciertas oportu-
nidades los más débiles del grupo formaban una coalición para atacar a otro
más fuerte. Estos comportamientos en la naturaleza terminan frecuentemente
con la huida o con la muerte del animal acosado.10
En los 80s, Heinz Leyman psicólogo de la Universidad de Estocolmo consi-
derado como la máxima autoridad mundial sobre el tema, define el mobbing
como una situación en que una persona, o varias, ejercen violencia psicológica extre-
ma, de forma sistemática y recurrente durante un tiempo prolongado, sobre otra u otras
personas en el lugar de trabajo con el fin de destruir sus redes de comunicación, destruir
su reputación, perturbar el ejercicio de sus labores y conseguir su desmotivación laboral.
Para Piñuel el acoso laboral consiste en el deliberado y continuo maltrato
modal y verbal que recibe un trabajador por parte de uno o varios compañeros
de trabajo, para desestabilizarlo emocionalmente, deteriorar y disminuir su ca-
pacidad laboral o eliminarlo del lugar y del trabajo que ocupa en una organiza-
ción11; que puede manifestarse a través de la violencia —física o psicológica— en el
entorno laboral. Que se definen de la manera siguiente:
a) El entorno laboral se integra con todas las circunstancias que inciden en las
actividades dentro de una oficina, una fábrica, etcétera; vinculadas estrecha-
mente con las relaciones humanas que son la clave para llevar un equipo de tra-
bajo a la meta propuesta;
b) La violencia física para efectos del acoso laboral va más allá de la simple
agresión física, incluye conductas verbales amenazantes, intimidatorias, abusi-
vas o acosantes tendientes a violentar e intimidar a quien las sufre; son fácil-

10 LORENZ K. On aggression, Brace &World, New York, 1966.


11 PIÑUEL, Iñaki. Mobbing, estado de la cuestión. Todo lo que siempre quiso saber y nadie explicó sobre el acoso psico-
lógico en el trabajo, Gestin, España, 2000.

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Esperanza Sandoval Pérez

mente detectables, la única exigencia es que el agente las ejecute en el entorno


laboral; y,
c) La violencia psicológica o de guante blanco es el deliberado y continuo mal-
trato modal y verbal que recibe un trabajador por parte de uno o varios compa-
ñeros de trabajo en el ámbito en que lo realiza, quien al no poder resistir el
suplicio psicológico, psicosomático y social sufre un daño de grandes proporcio-
nes. Se trata de conductas premeditadas que se dirigen hacia los trabajadores de
acuerdo con una estrategia preconcebida y extremadamente sutil, con un obje-
tivo claro y concreto de destruir las redes de comunicación, reputación, minarlo
emocionalmente, dañar y disminuir su capacidad laboral.
Entre las causas generadoras del acoso en el trabajo más frecuentes se en-
cuentran: celos profesionales, envidia, que no se focalizan sobre bienes materia-
les de la víctima, sino sobre sus cualidades personales positivas como son la
inteligencia, capacidad de trabajo, de razonamiento, ciertos rasgos diferencia-
les respecto del grupo de procedencia , nivel cultural y/o profesional, caracte-
rísticas físicas que son aprovechadas por el agente para alcanzar sus fines o bien
de ciertas características personales como el tono de voz, contextura corporal,
discapacidad, edad, vestimenta, condición social, nivel educacional, pertenencia
a algún grupo étnico, sus creencias religiosas o políticas, etc.
Los elementos característicos del acoso psicológico son los siguientes:
1) Este tipo de violencia no deja rastros visibles, las secuelas propias del dete-
rioro psicológico que presenta el pasivo (trastornos de ansiedad generalizada,
cuadros de estrés, estados depresivos severos pudiendo llegar en grados extre-
mos hasta el suicidio) fácilmente pueden atribuirse a problemas personales o de
relación con sus compañeros de trabajo.12
2) El grado de complicidad por parte de los compañeros de la víctima, ya sea
apoyando en forma tácita las conductas del o los agresores, guardando silencio
para no ser nuevas víctimas de agresión o no poner en peligro su puesto de tra-
bajo si dan a conocer los sucesos acontecidos.
3) Es doloso o intencional, en este sentido el acoso laboral se presenta como
un conjunto de conductas premeditadas las cuales se ejecutan de acuerdo a una
estrategia preconcebida y extremadamente sutil con un objetivo claro y concre-
to: anular a la víctima.

12 LUNA, A., Acoso psicológico en el trabajo (mobbing), Secretaria de Salud Laboral, Madrid, 2003, Pp.192.

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Acoso Laboral Indígena. Otra visión del Mobbing

4. Ambiente laboral y entorno del servicio doméstico


Ahora es importante indagar éstos conceptos con la finalidad de precisar si la
extensión protectora del acoso laboral se extiende también hacia los trabajado-
res del servicio doméstico quienes al igual que todo ser humano son proclives a
este tipo de violencia.
El vocablo ambiente proviene del latín ambiens “que rodea” y se define como
el entorno que rodea a los seres vivos, condicionando sus circunstancias vitales;
y se integra con diversas situaciones, físicas, sociales, culturales y económicas.
El trabajo, por su parte, es la medida del esfuerzo que realizan los seres huma-
nos, se trata de la actividad productiva que un sujeto lleva a cabo y que es remu-
nerada con un salario (precio del trabajo dentro del mercado laboral).
Lo anterior permite acercarse al significado de la expresión “ambiente de tra-
bajo” que se asocia a las condiciones que se viven dentro del entorno laboral
compuesto con todas las circunstancias que inciden en la actividad dentro de
una oficina, una fábrica, etcétera; y que incluyen también las de seguridad e hi-
giene como parte de ese ambiente; y que están reguladas por diversas leyes y
convenios sobre la relación entre el empleador y el empleado.13
Lo habitual es vincular el ambiente de trabajo con las relaciones humanas. Si
un trabajador se lleva bien con sus superiores y con sus compañeros, se dice que
se desempeña en un buen ambiente, donde los conflictos y las discusiones no
son frecuentes. Se destaca que el que ejerce la autoridad en el centro de trabajo
(gerente, jefe, director, subdirector, patrón, empleador, etcétera) debe crear un
clima éticamente saludable para sus empleados, trabajadores o servidores don-
de puedan realizarlo de manera productiva y enfrentarlo en un grado mínimo
de ambigüedad respecto de lo que constituye un comportamiento correcto y
otro incorrecto.14
Mientas que el entorno del servicio doméstico es familiar, dentro del cual
uno de los integrantes de la familia (institución jurídica entendida en el más ex-
tenso sentido) es causante o provocador de malos tratamientos (de modo y de
trato), el acoso laboral y sexual, hostigamiento, discriminación, etcétera.
Si bien el ambiente laboral y el entorno del trabajo doméstico tienen caracte-
rísticas propias, en ambos espacios pueden llevarse a cabo las anteriores con-

13 Definición de ambiente de trabajo, en [Link]


Última consulta 8 de enero de 2014.
14 ROBINS, Stephen. Comportamiento organizacional, 8a. ed. Prentice Hall, México, 1999, P.18.

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ductas; al no ser considerados así, es injusto que LFT distinga entre iguales,
para efectos de rescindir la relación de trabajo.

5. De la reforma laboral a la dogmática penal


Como se explica, la LFT define con claridad el hostigamiento y el acoso sexual
(Art.3º Bis) para efectos rescisorios, mientras que la teleología del mobbing es di-
ferente, pues exige que el agente intencionalmente dirija su conducta hacia la
víctima con el fin de anular sus cualidades y renuncie a su trabajo.
El acoso laboral, no es una figura típica-penal autónoma, pero el hostiga-
miento psíquico y sexual se sanciona al constituir el medio de realización de la
hipótesis contenida en delitos que tutelan la libertad y el normal desarrollo psi-
cosexual del ser humano, por ejemplo:
A. Hostigamiento sexual. Art. 259 Bis, Código Penal Federal. A quien con fi-
nes lascivos asedie reiteradamente a persona de cualquier sexo, valiéndose de su
posición jerárquica derivada de sus relaciones laborales, docentes, domésticas o
cualquiera otra que implique subordinación, se le impondrá sanción hasta de
cuarenta días multa. Si el hostigador fuese servidor público y utilizare los me-
dios o circunstancias que el encargo le proporcione, se le destituirá de su cargo.
Será punible el hostigamiento sexual, cuando se cause un perjuicio daño. Sólo
se procederá contra el hostigador, a petición de parte ofendida (hostigamiento
sexual).
B. Acoso Sexual. Art. 190, Código Penal del Estado de Veracruz (CPV). A
quien, con fines lascivos, acose u hostigue reiteradamente a una persona de cual-
quier sexo, se le impondrán de seis meses a tres años de prisión y multa de hasta
trescientos días de salario. Cuando la víctima sea menor de dieciocho años, se
impondrá una pena de uno a siete años de prisión y multa de hasta quinientos
días de salario. Se agrava la sanción cuando el sujeto activo de este delito se val-
ga de su posición jerárquica, derivada de sus relaciones laborales, docentes, do-
mésticas o cualquiera otra condición que implique subordinación dela víctima,
se le impondrán de uno a cinco años de prisión y multa de hasta trescientos días
de salario.
Si el acosador es servidor público y utiliza los medios y las circunstancias que
su encargo le proporciona, será destituido y se le inhabilitará para ocupar otro
empleo o comisión públicos, hasta por cinco años. Cuando la víctima sea menor
de dieciocho años, se impondrá una pena de dos a ocho años de prisión y multa
de hasta mil días de salario. Este delito se persigue por querella Art. 190 Bis).

Letras Jurídicas 194 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


Acoso Laboral Indígena. Otra visión del Mobbing

Como se advierte el común denominador en los anteriores tipos penales es


la finalidad lascivia del agente y la relación de jerarquía o poder que guarda con
el pasivo, revela un comportamiento de naturaleza erótica, de carácter subjeti-
vo, que en la práctica es difícil de acreditar, se corre el riesgo de que el delito
quede impune.15
C. Violencia laboral. Art. 366 CPV. Sanciona a quien obstaculice o condicione
el acceso de una mujer a un empleo, mediante el establecimiento de requisitos
referidos a su sexo, edad, apariencia física, estado civil, condición de madre o
no, sometimiento a exámenes de laboratorio o de otra índole para descartar es-
tado de embarazo, se le impondrán de seis meses a dos años de prisión y multa
de hasta trescientos días de salario.
En la Ley general de acceso de las mujeres a una vida libre de violencia
(LGAMLV),16 esta conducta consiste en todo acto u omisión que dañe la estabi-
lidad psíquica y puede consistir en negligencia, abandono, descuido reiterado,
celotipia, insultos, humillaciones, devaluación, marginación, indiferencia, infi-
delidad, comparaciones destructivas, rechazo, restricción a la autodetermina-
ción y amenazas, las cuales conllevan a la víctima a la depresión, al aislamiento,
a la devaluación de su autoestima e incluso al suicidio (Art. 6).
La violencia laboral y docente se ejerce por personas que tienen un vínculo
laboral, docente o análogo con la víctima, independientemente de la relación je-
rárquica y consiste en un acto o una omisión o en abuso de poder que daña la
autoestima, salud, integridad, libertad y seguridad de la víctima e impide su
desarrollo y atenta contra la igualdad. Puede consistir en un solo evento o en
una serie de eventos cuya suma produce el daño (Art.10); y aclara que este tipo
de violencia constituye la negativa ilegal a contratar a la víctima, respetar su
permanencia o condiciones generales de trabajo; la descalificación del trabajo
realizado, las amenazas, la intimidación, las humillaciones, la explotación y
todo tipo de discriminación por condición de género (Art. 11).
En una aproximación a la tipificación del acoso laboral debe considerarse
como base del mismo el hostigamiento o el acoso reiterado en el espacio donde
se realiza el trabajo y durante la jornada del mismo; como objeto jurídico la dig-
nidad de la persona, como sujeto activo a quien realiza el daño o afectación (uno
o varios agentes) si éste proviene de los compañeros del pasivo (acoso horizon-
tal o entre iguales), si son subalternos (en sentido vertical ascendente) o si ésta
conducta la realizan sus superiores (en sentido vertical descendente); y como
15 AMUCHÁSTEGUI Requena, Griselda, Derecho Penal. Tercera Edición, Oxford, México, P.333.
16 Diario Oficial de la Federación (2007). Ultima reforma publicada el 15 de enero de 2013.

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Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
Esperanza Sandoval Pérez

objeto material al ser humano que sufre el daño, sin distinción de género (traba-
jador).

6. Hacia la protección efectiva del servidor doméstico indígena


En 2005, se calcula que el 11.8% de las trabajadoras del hogar que viven en los
lugares donde prestan sus servicios, son mujeres migrantes de origen indígena
o rural. La labor de estas trabajadoras y condición de mujeres las hacen vulnera-
bles y víctimas de discriminación. Esto es importante porque la perpetuación
de los estereotipos relativos a ellas no es atribuible exclusivamente a los hom-
bres, sino también a las mujeres empleadoras.
Si bien el acoso laboral que sufren debe darse en el entorno de este trabajo
que es familiar entendiendo la familia en el más extenso sentido, cualquiera de
sus integrantes puede ser causante o provocador de malos tratamientos —de
forma verbal o de trato, alterna o continuada, recurrente y sostenida en el tiem-
po—; acosador sexual, hostigador o bien ejecutor de actos discriminatorios ha-
cia el servidor doméstico con el fin de desestabilizarlo, aislarlo, deteriorar su
autoestima, entre otras causas.
El maltrato verbal puede ser directo o sutil, con comentarios hostiles, con eno-
jo o incluso con una sonrisa se puede ofender “cariñosamente’’; la forma más
sutil es la amenaza de ejercer violencia contra la persona si intenta oponerse a
otra; por medio de frases como ”no sirves para nada" o más tenuemente como
“no te preocupes si te sale mal, ya sé que no puedes hacerlo mejor”; puede darse
cosificando a la persona como un objeto sin valor, poniéndole sobrenombres o
dirigiéndose a ella de manera ofensiva “chacha” “inútil, ven aquí”.
Este tipo de maltrato es muy doloroso para quien lo recibe y aunque no es vi-
sible afecta emocionalmente de manera muy profunda al ser humano. Además
es difícil de percibir porque no deja cicatrices físicas y generalmente suele efec-
tuarse en privado por lo que no hay testigos presenciales.
El maltrato físico (modal). Comprende toda conducta que directa o indirecta-
mente esté dirigida a ocasionar un daño o sufrimiento físico sobre el/la trabaja-
dor/a, desde el encierro hasta golpes. Su característica fundamental es el uso de
la violencia, propositiva, repetitiva con la intención de causar dolor. Cuando no
se conoce este fenómeno, el diagnóstico puede ser errado y las manifestaciones
son interpretadas como estrés, ansiedad, depresión sin considerar los aspectos
situacionales que los ocasiona.

Letras Jurídicas 196 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


Acoso Laboral Indígena. Otra visión del Mobbing

Las anteriores conductas se encuentran tipificadas en el ordenamiento penal


y aunque se concede el derecho de denunciar o querellarse quien presta el servi-
cio doméstico no lo hace, bien sea por ignorancia, temor a ser despedido o por
carecer de recursos económicos suficientes para regresar a su lugar de origen.
El servidor domestico indígena requiere se proteja del acoso laboral o mob-
bing pues el trabajo es un derecho en el que no puede establecerse condiciones
que impliquen discriminación por motivo de origen étnico o nacional, género,
edad, discapacidad, condición social, condiciones de salud, religión, condición
migratoria, opiniones, preferencias sexuales, estado civil o cualquier otro que
atente contra la dignidad humana. A quien niegue o restrinja derechos labora-
les, deberá sancionarse penalmente (Art. 196, CPV).
El derecho a la no discriminación resulta sumamente útil para la protección
de trabajadoras afectadas por mobbing, ya que si bien en la LFT ahora se pun-
tualizan los derechos que corresponden a los prestadores de servicio de aseo,
asistencia y demás propios o inherentes al hogar de una persona o familia (Arts.
333, 336 y 337, II). El legislador debe prever el acoso laboral y no limitarse a defi-
nir el hostigamiento y el acoso sexual, pues el acoso laboral también es causa de
finalizar la relación laboral.
El avance en el reconocimiento de los derechos de las empleadas del hogar
implica trascender la desigualdad de género que invisibiliza y menosprecia al
trabajo doméstico, y la construcción de un camino de inclusión y promoción de
los derechos de las mujeres indígenas; hacer visible lo invisible sacando a la luz
las historias cotidianas que llenan de significación la vida de las mujeres indíge-
nas empleadas del hogar. La reforma representa un avance importante para
prevenir estas conductas que afectan la autoestima de las personas en cualquier
entorno en que realicen su trabajo; de no ser así, los prestadores de servicio do-
méstico quedan en estado de indefensión y de sufrir mobbing, poniendo en
duda el desarrollo del trabajo con respeto a los principios de igualdad y de no
discriminación.

Conclusión
Primera. Al incorporar el concepto trabajo decente en la Ley Federal del Tra-
bajo acorde al trabajo digno aspiración del texto constitucional México cumple
con uno de los compromisos generados al firmar el Convenio 189 de la OIT en el
que subyace el respeto a la dignidad humana, la no discriminación por razón de
género, preferencia sexual, discapacidad, raza o religión; el acceso a la seguri-
dad social; el salario remunerador.
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Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
Esperanza Sandoval Pérez

Segunda. La reforma laboral garantiza las condiciones de trabajo de los servi-


dores domésticos, pues regula con mayor precisión la duración de su jornada
laboral y establece de manera expresa los periodos de descanso diario y sema-
nal que como mínimo deben tener quienes realicen este tipo de actividades.
Tercera. Si el trabajo doméstico se realiza en condiciones justas tiene un enor-
me potencial para luchar contra la pobreza y contribuir a la autonomía de la
mujer. Sin embargo, dado que el trabajo doméstico suele ser considerado como
una extensión de las responsabilidades tradicionales familiares y domésticas de
la mujer, sigue siendo, en la mayoría de los casos, invisible, infravalorado y des-
protegido.
Cuarta. El mobbing, es un tipo de maltrato que técnicamente requiere un
dolo específicamente dirigido hacia la persona (por ser indígena) que se mani-
fiesta a través del acoso y/o del hostigamiento en el medio doméstico causán-
dole similares efectos (violencia psicológica). Si la intención de legislador es
erradicar estas conductas y una protección más amplia a todo trabajador debió
precisar el concepto de acoso laboral y sus categorías: acoso psicológico y acoso
sexual que incluye entre sus modalidades el hostigamiento. Es aquí la diferen-
cia para los efectos del derecho penal pues este exige para acreditarlo una finali-
dad lascivia, mientras que en el mobbing el acoso laboral se dirige, entre otras
cosas, a acreditar una causa de recisión de la relación de trabajo sin responsabi-
lidad del trabajador con fundamento en: la fracción II del Art. 51 de la LFT.

Letras Jurídicas 198 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


Acoso Laboral Indígena. Otra visión del Mobbing

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Letras Jurídicas 200 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


RESEÑAS
Antropología criminológica
Salatiel Olguín Tobías *
Guillermo Santiago Arriaga **

AGUILERA PORTALES, Rafael Enrique, Antropología Criminológica,


Ed. Res Pública, México, 2014.
En el marco del siglo XXI el conocimiento y la ciencia se presentan en un escena-
rio donde ya no es posible aislar los aportes y avances de las diversas ramas del
saber. Por eso mismo, se hace necesaria la interdisciplinaridad para lograr re-
sultados efectivos en la sociedad humana y ofrecer nuevas lecturas sobre la rea-
lidad que nos acontece. De ahí la importancia de investigar, desarrollar y
difundir diferentes saberes académicos actualizados.
La presente obra “Antropología Criminológica” nos invita a conocer la rela-
ción intrínseca que existe entre la antropología, como ciencia por excelencia que
escudriña la existencia humana en sus elementos constitutivos más íntimos, y
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indagando la naturaleza propia del crimen desde una perspectiva biopsicoso-
cial. El doctor Rafael Aguilera Portales conduce al lector a introducirse a las di-
versas corrientes antropológicas que día a día continúan siendo fuente de
nuevas ideas y generadoras de debates innovadores, mediante una exposición
clara y un análisis certero de fuentes bibliográficas sólidas y confiables, de las
autoridades más respetadas de este campo y también ofreciendo un aporte des-
de su propia visión a los fenómenos antropocriminológicos.
Desde el primer capítulo el lector hallará una definición precisa e íntegra del
concepto antropología, abordando los diferentes aspectos epistemológicos que
la determinan como ciencia y la importancia de este saber en las ciencias socia-
les actuales, específicamente la criminología. Nos advierte que en la ausencia
de una mirada antropológica corremos el riesgo de llegar a conclusiones parcia-

* Profesores asociados de Antropología Criminológica en el departamento de Filosofía del Derecho en el


Centro de Investigación de Tecnología Jurídica y Criminológica de la Facultad de Derecho y Criminología de
la Universidad Autónoma de Nuevo León.

203
Salatiel Olguín Tobías / Guillermo Santiago Arriaga

les y equívocas del fenómeno criminal, alejándonos de la posibilidad de un sa-


ber holístico, valido y cabal. Abandona toda pretensión positiva de contener al
ser humano y reducirlo a un aspecto biológico, no por eso omite en las páginas
el estudio antropológico que se realiza desde esta óptica.
En el segundo capítulo hace un recorrido por los distintos modos de saber
antropológico. Pasando del mito a la filosofía, de la magia a la religión, de la tec-
né a la ciencia, etc. El autor presenta de manera amena al lector las diversas ma-
neras que el hombre ha creado para comprender y transformar el mundo que lo
rodea, desarrollando cada concepto y mostrando las relaciones inherentes que
existen entre ellas mismas y la disparidad que las hacen únicas y particulares.
En el apartado de la antropología social y cultural delimita el objeto de estu-
dio propio de ella y hace mención de las corrientes más significativas, tales
como el evolucionismo lineal, el materialismo cultural, el estructuralismo, el
conductismo antropológico y sus máximos exponentes. De especial mención
hace referencia a Michel Foucault, heredero de la escuela estructuralista france-
sa, pero siempre con sus notas distintivas antihumanistas y antipositivistas, re-
chazando la posibilidad de hacer de la antropología una ciencia, en tanto no
existe la mínima probabilidad de conocer al hombre sino sólo sus aspectos par-
ticulares y concretos más nunca atendiendo a su esencialidad. De igual manera,
aborda el estructuralismo desde una perspectiva funcionalista criminológica de
la mano de Durkheim, Bronislaw Malinowski, T. Parsons y R. Merton. Justa-
mente, es el volver con una nueva lectura sobre estos autores lo que enriquece el
discurso criminológico y que conduce al estudioso de la criminología por nue-
vas senderos, permitiendo construir caminos aun no transitados.
Si bien el libro se decanta hacia la antropología criminológica social, no deja
de lado el aspecto biológico de la antropología, que al igual que todas las cien-
cias sociales, no escapa de los lazos de ese giro positivo que tuvo gran auge du-
rante el siglo XIX y que hasta nuestros días deja ver su influencia en todos los
espacios académicos, incluyendo el de la criminología misma. Rescata las notas
fundamentales del discurso biológico evolucionista, que determinó el rumbo
de la criminología hace dos siglos, pero que en la actualidad su vigencia y vali-
dez han sido sometidas a una importante y dura crítica por parte de las escuelas
contemporáneas criminológicas que el autor más adelante desarrolla.
Finalmente, el lector hallará en las últimas páginas una importante exposi-
ción de las teorías más destacadas de la criminología desde un panorama antro-
pológico, las cuales representan un enfoque moderno e innovador,
radicalmente necesario para el desarrollo y progreso de la ciencia criminológi-

Letras Jurídicas 204 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


Antropología criminológica

ca, en tanto, la enriquece con nuevas lecturas desde la hermenéutica y la escuela


crítica criminológica. Cabe mencionar que el libro se presenta como una pro-
puesta innovadora al incluir estos nuevos paradigmas que rompen con la tradi-
ción que envuelve al crimen y al sujeto que lo realiza. Mostrando entre líneas
que el delito es un fenómeno complejo e interesante, único y especial, misterio-
so y profundo, entre otros atributos.
Uno de los aspectos de mayor valía y estima que encontramos en las últimas
líneas, el cual no debe de omitirse, es la gran influencia que ejercicio el pensador
francés Michel Foucault en el estudio del origen y critica de los sistemas penoló-
gicos, pero desde un ángulo de la acción de poder. Sin embargo, al estudioso de
la criminología le dejará una sensación de inquietud y curiosidad sobre la pro-
puesta foucaultiana de una filosofía criminológica.
Para concluir, el doctor Rafael Aguilera Portales incluye valioso y útil mate-
rial didáctico convirtiendo este libro en un recurso no sólo para la reflexión sino
para la enseñanza y formación de los futuros criminólogos, sumando a cada ca-
pítulo elementos didácticos, tales como lecturas complementarias acompaña-
das de cuestionarios que ayudarán al alumno a comprender de manera íntegra
el contenido que encierra estas páginas, fortaleciendo el trabajo en las aulas
educativas y la educación significativa. La sociedad del siglo XXI necesita cri-
minólogos que no sólo atiendan el aspecto técnico o de campo, sino que
conozca, pero sobretodo, entiendan la naturaleza del hombre y de su propia
profesión.

205
Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
Globalización, Estado y ciudadanía en el nuevo orden
político y jurídico internacional
Ileana Nieves Velázquez *

AGUILERA PORTALES, Rafael Enrique y Valencia Sáiz, Ángel (coor-


dinadores), Globalización, Estado y ciudadanía en el nuevo orden
político y jurídico internacional, Universidad Autónoma de Nuevo
León, Universidad de Jaén, Universidad de Málaga, México, 2013.
Esta obra coordinada por los doctores Rafael Aguilera Portales y Ángel Valen-
cia Sáiz desarrolla el estudio del papel de la globalización en la actualidad y los
grandes retos a los que nos enfrentamos con su rápido avance, como por ejem-
plo, las nuevas relaciones entre los países del mundo, el problema de la inmi-
gración, los cambios económicos, medioambientales y tecnológicos, la
transformación del derecho y sobre todo el estudio de las transformaciones del
Estado al paso de los años.
El libro está estructurado en ocho capítulos que se relacionan entre sí con la
política, el Derecho y la actual acelerada vida en la que estamos presenciando
como la globalización, ya que está redactado por doctores especializados en
Ciencias Políticas y Administración Pública, Filosofía del Derecho, Sociología y
Ciencias Económicas.
En el primer capítulo elaborado por el Dr. Argimiro Rojo Salgado, catedráti-
co de Ciencia Política y Administración Pública de la Universidad de Vigo
(España), titulado “la crisis del Estado y la necesidad de una Teoría Política
para la era global” se busca que el lector analice profundamente el concepto de
Estado visto desde varias teorías, por ejemplo, la teoría del funcionalismo es-
tructural que se enfocaba en el estudio de las funciones de las instituciones en la
sociedad, las corrientes políticas marxistas que se enfocaban a las relaciones de
* Profesora universitaria auxiliar de Teoría del Estado en el Departamento de Filosofía del Derecho del
Centro de Investigación de Tecnología Jurídica y Criminológica (CITEJYC) de la Universidad Autónoma de
Nuevo León, candidata a Doctor en Derecho con orientación en Derecho Constitucional y Gobernabilidad
por la misma Universidad y Maestra en Derecho Internacional por la Escuela de Graduados en Administra-
ción Pública y Política Pública (EGAP).

206
Globalización, Estado y ciudadanía en el nuevo orden político y jurídico internacional

poder en la que la clase económica que tiene el control es la dominante y en don-


de el Estado es el mejor garante de la propiedad y la teoría contemporánea del
Estado que busca encontrar un mejor significado ayudándose de otras áreas de
estudio de las ciencias sociales para adecuarlo con los cambios que se han
generado a raíz del surgimiento de la globalización y los efectos que ésta genera
tanto en la sociedad como en el propio Estado.
El segundo capítulo está a cargo del doctor Rafael Aguilera Portales, profe-
sor-investigador de Teoría Política y Jurídica en la Universidad Autónoma de
Nuevo León, y se analiza el funcionamiento, las características y los fines del
Estado para reflexionar sobre la importancia de contar con un Estado autorita-
rio o un Estado democrático en relación con los distintos tipos o modelos de ciu-
dadanía que van apareciendo conforme se va transformando el mundo actual y
la globalización.
La doctora Isabel Victoria Lucena Cid, profesora en el área de Filosofía del
Derecho en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, se encargó del tercer ca-
pítulo que se relaciona con el anterior al seguir con el análisis de la relación en-
tre la democracia y la globalización. En este apartado el lector formará su
criterio sobre el mejor modelo de democracia al confrontar el modelo ya conoci-
do con el modelo de democracia cosmopolita de David Held vista desde el
contexto de la globalización.
El cuarto capítulo lo aborda el doctor Ángel Valencia Sáiz, coordinador del
libro y catedrático de Ciencia Política y de la Administración en la Universidad
de Málaga, en éste se profundiza sobre la globalización y los cambios genera-
dos en el ámbito económico, tecnológico y ambiental. Aquí se hace hincapié so-
bre la cultura de una sociedad sostenible como un principio normativo en la
que el hombre se haga consciente y responsable de sus actos, a pesar de los cam-
bios sufridos o provocados, para convivir mejor como sociedad en cualquier
parte del mundo. Este capítulo se resume con las palabras del autor como “la di-
mensión ecológica de la política”, puesto que resalta que la globalización trajo
consigo cambios en distintas áreas y una de ellas es el área jurídico-ambiental
ya que desde los años noventa se empezaron a formar partidos políticos que
salvaguardaran la ecología de cada país y tuvieran una mente más abierta y res-
ponsable de la que se tenía anteriormente en virtud de que no se habían hecho
cambios que tuvieran impacto en el medio ambiente y esto se ha ido fomentan-
do tanto en el ámbito político como en la ciudadanía para que juntos enfrenten
lo nuevos desafíos de la teoría política ambiental, como lo trata el autor.

207
Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
Ileana Nieves Velázquez

En el quinto capítulo titulado “¿Globalización o nuevo imperialismo?: el im-


pacto en las ciudades” desarrollado por la doctora Rebeca Moreno Zúñiga, ca-
tedrática de Sociología en la Facultad de Filosofía y letras de la Universidad
Autónoma de Nuevo León, se ahonda sobre los desafíos de la política me-
dioambiental pero a nivel de ciudades, es decir, se estudia el papel que tienen
las empresas trasnacionales en las ciudades respecto al Estado y la economía en
virtud de la inevitable existencia de la globalización, del avance tecnológico y la
búsqueda de la unión de todos los países para tener buenas relaciones políticas
y económicas que los satisfaga a través del desarrollo de nuevas políticas inter-
nacionales tanto económicas, políticas, tecnológicas y medioambientales.
El sexto capítulo elaborado por el Dr. José Luis Solís González, Doctor en
Ciencias Económicas por la Universidad de Paría X, trata sobre las crisis que
han existido en el mundo, como la desigualdad económica mundial, a pesar del
surgimiento de la globalización que tenía como fin que la economía de los paí-
ses floreciera, creciera y prosperara.
En el penúltimo capítulo explicado por el Dr. J. Alberto del Real Alcalá, pro-
fesor titular en el departamento de Filosofía del Derecho en la Universidad de
Jaén (España), se analiza la aplicabilidad de las normas que regulan los nuevos
cambios a los que la sociedad se enfrenta con el surgimiento de la globalización
y la importancia de saber interpretarlas.
Finalmente, la Dra. Beatriz Liliana de Itarubio, docente e investigadora en la
Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Nuevo León, fi-
naliza el libro con el capítulo “Crisis de la soberanía del Estado-Nación ante la
globalización: nuevas formas de organización política” analizando el impacto
de la globalización en las empresas trasnacionales y en el desarrollo y funciona-
miento del Estado, donde concluye con unos puntos importantes sobre hasta
dónde el Estado debe ser flexible para ajustarse o someterse a las normas del de-
recho internacional sin no debilitarse al grado de que la empresas trasnaciona-
les sean dueñas del mercado.
Se recomienda ampliamente esta obra ya que aborda temas actuales y con-
troversiales que anteriormente no se han analizado a profundidad dentro del
campo del Derecho y sobre todo de la Teoría Política del Estado, como son la
globalización, la cultura de una sociedad sostenible, las políticas ambientales, el
nuevo desarrollo y funcionamiento del Estado y la situación de las empresas
trasnacionales frente al Estado. Con esta obra, tanto profesionistas como estu-
diantes comprenderán el funcionamiento y la finalidad que tiene Estado en la
actualidad, cómo la globalización puede ser buena o mala según como se apli-
que y la necesidad de comprometernos a desarrollar nuevas políticas que nos
ayuden a mejorar como sociedad.
Letras Jurídicas 208 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
Mandela y su largo camino a la libertad
Rebeca Elizabeth Contreras López *

MANDELA, Nelson Rolihlahla, El largo camino hacia la libertad. La


autobiografía de Nelson Mandela, traducción de Antonio Resines y
Herminia Bevia, 1ª edición en Aguilar, México, 2013
Nelson Mandela (1918-2013) fue un luchador por la libertad, como él mismo se
definía, fue un estratega político antes que ideólogo y luchó en contra de la se-
gregación racial en Sudáfrica. En un siglo perverso por las diferencias ideológi-
cas y culturales y por la colonización indiscriminada de los “poderosos”.
Mandela narra su vida en la autobiografía “Long Walk to Freedom. The Autobio-
graphy of Nelson Mandela” (1994), que ahora voy a comentar con motivo de su fa-
llecimiento, en diciembre pasado.
Cuando repaso su historia, lo primero que pienso es ¿para cuánto alcanza
una vida? Cuando esa vida tiene una meta y hay una entrega total. Mandela
pasó 27 años en prisión y pese a ello, su lucha en contra de un régimen irracio-
nal como el apartheid, que en Sudáfrica llegó a situaciones extremas, dejo una
huella imborrable. En esa época, vivir esa discriminación era una forma “nor-
mal” de pensar el mundo en muchas regiones. Por desgracia, hasta la fecha se
mantienen, en el mundo, amplios sectores de marginación y discriminación
que, en ocasiones, tiene su base en factores raciales pero, sobre todo, económi-
cos.
Mandela expresa la enorme tristeza que le produjo el dejar a su familia…a
sus hijos, para entregarse totalmente a la causa por la libertad de su país. Afir-
ma que se convirtió en un mito pero que ello no le servía de nada cuando tenía
que “justificar” a un padre ausente. Inicialmente, su camino era diferente, debía
convertirse en el consejero del rey de su tribu y para ello fue preparado con la
mejor educación que un negro podía tener en esa época, pero no pudo terminar
su educación y convertirse en abogado, como era su interés, ya que desde el

* Investigadora del Centro de estudios sobre derecho, globalización y seguridad de la Universidad Vera-
cruzana.

209
Rebeca Elizabeth Contreras López

principio las desigualdades existentes no sólo entre negros y blancos, sino entre
visiones opuestas del mundo, le parecían inaceptables. Cuando inicia sus estu-
dios aún la propia población negra, aceptaba sin más el dominio de los blancos
y él mismo vivió con esa cosmovisión el principio de su formación. Tiempo des-
pués pudo licenciarse y ejercer como abogado a lo largo de toda su vida.
Mandela narra su infancia en el campo y después de contar cómo muere su
padre nos dice,
No recuerdo tanto el dolor que sentí como la sensación de estar a la deriva. Aunque
mi madre era el centro de mi existencia, yo me definía a mi mismo a través de mi pa-
dre. Su muerte cambió mi vida de un modo que nunca llegué a sospechar por aquel
entonces. Tras un breve periodo de luto, mi madre me comunicó que me iba a enviar
fuera de Qunu. No le pregunté por qué, ni adónde iba a ir. (p. 26)
Al referirse a los acontecimientos que originaron su nacimiento de luchador por
la libertad relata los diversos eventos que marcaron su vida política. También
recuerda, casado por vez primera, la convivencia inicial con su primer hijo.
Yo disfrutaba mucho de la vida doméstica, aunque tenía poco tiempo para ella. Me
encantaba jugar con Thembi, bañarle, darle de comer y meterle en la cama a dormir
con algún cuento. De hecho, me encanta jugar y charlar con los niños; es una de las
cosas que mejor me hacen sentir. Me gustaba relajarme en casa, leer tranquilamente,
aspirar los dulces y sabrosos aromas que emanaban de las cazuelas que hervían en la
cocina. Pero rara vez estaba en casa para disfrutar de tales placeres. (p. 116)
Mandela formaba parte del CNA (Congreso Nacional Africano) y participó en
la redacción de la Constitución por la libertad. Hay que tener en cuenta que el
gobierno sudafricano consideraba cualquier movimiento opuesto al apartheid
como una amenaza a la seguridad. La desobediencia civil era considerada, no
una forma de protesta, sino un delito. Inicialmente, las autoridades luchaban
contra el comunismo y por ello el 30 de julio de 1952, Mandela y muchos otros
fueron detenidos, por haber iniciado la Campaña contra el Desafío, que era una
forma de protesta en contra de las medidas del gobierno. Fueron declarados
culpables de “comunismo estatuario”, ya que sus actos estaban entre el incum-
plimiento de la ley y la alta traición pero, como el juez “era de mentalidad justa
y razonable” y dado que se aconsejó a los integrantes del movimiento que
adoptaran formas pacíficas y de no violencia, la sentencia fue de nueve meses
de cárcel y trabajos forzados, la cual quedó en suspenso por dos años.
Esa es una constante en la narración, Mandela reconoce virtudes en sus opo-
nentes y constantemente pone en evidencia la actuación “justa o imparcial” de
los jueces, aunque desde luego, señala con claridad que no tenían la posibilidad
de pensar en forma diferente, sino sólo a partir de la separación absoluta entre
Letras Jurídicas 210 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
Mandela y su largo camino a la libertad

blancos y negros y el sometimiento de estos últimos. El propio presidente del


CNA en ese proceso, así lo afirmó: no era posible la integración. Mandela afir-
ma que el doctor Moroka (presidente del CNA en 1952) había “cometido el pe-
cado capital de poner sus intereses por encima de los de la organización y el
pueblo”. (p. 148)
Posteriormente, en el juicio de Rivonia, Mandela pronuncia un célebre discur-
so y, como primer acusado, responde a la acusación del Estado (20 de abril de
1964); en este momento en que podía ser condenado a muerte, Mandela narra:
Hasta este momento había ido leyendo mi discurso, pero al llegar aquí dejé mis pa-
peles sobre la mesa de la defensa y me di la vuelta para encarar al juez. En la sala se
hizo un gran silencio. No aparté los ojos del juez de Wet mientras pronunciaba de
memoria las palabras finales.
He dedicado toda mi vida a la lucha del pueblo africano. He combatido la domina-
ción blanca y he combatido la dominación negra. He acariciado el ideal de una socie-
dad democrática y libre, en la que todas las personas convivan juntas en armonía y
con igualdad de oportunidades. Es un ideal por el que espero vivir y que aspiro a al-
canzar. Pero, si es necesario, es un ideal por el que estoy dispuesto a morir (p. 381).
El viernes 12 de junio de 1964 se leyó el veredicto final, después de haber sido
declarados culpables los principales acusados. Mandela y sus compañeros esta-
ban convencidos de que los condenarían a la pena de muerte, estaban además
convencidos de que no debían apelar, pues ello legitimaría el sistema político
que combatían.
El juez De Wet, dice Mandela,
Nos hizo un gesto con la cabeza para que nos pusiéramos en pie. Intenté mirarle a los
ojos, pero ni siquiera miraba en nuestra dirección. Sus ojos estaban fijos en el infini-
to. Estaba muy pálido y respiraba pesadamente. Nos miramos los unos a los otros y
creímos adivinarlo: la condena sólo podía ser a muerte. En caso contrario ¿por qué
estaba tan nervioso aquel hombre normalmente tan calmado? En ese momento em-
pezó a hablar. (…)
La función de este tribunal, como la de cualquier otro tribunal de cualquier otro país,
es imponer la ley y el orden y hacer respetar las leyes del estado en cuyo seno actúa.
El crimen del que los acusados han sido declarados culpables, es decir, el principal
cargo, el de conspiración, es en esencia un crimen de alta traición. El estado ha deci-
dido no presentar la acusación bajo esta forma. Con esto en mente y tras considerar
cuidadosamente la cuestión, he decidido no imponer a los acusados la pena de
muerte, que normalmente sería lo apropiado en un caso así. Ésa es toda la clemencia
que puedo asumir en coherencia con mi deber. La sentencia para todos los acusados
será de cadena perpetua. (p.p. 389 y 390)

211
Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
Rebeca Elizabeth Contreras López

A partir de ahí, Mandela pasó 27 años en prisión; los años más oscuros en la Isla
de Robben, en donde fue sometido a trabajos forzados y a todo tipo de medidas
tendientes a doblegar su voluntad. Fueron años en que los prisioneros plantea-
ron distintas reivindicaciones, empezando por ser considerados como presos
políticos, pero también años en que el aislamiento y la incomunicación les impi-
dieron participar en la lucha política de su organización.
En la reflexión sobre estos años en la Isla de Robben, Mandela, afirma: “La
prisión es una especie de crisol, una dura prueba en la que queda al descubierto
el carácter de un hombre. Bajo semejante presión, algunas personas muestran
verdadero valor, mientras que otros se revelan más débiles de lo que parecían”
(p. 471). Después de varios años, los prisioneros políticos lograron algunas con-
cesiones que les permitían actividades recreativas. En el siguiente pasaje queda
en evidencia la concepción que Mandela tenía de sí mismo, como estratega polí-
tico, que luego nos ayuda a entender su forma de actuar para iniciar los diálo-
gos con el gobierno sudafricano de De Klerk.
Además de los conciertos celebrábamos un torneo de ajedrez y damas, así como par-
tidas de Scrabble y de bridge. Cada año yo competía en la prueba de damas, y en algu-
na ocasión me llevé el premio gordo que, normalmente, consistía en una barrita de
caramelo. Mi estilo de juego era lento y deliberado; mi estrategia conservadora.
Estudiaba cuidadosamente las consecuencias de cada opción y me tomaba mi tiem-
po para cada movimiento. Aunque procuro evitar este tipo de comparaciones existe
cierta analogía entre mi método favorito de jugar a las damas y mis movimientos en
política (p. 471).
En esa etapa de reclusión, el movimiento del CNA seguía adelante, con una co-
bertura global que lograban quienes se encontraban exiliados en el extranjero.
En marzo de 1980 (16 años después de la sentencia) en el periódico “Johannes-
burg Sunday Post” apareció una historia con el encabezado ¡Liberad a Mandela!
Para ese momento estaba vigente, en Sudáfrica, la prohibición de publicar la
foto o cualquier cosa que hiciera referencia a Mandela, sin embargo, esta nota
fue un detonante para abrir un debate público acerca de la liberación de los pre-
sos políticos. En 1979, a Mandela le otorgaron el premio de derechos humanos
Jawaharlal Nehru en la India.
En la Isla de Robben, algunos pensaban que personalizar la campaña era
traicionar el carácter colectivo de la lucha, aunque también comprendieron que
“se trataba de una técnica para enardecer al público” (p. 522). En 1982, Mandela
y sus compañeros fueron trasladados a la prisión Pollsmoor, cerca de Ciudad
del Cabo.

Letras Jurídicas 212 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


Mandela y su largo camino a la libertad

En las nuevas condiciones de encarcelamiento, estaban más al tanto de lo


que ocurría en el mundo exterior y se dieron cuenta que la lucha se intensificaba
y que las fuerzas de defensa del gobierno sudafricano eran cada vez más crueles
con la población, incluidos mujeres y niños. Para ese momento, “La lucha con-
tra el apartheid había atraído la atención del mundo. En 1984, el obispo Des-
mond Tutu recibió el Nobel de la Paz” (p. 537). En varias ocasiones, el gobierno
intentó que Mandela aceptará su libertad a cambio de dejar la lucha por la liber-
tad, a lo que él se negó reiteradamente.
En 1985 el Ministro de asuntos exteriores Pik Botha le ofreció la liberación.
Para Mandela era indispensable responder a esta oferta, sobre todo para con-
vencer a sus compañeros dentro y fuera de la prisión que su voluntad era ina-
movible, pero también quería dejar claro al gobierno “que si bien rechazaba su
oferta debido a las condiciones que llevaba aparejadas, pensaba, no obstante,
que la negociación y no la guerra era el camino para hallar la solución” (p. 539).
En 1985, Mandela fue operado, después de eso su encarcelamiento sería en
solitario. Lo que le permitió iniciar negociaciones secretas con el gobierno Suda-
fricano, representado por el presidente De Klerk, por lo que tiempo después
ambos recibieron el Premio Nobel de la Paz (1993). Mandela fue liberado el do-
mingo 11 de febrero de 1990, después de que todos sus compañeros ya se en-
contraban en libertad. En el libro que comentamos narra sus últimos días en
prisión y luego su salida, seguida de eventos públicos que le causaron un gran
impacto emocional. En 1991 fue electo presidente del CNA en sustitución de su
amigo Oliver Tambo, hombre fundamental en el movimiento de liberación.
En 1994 se realizaron las primeras votaciones libres, en donde Mandela fue
electo Presidente del estado Sudafricano. La autobiografía que comentamos
termina con este episodio de la vida de Mandela y deja en claro a la vez, su hu-
mildad y grandeza. Pero a partir de ahí observamos una etapa extraordinaria
que implicó, a través del perdón y la reconciliación, empezar a recomponer el
deteriorado escenario político y social del país.
En 1994 se crea la Comisión para la Verdad y la Reconciliación, presidida por
el obispo Desmond Tutu (Premio Nobel de la Paz, 1984). Marrodán y Rivas
(2001), afirman:
…la salida del régimen del apartheid no puede entenderse sin un principio nuclear: la
búsqueda de la reconciliación. Ya no se trataba sólo de suspender las leyes injustas o
de liberar a los presos: era preciso además cerrar todas las heridas del pasado y po-
ner a cero el cronómetro de la historia. El rencor y los agravios históricos eran incom-
patibles con el futuro que se pretendía para Sudáfrica.

213
Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
Rebeca Elizabeth Contreras López

Para concluir, me parece sustancial recuperar la siguiente reflexión que nos


permitirá continuar el debate sobre este momento histórico y el trabajo de la
Comisión:
En este marco, la TRC se dio a la tarea de construir la memoria oficial de la nueva
Sudáfrica a partir de la investigación de violaciones a los derechos humanos (asesi-
nato, secuestro, tortura y malos tratos) cometidas desde 1960 hasta 1994 bajo un mó-
vil político. En dicho proceso se dio una constante pugna de intereses, la cual
permitió corroborar que en torno del concepto de memoria pueden suscitarse im-
portantes controversias que pueden involucrar el concepto de poder. En el caso es-
pecífico de la TRC, algunos miembros de los antiguos movimientos de liberación e
incluso de los integrantes del viejo régimen trataron de desafiar el trabajo de la Co-
misión. Un ejemplo claro fue Frederick de Klerk, el último presidente de la era del
apartheid, quien llevó a la TRC ante la Corte debido a que rechazo en todo momento
que su nombre estuviera implicado en el atentado de 1988 contra la Khotso House, la
sede del Consejo Sudafricano de Iglesias (SACC).
Debe subrayarse que en dicho proceso de remembranza, las víctimas y sus familia-
res tuvieron un papel central en la propuesta de memoria de la TRC dado que sus
narrativas fueron incorporadas a dicha construcción. Sin embargo, una de las críti-
cas más fuertes al trabajo de la TRC radicó en que la voz de estas víctimas parecía
perderse en torno de conceptos como la nación y la reconciliación porque las espe-
ranzas y sufrimientos personales fueron sacrificados ante la aplicación de la justicia
restauradora como una vía para impulsar a la nueva nación. (Ventura Navarrete)
Es importante señalar que, una vez concluido su mandato, Mandela dejó de ser
Presidente, lo que refleja, nuevamente, la coherencia con que vivió su paso por
la historia de la Humanidad.

Letras Jurídicas 214 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


Mandela y su largo camino a la libertad

Fuentes
Comisión de la Verdad y la Reconciliación en Sudáfrica. Consultada en [Link]
[Link]/es/recursos/comisionesdelaverdad/africa/[Link]
Fundación Nelson Mandela. [Link]
Marrodán, Javier y Rivas, Pedro. Sudáfrica. El perdón como motor de la historia en Nuestro
Tiempo. Revista cultural y de cuestiones actuales de la Universidad de Navarra. Espa-
ña. Número 682 enero-marzo 2001 consultado en [Link]
tiempo/es/temas/sudafrica-el-perdon-como-motor-de-la-historia
Ventura Navarrete, María del Rayo. La Comisión de la Verdad y la Reconciliación
(TRC) y su vínculo con la transición democrática sudafricana. El Colegio de Mé-
xico, consultado en [Link]
TERNACIONAL%20DE%20ALADAA/[Link]

215
Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
Sobre la violencia contra la mujer, Naciones Unidas
Rita María León López *

Manual de legislación sobre la violencia contra la mujer, Departamento


de asuntos económicos y sociales-División para el adelanto de la mujer,
Naciones Unidas, NY, 2010.
Un manual publicado por la Organización de las Naciones Unidas, en el año de
2010, llevado a cabo por la División para el adelanto de la mujer del departa-
mento de asuntos económicos y sociales, en colaboración de la Comisión de la
condición jurídica y social de la mujer, el Consejo económico y social y la Asam-
blea General de las Naciones Unidas en materia de igualdad entre los géneros y
el empoderamiento de la mujer.
Contiene prologo escrito por la Vicesecretaria General de las Naciones Uni-
das, Asha-Rose Migiro, quien aquí menciona, que a nivel mundial se trata de
detener la violencia contra las mujeres. Por lo cual, en el año 2008 inicio el Secre-
tario General la campaña internacional multianual, “UNidos para poner fin a la
violencia contra las mujeres”, y uno de los objetivos es que antes del 2015 los
países asuman y cumplan las leyes nacionales que regulan y castigan todas las
formas de violencia, en cooperación con las normas internacionales de los dere-
chos humanos.
En opinión de Migiro, considera recomendable el manual por el marco legis-
lativo, para las iniciativas creadas en procuración de justicia, protección y repa-
ración jurídica por los agresores a las agraviadas; así como, concientizar al
personal dedicado a realizar esta función quienes deben mostrar sensibilidad
además de gran capacidad.
La introducción presenta un índice general de las 3 partes que componen di-
cho manual; el marco jurídico y político, un marco modelo y, finalmente nume-
ra criterios prioritarios para crear una legislación, con proyección al derecho
internacional y los estados miembros tienen obligación de “promulgar, aplicar
* Antropóloga por la Universidad Veracruzana, maestrando por la ENAH-UV, adscrita al centro de estu-
dios sobre derecho, globalización y seguridad de la Universidad Veracruzana.

216
Sobre la violencia contra la mujer, Naciones Unidas

y supervisar dicha legislación que regula todas las formas de violencia contra la
mujer”.
Desde hace veinte años, algunos estados han tratado en materia de violencia
contra la mujer, y aún existen vacíos que resolver en sus legislaturas. Ante este
panorama el Secretario General de la ONU; lanzó la campaña “UNidos para po-
ner fin a la violencia contra las mujeres” y pretende lograrlo antes del 2015, en
todos los países.
En el presente 2014, en los meses que han transcurrido, hemos observado
eventos de agresiones hacia mujeres niñas y adultas. Un ejemplo de ello, el caso
reciente; el secuestro de más de 300 niñas de Nigeria (AI). Las cifras de violacio-
nes que siguen soportando las niñas y adultas en el mundo, la estadística del
2013 registra que el 35% de las mujeres en el mundo ha padecido violencia física
y/o sexual, dentro de la convivencia de pareja o fuera de esta (ONUMUJERES).
La segunda parte aborda, El marco jurídico y de política a escala internacio-
nal y regional; en ella se encuentran los instrumentos jurídicos y de política y ju-
risprudencia a escala internacional, resultado de tratados internacionales en el
tema de Derechos Humanos.
Y los estados miembros son responsables de seguir los marcos jurídicos na-
cionales, a través de las recomendaciones por el Comité de las Naciones Unidas
para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer y, los Derechos huma-
nos; vigilen las leyes contra la violencia y los malos tratos desde los familiares,
la violación hasta los ataques sexuales. Obtengan los medios jurídicos primor-
diales en la protección de las mujeres contra la violencia.
Destaca que, es importante la presentación de informes para conocer la si-
tuación que mantiene cada estado miembro con los tratados jurídicos, de esta
forma creen hacer cumplir que cualquier tipo de violencia en contra de la mujer
o niña; se juzgue y castigue al agresor, se dé accesibilidad inmediata a los me-
dios de reparación y protección, así como, hacer cumplir la ley por los funciona-
rios responsables.
Cuán importante es que se mantenga vigilado e informado el comité, limita-
do a recomendar; el crear, anexar o ampliar las legislaciones o los marcos jurídi-
cos, si los ejemplos expuestos (en este manual), citan el caso de Ciudad Juárez,
Chihuahua, el comité realizó una recomendación desde la convención de la
CEDAW en el 2005. Y a la cual haré referencia, por la persistencia de los eventos
violentos en contra de las mujeres y niñas, desde entonces. La recomendación
es: “…sensibilice a todas las autoridades estatales y municipales respecto a la
violencia de género, entendida como violación de derechos fundamentales,
217
Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
Rita María León López

como primer paso para llevar a cabo una revisión sustantiva de la legislación en
este ámbito” (pág. 8).
El marco legislativo en los derechos humanos ha creado tratados internacio-
nales, en materia de la trata de personas; en contra de la Delincuencia organiza-
da transnacional, entre ellos, el Protocolo de Palermo y el estatuto de Roma
(reconoció legalmente la violencia por razón de género como delito y a través
del Derecho penal internacional).
Los instrumentos internacionales de política vienen a complementar el legis-
lar en esta materia, a los instrumentos jurídicos y de política, así como de juris-
prudencia a escala regional, existen varios ejemplos, de los cuales señalamos
uno: la convención de Belém do Pará —Convención interamericana para preve-
nir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer—, el Protocolo de la carta
africana de derechos humanos y de los pueblos relativo a los derechos de la mu-
jer en África. Y hacia el lado asiático, la convención sobre la prevención y la lu-
cha contra la trata de mujeres y niños con fines de prostitución, aprobada por la
Asociación del Asia meridional para la cooperación regional; el Convenio del
consejo de Europa sobre la lucha contra la trata de personas, que desde el 2008
inició. El caso en la región de los Países Bajos, donde el Tribunal Europeo de De-
rechos humanos, evaluó que vulneraron los Derechos humanos de una mujer
joven que presentaba una discapacidad psíquica. Otro caso regional en el Sur
de América, concretamente en Perú, se dio la esterilización impuesta; y el caso
de Brasil, donde se vulneraron los Derechos humanos de la mujer María da
Pehna, por manejar con ineficacia su investigación de violencia doméstica.
Debido a la necesidad de facilitar los tratados de legislación de los estados
miembros o los organismos dedicados a la protección de los Derechos humanos
y de la Mujer, han optado por crear “modelos” de marcos jurídicos y legislati-
vos. Uno de estos ejemplos es el que se desarrolló en 1996, la Relatora especial
de la Naciones Unidas sobre la violencia contra la Mujer en ese año presenta un
modelo de marco de legislación; de entre los pedimentos está, uno de interés
excepcional, por su tratamiento: Contenga la definición más amplia posible de
actos de violencia doméstica y relaciones en las que se da dicha violencia. Hasta
el límite de generar o procurar justicia a las mujeres violentadas.
En el tercer apartado, el Marco modelo para la legislación en materia de vio-
lencia contra la mujer; desarrolla 14 temas, en general abordan las recomenda-
ciones de instrumentos legales para procurar protección y conservación de la
integridad de las mujeres.

Letras Jurídicas 218 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


Sobre la violencia contra la mujer, Naciones Unidas

Estos 14 temas consideran puntos convenientes, cuyos contenidos van desde


los derechos humanos; su aplicación; una supervisión y evaluación; las defini-
ciones de las varias violencias contra la mujer; prevención, protección, apoyo y
asistencia a las demandantes y supervivientes; derechos de las mujeres inmi-
grantes; la investigación tanto policiaca, como la fiscalía, la detención y el enjui-
ciamiento; procedimientos judiciales y pruebas; órdenes de protección;
condenas; demandas civiles; derecho de familia, y por último, la legislación en
materia de asilo. Y cada uno de ellos, es detallado por un comentario reflexivo,
indicando casos con ejemplos en algunos países, que ya han instaurado marcos
jurídicos en materia de violencia contra la mujer.
Considero que de estos apartados, los relevantes son: el de los derechos hu-
manos la prevención, protección, apoyo y asistencia a las demandantes y super-
vivientes y procedimientos judiciales y pruebas; por el hecho mismo, el de
atender a la parte agraviada.
El cuarto y último apartado, trata de los procedimientos a seguir para crear
legislación en materia de violencia contra la mujer. En sólo tres pasos:
Paso 1. Definir el objetivo legislativo. Cuyos puntos relevantes son prevenir-
la, avalar una investigación, el enjuiciamiento y el castigo de los autores, y la
protección a las víctimas.
Paso 2. Consultar a las partes interesadas pertinentes. Es decir, las mujeres
que han padecido, las o los acompañantes de las supervivientes-demandantes
(entre estos, organizaciones no gubernamentales, comprometidas en el tema de
la violencia contra la mujer, trabajadores sociales, asesores, sistemas educati-
vos, líderes religiosos y periodistas), los organismos gubernamentales, (institu-
ciones nacionales de DDHH, el sistema de justicia, profesionales sanitarios,
institutos nacionales de estadística).
Paso 3. Elaborar legislación con un enfoque empírico. La experiencia provee
de seguridad al realizar un correcto planteamiento en la prevención y trata-
miento de a la violencia contra la mujer.
Hasta hace poco desconocía la existencia de este manual, como muchos
otros documentos, tratados, convenciones, necesarios para reconocer los dere-
chos de una mujer infante o adulta en un país, y en el mundo.

219
Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
Rita María León López

Fuentes
[Link]
[Link]
[Link]
[Link]

Letras Jurídicas 220 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


COMENTARIOS RELEVANTES
Política y amor en Agustín Basave
Guillermo Santiago Arriaga *

La problemática política y el desprecio por el servicio público conducen a refle-


xionar y analizar de manera contundente las problemáticas que padece la socie-
dad del mundo actual. Por eso mismo, pensar la política desde el aspecto moral
y normativo del amor, como fundamento ético brinda una nueva perspectiva
sobre el quehacer en el ámbito del servicio público y político.
Desde los albores de la civilización nos llegan vestigios de estructuras socia-
les que evidencian la capacidad dialógica del individuo y su búsqueda del bien
común, origen de todas las comunidades políticas. A través de la historia del
pensamiento han habido importantes aportaciones teóricas en torno a la activi-
dad política como las de Platón, Aristóteles, Maquiavelo, Hobbes y Marx, entre
otros.
Al indagar la filosofía sobre el quehacer político, sus orígenes y su desarrollo
natural, surgen muchas preguntas, pues, si bien es cierto que la política nace de
la necesidad del bien común y de la permanencia de la existencia del ser huma-
no ¿por qué entonces los fracasos de los sistema políticos? ¿Por qué las guerras,
las tiranías y los crímenes contra la humanidad? Pareciera que el hombre aban-
donó el propósito de la vida, y en vez de eso abrazó su deseo irracional de poder
y conquista sobre sus iguales, dejando de coexistir por y para los otros, a causa
de la apatía nacida de la ignorancia, la intolerancia y el odio que rompen las
cuerdas que nos ligan a la última finalidad de la existencia, y de realizarnos ple-
namente en lo individual y lo comunitario. La carencia del sentido común y la
ceguera moral conducen a la crisis y al caos, no solo en el ámbito de la política,
sino de todo el quehacer humano; la política busca influir en la voluntad de los
personas, pero no es moral por sí misma, no obstante, es la moralidad que resi-
de en el ser humano la que conduce su acción social y política.

* Licenciado en Filosofía y Humanidades por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma


de Nuevo León. Profesor asociado de Antropología Criminológica en el departamento de Filosofía del Dere-
cho en el Centro de Investigación de Tecnología Jurídica y Criminológica de la Facultad de Derecho y Crimi-
nología de la Universidad Autónoma de Nuevo León.

223
Guillermo Santiago Arriaga

La fragilidad de los sistemas políticos se origina en la falta de igualdad y li-


bertad, esto aunado a que los medios para el desarrollo físico, intelectual, moral
y social que el Estado proporciona a sus ciudadanos son insuficientes. La desor-
ganización en la administración de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial,
debilitan la estructura política y el porvenir del Estado, lo que puede desenca-
denar en guerra civil o revolución. No cabe duda que la raíz de la ruptura de
todo orden social y político, reside en el hombre mismo y no fuera de él. Ignorar
la necesidad de construir un Estado eficaz para un pleno desarrollo aleja a la so-
ciedad de la verdadera finalidad de su origen y dificulta el propio desarrollo y
cumplimiento de la finalidad de los sistemas políticos, finalidad que es la con-
servación de la existencia del ser humano. El egoísmo e indiferencia del hombre
lo han llevado a la destrucción y al caos de la sociedad civil. De ahí que se re-
quiere de un pensamiento reflexivo y profundo, que permita al hombre conocer
y hacer aquello que le es propio a su existir y a su necesidad de trascendencia
para alcanzar su plenitud substancial.
Para comprender la problemática de la realidad política se exige saber qué es
el hombre, lo que en palabras del doctor Basave “no es una colección de sustan-
cias específicas distintas, sino una especie completa, a la vez corpórea, viviente,
sensible y racional.”1 Mas siendo el hombre consciente de su modo de ser y en
función de esto actuar; se añade, el deseo humano de comunicarse, de expresar
su existir, su necesidad de asociación y su historicidad. Por su complejidad, la
existencia del hombre transcurre en medio de diferentes fuerzas, estructuras
sociales y culturales que a su vez repercuten directamente en él, aunque en la fi-
losofía basaviana el hombre es la base y el operador de su propia existencia.
El abordar la ciencia política desde una óptica periférica, por ejemplo, la eco-
nómica o la social, conduce a teorías que no apuntan a su causa primera, el ser
humano, y solo se señalan ciertos medios por los cuales el hombre se sirve para
buscar su plenitud, felicidad y la realización plena de su existencia, por lo que
estos medios usurpan el verdadero sentido de lo humano dado que no dan una
solución certera y efectiva al problema del hombre y consecuentemente al de la
sociedad y el Estado. Basave dice que es necesario: “conocer la esencia del hom-
bre, para estar en aptitud de comprender nuestros problemas personales que
están envueltos en la esencia del homo humanus,”2 por lo cual, “necesitamos

1 BASAVE FERNÁNDEZ del Valle, Agustín. La filosofía del hombre México. Colección Austral. Edit. Espa-
sa-Calpe mexicana, s.a. México. 1989.. Pág. 48.
2 Ibídem. Pág. 33.

Letras Jurídicas 224 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


Política y amor en Agustín Basave

conocernos para actuar y para dirigirnos.”3 Despertar del sueño de la ignoran-


cia de lo que verdaderamente somos nos permite reinterpretar el sentido de lo
humano, asistir y aliviar el dolor de las heridas causadas por la devastación y
violencia que acongojan desde tiempos ancestrales a la humanidad. Esta real
conciencia de la existencia, nos confronta con el universo y la naturaleza, mos-
trando nuestra finitud, contingencia y finalmente nuestra mortalidad como lo
más cierto de la vida del hombre y evidencia material de su fragilidad. Conocer
la esencia del hombre, significa una conciencia de quién soy y de lo que me consti-
tuye como persona humana, así como el reconocimiento del otro, quien me con-
fronta con mi individualidad y finitud. Solo desde este punto de vista
antropológico, es posible comenzar un ejercicio político, que reivindique el pro-
pósito y finalidad universal de la sociedad civil y política y que como un todo
apunte a la plenitud substancial.
Conocer su contingencia e historicidad, le descubre al hombre su ser como
un instante comparado con la eternidad, lo que causa angustia e incertidumbre,
y necesidad de encontrar su propósito, “un afán de vida me lleva más allá de mí
mismo,”4 un anhelo de “estabilidad, duración, ser acumulado.”5 Ese afán es
propio de su esencia y busca extenderse allende lo material e histórico, este afán
es desear permanecer y seguir existiendo; es pánico al no ser.
La mortalidad, tan humana y real, cambia el sentido a la vida misma, porque
la muerte “es un límite inmanente de la vida que configura y matiza todos sus
contenidos.”6 Pero dentro de la esencia humana, yace el anhelo de vencer este
límite y un sentido de trascendencia. No obstante, le parece al ser humano en-
contrar plenitud y satisfacción de trascender en su descendencia, al identificar-
se con el otro como consigo mismo, ya que por esta vía, su herencia histórica y
natural, permanece vigente. Por consiguiente, la familia se origina en ese afán
de trascender en el tiempo, de vencer sus límites, y así socavar el vacío existen-
cial que se presenta por el desconocimiento del sentido de la existencia, desco-
nocimiento del verdadero sentido de la vida, el que la hace incomprensible e
inapresable, y al hombre lo hace consciente de su desamparo ontológico; pero,
es esa necesidad de conocer el sentido de la vida que dirige la voluntad del
hombre a inquirir sobre los causas primeras de su propia existencia, en su esen-
cia está la necesidad de buscar “una vida mejor, más abundante, más intensa,

3 Ibídem.
4 Ibídem. Pág. 85.
5 Ibídem.
6 BASAVE FERNÁNDEZ del Valle, Agustín. Metafísica de la muerte. Edit. Avgvstinvs. Madrid. 1965. Pág. 66.

225
Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
Guillermo Santiago Arriaga

más plena,”7 la que conoce el sentido. La familia es causa de la sociedad, y su


fundamento es el individuo quien sufre su “desamparo ontológico y su afán de
plenitud,”8 que se reconoce como un ser para la muerte y sabe de su incapaci-
dad radical y busca la plenitud substancial. Además, el ser humano se halla en
la necesidad moral del otro, alguien que haga menguar su soledad y angustia.
La naturaleza y las distintas estructuras que lo envuelven y eventualmente po-
nen en riesgo su vida lo hace consciente de esa su “insuficiencia radical”9 y “de
la necesidad de amparo,”10 finalmente, necesita de la vida en sociedad como
respuesta a su deseo de “conservación, desarrollo físico y cumplimiento de sus
tareas intelectivas y morales.”11
El Estado surgió de la necesidad de una sociedad organizada, eficaz, sufi-
ciente y capaz de proveer protección y seguridad, para “satisfacer las necesida-
des cotidianas de existencia y para perpetuarnos”.12 Bajo la estructura social los
hombres pueden convivir voluntariamente en una relación de comunidad que
los identifica como pueblo teniendo en común raza, cultura, lenguaje, etc. El
Estado político, tiene la obligación de velar por la integridad y protección de
aquellos quienes viven dentro de su territorio, y proporcionar un camino que
coadyuve a lograr su plenitud substancial; no obstante, este propósito original,
tanto de la sociedad como del Estado se corrompió por la propia naturaleza hu-
mana. El Estado político debe cimentarse sobre el bien común, para no buscar
solo “la ventaja de una clase de individuos; sino la de todos, cualquiera que sea
el carácter o la función que los individualice en la sociedad.”13 De manera tal
que así, se allana el camino para empezar la búsqueda de la plenitud substan-
cial.
El regreso al propósito original de la sociedad es insuficiente en sí mismo
para la reconstrucción del orden social y mucho menos del Estado, ya que la so-
lución depende del ser humano individual, pero solo es posible esta solución
mediante un cambio de paradigma ético, de una transformación de la cosmovi-
sión. Por eso el doctor Agustín Basave pugna por el “amor que construye, que

7 BASAVE FERNÁNDEZ del Valle, Agustín. La filosofía del hombre México. Colección Austral. Edit. Espa-
sa-Calpe mexicana, s.a. México. 1989. Pág. 87.
8 Ibídem. Pág. 174.
9 Ibídem. Pág. 175.
10 Ibídem.
11 Ibídem.
12 BASAVE FERNÁNDEZ del Valle, Agustín. Teoría del Estado. México. Editorial Trillas. 2005. Pág. 89.
13 Ibídem. pág. 112.

Letras Jurídicas 226 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


Política y amor en Agustín Basave

edifica éticamente,”14 y le otorga al amor el papel de principio ordenador de las


operaciones morales de las personas y de solución a la crisis del hombre mismo.
Solución que se aplica primeramente a lo individual, para luego continuar en
los distintos estratos sociales y políticos, pero como principio ético verdadero y
universal, que dirige la mirada del hombre hacia la plenitud substancial, por-
que el amor es un “movimiento óntico de nuestro ser, que conduce cada ente
hacia la perfección axiológica que le es peculiar y que le corresponde.”15
A causa de su propia naturaleza el amor dignifica, enriquece la existencia y
dirige hacia la trascendencia. Con el amor, “se tiene la clara conciencia de un
destino del hombre,”16 por ser universal, apunta al bien supremo y a la verdad.
El amor invita a la búsqueda de la verdad, a lo fidedigno y real, a lo concreto y lo
abstracto; a descubrir el fundamento de la esencia humana para encontrar
aquello que me configura. Genera un espíritu de aventura y un deseo inquisi-
dor de la realidad y de sí mismo. Vuelve al hombre amante de lo que si es, inves-
tigador de los fundamentos primeros sobre los que transcurre su devenir
existencial.
El amor es la navaja que corta el odio y la indiferencia humana, y ayuda a la
identificación empática con los demás; ya que “el sentido y el valor de las perso-
nas aparece a la conciencia amorosa.”17 El amor nos lleva a aceptar al otro, reco-
nociendo su valor y dignidad, entendiendo que ese valor no reside en lo que
posee, sino en lo que es, un ser complejamente existente y radicalmente seme-
jante a mí mismo. Por consiguiente, la búsqueda de la plenitud no se logra en la
soledad y en la ausencia de la comunidad, sino en la compleja estructura social.
No es posible romper el vínculo, entre ética y política; pero su reflexión pue-
de ser orientada hacia pensar y accionar efectivamente. Es solo desde el ethos
que el ejercicio político puede sufrir un giro paradigmático, y consecuentemen-
te, proporcionar un nuevo sentido teleológico a la práctica política y del Estado.
Padecer una revolución, a causa del amor en la propia existencia humana y en
la conciencia individual que aclara el conocimiento de la realidad misma.

14 BASAVE FERNÁNDEZ del Valle, Agustín. La civilización del amor. –Reflexiones para una sociedad en crisis-
México. Colec. Filosofía. Fondo de Cultura Económica. 2006. Pág. 34.
15 BASAVE FERNÁNDEZ del Valle, Agustín. Amor y amistad. México. Humanitas. Anuario del centro de es-
tudios humanísticos de la UANL. 2001. Pág. 22.
16 Ibídem. Pág. 19.
17 BASAVE FERNÁNDEZ del Valle, Agustín. La civilización del amor. –Reflexiones para una sociedad en crisis-
México. Colec. Filosofía. Fondo de Cultura Económica. 2006. Pág. 38.

227
Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
La política es la “actividad que crea, desarrolla y ejerce el poder orientado al
bien común,”18 pero no le es posible al hombre político alcanzar dicha finalidad
si no es orientado e instruido por el amor. “El dirigente político soluciona las si-
tuaciones concretas en las que tiene algo que hacer u omitir,”19 pero en ese ele-

18 BASAVE FERNÁNDEZ del Valle, Agustín. Teoría del Estado. México. Editorial Trillas. 2005. Pág. 77.
19 Ibídem. pág. 89.
Política y amor en Agustín Basave

gir “debe instruir su conciencia y pedir luces a la ciencia,”20 para ejercer


satisfactoriamente la responsabilidad que ha sido depositada en su persona.
Una postura abierta del hombre con respecto a la verdad y el amor, capacita su
inteligencia para la reflexión profunda y clara, y así, puede vencer la oscuridad
de la ignorancia. El amor, como principio auténtico y universal, contrarrestará a
la razón individual y particular, proveyendo máximas que emancipen al hom-
bre de las cadenas de la soledad y del egoísmo, y de tal manera, practicar una
política hacia el bien común.
La reflexión filosófica, sistemática y creativa, puede ofrecer un nuevo pano-
rama de la realidad humana y además, también construir un camino que per-
mita al hombre unir su práctica política y el amor, este último como
fundamento de sus operaciones morales. Es aquí en este punto donde comienza
la meditación, la indagación de una manera innovadora de accionar en el ámbi-
to de la política.

20 Ibídem.

229
Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
Guillermo Santiago Arriaga

Bibliografía
BASAVE FERNÁNDEZ DEL VALLE, Agustín, Metafísica de la muerte. Edit. Avgvstinvs.
Madrid. 1965.
______________, La filosofía del hombre México. Colección Austral. Edit. Espasa-Calpe
mexicana, s.a. México. 1989
______________, Amor y amistad. México. Humanitas. Anuario del centro de estudios
humanísticos de la UANL. 2001.
______________, Teoría del Estado. México. Editorial Trillas. 2005.
______________, La civilización del amor. —Reflexiones para una sociedad en crisis— Méxi-
co. Colec. Filosofía. Fondo de Cultura Económica. 2006.

Letras Jurídicas 230 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


Comentarios al Código Nacional de
Procedimientos Penales
Óscar Hernández Carmona *

La reforma constitucional del 18 de junio de 2008 es la de mayor importancia en


cuanto al sistema de justicia penal se refiere, se pretende con la misma incluir
principios en que sustenta el sistema de impartición de justicia en materia pe-
nal, que va desde el inicio de la investigación hasta el cumplimiento de las san-
ciones en la etapa de ejecución de sentencia.1
La referida reforma involucra de manera importante a todos los actores del
sistema de enjuiciamiento penal, como jueces, ministerios públicos, defensores,
policías, peritos, autoridades encargadas del sistema de reinserción social, ade-
más de instituciones de educación como universidades y la sociedad misma. El
constituyente buscó transitar hacia un sistema de justicia de corte acusato-
rio-adversarial. Para ello, estableció un plazo de ocho años para que todas las
instituciones involucradas realizaran las adecuaciones necesarias dentro del
ámbito de sus respectivas competencias.
Las características generales de la reforma constitucional se reducen en los
siguientes puntos: a) La implementación de un sistema penal de corte acusato-
rio adversarial, donde se privilegie el esclarecimiento de los hechos, se proteja
al inocente, se procure que el culpable no quede impune y que los daños causa-
dos por el delito se reparen.
Lo anterior, se regirá por los principios de publicidad, contradicción, con-
centración, continuidad, e inmediación, con la característica de la oralidad. Ta-
les principios ayudaran a fomentar la transparencia y la relación entre el juez y

* Licenciado en Derecho, Maestro en Psicología Jurídica y Criminología, Máster en Derecho Penal, Procesal
Penal y Criminología, Candidato a Doctor en Derecho, Secretario de Estudio y Cuenta adscrito a la Tercera
Sala del Tribunal Superior de Justicia del Estado.

1 El 18 junio de 2008, fue publicada en el Diario Oficial de la Federación el DECRETO por el que se refor-
man y adicionan los artículos 16, 17, 18, 19, 20, 21 y 22; las fracciones XXI y XXIII del artículo 73; la fracción VII
del artículo 115 y la fracción XIII del apartado B del artículo 123, todos de la Constitución Política de los Esta-
dos Unidos Mexicanos.

232
Comentarios al Código Nacional de Procedimientos Penales

las partes. b) La inclusión de jueces de control, quienes resolverán de menera in-


mediata las solicitudes de medidas cautelares, y sobre todo calificar la deten-
ción del imputado en los supuestos de flagrancia y caso urgente. Un Juez de la
causa, quien se hará cargo del asunto desde el auto de vinculación hasta la sen-
tencia y un Juez ejecutor quien vigilará la correcta ejecución de la pena. c) Una
nueva regulación de las medidas cautelares, entre ellas, la prisión preventiva
que tendrá carácter excepcional. d) Inclusión de mecanismos alternos de solu-
ción de controversias. e) Un nuevo elenco de garantías tanto de la víctima como
del imputado y la inclusión de principios generales del proceso penal. f) Un ré-
gimen especial en asuntos relacionados con la delincuencia organizada.
La referida reforma constitucional, estableció en el artículo segundo transi-
torio que el sistema procesal penal acusatorio previsto en los artículos 16, párra-
fos segundo y decimotercero; 17, párrafos tercero, cuarto y sexto; 19; 20 y 21,
párrafo séptimo, de la Constitución, y entrará en vigor cuando lo establezca la
legislación secundaria correspondiente, sin exceder el plazo de ocho años, con-
tado a partir del día siguiente de la publicación de la aludida reforma. Lo ante-
rior, trajo como consecuencia que se realizaran trabajos legislativos, los cuales
concluyeron con la publicación del Código Nacional de Procedimientos Pena-
les, en el Diario Oficial de la Federación de 5 de Marzo de 2014.
El Código Nacional de Procedimientos Penales, se compone de dos libros y
contiene un total de 490 artículos. La primera parte se refiere a disposiciones ge-
nerales relativas a cuestiones de competencia, principios del procedimiento, la
forma en que se deben desarrollar los actos procedimentales, los sujetos que in-
tervienen en el procedimiento y medidas cautelares; la segunda parte contiene
las soluciones alternas al conflicto y formas de terminación anticipada del con-
flicto, así como la descripción y tramitación de cada una de las etapas del proce-
dimiento, los procedimientos especiales, lo relativo al trámite de las personas
inimputables, la asistencia jurídica internacional en la materia, los recursos e in-
cidentes de inocencia del sentenciado y anulación de sentencia.
El Código Nacional de Procedimientos Penales, establece las normas que
han de observarse en la investigación, procesamiento y sanción de los delitos
cometidos en el territorio nacional que sean competencia de los órganos ju-
risdiccionales locales y federales.
El referido Código Nacional, establece un glosario de dieciséis descripciones
normativas, tales como: Asesor jurídico, Código, Consejo, Constitución, Defen-
sor, Entidades federativas, Juez de control, Ley Orgánica, Ministerio Público,
Órgano jurisdiccional, Policía, Procurador, Procuraduría, Tratados, Tribunal

233
Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
Óscar Hernández Carmona

de enjuiciamiento, Tribunal de alzada.2 Lo anterior, se infiere se realizó con el


propósito de que los encargados del sistema de justicia penal utilicen las mis-
mas definiciones operativas.
El Código establece las reglas generales de competencia, la facultad de atrac-
ción de la jurisdicción federal para aquellos delitos en los que la Constitución
así lo manda, la competencia por razón de seguridad, la competencia auxiliar y
la autorización judicial para realizar diligencias urgentes, así como las clases,
reglas y procedencia de la incompetencia.3
En cuanto a los actos procesales, los aspectos novedosos que contiene el Có-
digo Nacional de Procedimiento Penales, son que el desarrollo de las audien-
cias serán de forma oral, se incluyó la posibilidad de que los registros de las
actuaciones en todo el procedimiento se realicen por cualquier medio técnico
disponible, entendiéndose los de escritura, audio o video y en general por cual-
quier soporte que garantice su reproducción.
Los sujetos procesales previstos en el Código son los siguientes: El Órgano
Jurisdiccional, El Ministerio Público, El Imputado, La Víctima u Ofendido, El
Defensor, El Asesor Jurídico, La Policía y La Autoridad Ejecutora de Medidas
Cautelares y Suspensión Condicional del Proceso. Tendrán la calidad de partes
en los procedimientos: el imputado y su defensor, el Ministerio Público, la vícti-
ma u ofendido y su asesor jurídico.4
El nuevo Código incorporó disposiciones relativas a las formalidades que
deberán observarse durante la detención de un imputado, en la realización de
inspecciones o cateos, o en los procedimientos a seguir cuando la autoridad so-
licita o impone providencias precautorias o medidas de protección. Además se
incluyó la reglamentación de los actos de molestia relacionados con la posible
violación a derechos humanos, o bien, que afecten el debido proceso, para ello,
se estableció que algunas diligencias de investigación requieren autorización
previa del juez de control siendo las siguientes: La exhumación de cadáveres,
las órdenes de cateo, la intervención de comunicaciones privadas y correspon-
dencia, la toma de muestras de fluido corporal, vello o cabello, extracciones de
sangre u otros análogos, cuando la persona requerida, excepto la víctima u
ofendido, se niegue a proporcionar la misma, el reconocimiento o examen físico
de una persona cuando aquélla se niegue a ser examinada.5

2 Artículo 3. Código Nacional de Procedimientos Penales.


3 Ibídem., Libro Primero, Titulo III, Capítulos I y II.
4 Ibídem., Artículo 105.
5 Ibídem., Artículo 252.

Letras Jurídicas 234 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


Comentarios al Código Nacional de Procedimientos Penales

En los últimos días se ha comentado que algunos preceptos del Código Na-
cional de Procedimientos Penales, resultan violatorios de derechos humanos,
en particular los relativos a la facultad que tiene el Ministerio Público para la
práctica de diligencias con o sin autorización judicial, se refieren al asegura-
miento, embargo o decomiso de bienes del imputado, se dice que con ese actuar
de las autoridades se estaría aplicando una sanción sin que mediara sentencia,
en franca violación a la garantía de seguridad jurídica; además de la inspección
del lugar del hecho o del hallazgo, la inspección de personas, la revisión corpo-
ral; la inspección de vehículos; la aportación de comunicaciones entre particula-
res; el reconocimiento de personas; la entrega vigilada y las operaciones
encubiertas, y la entrevista a testigos, diligencias que eventualmente podrían
atentar contra la inviolabilidad del domicilio, la integridad física de las perso-
nas, y la privacidad.6
Se incluyeron en la nueva legislación los criterios de oportunidad que con-
sisten en márgenes de discrecionalidad, mediante los cuales el ministerio públi-
co en casos específicos podrá prescindir del ejercicio de la acción penal, con el
propósito de que los recursos humanos y materiales de la procuración y admi-
nistración de justicia, se concentren en el enjuiciamiento de sujetos que actuali-
zan conductas que afectan valores importantes para la sociedad.
Los mecanismos alternos de solución a los conflictos se presentan en el Códi-
go Nacional de Procedimientos Penales, al incluirse un título relativo a las solu-
ciones alternas y formas de terminación anticipada del proceso; lo anterior, a
través de acuerdos reparatorios entre las partes, se regula su procedencia, opor-
tunidad y substanciación, y la suspensión condicional del proceso, entendién-
dose como tal el planteamiento de la fiscalía, con un plan detallado sobre el
pago de la reparación del daño, con una expectativa de tutela de los derechos de
la víctima, que de cumplirse traerá como consecuencia la extinción de la acción
penal.
Se prevé en la nueva legislación procesal la acción penal por particulares,
procederá solo en delitos perseguibles por querella, cuya penalidad sea alterna-
tiva, distinta a la privativa de la libertad o cuya punibilidad máxima no exceda
de tres años de prisión. En estos casos la víctima u ofendido, podrá acudir direc-
tamente ante el Juez de control ejerciendo acción penal por particulares, en caso
que cuente con datos que permitan establecer que se ha cometido un hecho que
la ley señala como delito y exista probabilidad de que el imputado lo cometió o

6 Ibídem., Artículos 249 y 252.

235
Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
Óscar Hernández Carmona

participó en su comisión, en tal caso deberá aportar para ello, los datos de prue-
ba que sustenten su acción, sin necesidad de acudir al Ministerio Público.7
El procedimiento contemplado en el presente proyecto incluye las siguientes
etapas: La de investigación, que comprende a) Investigación inicial, que co-
mienza con la presentación de la denuncia, querella u otro requisito equivalente
y concluye cuando el imputado queda a disposición del Juez de control para
que se le formule imputación, y b) Investigación complementaria, que com-
prende desde la formulación de la imputación y se agota una vez que se haya
cerrado la investigación. c) La intermedia o de preparación del juicio, que inclu-
ye desde la formulación de la acusación hasta el auto de apertura del juicio; y d)
La de juicio, que va desde que se recibe el auto de apertura a juicio hasta la sen-
tencia emitida por el Tribunal de Juicio.
A los juzgadores se les concede libremente el valor correspondiente a cada
uno de los datos y pruebas, de manera libre y lógica. En todos los casos, deberá
justificar adecuadamente el valor otorgado a las pruebas y explicará y justifica-
rá su valoración con base en la apreciación conjunta, integral y armónica de to-
dos los elementos probatorios.
La promulgación del Código Nacional de Procedimientos Penales, innova el
procedimiento penal al sustituir a los 33 códigos de procedimientos penales
que hoy están en vigor en el país, regula los derechos de víctimas y procesados,
y con ello armoniza su contenido al del precepto 20 constitucional.
La incorporación de este nuevo sistema requiere de la infraestructura nece-
saria para que los juzgados y tribunales cuenten con el espacio físico indispen-
sable para la realización de las audiencias de juicio oral, lo que infiere una
inversión cuantiosa de recursos, para con ello, lograr el éxito y materialización
del objeto del proceso penal.
Este Código en comento, de acuerdo con el artículo segundo transitorio en-
trará en vigor a nivel federal de forma gradual, en los términos previstos en la
declaratoria que al efecto emita el Congreso de la Unión previa solicitud con-
junta del Poder Judicial de la Federación, la Secretaría de Gobernación y de la
Procuraduría General de la República, sin que pueda exceder del 18 de junio de
2016. En los Estados del país el Distrito Federal, la Ley entrará en vigor en los
términos que establezca la declaratoria que cada uno de los congresos locales
emita, previa solicitud de la autoridad encargada de la implementación del Sis-
tema de Justicia Penal Acusatorio en cada una de ellas.

7 Ibídem., Artículo 426.

Letras Jurídicas 236 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


Comentarios al Código Nacional de Procedimientos Penales

Bibliografía
DECRETO por el que se reforman y adicionan los artículos 16, 17, 18, 19, 20, 21 y 22; las
fracciones XXI y XXIII del artículo 73; la fracción VII del artículo 115 y la fracción
XIII del apartado B del artículo 123, todos de la Constitución Política de los Esta-
dos Unidos Mexicanos. Publicado en el Diario Oficial de la Federación de fecha
dieciocho de junio de 2008.
DECRETO por el que se expide el Código Nacional de Procedimientos Penales. Publica-
do en el Diario Oficial de la Federación de fecha cinco de marzo de 2014.
ANTEPROYECTO de Dictamen de las Comisiones Unidas de Justicia y de Estudios Le-
gislativos, Segunda por el que se expide el Código Nacional de Procedimientos
Penales. Senado de la República. LXII Legislatura.

237
Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
La reestructura energética del Estado Mexicano
Ma. Teresa Montalvo Romero *

El decreto de reforma constitucional en materia de energía fue presentado en


diciembre de 2013. Cuando México se encuentra en un proceso de restructura-
ción como Estado-nación, el sexenio actual se ha caracterizado por presentar
una serie de reformas constitucionales y legales en los puntos neurálgicos de la
estructura estatal para su desarrollo económico, social, cultural y político. En
esta ocasión haré alusión a la reforma presentada por el Ejecutivo de la Unión
para la reforma energética del país.
En el año 2013 en los meses de julio y agosto se presentaron por el grupo par-
lamentario del Partido de Acción Nacional, el Titular del Ejecutivo de la Unión
y por el grupo parlamentario de la Revolución Democrática, en la Comisión
Permanente del Congreso de la Unión, tres iniciativas con proyecto de decreto
que reforman, adicionan y derogan diversas disposiciones a los artículos 25, 27
y 28 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
En esa misma fecha, las iniciativas en cuestión fueron turnadas a las Comi-
siones Unidas de Puntos Constitucionales, de Energía y de Estudios Legislati-
vos Primera, para su estudio y dictamen correspondiente.
Una vez analizadas las iniciativas, el Congreso de la Unión señaló que los
principales problemas de ambas industrias son:
Industria petrolera:
1. Ha disminuido la producción de crudo y la vida de las reservas, poniendo
en riesgo a las finanzas públicas de los tres órdenes de gobierno, así como la se-
guridad energética de la economía nacional.
2. En relación al gas natural, la producción es insuficiente para cubrir el con-
sumo interno y desde hace varios años constituye un cuello de botella al desa-
rrollo industrial y eléctrico.

* Investigadora del .... de la Universidad Veracruzana.

238
La reestructura energética del Estado Mexicano

3. De la lectura de las exposiciones de motivos de las tres iniciativas se con-


cluye que la dependencia de las finanzas públicas respecto de los ingresos de
origen petrolero es la razón principal, entre otras, que explica los problemas de
la industria. Esa dependencia se refleja en una restricción de recursos para in-
versión en infraestructura, obligando a Pemex a tener que priorizar los proyec-
tos que aceleran la extracción de crudo, en perjuicio de todos los demás, que
aunque son rentables, no tienen comparación con la venta del petróleo. De ahí
el rezago y en algunos casos, el abandono que se tiene en materia de refinerías,
ductos terminales de almacenamiento, gas y plantas petroquímicas.
Industria eléctrica:
a) Falta de competitividad de las tarifas eléctricas.
b) Situación financiera de la CFE.
c) Limitaciones y costos en la generación de energía eléctrica.
d) Limitaciones en la transmisión y distribución de energía eléctrica.
e) Conflictos de interés en el Sistema Eléctrico Nacional.
f) Limitaciones en la transición energética1.
El 20 de diciembre de 2013 se publica el Decreto2 que reforma y adiciona diver-
sos artículos de la Constitución Federal:
Artículo Único. - Se reforman los párrafos cuarto, sexto y octavo del artículo 25; el
párrafo sexto del artículo 27; los párrafos cuarto y sexto del artículo 28; y se adicio-
nan un párrafo séptimo, recorriéndose los subsecuentes en su orden, al artículo 27;
un párrafo octavo, recorriéndose los subsecuentes en su orden, al artículo 28 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, para quedar como sigue:
Artículo 25 constitucional:
Se crean las empresas productivas del Estado; se agrega el criterio de sustenta-
bilidad para apoyar a las empresas de los sectores social y privado de la econo-
mía y se establece que para el desenvolvimiento del sector privado la política
nacional para el desarrollo industrial debe ser además sustentable.

1 Dictamen de las Comisiones Unidas de puntos Constitucionales; de Energía, y Estudios Legislativos, pri-
mera, con proyecto de decreto por el que se reforman y adicionan los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos en materia de energía. [Link]
[Link]/pdf/2013/dic/[Link]. Consultada el 23 de Mayo de 2013.
2 Decreto de reforma Constitucional del 20 de Diciembre de 2013, [Link]
Biblio/votos/20131211_energia/dof_20dic13.pdf. Consultado en 21 de mayo de 2013.

239
Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
Ma. Teresa Montalvo Romero

Artículo 27 constitucional:
Se adiciona lo referente a los minerales radioactivos estableciendo que no se
otorgarán concesiones y se faculta al Estado a celebrar contratos con particula-
res para las actividades de la industria eléctrica excepto: la planeación y el con-
trol del sistema eléctrico nacional, así como el servicio público de transmisión y
distribución de energía eléctrica. En el caso del Petróleo y los hidrocarburos só-
lidos, líquidos y gaseosos en el subsuelo la propiedad de la nación es inaliena-
ble e imprescriptible, pero el Estado podrá realizar asignaciones a empresas
productivas del Estado o a través de contratos con éstas o con particulares.
Artículo 28 constitucional:
Dejan de considerarse áreas estratégicas del Estado: el petróleo y los demás hi-
drocarburos y petroquímica básica y se agregan: la planeación y el control del
sistema eléctrico nacional, así como el servicio público de transmisión y distri-
bución de energía eléctrica y la exploración y extracción del petróleo y de los de-
más hidrocarburos en los términos de los párrafos sexto y séptimo del artículo
27° constitucional. Se crea el fideicomiso público denominado “Fondo Mexica-
no del Petróleo para la estabilización y el desarrollo” el cual tiene como función
principal recibir, administrar y distribuir los ingresos derivados de las asigna-
ciones y contratos que se establecen el párrafo séptimo del artículo 27°; Se agre-
gan al poder Ejecutivo de la Unión dos órganos reguladores en materia
energética: la Comisión Nacional de Hidrocarburos y la Comisión Reguladora
de Energía.
Están en discusión y aprobación las reformas a las siguientes leyes secunda-
rias:
1. Ley de Petróleos Mexicanos;
2. Ley Reglamentaria del Artículo 27 Constitucional en el Ramo del Petróleo;
3. Ley Federal de Derechos;
4. Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria;
5.. Ley Orgánica de la Administración Pública Federal;
6. Ley Federal de Entidades Paraestatales;
7. Ley de la Comisión Nacional de Hidrocarburos;
8. Ley del Servicio Público de Energía Eléctrica;
9. Ley para el Aprovechamiento de Energías Renovables y el Financiamiento
de la Transición Energética;
10. Ley General de Deuda Pública;
11. Ley de la Comisión Reguladora de Energía;

Letras Jurídicas 240 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


La reestructura energética del Estado Mexicano

12. Ley de Instituciones de Crédito, y


13. Creación de la Ley del Fondo de Excedentes Petroleros
Varios son los aspectos que desde el punto de vista de la ciencia jurídica deben
estudiarse a partir de esta reforma constitucional, pero en esta ocasión haré alu-
sión solo a uno de ellos: la posible participación, en México, desde el primero de
enero de 1994 de los particulares en el área de energía y petroquímica básica,
con fundamento en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte
(TLCAN).
Las modificaciones al marco constitucional responden en gran medida a la
política exterior establecida desde los años 90s, con el impacto del fenómeno
global en nuestro país y con la firma del TLCAN, en el cual se establecen tres
principios básicos de la Organización Mundial del Comercio, para regular las
relaciones comerciales: Trato de nación más favorecida, trato nacional y trans-
parencia.
Estos principios se aplican en todos los capítulos del TLCAN y significan en-
tre otras cosas que todos los bienes y servicios que abarca el tratado están den-
tro del mercado y deben tener un trato igualitario que los bienes y servicios
nacionales.
El capítulo VI del TLCAN, que trata sobre energía y petroquímica básica
considera a los hidrocarburos como una mercancía y no como recurso natural,
la cual, al igual que las demás debe estar dentro de una competencia leal. Efecti-
vamente, mientras los recursos se encuentren en el subsuelo pertenecen a la na-
ción, pero una vez extraídos están en el mercado bajo los principios de libre
competencia y libre concurrencia desde 1994.

CAPÍTULO VI3. Energía y Petroquímica Básica


Art. 601.- Principios:
1...
2.- Las partes reconocen que es deseable fortalecer el importante papel que el comer-
cio de los bienes energéticos y petroquímicos básicos desempeña en la zona de libre
comercio, y acrecentarlo a través de su liberación gradual y sostenida.
3.- Las partes reconocen la importancia de estar con sectores energéticos y petroquí-
micos viables y competitivos a nivel internacional para promover sus respectivos in-
tereses nacionales.
Art. 602.- Ámbito de Aplicación:

3 Tratado de Libre Comercio de América del Norte.

241
Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
Ma. Teresa Montalvo Romero

1.- Son materia de este capítulo las medidas relacionadas con los bienes energéticos
y petroquímicos básicos que se originan en territorio de las partes, y las medidas re-
lacionadas con la inversión y con el comercio transfronterizo de servicios vinculados
dichos bienes, tal como se establece en este capítulo.

Hasta antes de la reforma constitucional de diciembre del 2013, este capítulo


contradecía el mandato constitucional en cuanto hace al tema de la titularidad
pública exclusiva y las concesiones, por ejemplo en áreas como la explotación
de minerales, en donde a nivel constitucional se establecía como sectores de
propiedad y dominio exclusivo de la nación.
La Constitución establecía una limitación absoluta para que los particulares
pudieran acceder a los bienes protegidos por el artículo 27, imposibilitándose
por lo tanto la existencia jurídica de un mercado de la propiedad de los mismos.
Lo que se pone de manifiesto es que la reforma en materia energética respon-
de a encuadrar la Constitución con el TLCAN, atendiendo así a los intereses y
legislación internacionales, minimizando la rectoría económica del Estado y la
economía mixta establecida en la Constitución y fortaleciendo la economía de
mercado.

Letras Jurídicas 242 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


Sobre la Ley General para la Prevención Social de la
Violencia y la Delincuencia
Rey Martínez Franco *
Iván Jair Valdés Guzmán **

La estructura de la Ley General para la Prevención Social de la Violencia y la De-


lincuencia (LGPSVD) se compone por 30 artículos y 4 transitorios; es una ley de
orden público e interés social y de observancia general en todo el territorio nacio-
nal y tiene como objetivo, de conformidad con el artículo 1, establecer las bases de
coordinación entre la Federación, los Estados, el Distrito Federal y los Municipios
en materia de prevención social de la violencia y la delincuencia en el marco del
Sistema Nacional de Seguridad Pública y por lo tanto, se funda en el artículo 21
Constitucional. Este es un objetivo que responde a una necesidad social y de se-
guridad, ya que los diversos actores encargados de procurar a la ciudadanía un
entorno de paz social y de tranquilidad, no pueden ya trabajar como fuerzas se-
paradas, sino como entes interrelacionados con ese objetivo común.
El objetivo señalado en esta ley se explicita, además, en los principios que in-
dica el artículo 3 de la ley que se comenta, puesto que entre ellos se advierte el
respeto a los derechos humanos, el desarrollo de políticas públicas integrales y
eficaces para la prevención que se busca, pero con participación ciudadana, lo
cual es básico porque si la ciudadanía requiere prevención y seguridad, debe
ser corresponsable de lograr un entorno seguro; trabajo conjunto entre los di-
versos órdenes de gobierno; continuidad de las políticas públicas; la interdisci-
plina para el diseño de políticas públicas; la atención hacia la diversidad para
lograr una atención integral diferenciada; la proximidad a través del contacto
permanente con los actores sociales y comunitarios; la transparencia y rendi-
ción de cuentas. Todos ellos principios que desde el papel no se pueden discutir
y menos aún criticar, ya que son la panacea para lograr un avance significativo
* Candidato a Doctor en Ciencias Criminológicas y Forenses por el Centro de Investigaciones y de Estu-
dios Avanzados de Veracruz; Maestro en Derecho Procesal Penal y Criminología, por el Centro Mexicano de
Estudios de Posgrado; Diplomado en Técnicas Periciales; catedrático de diversas Universidades a nivel licen-
ciatura y posgrado.
** Alumno de la Facultad de Derecho de la Universidad Veracruzana.

243
Rey Martínez Franco / Iván Jair Valdés Guzmán

en el ámbito de la prevención de la violencia y la delincuencia; los cuales se indi-


can en el capítulo primero relativo a las disposiciones generales de esta ley.
No obstante, una cuestión es la expresión de objetivos y principios y otra
muy distinta es contar con los mecanismos idóneos para lograrlos; baste resal-
tar el principio que, por sí sólo sería prácticamente suficiente, si no para termi-
nar con la violencia y delincuencia, sí para dar un salto, de una sociedad que, sin
analizarlo mucho, parece frecuentemente ingobernable, aún en la cual se apre-
cie la cultura del respeto y la solidaridad; dicho principio es el que la LGPSVD
establece en la fracción III del artículo 3 y que transcribimos:
III. Intersectorialidad y transversalidad. Consiste en la articulación, homologación y
complementariedad de las políticas públicas, programas y acciones de los distintos
órdenes de Gobierno, incluidas las de justicia, seguridad pública, desarrollo social,
economía, cultura y derechos humanos, con atención particular a las comunidades,
las familias, las niñas y niños, las mujeres, así como las y los jóvenes en situación de
riesgo.
Lamentablemente, esta LGPSVD nos dice lo que se debe lograr pero no cómo
hacerlo y no desconocemos que su objetivo es “establecer las bases de coordina-
ción”; sin embargo, había que esperar y estamos esperando cómo se van a hacer
operativas esas bases y finalmente a aplicarse para lograr la eficacia de las polí-
ticas públicas que a la luz de esta ley se establezcan.
El capítulo segundo se refiere a la prevención social de la violencia y la delin-
cuencia y la atención a las víctimas y señala los ámbitos de prevención social y
mediante qué acciones se debe actuar en cada uno de esos ámbitos.
El capítulo tercero señala instancias de coordinación y en cada una de sus
secciones refiere, al Consejo Nacional de Seguridad Pública; al Secretariado Eje-
cutivo; al Centro Nacional de Prevención del Delito y Participación Ciudadana
y a la Comisión Permanente de Prevención del Delito y Participación Ciudada-
na; respectivamente; pero en todas ellas se enuncian las atribuciones que a cada
una de esas instancias les corresponden.
El capítulo cuarto se titula “de la coordinación de programas” y menciona
(art. 17) los programas nacionales, sectoriales, especiales e institucionales que
incidan en la prevención social de la violencia y la delincuencia, significando
que deben diseñarse considerando “la participación interinstitucional con enfo-
que multidisciplinario, enfatizando la colaboración con universidades y entida-
des orientadas a la investigación, asimismo se orientarán a contrarrestar,
neutralizar o disminuir los factores de riesgo y las consecuencias, daño e impac-
to social y comunitario de la violencia y la delincuencia”. Un verdadero trabajo

Letras Jurídicas 244 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


Sobre la Ley General para la Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia

“en equipo” es lo que señala esta LGPSVD e indudablemente es lo que se re-


quiere; sólo esperamos que no se trate del uso de un lenguaje retórico que busca
aplacar la exigencia social por un entorno sin violencia ni delincuencia, sino de
un verdadero propósito del Estado para unir fuerzas y disminuir esa lacra so-
cial de la violencia.
El capítulo quinto se refiere al Programa Nacional para la Prevención Social
de la Violencia y la Delincuencia, estableciendo como objetivo de ese programa,
proveer a las personas protección de las áreas de libertad, seguridad y justicia;
señalando lineamientos al respecto pero además, expresa en la sección primera
de este capítulo un aspecto que es fundamental para lograr el éxito de cualquier
empresa, programa o como se le quiera denominar, es decir, la evaluación, ya
que sin ella se trabaja prácticamente “a ciegas” respecto de los aciertos, desa-
ciertos, avances o retrocesos y, por lo tanto, es prácticamente imposible, sin ella,
la adecuación, la retroalimentación y el cumplimiento de metas y objetivos.
También se resalta la participación ciudadana y comunitaria que, como ya men-
cionamos, es una cuestión de corresponsabilidad.
En los capítulos sexto y séptimo, respectivamente se refiere al financiamien-
to y a las sanciones que deberán considerarse como lineamientos para la pre-
vención social de la violencia y la delincuencia.
Indudablemente una ley que a todos nos ilusiona, pero que en la realidad,
hasta ahora, al menos desde una percepción general de la “gente común”, pare-
ce que no ha permeado en los resultados sociales que la LGPSVD nos ofrece en
sus objetivos, principios y lineamientos. Esperemos que en verdad pueda lo-
grarse lo que todos nos imaginamos al leer la ley que se comenta.
Esta ley nos da una percepción de lo que a través de la lectura de diversos
trabajos y comentarios pareciera que ocurre en el contexto de otros países; para
ello, baste señalar algunos puntos de interés que derivan de una aportación que
nos parece pudiera tomarse en cuenta para darle operatividad a los lineamien-
tos de prevención que ya comentamos; este trabajo es el de Rossella Selmini
(2008), titulado “La Prevención: estrategias, modelos y definiciones en el con-
texto europeo”, que entre otros aspectos habla de una reconstrucción del con-
cepto de prevención y su pasaje de un ambiente meramente penal al contexto
más amplio de las políticas públicas de estados europeos, para, dice, dilatar la
prevención y superar confines tradicionales tanto en el discurso científico como
en las prácticas cotidianas.
El trabajo de Rossella Selmini analiza en una perspectiva comparada, los
modelos de prevención que se han difundido en el contexto europeo y muestra
245
Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
Rey Martínez Franco / Iván Jair Valdés Guzmán

la existencia de un discurso científico-político a nivel europeo sobre la preven-


ción; la adaptación de los modelos europeos hace que emerjan tendencias co-
munes como lo es el cambio y redimensión conceptual de los aspectos clave de
la prevención que desde hace siglos representa un elemento esencial del discur-
so sobre la criminalidad.
Estos aspectos, indudablemente están presentes, no sólo en Europa, sino en
la elaboración de leyes como la LGPSVD, en la cual se busca, o al menos lo pare-
ce, dejar de lado una prevención tradicional para tratar de aprovechar los avan-
ces científicos, principios jurídicos y filosóficos, respeto a los derechos humanos
y todos los elementos, humanos y materiales que puedan fortalecer las políticas
de prevención. Por ello es que en la nueva prevención encontramos hoy una
gama articulada de medidas e intervenciones dirigidas tanto a la reducción de
la percepción de inseguridad como en un sentido todavía más amplio, al au-
mento de la seguridad social. (Rosella, 2008).
Por ello, al consultar la LGPSVD y, sobre todo, al tratar de hacerla operativa,
los actores encargados de ello no deben olvidar que las nuevas políticas de se-
guridad, en efecto, centran aún más la atención sobre la solución y la interven-
ción, hasta el punto en que la práctica guía a la teoría y el análisis de la
complejidad del fenómeno se pierde y se desvanece en la eficacia de las medi-
das que se apliquen para atenderlo; la prevención como entidad político-admi-
nistrativa recalca los componentes del pragmatismo, el eclecticismo, la
tendencia al reduccionismo de la complejidad y al mismo tiempo borra cada
vez más las fronteras entre las políticas públicas dirigidas al gobierno urbano.
La nueva prevención es el conjunto de las estrategias dirigidas a disminuir la
frecuencia de ciertos comportamientos, sean estos considerados punibles o no
por la ley penal, a través del uso de instrumentos diversos de aquellos penales.
La nueva prevención, en efecto, al contrario de las políticas preventivas pena-
les, privilegia intervenciones conducidas a través de varias formas de colabora-
ción, por más sujetos y, sobre todo, debe ser capaz de acercar a promotores y
destinatarios de las intervenciones. (Rosella, 2008).
Y todo ello debe tomarse en cuenta para lograr que leyes como la LGPSVD
pasen del discurso a la realidad social que es lo que la población necesita y exi-
ge, sobre todo en este ámbito de la violencia y la delincuencia.

Letras Jurídicas 246 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


Sobre la Ley General para la Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia

Bibliografía
Ley General para la Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia, publicada en el
Diario Oficial de la Federación el 24 de enero de 2012.
SELMINI, Rossella, “La Prevención: estrategias, modelos y definiciones en el contexto
europeo”, 2008, Quito, Urvio, Revista Latinoamericana de Seguridad Ciudada-
na, Nº 6, Enero 2009, pp. 41-57.

247
Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
NOTICIAS
Recibe acreditación programa de estudios de
Facultad de Derecho UV

La Facultad de Derecho de la
Universidad Veracruzana (UV)
recibió oficialmente, el viernes
23 de mayo, la constancia de
acreditación nacional de su pro-
grama educativo por cumplir
con los estándares de calidad del
Consejo Nacional para la Acre-
ditación de la Educación Supe-
rior en Derecho, A.C. (Confede).
“La acreditación de calidad
no es producto de la casualidad sino del gran esfuerzo realizado por docentes,
alumnos, administrativos y autoridades, quienes le hemos apostado al impulso
y consolidación de una nueva cultura académica basada en el cumplimiento re-
levante de las funciones sustantivas, aunado a la práctica cotidiana de los valo-
res del estado democrático”, manifestó Manlio Fabio Casarín León, director de
la Facultad.
Señaló que la acreditación no es un punto de llegada, sino de partida para
que todos los integrantes de su comunidad, incluyendo sus egresados, “cami-
nemos en una sola dirección hacia la consecución de los fines institucionales a
través de una gestión permanente por la calidad y la excelencia académica, re-
conociendo fortalezas, debilidades y áreas de oportunidad”.
Al hacer uso de la voz, la rectora Sara Ladrón de Guevara expresó a nombre
de la institución: “Hoy felizmente recibimos la visita de los compañeros de
Confede para entregarnos la acreditación del programa educativo de la Licen-
ciatura en Derecho. Enhorabuena, esta acreditación es por cinco años, que va
del 9 de mayo de 2014 al 8 de mayo de 2019”.

251
Noticias

“Uno de los primeros compromisos que asumimos y que hoy refrendo es el


de atender puntualmente las 37 recomendaciones que el Confede nos hizo
como resultado de la visita de evaluación.”
Con esta acreditación suman ocho licenciaturas –de 10 en total– que están re-
conocidas por su calidad académica ante organismos acreditadores reconoci-
dos por el Consejo para la Acreditación de la Educación Superior (Copaes), dijo
la Rectora.
Por su parte, José Antonio Núñez Ochoa, presidente de la Confede, expresó:
“Mis felicitaciones a todos los que hicieron posible que ahora entregue un per-
gamino que dará fe de la acreditación, de la calidad que tiene esta institución”.
Fue una evaluación que consta con más de 100 indicadores que fueron apro-
bados por la entidad educativa, y recalcó que en México hay más de mil 800
programas de derecho vigentes, sólo 58 están acreditados por su calidad y la Fa-
cultad de Derecho UV es una de ellas.
Para concluir el evento se develó una placa alusiva a la acreditación. Ahí Ca-
sarín León refrendó el agradecimiento a los académicos, administrativos y estu-
diantes, además manifestó el interés por buscar la acreditación internacional
del programa educativo.

Letras Jurídicas 252 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


Toma de posesión de nueva coordinadora del CEDEGS

El pasado 3 de abril se realizó la


toma de protesta de la Dra. Josefa
Montalvo Romero, como nueva
coordinadora del Centro de
Estudios sobre Derecho, Globali-
zación y Seguridad de la Univer-
sidad Veracruzana (CEDEGS),
quien relevó a la anterior coordi-
nadora, Dra. Socorro Moncayo
Rodríguez.
La ceremonia realizada en el
auditorio del Instituto de Investigaciones Jurídicas estuvo encabezada por Leti-
cia Rodríguez Audirac, secretaria académica de la Universidad Veracruzana
(UV) y por Carmen Blázquez Domínguez, directora general de investigación de
la UV.
Para iniciar, Blázquez Domínguez agradeció a Moncayo Rodríguez el de-
sempeño ofrecido durante su gestión como coordinadora, y exhortó a la nueva
titular del CEDEGS, a mantener eficientes las tareas sustantivas del centro de
investigación.
“Dra. Montalvo sea usted bienvenida a la coordinación, la exhorto a seguir
desarrollando las actividades de investigación, docencia, vinculación, servicio,
desarrollo de posgrados y demás actividades que a la fecha el centro desarro-
lla” señaló.
Posteriormente, Leticia Rodriguez Audirac haciendo uso de la voz, elogió el
trabajo articulado por el CEDEGS, destacó su producción científica calificándo-
la de permanente, pertinente y con alta vinculación a la atención de necesidades
sociales. Asimismo, reconoció la armonización y transdisciplinariedad con la
que el CEDEGS labora en conjunto con el Instituto de Investigaciones Jurídicas,
con la Facultad de Derecho y con la Facultad Ciencias Administrativas y Socia-
les de la UV.

253
Noticias

“Estas labores multifactoriales tenemos que cultivarlas en la universidad, ya


que este es un trabajo que nos permite entender y dar una respuesta más perti-
nente a los fenómenos sociales” precisó.
En lo relativo a la sucesión de la coordinación del CEDEGS, la secretaria aca-
démica de la máxima casa de estudios de Veracruz, considero “una buena en-
trega de la estafeta”, llena de resultados y de posibilidades para continuar con
el crecimiento.
“Es de destacar que Moncayo Rodríguez entrega un centro con mucha soli-
dez y con una trayectoria muy clara a la consolidación. Además considero muy
atinada la selección de la nueva coordinadora” detalló.
A continuación, Josefa Montalvo Romero, frente a las autoridades universi-
tarias y al cuerpo académico del centro tomó protesta como nueva coordinado-
ra del CEDEGS, y agradeció la confianza depositada en ella para su
nombramiento.
“Agradezco encarecidamente su confianza y les aseguro que seguiremos
trabajando con el mismo ahínco con el que el 1 de abril del 2009, iniciamos este
centro de investigación. Seguiremos dedicados a la investigación como un me-
dio para el fortalecimiento de la comunidad universitaria y desarrollo de la so-
ciedad veracruzana. Propugnando en todo momento por la divulgación del
conocimiento a nivel nacional e internacional” finalizó.

Letras Jurídicas 254 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


Presentan libro “Jóvenes en riesgo” de la
Dra. Ana Gamboa de Trejo

El día jueves 22 de mayo por la


tarde, se llevó a cabo en el aula
magna de la Facultad de Dere-
cho, de la Universidad Veracru-
zana, en la capital del estado, la
presentación del libro; “Jóvenes
en riesgo” de la doctora Ana
Gamboa de Trejo, quien es inves-
tigadora del Centro de Estudios
sobre Derecho, Globalización y
Seguridad. Estuvo acompañada
por cinco presentadoras: la doc-
tora Elvira Trujillo Ronzón, la doctora Josefa Montalvo Romero y la maestra Ma-
ría Angélica Trejo Gamboa; moderó la doctora Rebeca Elizabeth Contreras
López.
La doctora Rebeca, inicio con una semblanza académica de la doctora Ana, y
cedió el uso de la voz a la doctora Josefa Montalvo, coordinadora del CEDEGS;
quién destacó el papel de la familia en la educación de calidad de los hijos, y en
las edades de la adolescencia debe enfatizarse.
Por su parte, la maestra María Angélica aportó su experiencia como docente
de una escuela similar a la de la investigación de que trata el libro; se cuestionó
qué representan los alumnos en el aula para el profesor, con demasiada carga
de trabajo concluyó que, al final de la jornada laboral, forman parte un listado
numerado. Agradeció a la autora y emotivamente a la madre por atender este
tema pertinente a la sociedad.
A continuación la doctora Elvira, de formación pedagoga, enfatizó puntual-
mente el trabajo logrado de la doctora Ana, reflejado en este libro, señalando el
intercambio de experiencias y conocimientos entre ambas al realizar las revisio-
nes de esta investigación.

255
Noticias

Al final la doctora Ana, nos reseñó las peripecias de su investigación, de esa


investigación de campo que se lleva las subjetividades sin darse cuenta, y de re-
pente pasa de ser observador a participar en el caso de estudio. Y las historias
de vida que nos compartió, las ha transmitido de forma simple a cada uno de
los que escuchamos su presentación de “Jóvenes en riego”.

Letras Jurídicas 256 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


CEDEGS presentó libro “Estudios Multidisciplinarios de
Derecho y Globalización”
El pasado 13 de mayo, el cuerpo
académico del Centro de Estu-
dios Sobre Derecho, Globaliza-
ción y Seguridad de la
Universidad Veracruzana
(CEDEGS), presentó el libro
“Estudios Multidisciplinarios de
Derecho y Globalización”, obra
que aborda, con mirada objetiva,
temas sustantivos como la mi-
gración, efectos de la globaliza-
ción, derecho a la educación,
entre muchos otros.
El acto protocolario celebrado en el Aula Magna de la Facultad de Derecho
de la Universidad Veracruzana, tuvo como presentadores a la investigadora de
la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, Dra. Teresa Da Cunha
Lopes y al catedrático de la Universidad Veracruzana, Dr. Luís Fernando Villa-
fuerte Valdés.
Este último en su participación, recordó la importante tarea que tiene la aca-
demia de mostrar a la sociedad que el conocimiento científico puede dar solu-
ción a problemas sociales específicos.
“El trabajo de un investigador no sólo se debe quedar en conocimiento, sino
llevarlo a la práctica mediante creación de políticas públicas que beneficien a la
sociedad”, señaló Villafuerte Valdés.
El catedrático de la universidad, que también es miembro del Sistema Nacio-
nal de Investigadores, destacó la diversidad temática y la capacidad compila-
dora de la obra, la cual se basa en tres ejes: uno, globalización y regionalización;
dos, prioridades jurídicas globales; y tres, educación y derecho.

257
Noticias

“Aparentemente este texto implica una gran complejidad, por su diversidad


de temas. Sin embargo hay un hilo conductor muy claro entre todas las ideas
expuestas” explicó.
Continuando con la presentación, Teresa Da Cunha subrayó la calidad pro-
ductiva del CEDEGS materializada en sus últimas obras publicadas.
“Este libro confirma la calidad y fuerza de investigación que CEDEGS ha te-
nido en colectivo y en forma individual” aseguró.
Para culminar la presentación, la coordinadora de la obra y titular del
CEDEGS, Dra. Josefa Montalvo Romero, agradeció al equipo de trabajo el es-
fuerzo implementado, que se materializa en una obra útil para obtener respues-
tas profundas a fenómenos sociales imperantes en el mundo y la región.

Letras Jurídicas 258 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


Presentación del libro “Derecho Romano” de la Dra.
Socorro Moncayo Rodríguez

“El Derecho Romano no es sólo


un antecedente, es esencia im-
pregnada en nuestro sistema ju-
rídico” aseveró la Dra. Socorro
Moncayo Rodríguez durante la
presentación de su libro “Insti-
tuciones de Derecho Privado
Romano”, realizada el pasado
12 de mayo en el Ágora de la
ciudad de Xalapa.
El evento celebrado dentro
del programa de actividades de la Feria Internacional del Libro Universitario
2014 (FILU), contó con la participación de la Dra. Teresa Da Cunha Lopes, cate-
drática e investigadora de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidal-
go, y del Dr. José Luis Cuevas Gayosso, director del Seminario de Derecho
Romano y Derechos Indígenas de la Universidad Veracruzana.
Para Da Cunha Lopes, el texto cumple con la función didáctica de convencer
al lector que para lograr el recto entendimiento del orden jurídico actual es ne-
cesario volver al Derecho Romano.
“Este trabajo ofrece al lector una visión del Derecho Romano como una cien-
cia jurídica, y evita sólo abordarlo limitadamente, desde enfoque simplemente
historicista” arguyó.
Destacó que la gran contribución de este libro radica en que: “Va más allá de
la línea trazada por los autores tradicionales, ya que los temas del Derecho clá-
sico se abordan contrastándolos con la actual lógica jurídica”.
Cuevas Gayosso resaltó la trayectoria de la autora, mencionando que su la-
bor ha estado siempre plagada de frutos.

259
Noticias

“Socorro Moncayo con sus múltiples artículos publicados ha contribuido


enormemente a la construcción de la doctrina romanista. Ella fue una de las
fundadoras del Seminario de Derecho Romano, el cual es el seminario más anti-
guo de nuestra Universidad Veracruzana”, explicó.
Respecto de la obra, señaló que por su bien lograda armonización temática
con los programas de estudio de Derecho Romano, quien decida leerlo encon-
trará un texto de gran utilidad para su formación académica.
Finalmente la autora exteriorizó que desde el momento en que pensó escribir
el libro, hasta la última página, se preocupó por responder la interrogante: ¿Por
qué estudiar Derecho Romano? Mencionó que uno de los métodos utilizados
para mostrar la vigencia de la materia fue la vinculación de la doctrina romana
con la legislación civil veracruzana actual.
“Esta vinculación para muchos puede ser un salto mortal, pero considero
que no existe otro camino práctico de mostrar la utilidad y vigencia del derecho
romanista”, finalizó.

Letras Jurídicas 260 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


Presentan el libro “Lecciones de Derecho Penal” de la Dra.
Rebeca Elizabeth Contreras López

El pasado 8 de mayo se presentó


la segunda edición del libro
“Lecciones de Derecho Penal”,
de la Dra. Rebeca Elizabeth Con-
treras López.
La ceremonia realizada en el
Aula Magna de la Facultad de
Derecho de la Universidad Vera-
cruzana, tuvo como moderador
al Dr. Manlio Fabio Casarín
León, investigador y catedrático
de dicha institución, y como presentadores al Magistrado Daniel Ruiz Morales,
presidente del Tribunal Electoral del Estado de Veracruz, y a la Dra. Jaqueline
Jongitud Zamora, investigadora del Centro de Estudios sobre Derecho, Globa-
lización y Seguridad de la Universidad Veracruzana.
Al inicio, Casarín León aseguró que esta obra llega oportunamente, en un
momento en el que las reformas constitucionales relativas a los Derechos Hu-
manos y a la implementación de la oralidad en los juicios del orden penal, han
colocado al Derecho Penal en una encrucijada:
“La implementación del nuevo sistema penal oral y de la reforma en Dere-
chos Humanos, hace que nos preguntemos: ¿cómo alcanzar la eficiencia y la efi-
cacia en la impartición de justicia? El libro que presentamos hoy, nos ofrece
respuesta objetiva a esta interrogante”, puntualizó.
En su participación, el Magistrado Daniel Ruiz reconoció estar en presencia
de una obra completa, poseedora de un análisis íntegro, que no deja ninguna
asignatura pendiente:
“Esta segunda edición constituye una obra íntegra y completa. Exhibe el per-
feccionismo y el dominio práctico y teórico que tiene la autora del Derecho Pe-
nal”.
261
Noticias

Y agregó: “Por su fácil comprensión y su contenido interesantísimo, es una


lectura obligada para alumnos, maestros, abogados, ministerios públicos, jue-
ces y magistrados”.
Por su parte, Jongitud Zamora calificó al libro de breve y muy bien estructu-
rado, además de ser “poco tradicional”, puesto que “no es uno de aquellos clá-
sicos tratados difíciles de comprender”.
“Advierto cinco grandes virtudes en este libro; la primera, es una obra que
conoce al público al que va dirigida; segunda, es sólido teóricamente; tercera, es
actual; cuarta, ayuda a su lector a desarrollar habilidades; y quinta, es totalmen-
te honesto”, agregó.
Por último, la autora explicó que el libro es más didáctico que jurídico, ya
que materializa sus más de veinte años de docencia. “Es un trabajo acabado.
Con este libro cierro un ciclo y avanzo a la consolidación”, concluyó.

Letras Jurídicas 262 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


Presentación del libro “Instituciones de derecho privado
romano. Una aproximación al derecho civil mexicano” de la
Dra. Socorro Moncayo Rodríguez.

El 14 de mayo, a las diez de la mañana, se rea-


lizó la presentación de esta investigación de
la doctora Socorro Moncayo. El Aula Magna
de la Facultad de Derecho de la Universidad
Veracruzana fue el espacio donde se dieron
cita docentes, estudiantes y conocedores de
esta disciplina. Los comentarios sobre el libro
estuvieron a cargo de la maestra Bertha Ali-
cia Ramírez Arce, el maestro Daniel del
Ángel Pérez, y como moderador el doctor
Manlio Fabio Casarín León.
El libro es un referente de la investigación
sobre el derecho romano en una concepción
dinámica y, visualizándolo como elemento
del derecho mexicano, se analizan las diver-
sas instituciones que conforman los derechos
reales, obligaciones, contratos y proceso ci-
vil; desde los orígenes, indicando prioritaria-
mente las diferentes etapas del desarrollo del
derecho romano que fueron introducidas por los juristas romanos, quienes va-
liéndose de la técnica y la metodología jurídica, plantearon soluciones a contro-
versias en casos prácticos, creando conceptos universales, aplicables a nuestro
derecho. La importancia del estudio del derecho romano, desde este enfoque,
puede establecerse en un método para conocer, interpretar y resolver los pro-
blemas jurídicos en que la sociedad en un contexto y tiempo se enfrenta.
Los presentadores felicitaron a la autora por la pertinencia de esta obra para
la formación de los estudiantes de derecho en las experiencias educativas, tanto
de derecho romano como de derecho civil.

263
Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)
Lineamientos para los autores

El objetivo de la revista Letras Jurídicas es ser un órgano especializado de


divulgación científica que presente los resultados de investigaciones
relevantes sobre líneas de generación y aplicación del co no cimien to, en
áreas afines a la ciencia jurídica y con una visión multidisciplinaria que
contribuya a la discusión de problemáticas actuales, tanto locales como
globales.
Las colabora ciones se recibirán y se turna rán a dos árbitros espe cializa -
dos. En el caso de ha ber sido acep ta do el artícu lo o re se ña, pero con ob ser -
vaciones o comen tarios por parte de los lectores espe cializa dos, éstos se
re mi ti rán al au tor, para que sean in cor po ra dos al tex to a la bre ve dad po si -
ble. El comité editorial se reserva el dere cho de realizar ajus tes menores al
tex to, que no mo di fiquen su con te ni do, como re sulta do de la re visión de es -
tilo en el proceso editorial para su publicación. Las colabora ciones debe rán
ser inéditas y en su defecto el autor deberá ha cer del cono cimiento del co-
mité edito rial del lugar donde fue publicado su traba jo previamente, que -
dan do a reserva de éste la autorización de su publicación. Asimis mo, el
comité edito rial incorpora rá las colabora ciones en estricto orden de recep -
ción definitiva y considerando siem pre los límites físicos y pre su pues ta les
de cada núme ro.
Las colaboraciones deberán enviarse únicamente al correo electrónico: le -
tras juridicas@hot [Link].
El autor entregará la versión electrónica al correo indicado, sirviéndose para
ello del procesador de textos word. Se utiliza rá letra Book an ti qua en 12 pun-
tos, con hojas nume radas en la parte central, a un cen tí me tro del margen in-
ferior, el cuerpo del texto a interlinea do sen cillo, con márgenes (supe rior,
izquierdo, derecho e inferior) de 3 cm, una sangría izquierda de 05 cm en la
primer línea de cada párrafo, sin dar un espaciado posterior al siguiente párra-
fo, sólo se separan los títulos o apartados, y con un total apro xima do de 30 a
32 líneas.
Los artículos tendrán una extensión de 8 a 15 cuartillas, evitando las trans-
cripciones textuales excesivas o demasiado largas. En la página inicial se dejará
un margen superior de 6 espacios. El título del artículo se anotará al centro. Éste
deberá escribirse con altas y bajas, en 14 puntos y negritas. A continuación se es-
cribirá el nombre del autor en 12 puntos, sin negritas. Se indicará con un asteris-

265
co y nota de pie de página la identificación del autor. En el caso de los autores
que participen por primera vez deberán anexar un cu rri cu lum vi tae re su mido.
Las reseñas bibliográficas se referirán a libros científicos de reciente publica-
ción que sean relevantes para la investigación o el aprendizaje del Derecho, el
au tor le otor ga rá un tí tu lo con ve nien te, se gui do de su nom bre y de ba jo de
este, la ficha bibliográfica del texto que reseña; aportará reflexiones críticas
so bre el tema, de ser ne ce sa rio in di ca rá las fuen tes de con sul ta, no de be rá
exceder de 4 cuartillas, y los comen tarios legis lativos o jurisprudenciales
de 5. Incluirán un tí tulo, aba jo nombre del autor y en se guida los da tos de
iden tifica ción del documento que se comenta (libro, artículo, sen ten cia, re -
for ma de ley, etc.) Se evita rá la trans crip ción exce si va e in cluirá un co men -
tario final del autor, para los demás aspectos seguirán los linea mien tos de
los artículos.
En el caso de los artículos, deberán comenzar con un re sumen en es pa ñol y
un abstract en inglés de no más de 200 palabras, que sinte tice el conte nido
del artículo, y debe rá incluir ade más las pala bras clave o keys words que
permitan la clasificación del conte nido de la colabora ción.
El artículo incluirá un sumario de contenido con numeración decimal. Los
encabezados de cada apartado se escribirán en altas y bajas, en negritas y 14
puntos. El resumen, la introducción, conclusiones y bibliografía no se numera-
rán.
Respecto a las citas, se deberá tener presente las indicaciones cuando sean de
una extensión de hasta 40 palabras, en cuyo caso deberán ir dentro de cuerpo
del texto, entrecomilladas o, si rebasan esta extensión, deberán ir separadas del
texto, con margen de 1 cm en la sangría iz quierda, sin co mi llas, con le tra 10
pun tos, interlinea do sen cillo y un espa ciado posterior de 10 puntos.
Las notas a pie de página deberán presentarse de la siguiente manera: Las
llamadas de nota deberán indicarse con números volados o en superíndices,
con un carácter de 10 pun tos y sin pa rénte sis.
No deben confundirse las notas a pie de página con las referencias bibliográ-
ficas. Dichas referencias deberán comenzar con el apellido del autor en mayús-
culas o versales, seguido por su nombre en minús culas, el tí tu lo del li bro o el
nom bre de la revista en cursivas, “tí tulo del artículo”, edito rial, colección,
lugar y año de publicación, así como el núme ro de la página de donde se ex-
trae la cita o el núme ro de pá gi nas to ta les del li bro en caso de que sólo se
cite una idea gene ral.

Letras Jurídicas 266 Núm. 29 (Enero-Junio 2014)


La bibliografía general se incluirá al final del artículo, sin omitirse en ningún
caso, con la leyenda Bibliografía al centro y en la parte superior de la cuartilla en
14 puntos, y con un colgado de 3 cm. aproximadamente del resto del texto, san -
gría fran cesa y espa ciado sen cillo.
El apellido o los apellidos del autor se ordenan alfabéticamente (en mayús-
culas) y el nom bre (minúsculas), en altas y bajas. Después de una coma (,)
apa re ce el tí tu lo (y el sub tí tu lo en caso de que lo haya) en cursivas, o el nom-
bre del artícu lo en tre co mi lla do. Lue go de una coma (,) se in cluye la edi to -
rial, co lec ción, lugar, año de edi ción y nú me ro to tal de pá gi nas del li bro.
En caso de ser aceptado el artículo, cada autor recibirá un ejemplar si son ex-
tranjeros, dos para nacionales y tres para locales.
La dirección del Centro de Estudios sobre Derechos, Globalización y Seguri-
dad es Galeana y 7 de Noviembre, Zona Centro, Xalapa, Veracruz, México, C.P.
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Letras Jurídicas Núm. 29 (Enero-Junio 2014)

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